Ucrania: el vuelo MH17: el imperialismo y el arte de la hipocresía

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177-MH17-ChronologyLa muerte de aproximadamente 300 inocentes, hombres, mujeres y niños sobre un vuelo de Malaysian Airline ha conmovido al mundo. El vuelo MH17 desde Ámsterdam a Kuala Lumpur estaba viajando sobre la región ucraniana del conflicto cuando desapareció del radar. Un total de 283 pasajeros, incluyendo unos 80 niños, y 15 miembros de la tripulación estaban a bordo.

 

 

Los horrorizados habitantes del pueblo ucraniano de Rassypnoye, donde cayeron partes del avión malasio, afirmaron que “la gente caía del cielo”. Uno de ellos, Nikolai, dijo a la agencia de prensa Reuters: “Eran casi las 17:00. Hubo un fuerte estruendo de avión, luego hubo como una explosión o un aletazo y después empezaron a caer personas del cielo. La gente aparecía directo desde las nubes. Finalmente apareció el fuselaje del avión y aterrizó ahí, a 50 metros desde aquí”. Otro residente de Rassypnoye, Alla, recordaba: “escuchamos un ruido, sonaba como una explosión. Pensamos que nos estaban bombardeando. Pero cuando salimos afuera vimos una parte de un avión cayendo sobre nuestra casa”.    

Estos relatos de testigos oculares contienen un comentario muy relevante: “pensamos que nos estaban bombardeando”. La gente de esta conflictiva región solo está acostumbrada a los ataques y los bombardeos enviados por el gobierno de Kiev para aplastarlos. Pero este aspecto de la historia es muy cuidadosamente silenciado en toda la cobertura de los medios de prensa occidentales sobre este asunto.

El juego de la culpa

El juego de la culpa ha empezado de inmediato. Sin esperar por una investigación o cualquiera  información concreta, la maquinaria de la propaganda se precipitó a la acción con una prisa indecente. Washington no perdió tiempo en apuntar su dedo acusador sobre Moscú. El Secretario de Estado estadounidense John Kerry se dijo “horrorizado” por la noticia. “No hay palabras adecuadas para expresar nuestra condolencia a los familiares de las aproximadamente 300 víctimas”. El vicepresidente Joe Biden dijo que creía que el incidente no había sido un accidente y que el avión fue hecho “explotar en el cielo”. Las autoridades de inteligencia estadounidense dijeron que un misil tierra-aire había derribado el avión “pero no es todavía claro quien lo ha disparado”. El primer ministro australiano Tony Abbot no fue tan prudente. Dijo a su parlamento: “Este es un día triste para nuestro país y es un día triste para nuestro mundo”. Dijo que el MH17 había sido derribado “al parecer por rebelde pro-rusos”. 

La Casa Blanca exhortó Rusia a desactivar la crisis y a apoyar un camino hacia la paz. Sin embargo no hubo interpelaciones al gobierno de Kiev para que detenga su ofensiva o pare de bombardear las ciudades controladas por los rebeldes. Unas horas más tarde los funcionarios estadounidenses dijeron que sospechaban que un misil de fabricación rusa había derribado el MH17. Esta “sospecha” fue dictada desde Kiev. Un asesor del Ministro de Interior de Ucrania había sostenido anteriormente que el misil fue disparado por un lanzador Buk de fabricación rusa. No hay prueba de que esta afirmación se produjo, pero fue inmediatamente aceptada como buena moneda en Washington e inmediatamente retransmitida en todo el mundo como un hecho establecido.

Toda la “información” ha llegado directamente de Kiev. Sin embargo, los ucranianos no han dado a conocer ninguna información que pueda arrojar luz sobre lo que realmente sucedió. Por ejemplo, ¿por qué no hicieron públicas las conversaciones del piloto del avión con las autoridades del control aéreo ucranianas? Los estadounidenses aseguran que “ningún misil ha sido disparado del lado ucraniano”. ¿Por qué están tan seguros?

Como el propio gobierno de Kiev posee misiles Buk, sería una cosa muy simple tomar imágenes similares y presentarlas al mundo como “prueba concluyente” de las alegaciones del Poroshenko. Todavía tenemos recuerdos vívidos de la supuesta “prueba concluyente” de Colin Powell sobre las armas de destrucción masiva de Iraq. La validez de esta “evidencia” está aproximadamente al mismo nivel. Un experto en política exterior estadounidense, Damon Wilson, le dijo a la BBC que el presidente ruso Putin parece estar usando sus tácticas habituales en relación con el último desastre: “tomar algo por lo que tiene un gran sentido de culpa y echar la culpa a Ucrania”.

Un “análisis preliminar de los servicios de inteligencia de EE.UU.” ha llegado a la conclusión de que el MH17 probablemente fue alcanzado por un misil disparado por los rebeldes pro-rusos en el este de Ucrania, según lo reporta un locutor estadounidense de la CNN, citando a un “anónimo funcionario de la defensa de EE.UU.”. Pero ¿cómo puede haber un análisis antes de haber visto los restos de la aeronave? Este tipo de “análisis” es en el mejor caso, especulación y en el peor  propaganda. Finalmente, cuando Obama decidió decir algo fue más prudente que otros: “Es demasiado pronto para hacer suposiciones sobre las intenciones de los que podrían haber disparado el misil tierra-aire. Las investigaciones serán permanentes”. Pero a renglón seguido añade que el avión fue abatido por un misil tierra-aire. “El disparo salió del territorio controlado por los separatistas rusos”. Así que realmente ¡no era para nada demasiado temprano!

En viejos discos producidos por la disquera “La Voz de su Amo”, solía haber una etiqueta roja con el dibujo de un perro escuchando una grabación desde un gramófono. Esta es una descripción perfecta de lo que suele ser conocida como la “relación especial” entre Gran Bretaña y los EE.UU. El Gran Jefe en Washington abre la boca y el pequeño cachorro de perro en Londres comienza a ladrar. David Cameron ha escuchado la Voz de su Amo y obedientemente se hace eco de ella en la Cámara de los Comunes. Haciendo todo lo posible para imitar a Winston Churchill, exigió duras sanciones, incluyendo restricciones a los bancos y las compañías aéreas rusas y la congelación de activos de los “oligarcas y compinches” que apoyan a Putin.

