Los mineros mexicanos han escrito diferentes capítulos heroicos en la lucha de clases de nuestro país. Hace 100 años, el 3 de junio de 1906, al grito de “cinco pesos, ocho horas”, los trabajadores de la mina de Cananea, enclavada en el norteño estado de Sonora, iniciaron una huelga por mejorar sus condiciones de trabajo. Ante el movimiento, la respuesta de la dictadura de Porfirio Díaz y del imperialismo yanqui (la Cananea Consolidated Cooper Company pertenecía al empresario gringo William C. Green)een) fue la de reprimir violentamente a los mineros usando al 11 batallón del ejercito mexicano, a pistoleros contratados en los EE.UU. y a 2 mil 765 rangers. La acción represiva dejó 22 mineros muertos y el encarcelamiento de más de una decena de dirigen
La huelga general, el único camino
Los mineros mexicanos han escrito diferentes capítulos heroicos en la lucha de clases de nuestro país. Hace 100 años, el 3 de junio de 1906, al grito de “cinco pesos, ocho horas”, los trabajadores de la mina de Cananea, enclavada en el norteño estado de Sonora, iniciaron una huelga por mejorar sus condiciones de trabajo. Ante el movimiento, la respuesta de la dictadura de Porfirio Díaz y del imperialismo yanqui (la Cananea Consolidated Cooper Company pertenecía al empresario gringo William C. Green) fue la de reprimir violentamente a los mineros usando al 11 batallón del ejercito mexicano, a pistoleros contratados en los EE.UU. y a 2 mil 765 rangers. La acción represiva dejó 22 mineros muertos y el encarcelamiento de más de una decena de dirigentes, los cuales fueron condenados a 15 años en la lúgubre prisión de San Juan de Ulúa, emblema de la represión y la pax porfiriana.
A pesar de ser aplastado el movimiento, la lucha de los mineros de Cananea, al lado de la huelga de los trabajadores textiles de Río Blanco en ese mismo año, la cual también fue víctima de una represión sangrienta, se trasformaron en un punto de inflexión que derivó en la posterior lucha revolucionaria de 1910 que puso punto final a décadas de dictadura porfirista.
Otra batalla heroica de los mineros fue la desarrollada en agosto de 1944, en plena guerra mundial, cuando el entonces Sindicato Industrial de Trabajadores Mineros lanzó una paro nacional que se extendió por casi 40 días afectando a mas de 105 minas y fundidoras. En ese entonces, la tenacidad de los mineros para soportar todo tipo de presiones dio como resultado que todos los salarios del sector se incrementarán en un 50% y que el contrato colectivo de trabajo se extendiera a todos los trabajadores de aquellas empresas que no los poseían.
Hoy, a poco mas de 6 décadas, nuevamente los mineros han recurrido a uno de los métodos de lucha más decididos de la clase obrera: un paro nacional de 24 horas desarrollado el pasado 1º de marzo. Además, otras minas, entre ellas la estratégica La Caridad, se lanzaron a la huelga indefinida al lado de los mineros y acereros de Sicartsa. A estas alturas los obreros de La Caridad y Sicartsa han logrado mantener una huelga que ya se ha extendido por más de dos meses.
¿Qué hay de fondo en el actual conflicto minero?
La industria minera y del acero mexicana, a pesar del estancamiento general de la economía, ha experimentado un importante desarrollo en los últimos años, el crecimiento de este sector tan sólo durante 2004 y 2005 fue del 7%, ello representa los índices mas altos desde 1995.
La privatización del sector minero y acerero fue un estupendo negocio para la burguesía. Tan sólo Sicartsa, que como empresa paraestatal facturaba ingresos por mas de 2 mil 500 millones de dólares anuales, fue vendida al Grupo Villacero por 170 millones de dólares. Actualmente la producción diaria de Sicartsa es de 3.5 millones de dólares y monopoliza el 30% del mercado nacional de varilla y alambrón, junto con el 15% de las exportaciones. Además, junto con el resto de la industria del metal, se ha visto beneficiada por el incremento de los precios internacionales del acero, los cuales ya antes del conflicto habían crecido en un 40%. Así es como también esta empresa facturó durante 2005 ingresos por 2 mil 500 millones de dólares.
El enorme margen de beneficios de Sicartsa queda al descubierto cuando comparamos el valor de su producción diaria (3.5 millones de dólares, que en pesos actuales es una cantidad de aproximadamente de 39 millones 725 mil pesos) con el costo total de su nomina mensual la cual es de 40 millones de pesos. Tomando en cuenta ambas cantidades, está claro que los trabajadores de Sicartsa sólo necesitan producir lo suficiente a lo largo de 15 días aproximadamente para que la empresa pueda cubrir los salarios de todos un año. Una situación similar existe en el resto de la industria minero-acerara de todo el país.
