Crisis capitalista
Nos encontramos ante una crisis mundial en lo económico, político, social y militar que se expresa en las más de sesenta guerras en el mundo.
Llevamos once años desde la primera de una serie de crisis y temblores en el mundo capitalista; primero, con las llamadas hipotecas subprime; luego, en 2010, con la quiebra de los Estados nacionales que trasladó definitivamente la crisis sobre las espaldas de los trabajadores en el mundo. Todo esto trajo como consecuencia el incremento de la desocupación, hambre, cientos de miles de refugiados pululando por el mundo –más de 68,5 millones de personas según el relatorio de la ACNUR- expulsadas de sus países por las guerras, el hambre y desolación y con una mortalidad anual de más de 1.200.000 niños.
Once años de crisis y su fin no se vislumbra en el horizonte. La burguesía mundial y la oligarquía financiera pasan de la euforia al desánimo y son más los días de éste último sentimiento ya que la carrera frenética y la debacle de los mercados pone al sistema capitalista en un espiral descendente. Sus estructuras políticas tiemblan y se sacuden ante la crisis, cada medida, cada paso que las multinacionales y sus representantes políticos llevan adelante, producen nuevos desequilibrios.
La guerra comercial en la era Trump se caracteriza por el de avasallamiento de las relaciones diplomáticas y comerciales con sus oponentes e incluso con sus antiguos socios. Pero esto que parece obra de un loco, no es más que la expresión de la profunda crisis de sobreproducción del sistema capitalista. Trump es su expresión y la guerra comercial sólo exacerba la crisis estructural del sistema.
Los anuncios de Donald Trump el domingo 5 de mayo, que EEUU aumentará en la primera quincena del mes de mayo del 10% al 25% los aranceles sobre China en bienes de importación al considerar que las negociaciones entre ambas potencias van demasiado lentas. Produjo que los mercados de valores de Shanghái sufrieron fuertes pérdidas de alrededor del 5,58%, el yuan, la moneda china, caía más del 0,40 % frente al dólar. La tendencia en rojo sigue en Europa, donde las principales Bolsas cayeron más de un 2%.
Mientras, los trabajadores buscan una respuesta a la crisis que padecen, cualquier movilización y lucha que emprendan, choca inexorablemente contra la propiedad privada de los medios de producción y el Estado: justicia, fuerzas represivas, Ministerio de Trabajo, etc. y cualquier variante política que no represente los intereses obreros. Las condiciones de vida y trabajo los empujan a luchar y la mayoría de las veces avanzan más rápido con los pies que con sus cabezas.
La crisis en los países de Europa no se detiene. En Gran Bretaña, el Brexit ha entrado en un terreno fangoso, el Partido Tory enfrentó el colapso electoral en las elecciones locales. El resultado arroja que los conservadores están claramente en crisis. La presión ahora está sobre los tories para que detengan su hemorragia hacia la derecha. Las filas del Partido Tory están clamando por un giro a la derecha, exigiendo un Brexit duro. Los parlamentarios conservadores y los miembros del partido están pidiendo a Theresa May dimita como líder de inmediato.
La alianza de los medios de comunicación y los blairistas -el ala derecha del laborismo, partidarios del ex primer ministro laborista, Tony Blair- han aprovechado la oportunidad para promover su campaña para sabotear las posibilidades de que los laboristas lleguen al poder. Corbyn, el dirigente de izquierda del laborismo, ha tratado de alejar el asunto del Brexit en estas elecciones y dirigirse hacia los problemas de clase.
En España, se realizaron las elecciones que le dió al PSOE un 28,7% de los votos, mientras que Unidos Podemos obtuvo el 14,3% quedando a seis escaños de los 176 que necesitan para formar gobierno. Estas elecciones resultaban fundamentales ya que la puja entre la derecha y el PSOE y Podemos se hace cada vez más palpable.
El patriotismo español de la derecha y la ultra derecha, representantes de la Iglesia Católica, los Borbones y las grandes empresas del IBEX35, como también los burgueses, banqueros y terratenientes, piden mano dura contra el independentismo catalán. La preocupación es que la derecha se hiciera nuevamente del gobierno, si esto es así, solo se puede esperar más ataques a los trabajadores y a sus condiciones de vida.
En Francia, Macron no pudo cumplir con las demandas de los Chalecos Amarillos y de quienes apoyan al movimiento; las medidas anunciadas “en el gran debate” no se cumplieron ya que este gobierno representa los intereses de los capitalistas franceses y no puede ofrecer concesiones exacerbando aún más esta fabulosa movilización con ribetes insurreccionales.
La situación política mundial es cambiante en todos lados, vemos la ofensiva del imperialismo sobre Venezuela, el golpe pergeñado por el imperialismo yanqui y su mascota Guaidó ha comenzado a desinflarse. El imperialismo no ha logrado su objetivo por ahora de poner a Guaidó en el poder. El imperialismo creyó sus propias mentiras de que el gobierno de Maduro ya no tenía ningún apoyo en absoluto. Sin embargo, ante el asedio del imperialismo las masas se movilizaron contra el intento de golpe.
