Sudáfrica y El negocio de las patadas

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dinero-futbol.gifHay mucho dinero en juego. Esa fascinación que ejerce el fútbol rebasa voluntariosamente todas las intentonas que creímos suficientes para explicarnos los cómo, por qué y cuándo de ciertos magnetismos cancheros. Sociólogos, antropólogos o politólogos (entre otros muchos interesados) se devanan los sesos pretendiendo establecer límites, categorías, definiciones y estadísticas, capaces de poner en claro el conjunto de factores que dan por resultado uno de los fenómenos colectivos más inextricables. Los monopolios mass media se relamen los bigotes. Nadie da pie con bola.

Hay mucho dinero en juego. Esa fascinación que ejerce el fútbol rebasa voluntariosamente todas las intentonas que creímos suficientes para explicarnos los cómo, por qué y cuándo de ciertos magnetismos cancheros. Sociólogos, antropólogos o politólogos (entre otros muchos interesados) se devanan los sesos pretendiendo establecer límites, categorías, definiciones y estadísticas, capaces de poner en claro el conjunto de factores que dan por resultado uno de los fenómenos colectivos más inextricables. Los monopolios mass media se relamen los bigotes. Nadie da pie con bola.

dinero-futbol.gifNegocio, deporte, espectáculo y arte mediático preñados con performance popular, rito de congregación masiva, manipulación de masas… todo junto amontonado y revuelto. Catarsis de presiones históricas y parafernalia de fe, nacionalismo, dogmatismo y fanatismo, que alcanzan extremos entre lo erótico y lo tanático. Pocos análisis, incluso con sus reduccionismos, son capaces de valorar y dimensionar, en su conjunto, el papel del fútbol en el capitalismo. ¿Será que es tan complejo?

El fútbol es, también, una coreografía lúdica que se funda en el agón, el azar, el vértigo y la mimesis. Los jugadores danzan un rito del estallido y de la expansión que tiene como pretexto el control del cuerpo humano, del cuerpo esférico y del cuerpo colectivo, asociados para que toda su energía pase por una puerta arquetípica que casi siempre significa renovación donde se reinicia el ciclo. Quien inventó el fútbol, (persona, sociedad o secta) consciente o inconscientemente, puso sobre la rectangularidad del terreno un conjunto de piezas que seduce a los pueblos desde siempre.

El "Poder" del fútbol, de su ser industrial farandulero, que también es extra-futbolístico, ha llegado a conmover la "seguridad nacional", ha logrado esconder la represión y el asesinato en varios países. Por las afluencias y por las violencias. Poder farandulero de clase que expresa también la degradación de su propia definición y que seduce desde la cancha a la mercadotecnia, de las porterías a las ideologías, de las tribunas a las urnas. Cuentan con un "público" mayoritariamente ignorante, indefenso, acrítico, fanatizado y secuestrado. Poder enamorado en las concentraciones humanas sólo si pagan boletos y transmisores, siempre amenazantes o promisorias, (según la etapa. Los móviles… el programa) concentraciones para dispersar la conciencia, canalizar la violencia… muchos piensa que pueden conquistar al mundo sólo porque juntan a muchas personas. Poder real que vive lujosamente gracias a esa pasión futbolera descomunal e inmarcesible, violenta, salvaje y tragicómica ante la cual, virtualmente ninguna explicación da pie con bola. Porque no es fácil.