UNA VEZ MÁS KOSOVO

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Kosovo aparece una vez más en los titulares. Casi cinco años después del final de la guerra y de la llegada de las tropas de la OTAN [más tarde se convertirían en las “tropas de la ONU”] para pacificar la región, el conflicto entre serbios y albano-kosovares ha vuelto a aparecer.

Balcanes

Kosovo aparece una vez más en los titulares. Casi cinco años después del final de la guerra y de la llegada de las tropas de la OTAN [más tarde se convertirían en las “tropas de la ONU”] para pacificar la región, el conflicto entre serbios y albano-kosovares ha vuelto a aparecer.
Los violentos enfrentamientos son el producto de dos acontecimientos. En el pueblo de Caglavica, cerca de Prístina, un joven serbio fue supuestamente herido en medio de un tiroteo. Después un incidente separado donde tres niños albaneses se ahogaron en el río Ibar. Este es el río que divide la ciudad de Mitrovica, los albano-kosovares viven al sur y la minoría serbia al norte. Según los albaneses los niños cayeron al río porque los perseguían los serbios.
Estos dos hechos han provocado una explosión de furia en ambas partes. Las bandas armadas de ambos lados comenzaron a dispararse entre sí. Atacaron los enclaves serbios en otras zonas de Kosovo y en Belgrado fue incendiada una mezquita. Lo mismo ocurrió en Nis.
La lista de muertes en estos enfrentamientos en Kosovo ha alcanzado ya las 31 personas y parece ser que otras 500 han resultado heridas. La ONU ha respondido aumentando sus fuerzas en Kosovo con la esperanza de detener el conflicto étnico. Pero a pesar del aumento de las tropas de la ONU, la pasada noche los albaneses seguían luchando en los barrios serbios de Lipljan, en el este de Kosovo, parece que la violencia continúa.
Este renovado conflicto confirma todo lo que dijimos sobre Kosovo y los problemas que afectan a la población de los Balcanes. Aunque han pasado casi cinco años desde que se declarara la “paz”, los problemas fundamentales siguen sin resolverse. Durante todo este tiempo los problemas han estado hirviendo debajo de la superficie, y que las tropas de la ONU no hayan podido salir todavía es una confirmación de este hecho.
El noventa por ciento de la población de Kosovo está formada por albaneses. Al final del conflicto en 1999 muchos serbios huyeron de Kosovo, pero no todos se fueron. Aproximadamente 100.000 siguen viviendo en esta región, prácticamente viven en enclaves y el más grande se encuentra en el norte de la provincia.
La ONU ha estado diciendo que las cosas iban mejor, pero esta declaración ignoraba lo que estaba sucediendo. Después de obligar a Milosevic a retirar sus tropas de Kosovo, los albano-kosovares esperaban conseguir la independencia formal. Pero los imperialistas no estaban dispuestos a concedérsela. Así que Kosovo permaneció en una especie de limbo, en la práctica no es parte de Yugoslavia aunque en teoría sí lo es. En realidad se ha convertido es un protectorado de la ONU [o de la OTAN].
Los nacionalistas kosovares, en particular el ELK, colaboraron con la OTAN para echar a las tropas de Milosevic, pero ya dijimos en su momento que recibirían una amarga lección por parte de los imperialistas. Estos últimos utilizaron a los albaneses de Kosovo como peones en sus planes para debilitar a Milosevic. Y cuando los habían utilizado para este objetivo, los dejaron abandonados como si fueran un trasto inútil. Ahora los albano-kosovares se sienten traicionados por la OTAN y la ONU. Durante los últimos meses entre los albano-kosovares creció el temor a que se les obligase de nuevo a formar parte de Serbia.
Esto siempre estuvo implícito en la situación. El imperialismo no puede tolerar la idea de un Kosovo independiente. La razón es que eso desestabilizaría toda la región. Conseguir la independencia de Serbia animaría en la misma dirección a los albaneses de la vecina Macedonia. La lógica sería un movimiento hacia una “Gran Albania”, que tendría como objetivo la unión de Albania, Kosovo y la franja noroccidental de Macedonia.