La crisis de los servicios esenciales, los reiterados ataques a la red eléctrica por más de 100 horas, dejando sin luz y agua a las masas, las conduce a una situación que empeora día a día. Antes de la intentona del golpe la situación económica era desastrosa, llegando a una inflación de más de un millón por ciento y ahora se le suma los ataques del imperialismo a los suministros esenciales. En estos días nuevamente hubo una intentona golpista que liberó a Leopoldo López con un comando del ejército y consiguió así, el asilo en la embajada de España. La terrible crisis económica que sufre Venezuela, donde el PBI ha caído en más de un 50% en los últimos 4 años, se desencadenó con la caída de los precios del petróleo y se agrava por las sanciones de EEUU, sobre todo las más recientes al petróleo. Sin embargo, la causa real de la dislocación económica en Venezuela es el resultado, en última instancia, del intento de regular el capitalismo mediante una política de control de cambio y de precios que se aplicó a partir de 2003. Los controles impuestos por el gobierno impiden el funcionamiento normal de la economía de “libre mercado” pero sin sustituirla por un plan democrático de la economía que solo es posible mediante la expropiación de los medios de producción. Los capitalistas responden a los controles con el acaparamiento, el sabotaje económico, la huelga de inversiones, el contrabando de extracción, la especulación con la moneda, el mercado negro y la fuga de capitales por medios legales, semi-legales y abiertamente legales. Lo que Venezuela muestra no es “el fracaso del Socialismo” que nunca existió, sino el fracaso de las políticas reformistas de tratar de regular el capitalismo.
Las medidas económicas del gobierno de Maduro han sido dentro del marco capitalista y lejos de resolver la crisis la ha agudizado volcando su peso sobre las espaldas del pueblo trabajador.
Maduro y la burocracia bolivariana son incapaces de derrotar definitivamente al capitalismo y completar la revolución, por el contrario, la burocracia ha comenzado un proceso de privatizaciones, que simplemente se lo pude llamar de una sola manera, traición al legado de Hugo Chávez.
Como decimos más arriba, las masas se agruparon tras Maduro ante la intentona golpista, siendo el resultado de su instinto de clase. Pero, si hay un lugar en donde la crisis de dirección se siente de manera más cruda es en el país hermano, donde el proceso revolucionario comenzado en 1989 con el Caracazo no solo no ha sido finalizado, sino que en manos de la burocracia bolivariana y el gobierno de Maduro ha sido desviado, ya que han hecho lo imposible en términos objetivos para que los trabajadores quedaran atomizados, no pudiendo dar una respuesta a la crisis en una perspectiva revolucionaria, con independencia de clases.
El doble discurso de Maduro que, por un lado, apela a la clase obrera, a su capacidad revolucionaria, a la hermandad de clase, llamando a las milicias a la defensa de la revolución, mientras que no avanza en la expropiación de los resortes fundamentales de la economía para evitar entre otras cosas la especulación de alimentos y la fuga de divisas; por el otro lado, inicia un proceso de privatizaciones – de la propia mano de la burocracia bolivariana y de Maduro mismo- de lo que estaba y está en manos del Estado. Acompaña a esta política económica, otra que es tan nociva como la anterior, al dejar en libertad a los que organizan las movilizaciones, las guarimbas, las intentonas de golpe y demás políticas que desestabilizan al régimen creando una situación de desorden social llegando a ribetes de caos.
Solo la clase obrera venezolana podrá completar la revolución, expropiando la totalidad de los capitalistas venezolanos y poniendo en manos de la clase obrera y los trabajadores los resortes fundamentales de la economía, hacerlo va a significar sacarse de encima la lápida de la dirección madurista.
La característica de los movimientos en los diferentes países es la búsqueda de una salida por parte de los trabajadores a las penurias que les impone el capitalismo, se denota el descreimiento en las instituciones de la burguesía, ejemplo de esto, es el fabuloso movimiento de los Chalecos Amarillos.
Entonces no debemos olvidar las enormes movilizaciones en Grecia, que rechazaba los acuerdos de la Troika y el papel que desempeñó la traición de Alexis Tsipras al plebiscito y de esta manera vehiculizó la imposición de las recetas de la Troika.
En España el surgimiento de Podemos mostró un potencial que se dilapidó con sus posiciones centristas que hace que las masas tengan desconfianza en la dirección. En las últimas elecciones tuvieron una prédica amigable a los sectores de centro y sólo en los últimos días radicalizaron su discurso, esto no alcanzó para recomponer su caudal electoral.
Es por esto que la lucha de los trabajadores se expresa de manera diferente en cada país, pero lo que tienen en común cada una de ellas es una profunda rabia a las instituciones burguesas, su desconfianza a lo viejo ligado a las políticas recesivas y a las instituciones que la sostienen.
Como señalamos, en general no podemos medir la lucha política revolucionaria en términos biológicos, solo es posible hacerlo en términos históricos y las tares que se desprenden de la misma.
Debemos comprender que toda lucha que emprenden los trabajadores por más insignificantes que sea chocan con la propiedad privada de los MMPP y el Estado capitalista. Dos obstáculos que hay que superar. Pero, ¿existe posibilidad en revitalizar el sistema económico capitalista que otrora fue pujante y vigoroso y al que tan empecinadamente se aferran los reformistas de todo color?