Por otro lado, por ejemplo, el Grupo México es propietario de las minas de Cananea y La Caridad, ambas enclavadas en Sonora. Entre ambas minas producen la mitad del cobre de todo el país: en 2005 Cananea produjo 118 mil 741 toneladas y La Caridad 122 mil 317 toneladas. Esto ubica al Grupo México, de acuerdo a la Bolsa Mexicana de Valores, como el tercer productor mundial de cobre.
Esto hace que las acciones de dicho grupo solamente hayan sufrido un perdida marginal, 0.5%, a pesar de que la huelga en La Caridad ya se extendió por mas de dos meses. Antes, y a pesar del conflicto minero, la tendencia de estas acciones ha sido a la alza pues su valor está, a pesar de todo, 63% por encima de su valor a principios de 2006 y 138.7% arriba del valor de hace un año.
Como está claro, la minería y el acero significan un negocio más que rentable para la burguesía. Pero se trata de un negocio que, de acuerdo a los intereses de la burguesía, podría ser mejor sino es por la “necedad” de los obreros, dirían los patrones, en exigir para ellos una tajada más grande del pastel.
Los propios empresarios reconocen que en los últimos cinco años han tenido que padecer 184 huelgas y paros por parte los mineros y acereros. Ello ha significado pérdidas por 25 millones de dólares al traducirse esas luchas en mil 636 días no laborados, equivalente a más de 11 millones 800 mil horas/hombre perdidas. Tan solo el paro nacional minero del pasado 1 de marzo representó pérdidas de 17 millones de dólares. Este ha sido uno de los saldos de la expresión de la lucha de clase en un sector que emplea 260 mil obreros.
Para la burguesía y Fox, esta oleada huelguística ya resulta intolerable y de acuerdo a su óptica es necesario ponerle punto final. Pero las cosas no se quedan ahí, también hay otra razón de fondo y de mucho peso que ha motivado a Fox para tratar de doblegar a toda costa a los mineros y es la de que a estas alturas se sabe que los propietarios de Mittal Steel, siderúrgica de capital hindú y también enclavada en el puerto de Lázaro Cárdenas, ha dado pasos para apropiarse de la fundidora NKS (parte de lo que fuera la Segunda Etapa de Sicartsa cuando la siderúrgica pertenecía al gobierno y que como empresa privada cerró en octubre del 2004 hundida en deudas, dejando sin trabajo a aproximadamente mil acereros) y que también está en negociaciones con el Grupo Villacero para adquirir Sicartsa, esto último a pesar de que Villacero ha negado tal situación. El Grupo Ispat, propietario del Mittal Steel, es el principal monopolio de acero de todo el mundo, opera en 14 países y esta dirigido por Lakshmi Mittal quien es conocido como el “Bill Gates del acero”.
Es evidente que en el conflicto minero y en la ofensiva que lanzó Fox en contra de este gremio hay poderosos intereses de por medio. En el caso del Grupo Ispat, que pretende extender más sus garras sobre la industria acerera mexicana, es fácil deducir que el ataque del régimen en contra del sindicato mineros también está motivado por los intereses del mayor monopolio del mundo en el ramo, dado que no está dispuesto a abrir nuevos negocios en el país si no es bajo la condición de que sea aplastado un movimiento que a lo largo de los últimos cinco años se ha traducido en importantes huelgas y luchas, arrojando la mayor parte de ellas un saldo favorable para los trabajadores.
Pasta de Conchos. Fox lanza la ofensiva.
El domingo 19 de febrero del año en curso ocurriría una tragedia que dejaría al desnudo las lamentables condiciones de seguridad con las que tienen que laborar los mineros mexicanos: un derrumbe en la mina Pasta de Conchos, ubicada en el estado de Coahuila y propiedad del poderoso Grupo México, cobraba la vida de 65 mineros. El desafortunado accidente dejó totalmente patente la contradicción existente entre las duras e inseguras condiciones en que laboran lo mineros y los beneficios de una mina que anualmente alcanzan la suma de los 50 millones de dólares.
Pero también la tragedia, que dio la vuelta al mundo entero y que conmocionó a al proletariado mexicano, dejó como nunca al descubierto el nefasto papel del régimen, el cual, por medio del Secretario del Trabajo Francisco Javier Salazar, corrió a la mina para defender personalmente a la empresa.
Ante los eventos, y ante la posibilidad de que los mineros de todo el país se lanzaran a la lucha, el gobierno y la burguesía maniobraron para tratar de desorganizar al sindicato: la Secretaria del Trabajo desconocía a Napoleón Gómez Urrutia como dirigente nacional del sindicato para imponer a Elías Morales, quien es muy cercano a los principales accionistas del Grupo México.