Cameron advirtió que Gran Bretaña podría verse obligada a “cambiar fundamentalmente nuestras relaciones con  Rusia”. Él dijo: “Si él [el presidente Putin] no cambia su posición sobre Ucrania con  esto, entonces Europa y Occidente deben cambiar fundamentalmente su forma de abordar las relaciones con Rusia. Entre nosotros en Europa no debería ser necesario recordar las consecuencias del hacer la vista gorda cuando los países grandes intimidan a los países más pequeños”.

Uno podría de alguna manera dudar que el intento del Sr. Cameron para intimidar a Rusia haga perder mucho sueño al presidente ruso. El ladrido constante de perros pequeños es siempre una molestia, pero rara vez pone la vida en peligro. Y también se puede dudar de que los “oligarcas y compinches” en la ciudad de Londres que apoyan el señor Cameron, pero que obtienen enormes ganancias de sus relaciones con los “oligarcas y compinches” que apoyan a Putin, estarán de acuerdo con sanciones graves contra Rusia. Mientras tanto, Angela Merkel no quiere escuchar y  Francois Hollande pone su firma sobre un acuerdo de ventas de armas a Moscú altamente lucrativo. ¡No hay muchas señales de medidas duras por ahí!

Absolutamente (in)cierto

Incluso en los retorcidos anales de la propaganda mentirosa, sería difícil encontrar un tan evidente caso de como prejuzgar los hechos presentándolos aFront-pages-MH17 la opinión pública con una visión unilateral basada en absolutamente nada, excepto la especulación vacía y la histeria. Se hace constantemente referencia a supuestos “análisis” de “expertos”. Ningún análisis es posible hasta cuando un personal calificado haya examinado los restos del avión, un proceso que puede llevar semanas o incluso meses. Sin embargo, los “expertos” en Washington y Londres ya lo habían hecho en su mente antes de que nadie hubiera visto y mucho menos analizado los restos del avión. ¡Putin tiene la culpa! ¡Sancionar Rusia! ¡Sancionar Rusia!

En ese momento, si excluimos una falla mecánica, varias explicaciones eran posibles. En primer lugar, podría haber sido un acto terrorista en el mismo avión. Esta posibilidad se incrementa por el hecho de la pérdida reciente de otro avión de Malasia sobre el Pacífico, cuyo destino sigue siendo desconocido. La segunda posibilidad – que fue inmediatamente aceptada por los medios occidentales – es que fue derribado por un misil lanzado desde una zona controlada por los rebeldes en el interior de Ucrania. En tercer lugar, podría haber sido derribado por un misil disparado desde el interior de Rusia, o incluso por un avión de combate ruso. Por último, podría haber sido derribado por el ejército ucraniano. Todas estas posibilidades tienen que ser investigados, y la verdad sólo puede ser establecida cuando expertos investigadores de accidentes aéreos hayan tenido acceso directo a los restos del avión y sus registraciones de vuelo (las cajas negras).

La ausencia total de cualquier evidencia concreta ha sido compensada por algunas invenciones altamente creativas y afirmaciones muy confiadas, todas las cuales se originan en el gobierno de Kiev y sus portavoces. Dicen que un misil fue disparado “de una zona controlada por los separatistas en el sureste de Ucrania“. De hecho el sureste de Ucrania es un área muy grande, con una parte controlada por los rebeldes, otra bajo el control del gobierno, otra más disputada entre los dos lados. ¿Desde dónde ha sido disparado el misil? Si realmente tienen pruebas (como ellos dicen) que un misil fue realmente disparado del territorio controlado por los rebeldes, deberían ser capaces de utilizar la información electrónica para detectar el lugar exacto de donde fue lanzado. En el pasado hemos sido atiborrados con imágenes satelitales detalladas que supuestamente muestran las tropas rusas moverse más cerca o más lejos de la frontera. Pero no, no hay ninguna información concreta, sólo vagas declaraciones y acusaciones salvajes, cuya finalidad no es informar, sino echar gasolina al fuego.

La afirmación de que el avión fue alcanzado por un misil disparado por un lanzador Buk – un sistema de fabricación rusa para el lanzamiento de misiles tierra-aire de mediano alcance – fue hecha por primera vez por Anton Herashchenko, asesor del gobierno de Kiev, por lo tanto una fuente que difícilmente se puede considerar independiente. La única evidencia para esta afirmación y de que el misil fue lanzado por “separatistas pro rusos” es un breve y borroso vídeo que apareció misteriosamente horas después del accidente, y que pretende mostrar un convoy de militantes pro-rusos transportar el sistema Buk tierra-aire de vuelta a Rusia. Este vídeo fue publicado por Herashchenko en Facebook.

Según el servicio de Monitoreo de la BBC, estas imágenes fueron distribuidas por Dmytro Tymchuk, una periodista pro-Kiev, que se describe como “un autorizado periodista militar en Ucrania” (cuando en realidad maneja un medio de propaganda y se le ha pillado muchas veces haciendo falsas predicciones y difundiendo información falsa). Pero estas imágenes plantean más preguntas que respuestas. ¿De dónde el señor Tymchuk obtuvo estas imágenes de manera tan rápida y cómoda? ¿Quién las tomó, cuándo y dónde? Se supone que si estas son auténticas deben haber sido tomadas en medio de una zona de guerra en una zona controlada por los rebeldes. Pero no hay a la vista absolutamente ninguna información sobre esto.