En nuestro documento de Perspectivas Mundiales decimos que “el marxismo explica que el secreto de la viabilidad de cualquier sistema económico es el logro de la máxima economía en el tiempo de trabajo. Uno de los elementos más importantes en el desarrollo del capitalismo fue precisamente el crecimiento de la productividad del trabajo. Durante 200 años, el capitalismo elevó la productividad de la fuerza de trabajo humana a un nivel nunca soñado en el pasado. Pero este progreso ahora está alcanzando sus límites.
Un estudio sobre la productividad realizado por el Centro de Investigación Económica y Política en septiembre de 2015 reveló que, entre 2007 y 2012, la productividad mundial creció a una tasa anual del 0,5%; la mitad de lo que había sido en el período 1996-2006. Sin embargo, en el período más reciente de 2012-14 se había detenido completamente en un cero por ciento. En países como Brasil y México, en realidad fue negativo. Como dice el informe: “este es uno de los fenómenos más inquietantes y, sin duda, más importantes que afecta a la economía mundial”. (http://voxeu.org/article/global-productivity-slump)
Estas cifras son una indicación segura de que el capitalismo se encuentra ahora en una crisis sistémica. El crecimiento lento de la productividad del trabajo -y en algunos casos su caída- es un síntoma sorprendente del callejón sin salida del capitalismo, que ya no es capaz de alcanzar los grandes éxitos del pasado.”
Luego sigue “La fuente del problema radica en los niveles históricamente bajos de inversión: la formación bruta de capital en la Unión Europea y Estados Unidos ha caído por debajo del 20% del PIB por primera vez desde la década de 1960, mientras que el consumo y la depreciación del capital están aumentando. En el antiguo mundo colonial, el auge de los precios de las materias primas provocó un breve aumento de la inversión, pero ha vuelto a descender en los últimos años.
Esta falta de inversión en la producción no es el resultado de la falta de dinero. Por el contrario, las corporaciones gigantes están nadando en efectivo. Adam Davidson, escribiendo en The New York Times en enero de 2016, afirmó que “las empresas estadounidenses tienen actualmente 1,9 billones de dólares en efectivo, simplemente están sentadas alrededor de él” … este “estado de cosas no tiene paralelo en la historia económica …” El autor del artículo considera que esto es un “misterio”, pero lo que muestra es que los capitalistas no tienen campos de inversión rentables en el estado actual de la economía mundial. (¿Por qué las empresas acumulan billones? New York Times, 20 de enero de 2016, https://www.nytimes.com/2016/01/24/magazine/why-are-corporations-hoarding-trillions.html?mcubz=0)
Datos más recientes de la Reserva Federal de Estados Unidos sitúan la cantidad de activos líquidos de las “empresas no financieras”, que incluyen divisas, depósitos extranjeros, mercado monetario y acciones de fondos mutuos, en “un récord de $2,4 billones en el tercer trimestre” de 2017. (https://www.bloomberg.com/news/articles/-2017-12-07/corporate-america-is-flush-with-record-2-4-trillion-in-cash)
El sistema, literalmente, se está ahogando en un exceso de riqueza. Es como el aprendiz de hechicero que ha conjurado fuerzas que no puede controlar. Las fuerzas productivas tienen el potencial de producir una masa de productos que no pueden ser absorbidos por los mercados.
Esta incapacidad para hacer un uso productivo de las cantidades colosales de la plusvalía extraída del sudor y la sangre de los trabajadores es la condena final del capitalismo. La sobreproducción se refleja en una crisis general de la economía mundial, que se encuentra en un estado muy frágil. El crédito barato ya no sirve para estimular la inversión. ¿Qué objetivo tiene invertir para crear nuevas fuerzas productivas cuando no hay mercados para la producción existente?”
La crisis sigue profundizándose y las condiciones de vida de millones de trabajadores en el mundo llegan a niveles de pauperización nunca antes visto. Se trata de resolver el factor subjetivo, la construcción del Partido Mundial de la Revolución Socialista. La materialización en las masas del programa revolucionario se impone con urgencia.
Argentina. Diagnóstico y desarrollo
No encontráramos en una situación en que el gobierno ha perdido el control de la economía, una economía en caída libre, apoyándose en la financiación del FMI y en el sector financiero. El deterioro de la imagen de Macri y Cambiemos se encuentra en uno de los niveles más bajo desde que asumió el gobierno.
La exigencia de los industriales es que implemente medidas económicas que dinamicen al sector. Y que posibilite nuevamente un cierto desarrollo y para que suceda, exigen ir a fondo con la reforma laboral.
La industria sufre un apretón múltiple: recesión interna, derrumbe de la demanda brasileña, dumping chino y el estancamiento de la situación general del capitalismo.
¿Qué es Argentina desde el punto de vista del proceso industrial y su inserción en la división internacional del trabajo?
El sector siderúrgico se encuentra fuertemente concentrado. Está compuesto por 11 empresas, tres de las cuales producen el 97% del acero crudo y el 88% de los productos terminados. Las tres empresas más importantes son empresas integradas, es decir, que obtienen los productos siderúrgicos partiendo del mineral de hierro. El proceso productivo en este tipo de firmas comprende cuatro etapas: reducción, aceración, laminación en caliente y laminación en frío. Las compañías que conforman este segmento son Siderar, Acindar y Tenaris – Siderca. Siderar es líder en laminados planos, Acindar en laminados no planos y Tenaris–Siderca en la fabricación de tubos sin costura.
