El agravamiento de las condiciones de vida de millones de trabajadores y trabajadoras en la región y el mundo, de hambre, miseria y desocupación se incrementa con el caos que resulta de la crisis capitalista de pandemia, proteccionismo, inflación y guerra. E incontrastablemente tiene su contrapartida en la depredación, saqueo y expoliación que el capitalismo arroja sobre la naturaleza.
Es evidente que el problema socioambiental existe y cada día que pasa es más urgente encontrar soluciones. El lunes 9 de agosto del 2021, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) publicó su último informe climático, resultado de siete años de investigación. El presidente de la COP-26, Alok Sharma, declaró que «No podemos permitirnos esperar dos, cinco, diez años, sino que nos estamos acercando peligrosamente al momento en que será demasiado tarde. […] Un fracaso de la COP-26 sería catastrófico, no hay otra palabra”
Entre otros hallazgos alarmantes, el informe presentó los siguientes puntos:
- Para el año 2030, la temperatura media global podría llegar a 1,5 ºC, o 1,6 ºC por encima de los niveles preindustriales. La expectativa anterior era que este nivel solo se alcanzaría en 2040;
- Agotamiento de los sumideros de carbono. Los bosques, el suelo y los océanos absorben una parte importante del dióxido de carbono producido por las acciones humanas. Sin embargo, estos sumideros están mostrando signos de saturación, lo que significa más carbono en la atmósfera;
- Aumento del nivel del mar. En la última década, la tasa de subida del nivel del mar se ha triplicado en relación a décadas anteriores. Si la temperatura media global alcanza los 2 ºC, se espera que los océanos aumenten alrededor de medio metro durante el siglo XXI;
- La temperatura media del planeta es la más alta de los últimos 125.000 años;
- Desaceleración de las corrientes atlánticas. Una de las consecuencias del calentamiento global es la desaceleración de las corrientes marítimas en el Océano Atlántico, que regula el tránsito de temperatura entre los hemisferios;
Ningún país del mundo de manera individual puede solucionar nada, es un problema global y las soluciones son a nivel mundial, el sistema capitalista une en el mercado mundial a todas las naciones. Los gobiernos simplemente son los representantes políticos en el parlamento y sirven como cadena de transmisión de las grandes empresas que contaminan y están destruyendo el medioambiente.
Las tendencias depredadoras, bárbaras e irracionales del capitalismo son irreformables y es por esto que la idea de un “capitalismo verde” es inviable. No es posible optar por un tipo de capitalismo u otro, por lo cual no puede existir un capitalismo que respete a la naturaleza y a la vida en oposición a un capitalismo depredador y extractivista. Ninguna reforma puede dar una solución de raíz a los enormes problemas que tenemos por delante.
No es el comportamiento humano de forma individual el responsable de la destrucción del medioambiente, el colapso climático y medioambiental, sino es parte inmanente que se deriva del desorden económico a que nos arrastra el capitalismo, a las relaciones de producción en que se sustenta la explotación capitalista, en definitiva, a la propiedad privada de los medios de producción, a sus relaciones jurídicas, la gran propiedad burguesa que resulta un corseé para su pleno desenvolvimiento. Es la anarquía de la producción y la falta de armonía con la naturaleza, su solución, no puede venir de las entrañas de este sistema de muerte y destrucción y su ruptura con la naturaleza, no hay soluciones individuales a esta problemática.
Los jóven@s y trabajador@s que luchamos día a día, tenemos la llave para una verdadera solución. Las asambleas medioambientales, como forma de organización tienen que fortalecerse y coordinarse a nivel nacional y regional hacia la preparación de una gran jornada de lucha nacional. Esto es un paso importante hacia una salida colectiva en el plano organizativo de la lucha, pero para que tenga efectividad en el tiempo, debe contar con un programa claro y conciso. No hay soluciones dentro de estas relaciones de producción, no podemos buscar una solución definitiva dentro del mismo sistema que genera los problemas de salud, trabajo, miseria y saqueo ambiental. Debemos también coordinar con los trabajadores y las trabajadoras que luchan por una vida mejor. La Corriente Socialista Militante (CMI) se pone a disposición para ayudar y colaborar, codo a codo, desde una perspectiva marxista, revolucionaria y socialista.
¡Para que la gente y la naturaleza puedan vivir debe morir el capitalismo!