También, bajo el argumento de manejo fraudulento de un fideicomiso de 55 millones de dólares del sindicato minero, Fox lanzó una frenética casería en contra del dirigente minero. Con esta medida también el régimen evidenció nuevamente su carácter hipócrita pues en estos casos, que no son pocos, de varios dirigentes sindicales charros la actitud no ha sido la misma. Por ejemplo en el caso de Víctor Flores, el cual se ha enriquecido gracias a las cuotas de los ferrocarrileros, la Secretaria del Trabajo se apuró a ratificarlo al frente del Congreso del Trabajo (CT) a pesar de la ilegalidad de la reelección. Uno de los principales impugnadores de este proceso fue el sindicato minero. Otro caso es el de la amiga personal de Vicente fox, Elba Esther Gordillo, quien maneja como dinero propio las millonarias fortunas producto de las cuotas del sindicato del magisterio. Además, por si fuera poco, cada vez que se festeja el aniversario de la expropiación petrolera, Fox, en el acto oficial, se pasea de la mano con el líder del sindicato petrolero Carlos Romero Deschamps, principal artífice del fraude multimillonario contra PEMEX. Ahora Romero Deschamps es candidato a senador por el PRI.
En todo caso la democratización de los sindicatos tiene que ser obra exclusiva de los trabajadores y de nadie más, ni el gobierno ni los patrones tienen que meter las manos en esa lucha. Por el contrario, muchas veces y en búsqueda de cómplices, son el gobierno y los patrones quienes promueven la corrupción de los dirigentes.
Los mineros responden.
Tras la destitución del dirigente minero Napoleón Gómez, y la cacería desatada por parte del régimen contra él, pero particularmente a partir del enorme sentimiento de rabia de todos los mineros del país a consecuencia del accidente en el que murieron 65 compañeros suyos en la mina Pasta de Conchos, el 1 de marzo entraron en paro nacional los trabajadores del sector en el que participan las 130 secciones del sindicato ubicadas en 22 estados de toda la república. A pesar del descalabro que significó esta jornada de lucha, 17 millones de dólares en pérdidas para los patrones, Fox opta por mantenerse firme en sus propósitos.
Los acontecimientos hasta ese momento desarrollados ratifican una idea sobre la cual hemos insistido los marxistas respecto a una de las peculiaridades de la época en que vivimos: desde nuestro punto de vista, y así lo demuestran los hechos, vivimos un periodo en el que la burguesía no puede solucionar nada sin provocar mayores desequilibrios y tensiones sociales. Ello a raíz de que, tal como lo están demostrando los trabajadores mineros, otro elemento que caracteriza al actual periodo es el hecho de que los trabajadores ya no están dispuestos a seguir tolerando los ataques de la burguesía. La lucha de los mineros mexicanos es un reflejo fiel del estado actual de la lucha de clases.
El paro del 1 de marzo es calificado como “loco” por parte de la Secretaría del Trabajo y los empresarios mineros se pronuncian por la mano dura respecto al desconocimiento del dirigente minero. En ese tono se mantienen las cosas durante unas semanas forzándose a los trabajador a ir mas lejos, lanzando algunas huelgas indefinidas, entre ellas en dos de los puntos neurálgicos de los principales monopolios nacionales del acero y la minería: La Caridad del Grupo México a finales de marzo, y Sicartsa del Grupo Villacero, a principios de abril. Con esto el conflicto entraría en una de sus etapas mas encarnizadas.
Como medida de presión, el gobierno declara a las huelgas de Sicartsa y de La Caridad ilegales y actúa en concordancia congelando la cuenta bancaria del fondo de resistencia de los mineros de La Caridad y lanzando órdenes de aprehensión contra los mineros de esta última, dándose como resultado que cuatro de ellos actualmente estén en la cárcel. No obstante la brutal presión que se ha ejercido sobre los mineros, la huelga de La Caridad se mantiene firme.
En el caso de Sicartsa, en Lázaro Cárdenas, las cosas fueron más lejos, pues en esta huelga, y tras la declaratoria de ilegalidad, el 20 de abril Fox se lanza con todo usando los cuerpos policíacos para realizar un ataque brutal contra los obreros y tratar de recuperar la siderúrgica para el Grupo Villacero. Los trabajadores no se amilanan y ofrecen una resistencia feroz estableciéndose una refriega que se extendió por varias horas. Al final, la reyerta deja dos obreros muertos. No obstante este hecho lamentable, los mineros y acereros hacen huir a los cuerpos represivos y logran mantener la huelga viva, implementándoles con esto un nuevo revés a los empresarios y al régimen.
Los acontecimientos de Lázaro Cárdenas marcaron un nuevo punto de inflexión en la lucha provocando una mayor radicalización de los mineros y mas muestras de manifestaciones de apoyo de parte de la clase trabajadora, marcando por ejemplo a las movilizaciones del 1 de Mayo donde las principales consignas fueron en repudio a la intervención artera de las fuerzas represivas en la siderúrgica y en reclamo del respeto a la autonomía sindical. Pero principalmente el grito de ¡Huelga General! se trasformó en una de las consignas más coreadas durante el pasado 1 de Mayo.