El sector siderúrgico, al igual que otros sectores de la economía, registró un relevante crecimiento a partir del año 2003, luego de un largo período de recesión. Este sector está relacionado directamente con el crecimiento de la economía y sobre todo con los sectores demandantes de acero: las industrias de la construcción, del petróleo y gas y la automotriz. Sin embargo, la crisis energética que hubo en el último tiempo incidió negativamente en los niveles de producción alcanzados. Asimismo, el aumento tarifario, el incremento internacional del precio del mineral hierro y el encarecimiento en el precio de petróleo, trasladando el mayor costo al precio de sus productos.
El aumento general en los precios de los commodities obedece a la fuerte demanda que genera la expansión de la industria siderúrgica china, cuya producción viene creciendo aceleradamente y genera el desabastecimiento de dichos insumos (mineral de hierro, carbón coquizable, coque, ferroaleaciones y chatarra).
Sin embargo, en la actualidad y a partir de la crisis del 2008 los indicadores industriales comenzaron a bajar.
El país ocupa una pésima posición en indicadores clave para el desarrollo económico. Así, Argentina se situaba en el puesto 113 del ranking mundial en cuanto a facilidad para hacer negocios, que elabora cada año el Banco Mundial, de un total de 183 economías, a la altura de países como Etiopía, Egipto o Kenya. Destaca el informe, sobre todo, por situarse en indicadores como la apertura de empresas (146), permisos de construcción (169), registro de propiedades (139) o pago de impuestos (144).
Para el empresariado de Argentina el ranking que mide el respeto a la propiedad privada en 130 países, Argentina se sitúa entre los 10 peores, tan sólo seguida por Costa de Marfil, Nicaragua, Bangladesh, Nigeria, Burundi, Venezuela, Ucrania, Angola y Libia.
Asimismo, el Índice de Calidad Institucional (ICI) sitúa a Argentina en la posición 125 de un total de 194 países, perdiendo 32 puestos desde 2007. Libertad y Progreso Fundación Libertad y Progreso febrero 12, 2019
La Unión Industrial Argentina (UIA) proyecta para este año una caída de 1,5%. El Presidente de la UIA, Miguel Acevedo, señaló que la retracción el año pasado fue de 3,4%, menor que la que difundió esta semana el Índice de Producción Industrial (IPI), que reflejó para 2018 una baja de 5%. “Estamos preocupados. El Gobierno es voluntarista con su mirada de la economía. Para ellos en marzo iba a ser definitorio. Ahí empezaría un mayor crecimiento. A nosotros las cifras no nos daban igual. Con estas tasas de interés, presión impositiva y baja del consumo interno va a ser muy complicado que empecemos con números en verde”, aseguró Acevedo en una entrevista con el diario La Nación.
Aunque el gobierno insiste en que el segundo semestre la industria subiría en 4 puntos de crecimiento, las perspectivas en el contexto mundial y regional no son auspiciosas para el sector.
“Los sectores que más crecían a principios de 2018 (cemento, actividad siderúrgica y automotriz) están experimentando bajas y van a llevar el indicador general en esa dirección, tal como se observa en el mercado de trabajo.” ADN10 de febrero 2019
El gobierno anticipa, para las ramas más afectados en 2018 -textil, calzado, gráficos-, una rápida recuperación. En ese sentido, la UIA estima una baja promedio de entre 5% y 6% mensual para el primer semestre del año.
El empresariado estima que podrían mejorar el nivel de actividad del mercado interno, por una baja de la tasa de interés y el crecimiento del crédito al sector productivo.
Un sector espera la moderada mejora del nivel de actividad del Brasil, así como el alza de las exportaciones y además la recuperación de la cosecha de soja luego de un año de sequía, mientras que otros sectores mantienen un malestar y animo pesimista. En este sentido el gobierno hace lo contrario de lo que esperan los empresarios priorizando tasas de interés alta para que no haya circulante en pesos, congelando la base monetaria y flexibilizando, con el acuerdo del FMI, las intervenciones del Banco Central para utilizar las reservas prestadas por la entidad financiera ante una crisis cambiaria.
“Hay una política claramente orientada a lo financiero y no a lo industrial. Es una política anti industrial”, criticó José Urtubey, vocal de la UIA y director de Celulosa, y dijo que el Gobierno quedó encorsetado por el acuerdo con el Fondo.
“Vamos a volver a caer este año y esto tiene que ver con una reversión de las políticas orientadas a lo productivo. Seguiremos con este deterioro, sobre todo en el interior del país”, cuestionó el industrial, que también criticó las tasas de interés y el peso de los impuestos.
Otro de los ingredientes del agravamiento de la situación del empleo es la revolución tecnológica actual que crea, destruye y transforma el trabajo a una velocidad inusitada, la carrera de la Industria 4.0 está rediseñando las relaciones económicas entre los países y en cada fábrica. Se establece así una nueva forma organizacional dentro de fábrica. Este desarrollo se da de una manera desigual y con los tiempos de crisis, implicaría a un país capitalista serio una inversión en la transformación de las industrias y la robotización como regla general.
De todas formas, este nuevo paradigma oficia para flexibilizar el empleo, no solo mayor cantidad de horas de trabajo y convenios colectivos que son ajenos a los de la rama de origen.
