En el marco de la crisis capitalista mundial, que agudiza cada vez más la lucha de clases en el mundo entero, se da un nuestro país un contexto económico, social y político altamente inestable, en donde las familias de la clase trabajadora se encuentran en una situación crítica producto de la escalada inflacionaria que implica aplicar el programa del FMI, con un presupuesto en educación, salud, transporte y vivienda que implica en boca de los funcionarios del gobierno “un fuerte ordenamiento fiscal”. Es decir, una profundización del ajuste en marcha. Los medios presentan al presupuesto 2023 como “un producto del diálogo”. Es decir, un acuerdo sin grieta entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Pero todo esto no podría suceder sin el apoyo clave de la burocracia de las Centrales Obreras, pero fundamentalmente de la CGT.
El salario real de los trabajadores registrados cayó un 3,5 % interanual en agosto. Con esta nueva caída quedaron un 2,4 % por debajo de diciembre del 2019 cuando los sueldos se habían desplomado debido a la crisis económica provocada por el gobierno de Mauricio Macri. El empleo “en negro” es récord y abarca a casi el 45% de todos los ocupados en Argentina. Una familia necesitó $128.214 en septiembre para no caer en la pobreza. Mientras que el salario mínimo es de $54.550. La jubilación mínima apenas pasa los $50.000 La pobreza infantil es superior al 50%.
Mientras que la inflación anual se proyecta en torno al 100% haciendo estragos en el ingreso de toda la clase trabajadora. Es en este marco que los trabajadores de base del gremio Luz y Fuerza comenzaron a organizarse por la urgente necesidad de mejoras en las condiciones laborales y un aumento salarial del 100 %. Así distintos sectores en Edenor fueron coordinándose a través de grupos de Whatsapp y Telegram lo que derivó en la elaboración de un petitorio que fue discutido democráticamente y presentados a sus delegados gremiales quienes, alienados con la conducción burocrática de Rafael Mancuso, se negaron a recibir.
Ante las maniobras de los dirigentes lucifuercistas para cerrar siempre acuerdos salariales a la baja más de 600 trabajadores, al término de su jornada laboral, se movilizaron a la sede central de Luz y Fuerza en CABA. Pero por más que intentaron ser escuchados no fueron recibidos por la conducción sindical que los acusó de “zurdos”. A tono con la burocracia de la CGT, conducida por Daer que recientemente se dedicó a atacar a los trabajadores del neumático debido a que, sin dudas, la lucha del Sutna representó un triunfo para el movimiento obrero en su conjunto.
La acusación por parte de la burocracia sindical a lo que ellos tildan como “sindicatos de izquierda” no es otra cosa que una maniobra para desviar la atención de un proceso que se desarrolla poco a poco, a partir de la propia experiencia y la agitación de las organizaciones clasistas y combativas en distintos sectores de la clase obrera, donde se generan métodos de lucha que son diametralmente opuesto a los métodos de los burócratas como la movilización, el paro, la huelga general y principalmente la asamblea de base que expresa la democracia obrera.
La crisis del capitalismo argentino dejó en evidencia que lo que se requiere es una sacudida radical de los sindicatos existentes. Algo que han comprendido muy bien los trabajadores eléctricos que se movilizaron a la puerta del sindicato de la calle Defensa 453 al grito de “los sindicatos son de la gente”.
El programa que quieren imponer las patronales implica la guerra contra la clase trabajadora. Es este programa reaccionario y anti obrero el que defiende la cúpula de Luz y Fuerza, incluida la conducción nacional de FATLYF y toda dirigencia la CGT, ya que en última instancia implica defender sus propios privilegios y comodidades, estamos hablando de una dirigencia sindical empresaria, millonaria y vendida al mejor postor. En los próximos meses los trabajadores y trabajadoras deberemos enfrentar una creciente ofensiva de las patronales y sus representantes políticos.
Como parte de la lucha por mejorar los salarios los compañeros de base de Luz y Fuerza deben confiar en sus propias fuerzas y poner en discusión la necesidad de sumarse a la convocatoria de un Congreso Obrero que ponga en debate la construcción de una Huelga General en defensa de las condiciones de vida de la clase trabajadora. Un Congreso que encuentre la forma de organizar una oposición antiburocratica unificada en todos los sindicatos a lo largo y ancho del país que pueda barrer con la burocracia sindical.
El capitalismo ha fracasado, la clase trabajadora organizada en los lugares de trabajo, los sindicatos, las fábricas y los movimientos sociales debe ponerse al frente del país y gobernar.
¡Arriba la lucha de los trabajadores eléctricos!
¡Ningún acuerdo por debajo del 100%!
¡Fuera la burocracia de los sindicatos!
¡Por una Huelga general!
¡Por un Congreso Obrero y Piquetero hacia un partido y un gobierno propio!