Si bien desde el desconocimiento por parte de las autoridades laborales hacia la dirigencia minera se formó el Frente Nacional por la Unidad y la Autonomía Sindical (FNUAS) integrado por sindicatos agrupados en la UNT, el FSM, la CROM y la CROC, como una instancia de negociación y presión a favor de los mineros, los dirigentes de este, tras la represión en Sicartsa, se vieron obligados a plantear diferentes acciones de apoyo y a endurecer sus declaraciones sobre el posible empleo de la huelga nacional para frenar la ofensiva de Fox contra el sindicalismo.
Ante la derrota de Fox en Sicartsa, los patrones optan por una maniobra para tratar de enfrentar a los trabajadores no sindicalizados en contra de los mineros sindicalizados. Bajo esta tónica, la empresa a finales de la primera semana de mayo reúne a los trabajadores no sindicalizados para anunciarles que, por “insolvencia”, la empresa ya no les podía seguir dando sus salarios y que suspendía cualquier clase de compromisos con ellos. Dicha medida no sólo se tomaba para los trabajadores de Sicartsa, sino también para el resto de empresas filiales que el Grupo Villacero tiene en Lázaro Cárdenas. Es decir la medida se extiende a aproximadamente 2 mil 500 trabajadores. Lo que pretendía la empresa era que los trabajadores no sindicalizados interpretaron este problema culpando a los obreros en huelga, no obstante los no sindicalizados (grupo en el que se ubican desde empelados administrativos hasta la mayor parte de los obreros calificados de la siderúrgica) no mordieron el anzuelo y lo que formaron fue un nuevo frente que se lanzó a la lucha contra la patronal.
La presión ejercida de forma organizada por los obreros no sindicalizados logró que el gobierno perredista del estado de Michoacán estableciera un fideicomiso para cubrir con recursos públicos los salarios de los trabajadores no sindicalizados mientras dura el conflicto. El logro de este fidecomiso sienta todo un precedente pues demuestra que luchando los trabajadores, incluso pueden alcanzar este tipo de demandas.
Un nuevo paso por el que deben pugnar los trabajadores no sindicalizados es el de formar una organización permanente en la que se puedan organizar de forma estable para la defensa de sus intereses pues son el sector más vulnerable ante las arbitrariedades de la empresa. Aparte del fideicomiso, el gobierno estatal de Michoacán concedió 2 mil 500 despensas para los obreros sindicalizados.
El “punto muerto” en que entró el conflicto de cara a la táctica de la burguesía tras su frustrado intento de derrotar a los mineros por medio de la incursión violenta en Sicartsa, y dado el impacto que tuvo dicho acontecimiento en el resto de la clase trabajadora del país, obligó a los poderos grupos Villacero y México a maniobrar para tratar no ya de desactivar el conflicto sino de impedir que vaya mas lejos: a la par de esas dos huelgas se desarrollaba la de la mina San Martín en el estado de Zacatecas, iniciada el 28 de febrero. En este caso también reclamando el respeto a la autonomía sindical.
Tras varias semanas de huelga la empresa decide declarar el cierre de la mina y romper las relaciones laborales, sin embargo ante el temor de la patronal de que las cosas se le complicaran aun más y le resultara contraproducente su medida (hay que destacar que esta mina produce zinc, cobre y plomo cuyos precios en el mercado han experimentado un crecimiento del 100, 150 y 30% respectivamente) días después da marcha atrás y acepta las condiciones para que los mineros regresaran a laborar, entre ellas el 8% de aumentos salarial (casi el doble del monto de los aumentos oficialmente establecidos), el incremento de los seguros de vida, becas para los trabajadores y sus hijos, un días mas de vacaciones, uno mas para aguinaldo, otro para jubilaciones y el reconocimiento por parte de la filial del Grupo México que administra esta mina de Napoleón Gómez como dirigente nacional de los mineros (lo cual no implicó el reconocimiento del líder por parte de la Secretaría del Trabajo) El anuncio del cierre de la mina se hizo el 11 de mayo y el día 15 la empresa cedía a las demandas de los mineros.
En el caso del Sicartsa el Grupo Villacero ofreció el 100% de los salarios caídos, la reinstalación de los obreros despedidos, la cancelación de las demandas penales contra los huelguistas, pero no el reconocimiento de Napoleón Gómez dado que, de acuerdo al consorcio, esto último es competencia exclusiva de la Secretaria del Trabajo. La propuesta fue rechazada por los obreros y la huelga de Sicartsa se mantiene hasta el día de hoy, a mas de dos meses de iniciada.
El impacto de los acontecimientos y sus posibles consecuencias también cimbraron las estructuras más altas del régimen provocándose la división entre el secretario del trabajo, Francisco Javier Salazar, quien se mantiene hasta la fecha en la postura de a toda costa no reconocer al dirigente minero, y el utraderechista y monástico secretario de gobernación, Carlos Abascal, quien sostiene que Napoleón Gómez tiene que ser reconocido y pide separar la problemática laboral de la judicial. Por el momento la postura que sigue predominado es la que se ha mostrado más dura entre los duros: Napoleón Gómez sigue sin ser reconocido y continúa la persecución policíaca en su contra.