En los países capitalistas desarrollados tomaron la posta paraimpulsar la carrera junto al sector privado y al mundo del conocimiento. Manufacturing USA, Made in China 2025, UK’s Industrial Strategy, Piano Nazionale Impresa 4.0, Make in India, son algunos de los nombres de las políticas lanzadas en los últimos años.
En el mes de marzo, en un manifiesto conjunto, Alemania y Francia pusieron el dilema en blanco sobre negro: “La elección es simple cuando se trata de política industrial: unimos nuestras fuerzas o permitimos que nuestra base industrial y su capacidad gradualmente desaparezcan”.
En Argentina, para superar este dilema histórico y salir de la estructura de primarización que ha frenado históricamente el desarrollo de nuestra economía debemos destruir al capitalismo ya que nos enfrentamos con una clase social que no le interesa la producción y el bienestar de la población trabajadora.
La burguesía encuentra su límite desde su nacimiento, mantiene estructuralmente una dificultad imponente, no solo por su raquitismo sino por su papel rentista de los últimos años.
Lo que arrojan diferentes estudios es que, en muchas plantas, la estructura productiva resulta heterogénea, con niveles muy desparejos de productividad, viene de la mano de un mercado laboral donde 4 de cada 10 personas tienen problemas de desempleo o informalidad laboral. Y un número importante tiene problemas de empleabilidad, o sea que no cuentan con conocimientos o habilidades mínimas para desempeñarse en los puestos que existen o van a existir. Pero este es otro desafío una vez derrocado el capitalismo.
Como corolario, las industrias en Argentina no solo tienen un carácter marcado de primarización, dependiente de que otros países nos compren las materias primas, sino que la crisis de sobreproducción del capitalismo y el carácter financiero de la época hace que la curva descendente de la productividad se encuentre en una situación sin retorno.
Hacia dónde vamos
La realidad muestra una caída del producto mayor al 2%, una inflación casi del 57% interanual, y un tipo de cambio superior a 45 pesos por dólar. Los motivos son varios, tanto externos como internos.
En lo externo, todos los activos financieros han sufrido caídas (por ejemplo, el índice SP500 (acrónimo de Standard & Poor que incluye a las 500 empresas más representativas de la bolsa neoyorquina, y juegan en la plaza financiera más relevante del planeta Wall Street) pierde en el año más del 5% y su medición de riesgo ha crecido desde comienzos de año; por otro lado, el dólar se ha apreciado frente a todas las monedas, y los capitales han buscado refugio en los bonos del Tesoro estadounidense. Si bien la tasa de referencia de los bonos del Tesoro estadounidense de diez años ha disminuido desde su máximo de 3,2%, es más bien por refugio.
En el plano interno, el gobierno no puede controlar la cuenta corriente ya que es deficitaria, con una base monetaria contenida y acordada con el FMI y un déficit fiscal significativo amplificaron fuertemente los efectos (sobre todo en comparación con otras economías de los países llamados emergentes). Ante esta situación, la política fue el acuerdo y el auxilio del FMI con un plan monetario y fiscal consensuado, con eje en el equilibrio fiscal y la emisión controlada de dinero. Se aseguró financiamiento hasta las elecciones si cumplen el programa acordado con el FMI.
La actividad económica está en una olla a presión: por un lado, costos financieros que superan el 80% para un giro en descubierto de una Pyme y del 70% para un crédito al consumo.
Por otro lado, desde enero el Gobierno inició un ajuste fiscal de más de 500 mil millones de pesos con vigencia hasta diciembre de 2019, cuando termina el mandato de Mauricio Macri. Esto contempla suba de impuestos y baja del gasto, con afectación de la obra pública.
Y en esa misma olla se cocina la variable de los trabajadores: aumento de la desocupación y de la pobreza. Los salarios perderán este año contra la inflación entre 10 y 20 puntos porcentuales, dependiendo del sector. Hasta el momento, acumulan una baja de 18,8 por ciento de caída desde enero de 2016, según un estudio de la junta interna de ATE en el Indec. Mientras que los jubilados y pensionados perderán entre 12 y 15 puntos contra la inflación.
Las perspectivas económicas van de mal en peor para la mayoría de los trabajadores.
Los economistas de la oposición, puntualmente 260 académicos en economía que integran el colectivo Economía Política Para la Argentina (EPPA) ligados al kirchnerismo señalan crear un comité del Congreso para “desdolarizar” las tarifas alertaron por el impacto en el bolsillo de los argentinos de los servicios públicos y denunciaron un incremento de la “pobreza energética”.
En el primer documento del 2019, el EPPA denunció que “los tarifazos son incompatibles con un modelo de desarrollo económico” y remarcó que en poco más de tres años el peso del gasto en servicios como porcentaje del Salario, Mínimo, Vital y Móvil se cuadruplicó.
“La Argentina ha pasado de destinar un 6% del SMVM para pagar las tarifas de los servicios públicos a superar el 26% a partir de la cuota de enero de los últimos aumentos”, indicaron los analistas y académicos heterodoxos.
El informe recordó que desde la asunción de Cambiemos y hasta junio siguiente cuando se concretarán los últimos tarifazos anunciados oficialmente, la luz habrá aumentado hasta 3.756%; el gas un 2.042% y el agua un 1.285%.” ámbito.com 04 de abril de 2019.
