Rebelión obrera en Córdoba contra la reforma jubilatoria

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Córdoba vivió una auténtica rebelión obrera ante el intento del gobierno provincial de Schiaretti de hacer pagar a los trabajadores el déficit fiscal de la provincia, por medio de una reforma previsional que reduce las jubilaciones futuras de los trabajadores. Schiaretti fue uno de los más destacados defensores de los empresarios sojeros contra las retenciones móviles impulsadas por el gobierno nacional; pero, en cambio, no le tiembla el pulso cuando se trata de ajustar el bolsillo de los trabajadores. Esto es muy revelador del carácter de clase del llamado "conflicto del campo".

Córdoba vivió una auténtica rebelión obrera ante el intento del gobierno provincial de Schiaretti de hacer pagar a los trabajadores el déficit fiscal de la provincia, por medio de una reforma previsional que reduce las jubilaciones futuras de los trabajadores.

 

La reforma reduce entre el 22% y el 27% las jubilaciones mayores a $5.000, a cambio de bonos de deuda a 8 años. Pero el ataque fundamental es contra los trabajadores activos que verán reducidas sus pensiones futuras, al ajustarse la base salarial sobre la que se calcula la jubilación, tomándose el promedio de los últimos cuatro años trabajados en lugar del último sueldo, como sucedía hasta ahora. Tengamos en cuenta que los salarios en blanco son mayores que hace 4 años. Por último, se aumenta a los jubilados el monto a pagar a la Obra Social, que pasa del 3,5% al 5% de la jubilación.

 

El anuncio de la reforma provocó una respuesta inmediata de 24 gremios de la provincia, encabezados por Luz y Fuerza y ATE. Se convocaron paros sectoriales y una huelga general, además de movilizaciones que terminaron con graves enfrentamientos con la policía; así como cortes de ruta en diferentes lugares de la provincia.

Aunque a los empresarios también les aumentan algunos impuestos para enfrentar el déficit fiscal de la provincia, éstos recuperan lo aportado con las innumerables subvenciones y exenciones impositivas que tan pródigamente les otorga el gobierno de Schiaretti.

 

Es significativo que, tanto Schiaretti como su mentor De La Sota, aparecieran como los principales adalides de los empresarios sojeros contra las retenciones móviles impulsadas por el gobierno nacional y, en cambio, no les tiemble el pulso cuando se trata de ajustar el bolsillo de los trabajadores. Esto es muy revelador del carácter de clase del llamado "conflicto del campo".

 

Hay que investigar las cuentas públicas del gobierno cordobés, qué se hizo con la Caja de las Jubilaciones. Si es necesario recaudar más dinero que lo aporten quienes más tienen, los empresarios, y particularmente de los grandes empresarios agropecuarios.

 

Para echar abajo la reforma la única opción, como lo están demostrando los bravos trabajadores cordobeses, es intensificar la lucha hasta doblarle el brazo al gobierno de Schiaretti. La CGT no puede mirar a un costado en medio de esta pelea. Los gremios en lucha deberían demandar a esta central que se incorpore al conflicto.