Fortalezcamos una corriente marxista en su interior
Proyecto Sur galvanizó el deseo profundo de cambio que anidaba en millones de conciencias y que las medias tintas del kirchnerismo habían sido incapaces de satisfacer. Sin embargo, un año después de su éxito electoral en Capital Federal, su imagen es errática y confusa. La política llevada a cabo por su dirigencia frustró gran parte de las expectativas que crearon en cientos de miles de trabajadores, jóvenes y activistas populares. Esto debe llevar a la reflexión de todos los militantes de base del movimiento.
Fortalezcamos una corriente marxista en su interior
Proyecto Sur galvanizó el deseo profundo de cambio que anidaba en millones de conciencias y que las medias tintas del kirchnerismo habían sido incapaces de satisfacer.
Sin embargo, un año después de su éxito electoral en Capital Federal, su imagen es errática y confusa. Sus dirigentes frustraron gran parte de las expectativas que crearon en cientos de miles de trabajadores, jóvenes y activistas populares.
El problema principal es que la dirigencia de Proyecto Sur, y Pino Solanas en particular, andan obsesionados con la pretensión de ganar las elecciones del 2011 a cualquier costo. Esto imprimió un giro oportunista y a la derecha en su política, que apostó todo al desacreditado juego del parlamentarismo burgués, a una histeria antikirchnerista infantil y a desdibujar sus límites con la oposición de derecha.
Los “asuntos” Carrió, Fibertel y Papel Prensa
Algo pareció cambiar en los últimos meses. Se convocó a un Foro de debate programático con más de 1000 participantes; se impulsó la Ley de los Glaciares; y se delimitó con la derecha en los debates sobre el 82% móvil para los jubilados y en la reforma del INDEC. Pero, sorpresivamente, a mediados de agosto tuvimos los elogios de Pino Solanas a Carrió, que suscitaron un rechazo unánime en la base y en un sector de la dirección. Pino tuvo que retractarse. Igual efecto tuvieron las declaraciones de Pino y Lozano contra la caída de la concesión a Fibertel (Grupo Clarín) en total alineamiento con la oposición de derecha. Fue correcto denunciar la pretensión del gobierno de favorecer a las telefónicas con el cierre legal de Fibertel, pero fue incorrecto salir en defensa de un monopolio privado, como hicieron ambos, que además juega en política a favor de los enemigos del pueblo trabajador. Proyecto Sur debe exigir la nacionalización, sin indemnización y bajo control de los trabajadores y usuarios, de las empresas de telecomunicaciones.
También sorprenden los llamados insistentes de Pino y Claudio Lozano para atraer al GEN de Stolbizer y al PS de Binner, pese a que ya acordaron un frente electoral con la UCR y Carrió. El GEN y el PS están a la derecha de Proyecto Sur y del propio kirchnerismo en los temas fundamentales. Y deben ser desenmascarados como agentes de las patronales, como lo es la UCR, dentro de la llamada "centroizquierda".
A esto se une la falta de mecanismos democráticos en el Movimiento que tome en cuenta las opiniones de las bases y ejerzan un control sobre la dirección. Todo se decide en la Mesa Nacional y el núcleo reducido de dirigentes que conforman el Comité Nacional, acentuado por un tutelaje y un caudillismo extremos ejercidos por el compañero Pino Solanas.
Para nuestra corriente, Proyecto Sur nunca fue un fin en sí mismo, sino un primer paso hacia la formación de un partido o movimiento político de la clase trabajadora argentina, que es la clase más numerosa de la sociedad y constituye su columna vertebral. Los trabajadores están llamados a dirigir el proceso de transformación social en nuestro país y necesitan construir un partido o movimiento propio que agite en defensa de sus intereses de clase. Por ahora, Proyecto Sur está lejos de esta perspectiva. Pero el ingreso de Unidad Popular de De Gennaro, con fuertes vínculos con la CTA, podría insuflarle una orientación de clase al movimiento que se nuclea alrededor de Proyecto Sur. Es una posibilidad.
Fortalecer la corriente marxista
Mientras tanto, es necesario impulsar una corriente marxista dentro y fuera del Movimiento Proyecto Sur que defienda un programa consecuentemente socialista, que luche por la ampliación de los espacios democráticos dentro del movimiento, y que propagandice la necesidad de que Proyecto Sur, en conjunción con la Constituyente Social y otras fuerzas, impulse la formación de un partido o movimiento político de los trabajadores.
Es necesario fortalecer una corriente marxista que vincule la lucha por las 5 Causas fundantes de Proyecto Sur (justicia social y recuperación de los recursos naturales y empresas privatizadas, democratización de la sociedad, reconstrucción y desarrollo económico y tecnológico del país, revolución educativa, unidad latinoamericana) con la lucha por el socialismo, por medio de la nacionalización bajo el control de los trabajadores de las grandes empresas, bancos y latifundios; y la más amplia participación y democracia popular en la gestión y control de todos los aspectos de la vida social.
Este es el cometido que se propone la Corriente Socialista El Militante y por eso te proponemos que te unas a nuestra corriente para luchar por este programa y estas ideas.