Lo llamativo de estos economistas es la ausencia de un método correcto para abordar lo que proponen, atado al programa reformista que ven como salida a la crisis y que solo puede interpretarse por su condición de clase.
Cabe destacar, que la conducta de los distribuidores de gas, agua y luz no es retrotraer las tarifas al 2015, en otro apartado del informe del EPPA justifican el aumento de las tarifas ya que estaban atrasadas en relación comparativa con otros países. Las tarifas se encuentran dolarizadas y los exorbitantes aumentos no fueron a la renovación y mejoramiento de la línea de alta tensión o media tensión, o de plantas de potabilización de agua o extensiones de líneas de gas. Este es el rasgo general de los opositores al macrismo.
Hemos dicho en materiales diversos que no se puede controlar lo que no es nuestro. Que manejar el Estado no significa que se puede “dominar” a los capitalistas. Vengan los ejemplos de Venezuela, Argentina o Brasil.
Lo que es evidente por parte de un sector de la burguesía, puntualmente los industriales agrupados en la UIA, es la búsqueda de una alternativa al macrismo, muestran su oposición sin hacer demasiado ruido u olas, priorizando la gobernabilidad y aceptando la tutela y asistencia del Fondo Monetario Internacional. Por lógica, aprovechan la crisis para establecer un piso muy inferior del salario actual. Si hace cinco años un salario de un obrero calificado podíamos cuantificarlo en unos u$s1000, en la actualidad se encuentra en u$s650 y la idea del empresariado es llevar al mismo a u$s500- y menos también.
Para los trabajadores, el gobierno que salga ungido de las urnas en octubre -sea cualquiera su color- resultará a mediano plazo lo mismo, ya que estarán obligados a depreciar el salario. Los opositores ya justifican, antes de su asunción, que la situación será difícil de revertir, es decir, para la mayoría del país solo queda más sacrificios.
Algunos datos para tener en cuenta. “La población desocupada son unas 1.185.000 personas en los 31 conglomerados que mide el Indec.
La tasa de desempleo trepó casi dos puntos interanuales a 9,1% en el cuarto trimestre de 2018, debido a que se destruyeron puestos de trabajo y más gente está intentando ingresar al mercado de trabajo. Con todo, los analistas estiman que la suba del desempleo no fue peor porque la economía ajustó por precio: cayó 12% el salario real el año pasado. Y porque creció la informalidad laboral.
Pese a que el Gobierno estima que haber alcanzado el piso de la recesión permitirá que vuelva el crecimiento del empleo, los privados no esperan una recomposición del mercado de trabajo para este año.
En la comparación regional, el Gran Buenos Aires y CABA es el sector del país más afectado, con 10,5 por ciento. Le sigue la región Pampeana, con el 9,2%. El resto de las regiones quedaron por debajo del promedio: Noroeste (7,2%), Patagonia (6%), Cuyo (4,7%), Noreste (4,1%).
Cuando se hace foco sobre las regiones sobresalen el Partidos del Gran Buenos Aires, con 11,4%; y Mar del Plata y Rosario, con 12,8 por ciento.
“El principal causante del incremento de la desocupación fue la caída de la actividad“, dijo Matías Rajnerman, economista de Ecolatina. “Sin embargo, en 2018 este efecto estuvo atenuado por la pérdida de poder adquisitivo. Los menores salarios reales redundaron en una baja de los costos laborales, lo que permitió que el flujo de despidos fuera menor”, agregó.
“El empleo soportó bastante bien la caída y el ajuste se dio vía caída de salarios reales”, coincidió MelisaSala, en un informe de la consultora LCG. “Durante 2018 primó el atesoramiento de trabajo (labor hoarding). Las empresas que prefirieron no despedir empleados para no entrar en costos de despido y recontratación”, explicó.
“Es caro el despedir. Ergo, primero se aguanta (se reducen horas extras, se hacen convenios especiales para licenciar turnos rotativos, se suspende) y recién después se despide. Segundo, para contratar de nuevo, tiene que haber una perspectiva de recuperación sostenida“, tuiteó Gabriel Caamaño Gómez, economista de la consultora Ledesma.” Por Verónica Dalto 21/03/2019 Infobae
El panorama no puede ser más claro. La reforma laboral es una necesidad para la burguesía. En el programa de Macri, Massa o Lavagna es una posibilidad cierta. De ganar el kirchnerismo, aunque rechacen la reforma laboral no van a restituir las conquistas perdidas.
Muchos sectores de la oposición han comenzado a hablar de moratoria de la deuda externa o sea en la idea de seguir salvando la institucionalidad y de esta manera seguir sosteniendo el sistema de dominación y explotación. La burguesía en una crisis como la actual y en la perspectiva de un futuro peor, intentará salvar la gobernabilidad sobre todas las cosas, a sabiendas de dar concesiones, recomponer las relaciones con los de abajo y hasta llegar al no pago de la deuda externa si fuera necesario, por lo menos por un período, recomponiendo un cierto desarrollo de la economía, recordemos la moratoria de la deuda externa que sostuvo la última dictadura militar.
Argentina, al igual que otros países de América Latina, tiene una larga historia en cuanto a cesación del pago de su deuda externa; en ella se entrelazan cuestiones políticas y económicas. Entre 1977-1982, se caracteriza por un acelerado endeudamiento externo, masiva fuga de capitales, devaluación y moratorias de la deuda externa.