El conflicto se extendería a Macedonia, donde también existe una minoría de habla albanesa. En el norte de Macedonia también hay otra minoría serbia. En este escenario Serbia no se quedaría quieta, Grecia también ha manifestado que no toleraría esta situación. Turquía ha dicho que “ayudaría” a Bulgaria que dice tener derecho sobre el territorio macedonio. A partir de una pequeña chispa se puede producir una explosión que implique a Serbia, Albania, Grecia, Macedonia, Turquía y Bulgaria. Turquía y Grecia estarían en bandos contrarios y estos dos países se supone que son “aliados” de la OTAN. Este puede ser un flanco que puede provocar un serio debilitamiento de la OTAN.
En primavera hay elecciones presidenciales en Serbia y utilizarán la cuestión de Kosovo para intentar azuzar el chovinismo nacional. Los serbios de Kosovo se han convertido en una minoría oprimida que vive en enclaves con el temor constante a sufrir ataques. Esta situación ha dado ciertos bríos al ultra-nacionalista Partido Radical de Serbia. Tomislav Nikolic, el líder del partido, parece que se puede convertir en el próximo presidente de Serbia. Pero los demás partidos tampoco están dispuestos a ver como “traicionan” a los serbios de Kosovo. Todos dicen que Kosovo regresará a Serbia. Todos utilizan cínicamente esta cuestión para sus propios objetivos electorales.
En Belgrado el nuevo primer ministro conservador, Kostunica, ha pedido la “cantonización” de Kosovo, lo que significaría de facto la partición de Kosovo y en determinado momento el enclave serbio del norte de Kosovo se podría anexionar con Serbia. Los albano-kosovares no ven con agrado, obviamente, este posible escenario.
Mientras que en Serbia los nacionalistas están haciendo resonar los tambores, en Kosovo los dirigentes políticos albaneses durante los últimos ocho meses han estado utilizando una rabiosa retórica anti-ONU. En realidad en los últimos enfrentamientos las “fuerzas de paz” de la ONU han sufrido ataques por parte de jóvenes albaneses. Los manifestantes albaneses han atacado a los soldados finlandeses que protegían los enclaves serbios, les lanzaron piedras y cócteles molotov. Resulta irónico si recordamos que supuestamente las tropas de la OTAN iban a ser los “salvadores” de los albaneses y que hace cinco años llegaron para “protegerlos”. Existen informes de soldados de la ONU que han resultado heridos.
De este modo vemos como incluso la presencia de 17.000 soldados de la ONU en el mejor de los casos sólo sirven para mantener una apariencia de paz, ¡pero sólo cuando no hay conflictos! Cuando estalla un conflicto serio demuestran ser completamente inútiles. Los informes describen a los soldados de la ONU “perplejos”. Como aparecía en el periódico británico The Independent: “Quienquiera que esté detrás, lo que sí es cierto es que ha conseguido anular los intentos que ha realizado durante los últimos cuatro años la ONU para construir puentes de unión entre serbios y albaneses”. Esta cita hace referencia a ataques organizados simultáneos a enclaves serbios de Kosovo.
Los nacionalistas de ambas partes han encendido las llamas del odio étnico. Los imperialistas estadounidenses, también la Unión Europea, están muy preocupados por lo que está ocurriendo. Ya tienen suficiente con el conflicto de Israel/Palestina y la situación en Iraq.
Eso explica por qué han enviado apresuradamente más soldados. Sólo los británicos han enviado a 750 soldados. Esto puede que tranquilice la situación durante un tiempo, pero no puede resolver las contradicciones subyacentes. Como decía The Independent: “Unos cientos más de soldados de la OTAN pueden tapar la caldera de Kosovo durante las próximas semanas o meses, pero sin avances evidentes tanto en la economía de Kosovo como en su estatus final, lo que ahora vemos es sólo una operación de contención”.
La cuestión del “estatus” de Kosovo está intrínsecamente unida a la situación económica a la que se enfrenta la región. La población de Kosovo está formada fundamentalmente por jóvenes. El desempleo está en el 70%. Hay muchos jóvenes desempleados en ambos lados. El mismo artículo de The Independent decía que: “La mayor parte de la tensión de los últimos días se habría disipado si la población tuviera empleo…”.
Esto confirma lo que siempre hemos dicho: en el fondo la cuestión nacional es una cuestión de pan. Si la población tuviera empleo y salarios decentes, una vivienda y educación dignas, y todas aquellas cosas que conforman una existencia civilizada, entonces los conflictos nacionales desaparecerían. En su lugar, como explicaba un funcionario de Prístina (la capital de Kosovo): “Nadie de la UNMIK [Administración Interina de la Misión de la ONU] está pensando en la economía. Ni siquiera han traído expertos económicos”.