Alguien ha señalado que existe una cartelera visible en el vídeo (al parecer de una reventa de carros) de una empresa en Krasnoarmeysk – una ciudad que ha estado bajo el control de las fuerzas de Kiev durante los últimos dos meses. No sabemos si esto es cierto o falso. Pero parece muy extraño que todos los pronunciamientos de Washington están basados en semejantes “pruebas” dudosa y rumores.  La CIA tiene en sus manos una tecnología muy sofisticada para el espionaje y la recopilación de informaciones. El área en cuestión es de gran interés para el imperialismo EE.UU. El disparo de un misil ruso Buk requiere el uso de radar. ¿Fue más allá de la capacidad de la CIA de detectarlo? Esto parece poco probable. Sin embargo, lo mejor que puede ofrecer son ¡algunas imágenes borrosas de dudoso origen que se han publicado en las redes sociales!

Se dice que los rebeldes habrían capturado un sistema de defensa aérea SA-11 del ejército ucraniano. Esto es algo que el ejército ucraniano niega enérgicamente, una negación repetida por la Fiscalía General del Estado después de la explosión del vuelo MH17. Se dice que uno de los líderes rebeldes, Igor Strelkov, tuiteó que había derribado un avión de transporte ruso Antonov 26, y que ese tweet fue suprimido posteriormente. Incluso si esto fuera cierto, se trata todavía sólo de pruebas circunstanciales. Un criptógrafo ruso ha analizado una de las cintas que supuestamente “probarían” la participación de Rusia en el derribo del avión, y ha demostrado que es una falsificación, que consiste en fragmentos de conversaciones diferentes en diferentes momentos que alguien ha unido para producir el efecto deseado.

Siguiendo el ejemplo de Kiev, los “expertos” extranjeros se unen al coro con entusiasmo. En un artículo en el Daily Telegraph, Shashank Joshi del Royal United Services Institute [un instituto británico de estudio sobre temas de seguridad y defensa, ndt] sostiene que “esto es casi tan malo como podría llegar a ser para Moscú”. Dice que después de haber patrocinado por meses una guerra encubierta en las fronteras de Ucrania, “parece cada vez más plausible – aunque lejos de ser cierto – de que uno de sus representantes podría ser responsable del mayor acto de terror en la historia moderna europea (incluso el ataque contra el tren de Madrid de 2004 mató a menos personas, con 191 víctimas mortales)”. Tomemos nota del lenguaje donde “parece (es decir, aparenta) cada vez más plausibles” (es decir, yo lo puedo creer), es calificado por” lejos de ser cierto”. Pero en la frase siguiente, ésta completa falta de certeza se transforma en certeza absoluta. No sólo eso, pero ahora estamos absolutamente seguros de que Moscú (o al menos uno de sus representantes) “pueden ser responsables del mayor acto de terror en la historia moderna europea (incluso el ataque contra el tren de Madrid de 2004 mató a un menor número de personas, con 191 muertes)”.

Aquí el cinismo político se combina con el analfabetismo gramatical y el absurdo lógico. El atentado de Madrid fue un acto deliberado de terror, calculado para matar al máximo número de víctimas civiles. Pero nadie – ni siquiera el señor Shashank Joshi – se ha aventurado a sugerir que si se trataba efectivamente de un misil disparado por los rebeldes (algo, no lo olvidemos, lejos de ser cierto) sólo pudo haber sido un accidente, ya que los rebeldes no tenían absolutamente nada que ganar con esto y todo que perder.

“No podemos descartar la asistencia técnica del personal ruso… Esto [el atentado contra el avión] sigue un patrón de acciones de los separatistas apoyados por Rusia”, ha aseverado la delegada de EE.UU. en las Naciones Unidas Samantha Power. “No podemos descartar”, el ataque “sigue un patrón de acciones de los separatistas apoyados por Rusia”, etc. La vaguedad del lenguaje expone la completa falta de pruebas concretas y un deseo de hacer afirmaciones generales y afirmaciones sin fundamento que sin embargo tienden a señalar con el dedo acusador en una dirección particular.

“La manipulación de las pruebas”

En cualquier caso, debería ser posible definir la cuestión científicamente. Según los expertos investigadores de accidentes de vuelo se puede determinar las causas del accidente de los rastros  dejados en los escombros. Si esto es así, entonces debe ser un asunto fácil descubrir quién hizo el disparo letal. Pero, por si acaso la evidencia no confirmara la “prueba concluyente” del gobierno de Kiev, el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania ya ha acusado a los militantes pro-rusos de obstaculizar las investigaciones sobre las causas del accidente.

Tanto los rebeldes como Putin han pedido “una investigación completa y objetiva del accidente aéreo”. Esto no hace pensar que tengan algo que ocultar. Putin además ha pedido el acceso completo al lugar del accidente, pero también ha pedido que se ponga fin a las hostilidades y dijo que la culpa de esta tragedia debe ser colocada en la puerta del gobierno de Kiev. Muchas personas se preguntan por qué la investigación aún no ha comenzado en serio. Después de haber  pedido a gritos una investigación internacional para determinar los hechos, el Occidente comenzó inmediatamente una campaña mediática asegurando que los rebeldes estaban negando el acceso al lugar del accidente, que estaban manipulando la evidencia y removiendo los cuerpos, que, dijeron, habían “desaparecido”. Esto es una mentira de principio a fin.

Las autoridades de la zona controlada por los rebeldes han declarado desde el primer día que van a permitir el acceso a los investigadores y están totalmente a favor de una investigación independiente. Lo que han pedido es el establecimiento de un corredor humanitario y un cese al fuego para facilitar la investigación. Una petición razonable, se podría pensar, que sin embargo ha sido rotundamente rechazada por el gobierno de Kiev, que está empeñado en intensificar su ofensiva feroz contra el pueblo de Oriente.

Trabajadores de servicios de emergencia han estado registrando minuciosamente los escombros en el lugar del accidente desde el primer día. A pesar de la extrema falta de recursos, la gente de la región ha hecho todo lo posible para ayudar en la recuperación de los cuerpos. AP informa que entre los trabajadores voluntarios del rescate que buscan en el lugar del accidente muchos son policías “e incluso mineros del carbón fuera de servicio”. Los mineros de todo el mundo están siempre dispuestos a ayudar en este tipo de emergencias. Están demasiado acostumbrados a desastres mineros propios y, por tanto, entienden el sufrimiento de los demás. Hay fotos de los mineros del carbón de Ucrania vadeando a través de un campo de girasoles cerca del pueblo de Rozsypne en búsqueda de cadáveres del estrellado avión de pasajeros malasio.