Cuando decimos que puede existir como parte de un pronóstico alternativo, que un sector de la burguesía entre en moratoria del pago de la deuda externa, y de ciertas concesiones para fortalecer y recomponer relaciones con la base, resulta del análisis de que en 2020 nos encontremos ante un escenario de agudización de la lucha de clases. Es muy probable que los enfrentamientos comiencen en un futuro no tan lejano y hablamos de enfrentamientos, incluso concesiones mediante, con la dirección kirchnerista.
Las elecciones
Hemos señalado en diferentes materiales que el recurso electoral en 2019, no tiene desperdicio ya que de 52 domingos que tiene el año, 48 están ocupados para diferentes procesos electorales en el país. La burguesía ha diseñado una de las herramientas para la “dominación” de las masas y soldarlas a su institucionalidad. De todas maneras, el voto en blanco y nulo por ejemplo en las primarias de la Provincia de Santa Fe obtuvieron el 11,1%, con el agravante que hubo 8000 presidentes de mesa que no asumieron su función pública rechazando los telegramas.
En el caso de la Provincia de Chubut la participación fue baja, llegando a solo el 65% del padrón electoral. ADNSUR 07 de abril 2019.
En Entre Ríos, el voto en blanco supera el 16% en 2019, mientras que en 2015 en las primarias el porcentaje fue de 4,8% para Gobernador y Vice, más diputados provinciales.
Este pequeño muestreo de tres de las cinco provincias que hasta hoy se votaron, muestra una marcada tendencia contraria al intento de distraer y generar la ilusión que ¡todo puede cambiar! con la boleta electoral. Tal tendencia expresa una desilusión con las instituciones capitalistas por parte de un segmento de los trabajadores que aún no ven una alternativa de masas con independencia política.
De todas maneras, esto no se agota en estas simples líneas. Sabemos que un sector del oficialismo partió con cierto ruido, nos referimos a los candidatos Radicales, fundamentalmente en la emblemática Córdoba en que Luis Juez y Mario Negri junto a Héctor Baldassi van en formulas separadas de la lista de Cambiemos. En este alejamiento se expresa la necesidad, de un sector que dio sostén durante 40 meses a la política oficialista del macrismo, de tirar lastre ante el posible hundimiento de Cambiemos y Macri y presentar una “alternativa confiable”.
Además, las derrotas en las cinco provincias en donde se produjeron las primarias: San Juan, Entre Ríos, Santa Fe, Chubut y La Pampa marcan una tendencia del deterioro de la imagen del gobierno por sus políticas anti obreras.
En tan solo 24 meses los cientos de miles que dieron apoyo al gobierno amarillo que logró consolidarse en octubre del 2017 en las Legislativas, luego, en diciembre de 2018 a solo 60 días, produjo un punto de inflexión en la cabeza de las masas ante un Parlamento que daba la espalda a millones de trabajadores activos y pasivos al votar la reforma previsional. Hay un antes y un después de la Reforma Previsional.
El FMI con su asistencia financiera, sumado al aval en dos ocasiones en el plano económico y político de Trump, mantienen un acuerdo con Macri y Cambiemos de sostenerlo hasta las elecciones, a sabiendas que si Macri ganara en las presidenciales impondrá a sangre y fuego las demandas del Fondo Monetario. Trump y el FMI lo sostienen, saben que no puede permitirse un nuevo 2001 en Argentina, ya que las consecuencias en la región se harían extensivas a los sectores más castigados y de los trabajadores.
Macri y el establishment entienden que, de ganar el kirchnerismo nuevamente -como lo expresó Máximo Kirchner en un acto en ocasión del natalicio de Eva Duarte “Tenemos la responsabilidad de ofrecerle a la sociedad argentina una propuesta política superadora no sólo de estos 4 años de derroche de deuda macrista; sino que tenemos que tener una oferta superadora a los 12 años en que gobernaron Néstor y Cristina, para volver a incluir a la mayor cantidad de argentinas y argentinos posibles”. (Fuente www.perfil.com) 10 de mayo 2019-, los acuerdos con el Fondo Monetario se verían modificados ante la posibilidad de dar ciertas concesiones a los de abajo que den cierto alivio a las condiciones de vida y trabajo de las masas.
Por supuesto, que tantos unos como otros no pueden dar alguna concesión como lo fue en 2003, cuando los precios de las materias primas se encontraban muy elevados y se contaba con dinero en caja. Sí, debemos señalar que es el kirchnerismo nuevamente quien oficiaría de bombero, intentando recomponer la situación política y económica y así soldar relaciones con los de abajo.
Cristina Fernández de Kirchner apela a la conciencia ciudadana para forjar “un contrato social” entre todos los sectores: empresarios, trabajadores, comerciantes y banqueros.
Señala a José Ber Gelbard, Ministro de Economía, que tuvo el objetivo de crear un gran pacto social en el que se congelaron los precios y los salarios con el General Perón controlando el sistema. Fue quien fundó la Confederación General Económica (CGE), en la que se encontraban agrupados los pequeños y medianos comerciantes, industriales y productores agropecuarios. El mismo que estuvo aliado a las políticas económicas desarrollistas de Arturo Frondizi, participando de las políticas de Perón en 1973.