No obstante ello, las fisuras que ya se están expresando en el régimen reflejan el nerviosismo ante un conflicto que en cualquier momento se les puede escapar de las manos, y lo grave que puede representar ello ante las aspiraciones del PAN frente la proximidad de las elecciones presidenciales. Esta última es una cuestión que está siendo considerada por el régimen en su ecuación ante lo que es hoy el conflicto laboral mas grave que ha enfrentado a lo largo de su historia el gobierno panista. Pero todo esto no hace más que demostrar que a pesar de que un sector del régimen y la burguesía aun ve con arrogancia el conflicto minero, otras capas de entre sus filas ya lo perciben con pánico.
Una nueva etapa en la lucha. El calor aumenta.
Hasta el día de hoy, tras aproximadamente tres meses de averiguaciones judiciales, el régimen no ha logrado que un juez federal les otorgue una orden de captura contra Napoleón Gómez. No obstante, para sortear este obstáculo, Fox ha apelado a los jueces estatales obteniendo apenas hace unos días, seis órdenes de aprehensión. Con esta maniobra el gobierno mexicano ha logrado que la Interpol emita la “ficha roja” para que el dirigente sea capturado en el lugar del mundo que se encuentre. Ello dado que se presume que el líder minero se localiza en Canadá. De esta manera la burguesía lanza un nuevo desafío contra los mineros y el movimiento obrero en general.
Ante esta medida, los mineros de Cananea, quienes el 1 de junio habían iniciado un paro de cuatro días por la decisión de la empresa para hacerlos laborar el día en que se conmemoraría la lucha histórica de esa misma mina hace 100 años, inician una huelga indefinida que se mantiene hasta hoy.
Ante este hecho, y como medida de presión, el Grupo México anuncia este 7 de junio el cierre de la mina La Caridad, en huelga desde hace más de dos meses. No obstante ello, los mineros de La Caridad se mantiene firmes custodiando las instalaciones. El anuncio de cierre, al mismo tiempo es una medida desesperada por parte del régimen y de la patronal que refleja el estado de las fuerzas de los mismos, pues desde varias semanas antes de dicho anuncio las autoridades federales ya cuentan con una orden judicial de desalojo y el empleo a los cuerpos represivos para aplastar la huelga de La Claridad, sin embargo no se han atrevido.
Fox no se ha atrevido a usar esa orden judicial por miedo a que, tal como sucedió en Sicartsa, nuevamente los mineros derroten a las fuerzas represivas evidenciando otra vez la debilidad del régimen, fortaleciendo de esta manera el ánimo de los mineros y finalmente, echándole mas gasolina al fuego.
Pero, a pesar de los esfuerzos de Fox para que las cosas no se salgan de control, ante las órdenes de captura del dirigente minero, el FNUAS ha lanzado una campaña por el “no voto al PAN”. Además, este nuevo frente que hasta hace unas semanas agrupaba a aproximadamente 100 sindicatos y centrales obreras, ahora cuenta con 200. Si bien, salvo el sindicato minero junto con la CROM y la CROC, el FNUAS no alberga al grueso de los sindicatos y centrales afiliadas a las oficialistas CTM y CT, sí representa una fuerza que de decidirse puede provocar un verdadero terremoto.
Tan sólo por mencionar un par de ejemplos: La Compañía de Luz y Fuerza del Centro abastece de energía al DF y sus estados vecinos, estamos hablando de la región de mayor concentración industrial de todo el país, y su sindicato, el SME, forma parte del FNUAS. Otro Sindicato que también forma parte de este frente es el de los telefonistas cuya empresa, Telmex, monopoliza el 90% de toda la telefonía mexicana. Tan sólo estos dos sindicatos le podrían imprimir un revés a Fox y la burguesía para que se dejen de cosas con lo mineros y con cualquier otro sector de la clase trabajadora.
Y en estos momentos, debido a las órdenes de captura contra Napoleón Gómez, la postura del FNUAS se ha tenido que endurecer y la perspectiva de huelga nacional, para la cual este frente esta convocando para el 28 de junio (a escaso días de las elecciones presidenciales del 2 de julio) es bastante alta. De darse este último paso seguramente se unirán amplios contingentes del sindicato magisterial el cual, además de ser el gremio más numeroso de toda América Latina, en estos momentos se encuentra en lucha. Para valorar el aporte del magisterio basta recordar la movilización que desarrollaron tan sólo hace unos días, el 7 de junio, su sección de Oaxaca en la capital de ese estado en la cual reunieron más de 150 mil personas. También los mineros han anunciado que ese día, el 28 de junio, pararán labores en todas las minas y fundidoras del país.
