Una política socialista en el tema de la “inseguridad”

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El tema de la inseguridad es muy sensible para las familias trabajadoras que habitan los barrios y para los sectores medios de la población. Pero así como el Estado capitalista no puede resolver los problemas de la falta de empleo, salario, medio ambiente, salud o educación, tampoco puede resolver los problemas llamados de seguridad. Muy por el contrario, continúa generándolos. Este tema tan sensible fue utilizado desde el primer momento de una manera demagógica y reaccionaria por la clase dominantenante y los gobiernos para deformar los reclamos, ocultar la complicidad policial en muchos de los delitos, y endurecer las leyes represivas ante futuros reclamos sociales.

Aportes al Programa Socialista (VIII)

El tema de la inseguridad es muy sensible para las familias trabajadoras que habitan los barrios y para los sectores medios de la población. Pero así como el Estado capitalista no puede resolver los problemas de la falta de empleo, salario, medio ambiente, salud o educación, tampoco puede resolver los problemas llamados de seguridad. Muy por el contrario, continúa generándolos.
Este tema tan sensible fue utilizado desde el primer momento de una manera demagógica y reaccionaria por la clase dominante y los gobiernos para deformar los reclamos, ocultar la complicidad policial en muchos de los delitos, y endurecer las leyes represivas ante futuros reclamos sociales.
La extensión de la miseria producto de la crisis capitalista, crea las condiciones para la proliferación de muchos de los delitos. Son consecuencia del cierre de empresas y de la fuga de capitales al extranjero, de la falta de recursos por el pago de la deuda externa, de los salarios bajos y del empleo precario, de la actividad del narcotráfico y sus vinculaciones con políticos burgueses y con la mafia policial, y de la degradación de los barrios obreros como consecuencia de todo lo anterior.
Otra cosa son los secuestros de personas y los robos de autos, llevados adelante por mafias organizadas en complicidad con el podrido aparato represivo estatal (policía, jueces, servicio penitenciario) y amparados por punteros políticos e intendentes.
La impunidad policial también se refleja en los crímenes del gatillo fácil, sin ninguna consideración por los derechos de los jóvenes y pobres sospechosos (por portación de cara o color).
Con el endurecimiento de las leyes penales (aumentos de penas, limitaciones a la libertad condicional, reducción de la edad de imputabilidad penal, etc), lo que busca la clase dominante es preparar el escenario para que mañana sean aplicadas contra las protestas laborales y sociales, como siempre ocurrió históricamente.
Lo único que logran es mayor violencia mediante el mayor poder policial, como lo demuestra la situación en los EEUU, cuyo modelo policial es admirado por el reaccionario Blumberg, y que cuenta con la legislación penal más reaccionaria del mundo. Pese a tener más de 2 millones de presos en las cárceles es uno de los países más violentos e inseguros.
Además, el delincuente que pueda pagarse un abogado de prestigio jamás pisará las cárceles, o su estancia en ellas será muy corta, pero aquellos que carezcan de recursos, invariablemente verán cómo todo el peso de la ley se descarga sobre ellos. También la justicia es una cuestión de clase.
La solución definitiva al problema de la seguridad, como de los demás problemas sociales, sólo será posible cuando se eliminen las causas económicas, sociales y culturales que están enraizadas en una sociedad basada en la explotación, el lucro, la miseria y la división en clases sociales. La alternativa es el socialismo. Por eso debemos proponer medidas de transición que conecten con el movimiento de protesta popular, y que de ser implementado haría disminuir los delitos sensiblemente:
*Disolución del aparato represivo del Estado, y su reemplazo por patrullas vecinales para mantener la seguridad en los barrios, bajo el control de organismos populares como las asambleas barriales, sindicatos, cooperativas, etc. Destinarían a esta labor parte de su horario laboral sin disminución de salario. Sólo permanecerían colaborando aquellos agentes policiales que, a criterio de estas organizaciones, demuestren honestidad.
*Derecho a la sindicación policial para debilitar la cadena de mando jerárquica y propiciar el acercamiento de los miembros policiales honestos al movimiento popular.
*Comisión investigadora de los crímenes de gatillo fácil y de la represión policial, formada por familiares de las víctimas y organizaciones populares y de DDHH. Libre acceso a los archivos policiales y judiciales para la depuración, el juzgamiento y condena de culpables. Y control por esta comisión de las academias policíales.
*Elección de los jueces por sufragio popular para depurar de reaccionarios el aparato judicial. Instauración del Jurado Popular en cada tribunal elegido por los propios vecinos en cada barrio.
*Derogación del endurecimiento penal aprobado en la última reforma del 2004.
*Condiciones de detención dignas para los presos, con trabajo rehabilitatorio bajo convenio, acceso a educación, y mantenimiento de las políticas de reducción de penas para facilitar la reinserción social.
* Aumento drástico de inversiones en los barrios: construcción de escuelas, hospitales, centros culturales y deportivos, talleres de capacitación laboral para desocupados con subsidios de $800.