Gracias a la incansable labor de estos trabajadores de rescate las cajas negras del vuelo han sido recuperadas del lugar del accidente. Ahora han sido entregadas a las autoridades de Malasia. Sin embargo, en su odio a los rebeldes, el gobierno de Kiev ha acusado a los rebeldes de tratar de destruir las pruebas de los “crímenes internacionales” en el lugar del accidente. El gobierno dijo que los rebeldes liderados por Rusia estaban impidiendo a los representantes internacionales y sus propios expertos de comenzar la investigación. Estas también son mentiras. Es el gobierno de Kiev que no ha hecho absolutamente nada para ayudar en las operaciones de rescate y recuperación. Por el contrario, ha saboteado activamente al negar un alto el fuego e intensificando su ofensiva en la zona del lugar del accidente.

Alexander Borodai, el líder de la separatista República Popular de Donetsk, dijo que iba a permitir que los cuerpos de los fallecidos en el accidente sean llevados a la cercana ciudad de Kharkiv, que es controlada por el gobierno de Kiev, ya que “no tenemos suficientes refrigeradores para almacenar los cuerpos”. El informe presentado hoy por la BBC dice que casi todos los cuerpos han sido recuperados y se han enviado a Kharkiv, según lo prometido. Y por qué alguien querría que los cuerpos sean “desaparecidos” es una incógnita. De hecho el jefe del equipo de expertos forenses holandeses dijo que estaba “muy impresionado” con el trabajo realizado en el lugar del accidente y que teniendo en cuenta las circunstancias se había hecho “un gran trabajo”.

Las entrevistas con la población local muestran que son genuinamente sorprendidos y conmovidos hasta las lágrimas por la terrible suerte de las víctimas. Pero mostrar ese rostro humano no es interés del gobierno de Kiev y sus aliados occidentales. Por el contrario, ellos están ansiosos por retratar a la gente del sureste de Ucrania como monstruos inhumanos, terroristas sedientos de sangre, “bastardos”, para citar el delicado lenguaje del Primer Ministro de Ucrania Arseniy Yatsenyuk: en pocas palabras, gente que sólo merecen ser bombardeados y sacrificados como ganado – que es lo que él ha estado haciendo desde hace algún tiempo con el fomento de Washington y sus aliados.

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) envió un equipo de observadores internacionales al lugar del accidente y confirmó que habían tenido acceso seguro el viernes (es decir, inmediatamente). La organización dijo que los “separatistas” estuvieron también cooperando con las autoridades de Ucrania en el curso de la operación de rescate. A pesar de esto, los medios de comunicación occidentales publicaron informes acerca de milicianos “medio borrachos” patrullando el lugar del accidente. Para hacer esta noticia aún más interesante, se informó que los guardias habían disparado contra los miembros de la OSCE que habían ido al lugar para investigar.

Hay dos problemas con esta historia. En primer lugar, los miembros de la OSCE no son investigadores de incidentes aéreos. Su misión es de mediar un alto al fuego entre el gobierno de Kiev y los rebeldes, que Kiev ha estado saboteando. En segundo lugar ellos han aclarado de no haber sido disparados por nadie. ¡No importa! La noticia de rebeldes disparando a la OSCE ya ha dado varias vueltas al mundo, y nadie ha dado publicidad a las rectificaciones. Uno nunca debe dejar que los hechos echen a perder una buena historia.

Los informes de los medios occidentales contradicen en la práctica la mentira que los rebeldes han negado el acceso a la zona del desastre. Hemos visto periodistas de la BBC pasear sin problemas por la escena del suceso, filmando, comentando e incluso levantando pedazos de escombros (¿puede considerarse esto una “manipulación de las evidencias”?). Hay muchos inspectores internacionales en Kiev. Entonces ¿por qué la investigación internacional ha sido tan retrasada? La razón por la cual ellos no han ido en el lugar es que el gobierno de Kiev no se lo permite. Este no está mínimamente interesado en una investigación internacional, pero muy interesado en intensificar la campaña militar contra Donetsk. Como en Kiev creen de estar ganando, no quieren un alto al fuego que según ellos solo serviría a que los rebeldes tengan una tregua para recuperar aliento. Más bien el trágico destino de 300 personas proporciona el material ideal para la maquinaria de la propaganda de Kiev.

El gobierno de Kiev “investiga”… y provoca

El presidente ucraniano Petro Poroshenko ha dicho: “derribar un avión civil es un acto de terrorismo internacional, dirigido en contra del mundo entero. Esta es una advertencia para el mundo entero. Esperamos una reacción adecuada de la comunidad internacional. Ofrecemos nuestras sinceras condolencias a los familiares de aquellos pasajeros y miembros de la tripulación que no volverán a ver a sus seres queridos otra vez. Durante semanas hemos llorado sobre nuestros muertos. Tenemos lágrimas para las víctimas inocentes de este crimen. Hoy Ucrania llora con ustedes”.

La reacción de los medios de comunicación ucranianos acerca del desastre es casi unánime en un punto señalado enérgicamente por varios periódicos, incluyendo el diario popular, Segodnya. Se dice que el accidente se ha convertido en un “punto de inflexión” en el conflicto armado entre las fuerzas del gobierno de Ucrania y los separatistas pro rusos y que la guerra ya no es un conflicto local.

El gobierno de Kiev desea actuar como fiscal, juez y jurado en esta materia. El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) dice que ha puesto en marcha una investigación sobre el accidente del avión de Malasia, al que se refiere como “un acto de terror”. Pero si ya se sabe que es “un acto de terror”, y si se ha “demostrado concluyentemente” que los autores de este “acto de terrorismo” han sido Vladimir Putin y los rebeldes, ¿por qué debería ser necesaria una “investigación”?