Paralelo a todo ello, dada la intransigencia de Fox y de la burguesía, el paro de la mina de Cananea, que se inició el 1 de junio y que originalmente fue planeado para durar cuatro días, se ha trasformado en una huelga indefinida. Con esta medida, al lado de la huelga de La Caridad, ahora se encuentra frenada la producción de la mitad del cobre de todo el país.
La sacudida ha sido fuerte, incluso el gobernador de Sonora, distrito en el que se encuentran Cananea y La Caridad, el priista Eduardo Tours, quien se pusiera de forma más que entusiasta de lado de Fox presionando a los mineros y funcionando como agente de la Secretaría del Trabajo para lograr que un juez estatal dictara la primera orden de captura contra Napoleón Gómez, ahora está reclamando airadamente que el dirigente minero sea reconocido por las autoridades laborales. No era para menos, pues esta nueva etapa en la que ha entrado la lucha ha arrojado diferentes resultados, entre ellos el del que el Consejo Sindical Permanente, organismo que agrupa a 300 mil trabajadores de Sonora, ya esté definiendo acciones para apoyar a los mineros sonorenses.
De este modo, ante cada paso de la burguesía para doblegar el movimiento, lo que hemos visto ha sido una reacción cada vez más radical de los mineros y otros sectores de la clase obrera. Además, la solidaridad internacional ya se está expresando: primero por medio de comunicados públicos de la AFL-CIO exigiéndole al gobierno de Fox que saque sus manos del sindicato minero, y ahora a través de la Federación Internacional de Trabajadores de la Industrias Metalúrgicas (FITIM) y la United Steel Workers (USW), sindicato que agrupa 850 mil trabajadores acereros de Estados Unidos y Canadá, amenazando con lanzar un boicot turístico en contra de Sonora, ante la funesta intervención del gobernador de esta localidad y manifestándose dispuestos a parar la mina que el Grupo México tiene localizada en Arizona.
El régimen acorralado.
Como ya explicamos antes, la lucha minera se ha transformado en el conflicto laboral más grave y serio que ha enfrentado el gobierno de Fox. La burguesía es consciente de que tiene que frenar la oleada huelguística de los mineros (repetimos, a estas alturas ya se han registrado mas de 184 huelgas y paros en los últimos cinco años) dados los repetidos reveses sufridos por los trabajadores. Pero además, cosa que también es muy importante de cara a la estrategia de la burguesía, necesita impedir que esa oleada huelguística y la actual lucha de los mineros en defensa de su sindicato se trasforme en una escuela y una fuente de inspiración para el resto de la clase trabajadora mexicana. Y en este sentido, lo que precisamente pretende la burguesía es derrotar al movimiento minero para tratar de inyectarle una dosis de desmoralización al movimiento obrero mexicano en su conjunto, el cual experimenta un proceso de ascenso.
Pero también la burguesía confronta el problema de que el sector minero-siderúrgico representa uno de los pocos rubros dinámicos en una economía nacional que, si bien ha experimentado algunos moderados repuntes en los últimos meses, prácticamente se ha mantenido estancada durante la última media década. Bajo esta realidad la burguesía confronta el dilema de optar por el cierre de minas como medida de presión; de ganar tiempo para buscar, de acuerdo a sus intereses, un arreglo favorable y aceptar que mientras tanto las huelgas se prolonguen, o tratar de aplastar al movimiento lo antes posible por medio de la violencia.
Independientemente de esto último, lo que sí podemos destacar es que el panorama menos favorable para la burguesía es que el conflicto se prolongue por más meses dado que se trata, como señalamos mas arriba, de uno de los pocos sectores dinámicos del estancado y decrépito capitalismo mexicano. En consecuencia, si bien para la burguesía no está descartada totalmente la táctica de Margaret Thatcher -que forzó a la lucha de los mineros británicos al desgaste provocando que la huelga se prolongara de marzo de 1984 a marzo de 1985- de apostarle al desgaste, a pesar de los estragos que esto podría tener sobre los mineros, no se presenta como la opción más adecuada para la economía.
Una nada pequeña diferencia entre el capitalismo mexicano y el británico es la de que este último es el de una potencia capitalista. Y otra pequeña diferencia respecto a la experiencia británica es que la lucha de los mineros mexicanos se da en un momento de recuperación y ascenso del movimiento obrero nacional y en una etapa en la que en toda América Latina se experimentan procesos convulsivos y revolucionarios.
Como nos podemos dar cuenta, cosa que no alcanza a percibir Fox ni ninguno de sus estrategas, la lucha de clases es algo mucho más complejo que simplemente tratar de desarticular a un sindicato y frenar el ánimo de lucha de sus agremiados por medio de dictar una orden de aprehensión contra un dirigente sindical.
