Gerardo Morales quiere aplicar su infame reforma de la Constitución provincial a punta de balas, de fuego y sangre.
La propuesta de reforma constitucional provincial, es a todas luces una herramienta de la burguesía provincial y sus partidos para buscar una salida a la crisis a costa de más sufrimiento y miseria para la clase trabajadora: profundización del saqueo del litio en territorios indígenas y de los negocios inmobiliarios sobre la base de tierras fiscales, concentración de poderes en el ejecutivo provincial para pasar por encima de los controles usuales en el legislativo, y, destrucción de los derechos democráticos de protesta y movilización de la clase trabajadora, son sus elementos centrales.
Esto ha generado una enorme bronca en toda la provincia, que se ha traducido en una respuesta obrera y popular masiva.
Particularmente, destacan las protestas en Purmamarca, donde comunidades indígenas, trabajadoras y trabajadores han salido a cortar rutas en respuesta a esta terrible reforma, que al final se ha aprobado entre gallos y media noche con el impulso del oficialismo y con el respaldo de los convencionales del peronismo local que aprobaron en general la reforma parcial de la Carta Magna. La votación fue unánime, todos los partidos patronales se alinearon. El FITU no estuvo presente a la hora de la votación porque sus convencionales habían renunciado.
Allí, en Purmamarca, ha habido entre 20 y treinta detenidos producto de la represión policial empleada para desmovilizar y disciplinar a la gente, incluyendo a la diputada provincial del PTS-FITU, Natalia Morales, y al periodista de La Izquierda Diario Luciano Godoy, quien estaba cubriendo los acontecimientos de primera mano.
Todo esto ocurre en un contexto político en el que los grandes medios de comunicación no han dicho nada aún al respecto. Desde la Corriente Socialista Militante, sección argentina de la Corriente Marxista Internacional, nos unimos a la exigencia de libertad inmediata de todos los detenidos. Hasta ahora, Natalia Morales ha sido la única detenida puesta en libertad. El paradero de los demás detenidos es desconocido. La policía, además, ha dejado decenas de heridos, algunos incluso impactados con balas de goma en el rostro.
Sin embargo, a pesar de la represión el pueblo trabajador de Jujuy no se ha dejado amedrentar. Esto lo hemos podido ver en la propia Purmamarca, donde ayer las y los pobladores se mantuvieron en pie de lucha de manera tenaz, y, sin que importasen ni las balas ni las detenciones, volvieron a ocupar la carretera en altas horas de la noche, haciendo retroceder a la policía.
De la misma forma, la represión ha tenido como efecto inmediato la solidaridad de clase de la gente en toda la provincia.
Los cortes de rutas y las protestas se mantienen en varios poblados, incluyendo San Salvador de Jujuy. Ayer más de mil personas se mantenían cortando el ingreso a la capital de la provincia. En Palpalá la policía retrocedió ante la combatividad de la gente, y en San Pedro la policía intentó llevarse detenidas a las docentes que llevaban adelante la protesta. También ha habido protestas y/o cortes de ruta en Ledesma, Humauaca y Tilcara.
Mientras las asambleas de autoconvocados se fortalecen a través de la autoorganización los jefes Sindicales de todas las Centrales Obreras corren por detrás de los acontecimientos y aceptan a regañadientes sumarse parcialmente a las medidas de lucha que el movimiento impone en la práctica. El Paro Nacional lanzado por la Junta Ejecutiva de la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera) para el 22 de junio, si bien es una medida correcta, deja en evidencia la respuesta tardía por parte de la burocracia sindical enredada por sus compromisos políticos con el frente de conciliación de clases que sostiene al Gobierno Nacional. Se requiere una sacudida radical de los sindicatos existentes para que estos se conviertan en un ariete de lucha para nuestra clase y no en apéndices de tal o cual Gobierno.
Lo que estamos viendo hoy en Jujuy, es una pincelada de cómo un importante sector de la burguesía nacional intenta profundizar el ajuste capitalista, aumentando sus ganancias a costa de la sangre y miseria de la gente. Lo que está ocurriendo hoy en Jujuy, es una perspectiva de las formas y métodos que un sector de la burguesía y sus partidos podrían emplear, más allá de Jujuy, para salir de la crisis, descargando todas sus consecuencias de forma brutal sobre la clase trabajadora. Empresarios, banqueros y terratenientes tienen claro que el ajuste en marcha no pasa sin represión. Pero a su vez son conscientes que la insolvencia del Estado argentino pone en un callejón sin salida a la dominación política de la burguesía a través de sus representantes políticos, lo que amenaza la gobernabilidad.
Por lo tanto, desde la izquierda y el movimiento obrero, debemos dar una respuesta contundente a esta declaración de guerra de los capitalistas contra las y los trabajadores en Jujuy.
La izquierda debe acompañar estas batallas, hombro a hombro, planteando la necesidad de organizar un plan general de lucha para parar la represión, lograr la liberación de los detenidos y echar abajo la reforma y el Gobierno de Morales, pero también contra el ajuste general y por la recuperación de los salarios. Un plan que debe construirse democráticamente en asambleas obreras, y que debe, tarde o temprano, a través de un congreso obrero, derivar en la preparación y convocatoria de la huelga general como un medio para poner en discusión la cuestión del poder.
Además de implicarse y ponerse a la cabeza de todas las luchas es tarea de los marxistas difundir y proponer consignas adecuadas junto con la agitación de un programa socialista que conecte con las necesidades de las familias trabajadoras, infundiendo confianza en sus propias fuerzas ayudando, a través de la discusión y la experiencia, a clarificar los objetivos por los que se debe luchar: expropiación de los grandes capitalistas, control obrero, desarme o disolución de los cuerpos represivos, todo el poder para la clase obrera, socialismo internacional.
Hoy, urge la solidaridad de la clase obrera de toda la Argentina contra la represión y la reforma dictatorial de Morales. Esta lucha es todas y todos nosotros. Si vencemos en Jujuy, esto será una victoria de toda la clase obrera Argentina. Si perdemos, también será esta una derrota que todas y todos llevaremos sobre nuestros hombros. Esta es la primera batalla importante de muchas batallas clave que están por venir en la lucha de clases, en el actual contexto de crisis.
Quedarnos sólo en la denuncia de la reforma infame y de la represión, sin organizar la lucha y llevarla adelante hasta sus últimas consecuencias, es insuficiente para la lograr la victoria. Es muy importante dar cobertura mediática desde las organizaciones e izquierda, obreras y populares a todo lo que está ocurriendo, en tanto hay un cerco mediático en torno a las luchas en Jujuy por parte de la prensa burguesa. Pero, en el mismo espíritu de nuestra observación en este párrafo, quedarse sólo en ello sería en la práctica, aunque no lo querramos, dar ventaja al enemigo de clase para que triunfe en esta lucha.
¡Abajo la represión!
¡Libertad para todos los detenidos!
¡Abajo la reforma infame!
¡Abajo el gobierno de Morales!
¡Por el cumplimiento inmediato de nuestras justas demandas!
¡Por un plenario del NOA para preparar la Huelga General!
¡Por un Gobierno de los Trabajadores!
¡Luchar hasta vencer!