La “investigación” se actuó con la velocidad del rayo. Exactamente dos minutos después de la declaración anterior, el gobierno de Kiev dio a conocer lo que dicen ser interceptaciones de conversaciones telefónicas entre los separatistas pro rusos y “lo que parecen ser oficiales militares rusos”, hablando de que los separatistas derribaron el vuelo MH17. La notable rapidez de los servicios secretos ucranianos presenta un sorprendente contraste con la asombrosa ineptitud de la inteligencia rusa que, como se nos pide creer, estaría conversando de semejantes asuntos al  teléfono con alguien. He aquí otro misterio a desentrañar para un cerebro curioso.

Yatsenyuk ha definido el derribo del MH17 como un “crimen internacional” y una “guerra contra el mundo”. Ha llamado a una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. “Todas las líneas se han cruzado”, ha aseverado, alertando a la población a prepararse para un bloqueo total del comercio bilateral con Rusia. “Mi pronóstico es el siguiente: necesitamos prepararnos a un bloqueo total del comercio bilateral con Rusia”, dijo Yatsenyuk, tal vez con algo de optimismo (tomado de un artículo de Interfax-Ucrania).

Todos saben que Yatsenyuk es un títere del imperialismo estadounidense y su fe belicista refleja la línea de Washington. Pero actualmente hay muy poca substancia detrás de esto. En palabras del Macbeth de Shakespeare: “Es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y furia, sin ningún significado”. Todo esto está calculado para generar un ambiente de miedo y odio hacia Rusia y los insurgentes, y para ganar apoyo internacional a la sangrienta campaña que libra el gobierno de Kiev contra la población del sureste ucraniano.

El más disgustoso ejemplo de la campaña de Kiev de odio hacia los rebeldes ha sido una foto que parece mostrar un miliciano armado en el lugar del desastre levantando una muñeca de niña. Esta foto ha sido inmediatamente publicada en internet y reproducida en las portadas de la prensa mundial como una “prueba” que los rebeldes son monstruos inhumanos dispuestos a burlarse de la muerte de un niño. El primer ministro holandés que está tratando de ganar publicidad barata para sí mismo atacando Rusia, pronunció un discurso histérico en que denunciaba este como un escándalo disgustoso. Pero cuando el entero contenido del video fue mostrado, este ha presentado una imagen completamente diferente. El hombre, claramente conmovido por el turbador escombro, lo sostuvo ante la cámara antes de santiguarse con devoción y reverencia ante la escena (vea el video abajo).

Así es como el gobierno de Kiev está utilizando una tragedia humana para empujar a los gobiernos occidentales a proporcionarles un mayor apoyo militar, o por lo menos a endurecer las sanciones en contra de Rusia. Pero hay un pequeño problemas aquí. Obama, que es consciente de que la mayoría de los estadounidenses están cansados ​​de la guerra y aventuras en el extranjero, no quiere ser arrastrado en una acción militar en Ucrania. No quiere intervenir pero le gustaría que los gobiernos europeos adoptasen una postura más agresiva en contra de Rusia. Hasta ahora, no ha tenido éxito.

Los americanos están impacientes con Merkel y la Unión Europea por su tímida reacción a la crisis ucraniana. Esto ha sido expresado por el líder de los neo-conservadores Paul Wolfowitz en una entrevista a la BBC. Hizo un lapsus freudiano cuando acusó a Putin de “echar petróleo sobre la crisis”, antes de corregirse a sí mismo, dándose cuenta de que lejos de echar petróleo en Europa y Ucrania, el hombre en el Kremlin podría tener la tentación de cerrar el grifo por completo.

¿Cui bono?

En cada investigación de homicidio la primera pregunta que debe hacerse es “cui bono”: ¿quién gana? Es obvio para todos que Putin no tiene nada que ganar derribando un avión civil sobre el Este de Ucrania. Al contrario, como ahora alegremente señala la prensa occidental, él tiene todo para perder. Lo mismo es verdad para los rebeldes que, además de ser maltratados por la fuerzas del gobierno de Kiev, ahora se encuentran expuestos por la prensa mundial a la vergüenza pública como “asesinos” y “terroristas”.

¿Acaso Rusia sale ganando algo por el derribo de un avión civil y matando a 300 personas? No, no es así. ¿Los rebeldes pueden ganar? No, ellos podían perder mucho. Entonces, ¿quién sale ganando? El líder rebelde Alexander Borodai acusó al mismo gobierno de Ucrania de atacar al avión. “Al parecer, se trata de un avión de pasajeros, en verdad derribado por la fuerza aérea de Ucrania”, dijo a la estatal Rossiya 24 emisora ​​de televisión de Rusia. ¿Es esta afirmación tan absurda como reclaman los medios occidentales? Puede o no ser cierto, pero no es absurdo.

Los hombres de Kiev son actualmente los únicos con un claro y evidente móvil para este crimen. ¿Tuvieron la posibilidad? Sí, porque mientras nadie puede comprobar que los rebeldes poseen los misiles Buk que se ha dicho han derribado el avión, es sabido que el ejército ucraniano los tiene. Según el servicio de monitoreo de la BBC, militares rusos detectaron el radar activado de una batería de misiles tierra-aire Buk ucranianos el jueves. Un informe en este sentido fue trasmitido por la televisión estatal rusa. Si eso es verdad, el dedo de la sospecha apunta no a los rebeldes, sino al propio ejército ucraniano.  

Los ucranianos se han quejado en repetidas ocasiones de una supuesta violación de su espacio aéreo por parte de Rusia. Es posible que derribaran el avión pensando que era un avión de combate ruso. Esto, sin embargo, parece poco probable, ya que hay señales electrónicas que identifican automáticamente un avión civil. La alternativa es que dispararon al avión deliberadamente. A primera vista esto puede parecer tan monstruoso que es casi inconcebible. De hecho, es monstruoso, pero no es en absoluto inconcebible.