Además, por otro lado existe la fuerte posibilidad de que el PRD y López Obrador triunfen en las elecciones presidenciales. De cumplirse esta perspectiva, la burguesía entraría en una carrera contra el tiempo ante el temor de que el nuevo gobierno del PRD desista de la persecución contra Napoleón Gómez y contra el sindicato minero.
Mientras tanto, López Obrador ha declarado que en caso de ganar las elecciones su gobierno respetará la autonomía sindical. Falta ver en los hechos lo que realmente sucederá, pero lo que de antemano podemos decir es que la palanca que en todo caso llevará al poder a López Obrador es el impulso de las masas a un grado tal que logren neutralizar el fraude electoral, transformándose este apoyo posteriormente en presión que obligue a López Obrador a ser consecuente con sus declaraciones relacionadas con el respeto a la autonomía sindical. Bajo estas circunstancias, de perdurar el conflicto minero hasta la instalación de un potencial gobierno del PRD, esta podría ser la primera confrontación entre la burguesía y López Obrador.
Sobre una salida rápida, esta sólo podría darse bajo la condición de que Napoleón Gómez cediera ante las presiones y aceptara la imposición de Elías Morales o cualquier otro personaje mas cómodo para Fox y los patrones. Sin embargo, para ello se necesitaría cuando menos que el régimen desistiera de su intención de meter en la cárcel al dirigente, porque Napoleón Gómez no estará dispuesto a aceptar cualquier oferta que implique el que él vaya a la cárcel aunque sea por algunas semanas. Napoleón sabe del enorme riesgo que podría representar para él una “caritativa” oferta de esa naturaleza, pues para él, y para muchos dirigentes sindicales, aun está vivo el recuerdo de La Quina, quien siendo dirigente del sindicato petrolero fue apresado por el ex presidente Salinas y mantenido en la cárcel durante casi una década.
Pero por su parte Fox, después de la salvaje cacería legal que ha lanzado contra Napoleón Gómez y la enorme trascendencia que esto ha tenido en los medios informativos, no está dispuesto a hacer un nuevo ridículo como el que hizo con López Obrador en el caso del desafuero, cuando las masas -después de multitudinarias jornadas de movilizaciones- lo obligaron a dar marcha atrás. Fox no puede llegar a un acuerdo de esa naturaleza y permitir que un funcionario de su gobierno tenga que salir ante las cámaras televisivas señalando que desisten de cualquier acusación contra el dirigente minero, pues no hay delito que perseguir.
Un escenario similar se traduciría en un nuevo golpe para su debilitado gobierno. Sería un golpe que, incluso, si es que llegara a ganar las elecciones Felipe Calderón, cosa difícil pero no imposible, sería heredado por el nuevo gobierno del PAN, el cual de por si ya nacería como un gobierno débil, máxime que cuando el único recurso con que cuenta el PAN para mantenerse en el poder es el de imponer a toda costa el fraude electoral.
Pero en el caso, que es otra variable en la ecuación, de lograr el régimen imponer por medio de una maniobra o un acuerdo a Elías Morales o a otra persona cercana a la patronal, al cabo de poco tiempo, unos meses solamente, atestiguaríamos el estallido de una lucha por la democratización del sindicato traduciéndose ello en nuevas huelgas y paros en las minas y las acereras. Así pues, de todos modos, una salida rápida por medio de una maniobra o un acuerdo que no signifique realmente respetar la autonomía del sindicato sería una solución para los patrones con un alcance corto, poco tiempo después la burguesía tendría que estar pagando las consecuencias.
Otra variante de salida rápida para el régimen es la de aplastar por medio de la violencia, como lo pretendió hacer en Sicartsa, al movimiento minero. Sin embargo bajo el riesgo de que el costo sea muy, pero muy alto. Para empezar, en este caso ya no se trataría de enfrentar a 2 mil obreros, sino a un gremio integrado por aproximadamente un cuarto de millón de mineros y acereros experimentados y curtidos en la lucha y que han dado sobradas muestras de que no cederán un sólo centímetro sin antes ofrecer una resistencia feroz.
Sin embargo, una nueva arremetida contra los mineros similar a la de Sicartsa, y después de la irrupción violenta en contra de los campesinos de San Salvador Atenco la cual ya arrojó un nuevo muerto, podría tener efectos catastróficos para el régimen, pues esa medida se podría transformar en más acciones de la clase trabajadora en la cuales no estaría solo el sindicato minero. Podría ser el fin de la frágil paz social de este país.
Pero mirando las fuerzas del movimiento, hasta este momento lo que se ha se visto es una tendencia en la que cada paso para frenar al movimiento es respondido por acciones mas radicales de parte de los mineros complicándole aun más las cosas a la burguesía. Y en lo que respecta al movimiento obrero en su conjunto, cada paso dado por la burguesía tiende a consolidar y a hacer cada vez más posible el estallido de huelga general. Perspectiva que se ve bastante favorecida por la lucha que en estos momentos está desarrollando el magisterio en diferentes estados del país, principalmente en Oaxaca.
