Han transcurrido ya diez años desde aquellos días de Diciembre 2002 y Enero 2003, en los cuales la burguesía venezolana subsumió al país en medio de un paro sanguinario que llevo casi a la quiebra, provocando pérdidas por mas de 20 mil millones de dólares, colas interminables para conseguir gasolina, todo con la idea de derrocar al presidente Chávez y acabar con la revolución en Venezuela.
El contexto político nacional e internacional ha variado en los últimos años, la revolución en Venezuela presenta importantes logros en la reivindicación de las luchas populares, lo que se expresa en el innegable mejoramiento de la calidad de vida de los venezolanos, al mismo tiempo que en Europa y EEUU, la crisis del capitalismo ha desmejorado el nivel de vida de sus ciudadanos, golpeando especialmente a la clase trabajadora.
Sin embargo, a diez años de la conspiración golpista de 2002, pareciera que la burguesía ha encontrado defensores en el banco de la dirigencia de la revolución en el PSUV, al mismo tiempo que se favorece de manera importante de la bonanza petrolera de Venezuela en estos años. Prueba de esto es que el diputado Jesús Farías expresa que el sector privado representa una tercera parte del crecimiento económico del país.
Jesús Farías, diputado por el PSUV y miembro de la comisión de finanzas de la Asamblea Nacional, destacó durante su intervención en la sesión ordinaria de dicha comisión que “el sector privado no financiero y no petrolero crecieron en un 6,1%, lo que representa un 57,3% del peso de la economía nacional”, además Farías indica que es falso que se este “acorralando” al sector privado, es decir, a la burguesía del país. El diputado Farías hace una defensa ferviente de la burguesía nacional; sin embargo, también expresó en ese mismo espacio que, cito: “la cúpula empresarial, los empresarios, fueron ellos mismos los que ocasionaron el quiebre de empresas en 2002 cuando el paro petrolero”. Le recuerdo al diputado que no solo fue el quiebre de empresas, también la pérdida de miles de puestos de trabajo que ocasionó la burguesía aquellas navidades, pero también le pregunto ¿Qué tanto ha cambiado este sector en 10 años? ¿Será que ahora en Venezuela tenemos empresarios buena gente?
Esto forma parte de una idea reformista que ha envuelto a gran parte de la dirigencia del PSUV, que intentan convencer al empresariado de que no se porten mal con el gobierno para que les vaya bien, y a las masas trabajadoras que los empresarios están dados a los intereses nacionales, esto con el fin de no avanzar mas decididamente sobre la expropiación de la gran banca, los grandes monopolios y los latifundios. Por ejemplo, el camarada Elías Jaua ex vicepresidente y ahora candidato por el PSUV a la gobernación de Miranda, expresó lo siguiente: “un estado tiene que ejercer su autoridad y garantizar que cada quien ocupe su rol en la sociedad, el rol del sector privado en cualquier parte del país es producir bienes y servicios, no conspirar contra el gobierno, por eso, todo aquel que cumpla con las leyes y con la seguridad social de sus trabajadores tiene en el gobierno una mano para trabajar juntos”, esto lo manifestó en una reunión con empresarios de Miranda el Lunes 3 de diciembre.
Por supuesto que no se trata de acorralar a sectores de la pequeña burguesía, pequeños comerciantes, capas de profesionales y técnicos que son victimas de los atropellos de la burguesía, visto los casos más recientes de estafas inmobiliarias en diferentes partes del país, o el caso de los banqueros prófugos que le expropiaron los ahorros a miles de venezolanos y se fueron del país a conspirar contra la revolución, lo que durante muchos años estuvieron haciendo a lo interno. Pero ahora me pregunto: ¿será que la burguesía conspiradora se marchó? ¿O será que de alguna misteriosa forma se extinguieron? ¿O debe ser que como lo planteo Heinz Dieterich pasaron de ser gusanos a mariposas?
El gobierno revolucionario se ha empeñado en ganarse a sectores de clase media, y para esto se ha nutrido de este discurso pro-privado -por darle un termino-, queriendo convencer que la revolución no ataca a la propiedad privada. Sin embargo, el camarada Allan Woods manifiesta de manera interesante la forma de ganar a estos sectores, que no están enfrentados con los intereses de la clase trabajadora en su articulo ¿A dónde va Venezuela?, del 10 de octubre de 2010.
A todo esto vale la pena preguntarse ¿ha abandonado la burguesía nacional su espíritu conspirativo? ¿La revolución ha llegado a un punto donde todos se abrazan, los trabajadores y explotadores, como hermanos? Por eso, ahora mas que nunca es necesario alzar la voz, reiterar, como lo ha hecho el presidente Chávez, que la revolución no debe hacer concesiones con la oligarquía, y avanzar decididamente hacia la nacionalización completa de la banca, la expropiación de los monopolios y latifundios, y que sea el pueblo trabajador quien tome las riendas de esta revolución.
Fuente: Lucha de Clases (Venezuela)