Han llevado monitores internacionales para que garanticen la paridad étnica en los organismos de gobierno locales. Eso significa que están aplicando el sistema de cuotas también en los pocos empleos que hay. Esto supone que tanto serbios como albaneses se sientan resentidos porque creen que los empleos se los llevan los “otros”. En realidad, lo único que está haciendo la ONU es garantizar la pobreza entre las dos comunidades.
Las condiciones sociales en Kosovo son una mezcla explosiva. El alto nivel de desempleo y la memoria de los asesinatos de ambas partes sólo sirven para que cualquier chispa inicie el conflicto étnico. Lo que tenemos aquí son muchos barriles de pólvora que pueden explotar y cualquier chispa puede provocar una reacción en cadena. Mientras la situación económica no cambie los conflictos étnicos continuarán estallando en la región.
El imperialismo, ya sea con el paraguas de la ONU o de la OTAN, no puede resolver el problema. Es una de sus causas. No debemos olvidar que uno de los factores (aunque no fue el único) que provocó la ruptura de la antigua Yugoslavia fue la intromisión de potencias imperialistas como Alemania (aunque no fue la única) en los asuntos internos del país. El otro factor fue el callejón sin salida al que se enfrentaba el viejo régimen. La burocracia ya no podía desarrollar los medios de producción. Esto creó tensiones nacionalistas, fomentadas por las distintas burocracias regionales de Eslovenia, Croacia, Serbia, etc., Esto finalmente llevó al colapso de Yugoslavia. Lo que ahora estamos presenciando en Kosovo es la consecuencia de la ruptura de la vieja federación.
Sin embargo, a pesar de todos sus fallos y la ausencia de una verdadera democracia obrera, el mejor período de la Federación Yugoslava fue bajo Tito, en ese período la cuestión nacional retrocedió. A pesar del terrible conflicto étnico y los asesinatos durante la Segunda Guerra Mundial, sobre la base de una economía planificada y nacionalizada durante los años cincuenta y hasta mediados de los setenta, la economía pudo desarrollarse a un ritmo bastante rápido. Puso las bases para que los diferentes pueblos de la Federación pudieran vivir juntos pacíficamente. Viviendas, sanidad y educación decentes estaban disponibles para todos. La mayoría de la población tenía un empleo. Por supuesto que esto también puso las semillas de la futura crisis económica, debido a la mala administración burocrática de la economía.
Lo que vimos en la antigua Yugoslavia fue un destello de lo que podría ser. Sobre la base del desarrollo económico la cuestión nacional se pudo resolver parcialmente. El problema era la ausencia en el sistema de la democracia y el control obreros. Las decisiones no las tomaban los trabajadores sino los burócratas. Esto inevitablemente marcó el destino del sistema.
Hoy vemos como la cuestión nacional ha regresado con toda su virulencia. Los serbios, los albano-kosovares, los croatas, etc., necesitan urgentemente una solución al desastre económico que padecen. Sobre bases capitalistas sólo pueden esperar más de lo mismo: desempleo, viviendas malas, privatización de la enseñanza, privatización de la sanidad, etc. En estas condiciones los trabajadores de las distintas nacionalidades se enfrentan entre sí azuzados por los nacionalistas.
Lo que hace falta es una fuerza capaz de unir a los trabajadores de la antigua Federación Yugoslava en la lucha común contra el capitalismo. Esta debería extenderse más allá, a los trabajadores de Bulgaria, Rumania, Grecia, Albania, Turquía… Si los pueblos de estos países siguen en manos de la burguesía sólo se pueden esperar más conflictos y guerras. La situación puede que se calme temporalmente, pero seguirá en ebullición debajo de la superficie.
La clase obrera de todos estos países es la única que puede ofrecer una salida. Esa es la tarea de los verdaderos socialistas y comunistas -los marxistas- en todos estos países, trabajar para la construcción de una corriente dentro del movimiento obrero que pueda regresar a las tradiciones de la unidad de clase de todos estos pueblos. Esa es la única forma de asegurar que conflictos como el actual no empeoren la situación de la región.

19/3/2004