El Ministerio de Defensa ruso ha publicado imágenes que parecen indicar la presencia de aviones de combate ucranianos en las proximidades del avión de Malasia, poco antes de que este se desplomara a tierra. ¿Qué estaban haciendo allí? Del mismo modo se tiene evidencia de misiles Buk movidos por el ejército ucraniano, al mismo tiempo y en la zona cerca de donde el avión cayó. Moscú ha desafiado a Kiev a dar detalles de lo que sus sistemas antiaéreos estaban haciendo en el momento del accidente. Hasta el momento no ha habido respuesta alguna de Kiev, sólo indignadas desmentidas. Pero hay otras contradicciones que no se han explicado. Antes de que se estrellara, el vuelo MH17 estaba volando en una ruta que era diferente de la habitual. Este cambio de rumbo se debe haber decidido de común acuerdo con el control aéreo de Ucrania. ¿Por qué la conversación entre el control aéreo y el vuelo MH17 no se ha hecho pública?

Pero, ¿serían capaces el gobierno de Kiev y sus fuerzas de una acción tan cobarde? No sólo serían capaces de tales cosas, sino que ya las han hecho. Desde que los rebeldes declararon la independencia en las regiones orientales de Ucrania de Donetsk y Lugansk, en abril, se estima que más de 1.000 civiles y combatientes han sido asesinados en una feroz ofensiva desatada por el gobierno de Kiev. Sólo el pasado martes, día antes de esta tragedia, un avión de guerra del gobierno de Kiev bombardeó la ciudad de Snizhne controlada por los rebeldes, destruyendo un bloque de viviendas y matando a 11 personas. Las autoridades ucranianas negaron que sus aviones estuvieran involucrados. En cambio, culparon a Rusia. Esta mentira fue tan evidente que incluso las revistas occidentales pro-Kiev, como El Economista, la ridiculizaron. Esto significa que el régimen de Kiev ya ha bombardeado un objetivo civil tratando de echarle la culpa a Rusia.

Esa vez no tuvieron éxito, por lo cual ¿no es posible que volvieran a intentarlo pero esta vez jugando con apuestas mucho más altas? Es por lo menos una posibilidad de que no puede ser excluida. ¿Cuál sería el motivo? Eso también es claro. Aunque las fuerzas ucranianas están avanzando, la guerra en el Este está avanzando lenta y dolorosamente. Los rebeldes luchan por cada metro cuadrado de suelo y de los hombres en Kiev se sienten frustrados. A ellos les gustaría más ayuda estadounidense y europea y están decepcionados de que no la están recibiendo. Yatsenyuk sabe muy bien que él no puede enfrentar a Rusia militarmente. Por lo tanto, él y la camarilla en Kiev quieren arrastrar a otros en su conflicto. El derribo del avión de Malasia les proporciona una oportunidad perfecta para hacer precisamente eso.

La historia de la guerra conoce muchos ejemplos en los que han sido fabricados o provocados incidentes con el fin de crear una atmósfera de histeria bélica y justificar los actos de agresión: la voladura del Maine, Pearl Harbour, el Golfo de Tonkin. El derribo del vuelo MH17 puede ser uno más de esos casos. Poroshenko y el gobierno de Kiev, sin duda no perdieron tiempo en el uso de esta tragedia humana para avivar el sentimiento anti-ruso con el más histérico y agresivo lenguaje: “los rusos están acabados” declaró triunfalmente el primer ministro de Ucrania Arseniy Yatsenyuk.  “Este es un crimen internacional que debe ser investigado por el tribunal internacional de La Haya”. Hablando en una reunión en Kiev, también dijo que Ucrania debe prepararse para “restricciones completas” en el comercio con Rusia (es decir, para la guerra) y exigió la cabeza de los “bastardos que hicieron esto”. La pregunta es: ¿quiénes son esos “bastardos”?

¿Los rebeldes han cometido un error?

¿Es posible que el avión haya sido derribado en un ataque equivocado de las fuerzas rebeldes? Después de haber sido atacados y bombardeados por las fuerzas pro Kiev, es posible que hombres inexpertos pensasen que el avión malasio fuese otro avión de guerra ucraniano viniendo a bombardearlos y lo hayan derribado por error. Esta es otra posibilidad, pero en ningún caso puede considerarse como la única.

La agencia de prensa Interfax citó al representante rebelde Sergey Kavtaradze culpando a “la parte ucraniana” por el accidente del avión malasio. “Nosotros simplemente no tenemos sistemas de defensa aérea de este tipo”, dijo. Y el ejército ucraniano afirmó sin rodeos que el avión de Malasia fue derribado por los rusos, no los rebeldes de Ucrania. Está claro que en el sangriento caos del Oriente de Ucrania, nadie está en completo control de la situación. Por eso es absurdo exigir que Putin deba resolver el problema. La suposición hecha en Occidente es que los rebeldes, sin experiencia en el manejo de sistemas de misiles sofisticados, cometieron un error, creyendo que el avión era un avión de guerra ucraniano enviado a bombardearlos. Dado que este es un hecho cotidiano, esta sería una suposición razonable. El sistema Buk tiene un dispositivo de radar sofisticado que le permite distinguir entre aviones civiles y aviones de guerra. Pero si los artilleros  no son capaces de manejar un sistema de este tipo, el avión aparece como poco más que un punto en el cielo. Si se hace una interpretación errónea de ese punto, el resultado es fatal.

Alexander Nekrasov, ex asesor del Kremlin, señala: “El sistema Buk consta de cuatro vehículos [y] dos radares. Usted realmente tiene que serbuk profesional para controlarlo. Así que la sospecha es que podría ser o bien alguna unidad descontrolada dentro del ejército ucraniano, o de una unidad descontrolada entre los llamados separatistas”. Nekrasov dice que hay una percepción en Occidente de que Rusia tiene el control de todos los separatistas ucranianos. “No es tan simple como eso”, dice. “Hay muchos grupos ahí que tienen sus propias agendas y suministros de armas.” Algunas de las tropas ucranianas han cambiado de bando y están luchando en el bando de los rebeldes.