Si se llegara a tomar esta medida, la de una verdadera huelga general, la balanza se inclinaría a favor de los mineros. Incluso, si se cumple la fecha estipulada para la huelga general, el 28 de junio, prácticamente se estarían definiendo en ese momento las elecciones a favor del PRD, tal como sucedió en 1974 en Inglaterra con la huelga general minera de cuatro semanas en vísperas de las elecciones generales; tras esa huelga, los conservadores perdieron el poder abriéndose paso un gobierno laborista.
Así, estos elementos combinados, se transformarían en una de las derrotas de la burguesía más dolorosas en décadas dejando al proletariado en una posición más que favorable para lanzarse a la lucha por el reclamo de todo aquello que la burguesía le ha arrebatado. Considerando las fuerzas del movimiento, existen todos los ingredientes necesarios para obligar a la burguesía a aceptar todas las demandas de los mineros. Sin embargo, una situación de estancamiento del conflicto minero no puede permanecer así de forma indefinida, tarde o temprano se resolverá en un sentido u otro, ya sea a favor de los mineros o a favor de los patrones. Conforme pase el tiempo, el desgaste, el cansancio, las presiones económicas para las familias de los mineros se pueden transformarse en un factor debilitando al movimiento y viéndose favorecidos de esta manera los patrones y el régimen.
Por ello el deber del conjunto de la clase trabajadora y los jóvenes es presionar a nuestras organizaciones para que den el paso y tomen la medida de ir a la huelga general. Además, debemos organizar en cada fábrica, en cada escuela y en cada barrio comités de apoyo a la lucha minera que desarrollen diferentes acciones de solidaridad para fortalecer al movimiento. Solamente la acción organizada de la clase trabajadora representará la garantía de éxito para los mineros.
La lucha por el socialismo.
El domingo 4 de junio se presentó una nueva tragedia: una explosión en la mina Autlán dejó 6 muertos y 21 atrapados. Estas son las cifras que se conocen dado que inmediatamente después del accidente los patrones echaron una losa de concreto sobre la tragedia para que no saliera más información de lo sucedido en la mina. Es muy probable que el número de muertos sea mayor al conocido por medio de los informes iniciales.
El conflicto minero expresa de forma particularmente nítida las enormes e irreconciliables contradicciones existentes entre los intereses de la burguesía y las aspiraciones de los trabajadores. Hoy, los intereses de la burguesía le dictan aplastar a los mineros, mañana esos mismos intereses le dictarán lanzar una ofensiva contra los trabajadores del ISSSTE y sus afiliados; lo mismo sucederá contra los trabajadores petroleros y los electricistas para quienes la burguesía tiene planeado privatizar sus fuentes de empleo, etcétera, etcétera.
Vivimos una etapa, la cual ya no tiene vuelta de hoja en esta sociedad, en la que la burguesía no puede solucionar los problemas de su sistema económico, el capitalismo, sin atacar las condiciones de vida y de trabajo del proletariado. Esta realidad resulta doblemente contundente en el marco de una economía capitalista atrasada y dependiente del imperialismo como es la mexicana. Bajo el capitalismo el único futuro posible para la clase trabajadora es el de más explotación, desempleo, hambre y muerte.
Ante tal realidad, los trabajadores no podemos cruzarnos de brazos, la contienda de los mineros en buena medida está marcando el camino a seguir pues por medio de su lucha están demostrando que no se mueve nada ni se produce nada sin el permiso de la clase trabajadora. Así, considerando esto último, la lección más importante que podemos extraer de la lucha minera es la de que ellos están demostrando que quien tiene la verdadera fuerza para hacer que las fábricas y las minas produzcan son los obreros.
Pero necesitamos que ese poder, el poder de la clase obrera que en estos momentos se está expresando por medio de la lucha minera, se traduzca en condiciones verdaderamente dignas de vida para todos los trabajadores y sus familias. En otras palabras, necesitamos garantizar que lo que producen con sus manos los millones de obreros de todo el mundo no pare en el beneficio de algunos cuantos, la burguesía, a costa de empobrecer a la inmensa mayoría. Y la única vía para lograr dicho fin es expropiando a la burguesía, arrebatándole el monopolio que tiene sobre las principales palancas de la economía y sobre el Estado. Todo ello para establecer un gobierno de obreros que planifique la economía en función de los intereses de la sociedad y de las mayorías, y también para poner bajo el control democrático de los trabajadores las minas, las fábricas, el trasporte, la banca, etcétera.
Por ello, la lucha por la defensa del movimiento minero tiene que ser al mismo tiempo una lucha para eliminar al capitalismo y abrirle de esta forma paso a un sistema social superior, el socialismo, que es el único que puede solucionar los problemas de hambre, explotación, desempleo y muerte que padecen los trabajadores de México y de todo el mundo. Únete a la Tendencia Marxista Militante y lucha por la trasformación de la sociedad.