A pesar del discurso de los medios occidentales sobre la “moderación” de las autoridades de Kiev, las fuerzas ucranianas han estado atacando agresivamente a los civiles en el este. Detrás de la densa cortina de humo de la propaganda, el gobierno de Kiev continúa su sangrienta ofensiva en el este de Ucrania. Los suministros de electricidad y agua se han eliminado en gran parte de las ciudades controladas por los rebeldes en Lugansk, en el este de Ucrania, y una importante refinería de petróleo está en llamas, han informado los medios de comunicación rusos y ucranianos.

Los rebeldes se resisten ferozmente. Retomar Sloviansk le costó varias semanas a los ucranianos del ejército regular. Las fuerzas ucranianas perdieron varios aviones y helicópteros en esa operación. El centro de la resistencia de los rebeldes se trasladó a Donetsk y Lugansk. Ahora, el ejército ucraniano se enfrenta a la perspectiva de nuevas pérdidas cuando intenta sitiar a estos centros regionales, donde cada distrito se puede convertir en un foco de la resistencia armada.

A pesar de que parezca el contrario, el ejército ucraniano no es una fuerza de combate más eficaz de lo que era cuando comenzó el conflicto. Se trata simplemente de que el régimen de Kiev ha impuesto comandantes que no dudarán en utilizar armamento pesado, artillería y aviones contra objetivos civiles. La principal fuerza de choque del régimen de Kiev es la llamada “Guardia Nacional de Ucrania”, unidades compuestas principalmente de voluntarios fascistas y nazis. Estos fascistas son ideológicamente motivados y mejor pagados que el ejército. Ellos son los que amenazan a la población de Oriente con sangre y fuego. Eso es lo que la propaganda en los medios de comunicación trata de ocultar a la opinión pública mundial.

Del otro lado, los rebeldes saben que no pueden continuar la guerra sin un apoyo desde el exterior. El hecho que Donetsk pueda o no ser tomada sin destrucciones en gran escala, depende directamente de la fuerza de las defensas rebeldes. Sus municiones se acaban, necesitan constantemente nuevas armas. Necesitan la afluencia de voluntarios desde Rusia. Y los combatientes necesitan adiestramiento militar y lugar donde adiestrarse. La principal demanda del gobierno de Kiev y de sus aliados en Washington y Londres es que los rusos deben cerrar sus fronteras y acabar de suministrar equipamiento militar a los rebeldes. En otras palabras quieren quitar a los rebeldes las cosas que ellos necesitan para defenderse, para hacerlos indefensos y ponerlos a la merced de la Guardia Nacional, es decir, de los nazis ucranianos. Este es el significado esencial del clamor sobre el vuelo MH17.

La actitud de Rusia será obviamente crucial en esta situación. Putin parece haber rechazado la idea de una intervención militar directa, por lo menos por ahora. La opinión pública en Rusia lo obliga a mantener un tácito apoyo a los rebeldes con el suministro de armas y voluntarios. Pero el Kremlin está persiguiendo sus propios cínicos intereses en Ucrania. Putin tiene la intención de mantener a los rebeldes a flote mediante un suministro de armas apenas suficientes para evitar que sean derrotados con el fin de debilitar el gobierno de Kiev y obligarlo a llegar a un acuerdo con Moscú. El Occidente acusa a Putin de alentar a los rebeldes, pero en realidad el carácter muy limitado de su ayuda está provocando el descontento entre los combatientes que estaban mirando hacia Rusia para que esta apoye su lucha contra el ataque fascista.

El ejército ucraniano probablemente tratará de usar su superioridad numérica para aplastar a los rebeldes. Los expertos calculan que 30.000 soldados de las tropas regulares se enfrentan a un máximo de 10.000 insurgentes. Bajo estas circunstancias, la respuesta lógica de los rebeldes podría ser la creación de grupos móviles de 200 a 300 combatientes, equipados con lanzacohetes móviles y armas antitanque y cortar las comunicaciones con Donetsk, para bloquear el despliegue de tropas ucranianas liberado por la captura de Sloviansk. Ellos ya han volado tres puentes en las carreteras que conducen a Donetsk, y las tropas ucranianas se enfrentarán al riesgo de las emboscadas de los rebeldes en las carreteras.

No es posible decir exactamente que números y equipamientos los rebeldes han intentado concentrar en Donetsk. Pero el combate en una ciudad moderna es una pesadilla para el ejército ucraniano. Cada calles será un campo de batalla, cada casa un foco de resistencia. Los rebeldes combatirán hasta la muerte y el número de víctimas será considerable. Incluso si Donetsk cayera, el gobierno de Kiev enfrentaría una guerra de guerrilla de larga duración, actos terroristas y el odio de la población conquistada que solo podrá ser contenido con la represión. En el Este de Ucrania hombres, mujeres y niños son incesantemente asesinados, mutilados y desplazados de sus hogares. Muchos han huido a Rusia. Por lo menos 20 civiles han sido asesinados el viernes por la mañana en los bombardeos sobre la ciudad de Lugansk controlada por los rebeldes. La Cruz Roja de Lugansk ha informado que 44 civiles han sido asesinados en un lapso de 48 horas. La administración de la ciudad ha definido este “otro día negro”. Bombas disparadas por el ejército ucraniano han caído sobre “prácticamente cada distrito” de una ciudad de 427 mil habitantes, mientras las tropas del gobierno de Kiev se acercan cada vez más a la ciudad. Sus habitantes viven en constante temor por sus vidas. Sobre este tema, sin embargo, los medios occidentales, por supuesto, mantienen un discreto silencio.

Un acto de terrorismo

Cualquiera haya sido el responsable del derribo del vuelo MH17, este ha sido claramente un acto de terrorismo y debe ser investigado, pero no tenemos ninguna confianza en las investigaciones del régimen de Kiev. El gobierno de Kiev no ha hecho nada para investigar la masacre de Odessa de 2 de mayo, cuando la gente fue quemada viva en la sede de los Sindicatos, y asesinada mientras trataba de escapar del edificio en llamas. Al menos 48 personas murieron en ese pogromo atroz, pero de acuerdo con la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, el régimen de Kiev no está cooperando con la investigación. De hecho Iulia Tymoshenko agradeció públicamente a los autores de ese sangriento crimen.

El constante llanto y la angustia en Washington, Londres y Berlín es un espectáculo repugnante de la hipocresía imperialista a sus peores niveles. Más de 500 hombres, mujeres y niños han muerto en Gaza, pero Obama y compañía no exigen que la clase dominante israelí desista de su agresión criminal. No hay reclamos para sanciones contra el régimen criminal de Israel, sólo los habituales llamamientos hipócritas a “la moderación en ambos lados”, como si ambas partes estuvieran en el mismo nivel en este sangriento conflicto.

Aún más repugnante son las lágrimas de cocodrilo del gobierno de Kiev, que, en última instancia, debe asumir la responsabilidad de la masacre en el este de Ucrania y la consiguiente tragedia del vuelo MH17. El defensor del pueblo ucraniano Valeriya Lutkovska solloza: “Es doloroso aceptar y es aún más difícil de entender la muerte de cientos de personas inocentes, incluyendo a 80 niños Anteriormente, estos monstruos de la llamada [separatista] República Popular de Donetsk y Lugansk habían asesinado, mutilado y utilizado a niños ucranianos como escudos humanos. Ahora, se presentan con las manos ensangrentadas frente los niños de todo el mundo”.

Podría también haber llorado por las cientos de víctimas civiles del bombardeo indiscriminado de zonas civiles en Donetsk y Lugansk. La Cruz Roja dijo que 40 personas murieron en Lugansk en las últimas 48 horas. El argumento de Kiev y sus partidarios de que las mujeres y los niños son utilizados como “escudos humanos” es bien conocido por la propaganda israelí contra los palestinos. Lo que esto significa actualmente es que los civiles que son tan desconsiderados como para vivir en las ciudades que ellos desean conquistar, pueden ser asesinados y mutilados por las bombas y los bombardeos ucranianos. Pero cuanto menos se diga sobre esto, mejor.

En cuanto a la meta de Moscú, esta parece ser la de mantener el control sobre Ucrania a través de la continuación del caos. Se va a debilitar el gobierno de Kiev y convencerlo de que nada se puede hacer sin el permiso de los hombres en Moscú. Y tendrá la ventaja adicional de mostrar al pueblo ruso que cualquier intento de una revolución, cualquier intento de deshacerse del régimen de Putin, sólo va a terminar en el caos y la guerra civil. En cuanto a las personas desafortunadas de Donetsk, tendrán el dudoso honor de morir por la Patria Rusa que no estaba dispuesta a dejar que sean parte de ella.

El pueblo de Ucrania han sido cruelmente engañados por esos “amigos” – tanto extranjeros como de Ucrania – que pretendían defender sus intereses. Muchas personas en Ucrania Occidental pensaron que la caída de Yanukovich podría significar una mejora y que la UE vendría en su ayuda. Después de sólo unos meses han empezado a preguntarse qué ha cambiado en Kiev, y se dan cuenta de que nada ha cambiado, por lo menos nada ha mejorado. Los mismos políticos corruptos se sientan en el gobierno. Los mismos oligarcas corruptos gobiernan tras bambalinas. La “ayuda” occidental viene con condiciones que explican la austeridad, las privatizaciones a gran escala y la caída de los niveles de vida. Los precios están subiendo. La gente común, como siempre, son los que pierden.

Para la gente del Este de Ucrania la situación es aún peor. Los gánsteres en Kiev tratan de ocultar la realidad de la dominación oligárquica golpeando eltensiondonetsk tambor nacionalista y fomentando el odio contra Rusia y las personas de habla rusa que calumnian como terroristas, separatistas, infrahumanos y animales. Yatsenyuk y Poroshenko se apoyan en el soporte de elementos criminales nazis que han desatado contra el Este.

Algunas personas de mente simple imaginan que Rusia está actuando en el interés de la gente del Este de Ucrania. En su confusión, identifican la Rusia de Putin con la Rusia de Lenin y Trotsky. ¡Esa es una vana ilusión! Pasan por alto el hecho de que Rusia es hoy un país capitalista gobernado por una oligarquía corrupta y rapaz, al igual que Ucrania. Cuando un trabajador ruso dice: “Quiero defender a mis hermanos y hermanas de Ucrania en la lucha contra el fascismo”, podemos creer en él. Es un sentimiento saludable de la solidaridad de clase. Pero cuando Vladimir Putin dice lo mismo, no creemos ni una palabra. Putin y la camarilla del Kremlin representan los intereses de la oligarquía rusa. Ellos han estado jugando un juego cínico con la gente del Este de Ucrania, alimentando sus esperanzas sólo para traicionarlos y colocarlos a la merced del régimen de Kiev y sus mercenarios fascistas. Sería fatal hacerse ilusiones sobre estos diseños.

¡Trabajadores de Ucrania! La raíz de sus problemas no es tal o cual gobierno, sino el propio sistema capitalista. Los capitalistas han saqueado, robado y engañado. Ellos se han enriquecido y han reducido una nación potencialmente próspera a la mendicidad, la ruina y la humillación. Ahora se han sumido en una cruenta guerra civil. Esta guerra no sirve a los intereses del pueblo ucraniano.

En la senda del nacionalismo y el chovinismo no hay nada más que ruinas para todos los ucranianos. La única solución es unir a la clase obrera para derrocar a la oligarquía capitalista: por una Ucrania unitaria, independiente y socialista. ¡No confíen en los políticos que mienten, que se envuelven en la bandera del nacionalismo, pero que en realidad son los agentes de los oligarcas! ¡No confíen en los líderes extranjeros – ya sea de Washington, Berlín o Moscú – que dicen ser sus amigos, pero sólo están persiguiendo sus propios intereses egoístas! ¡Confíen sólo en ustedes mismos, en el poder de la clase obrera y la causa del socialismo! Ese es el único camino a seguir.

Londres, 22 de julio de 2014