El plato recalentado del “Contrato Social” en boca de CFK, que pide a izquierda y derecha el sacrificio de todos, no es más que el sacrificio de quienes lo vienen haciendo desde siempre, los trabajadores y la juventud, la clase obrera y los sectores castigados y populares. Es sacar al país de las calamidades que nos han llevado los capitalistas y que se profundizaron con el macrismo, a costa del sudor, de una mayor explotación, del trabajo a destajo y avanzando contra los convenios colectivos.
Es sólo por la autoridad de la ex Presidenta que impone a los líderes sindicales como Palazzo, Yasky y los Moyano que es posible pedir este sacrificio. ¿Hasta cuándo?
Cristina Fernández se ubica en las encuestas como la mayor opositora y con chances -en caso de presentarse- de ganar el gobierno en el 2020.
La autoridad del kirchnerismo y puntualmente de Cristina Fernández sobre un sector del activismo y amplios sectores de masas en incuestionable, de todas maneras, teniendo en cuenta que ha recuperado imagen al mismo tiempo ha perdido confianza en sectores de trabajadores, pero esto se compensa con la paupérrima oferta electoral que le da chances a Cristina Fernández para que acceda a la Casa Rosada.
En este contexto, un sector importante de las masas elige el mal menor, no siendo realmente lo que conciben como un gobierno propio; entonces, votar a CFK, no presume otorgarle un cheque en blanco.
Igualmente, no tenemos que descartar que, si la dirección Kirchnerista se hace del poder, en un primer momento, aminore la marcha del ajuste y utilice su autoridad política para atemperar la lucha de clases. Esto podría generar un impasse en la lucha de los trabajadores, pero las contradicciones volverán a acumularse con fuerza.
Como consecuencia de lo dicho, la situación política se encuentra atravesada por múltiples conflictos y tensiones. Y en este cuadro de situación el gobierno de Cambiemos intenta llegar un acuerdo con la elaboración de 10 puntos y así lograr un “Pacto de Gobernabilidad”.
Por su lado Massa salió con los “10 compromisos”, mientras Lavagna con sus 16 puntos “lineamientos para un gobierno de Unidad Nacional”
Mientras que Massa y Lavagna se cuidan de hablar de los acreedores y honrar la deuda externa, Macri lo dice explícitamente. Lo que tienen en común los dos “opositores” a Cambiemos es que sus propuestas son genéricas, con lugares comunes y con un sentido del lenguaje utilizado para mantener un cuidado con sus referentes empresariales.
Massa y sobre todo Lavagna, como viejo político del país, son conscientes de la volatilidad de la situación política.
Es por todo lo escrito que nos encontramos en una situación excepcional para una irrupción de las masas en el escenario político. Con la gravedad, de no contar con la herramienta adecuada para dar una respuesta a la crisis del capitalismo.
Aunque la economía esté en caída libre, el gobierno no pierde la iniciativa. Ahí está la asistencia del Fondo Monetario, el programa de “Precios Esenciales” y su tremendo fracaso como propuesta de gobierno; ahí está la iniciativa del Pacto de Gobernabilidad que de hecho todos los partidos del régimen vienen sosteniendo y la convocatoria de Cambiemos a los “opositores” para que en un Frente de Unidad Nacional sostengan lo que viene.
Pero la oposición sabe que la situación es desesperante para los de abajo y tanto Lavagna, como Massa o CFK no pueden aceptar explícitamente el “Pacto de Gobernabilidad” del gobierno de Cambiemos, esto sería catastrófico para el régimen de conjunto. Pero que no asuman la propuesta de Macri no supone que no sean de una manera o de otra el cordón sanitario de la propiedad privada de los medios de producción, los garantes de la gobernabilidad. ¡Octubre aún se encuentra muy lejos!
De todas maneras, la candidata mejor posicionada para octubre, según varias encuestas es Cristina Fernández de Kirchner, el planteo político de la ex presidenta sería una nueva versión de la transversalidad que planteó Néstor Kirchner en 2003, dejando abierta la puerta del armado político a críticos del pasado como Felipe Sola, Pino Solana, Victoria Donda, Claudio Lozano incluso Massa. CFK mantiene un núcleo de 36% y de seguir esta perspectiva CFK sería la candidata que aglutine a la casi totalidad de la oposición.
Otra de las propuestas electoras es el ex ministro de Economía Lavagna, que comenzaron una suerte de romance entre el sector de la derecha peronista y que manifestó que: “Puede ser, o puedo ser yo vice de Pichetto. Yo no hago cuestiones de cartel, y él es un dirigente que tiene derecho a aspirar a cualquier posición”, “Venimos trabajando estrechamente y muy bien, ha hecho un trabajo excelente e importante, y ha pagado un precio por enfrentar ese trabajo.
Aunque la formula Lavagna Pichetto no está definida, se presenta ante el electorado como por fuera de la grieta delimitándose del Macrismo y de la formula Fernández/Fernández
La clase obrera y los sectores populares
Nadie puede dudar de la capacidad de lucha de los millones de trabajadores y de la juventud.
Esto se ha demostrado infinidad de veces, en marchas, tomas de fábricas, actos callejeros, enfrentamientos contra las fuerzas represivas, paros parciales y dos huelgas generales en los últimos 40 meses de gobierno. Si no hubo más, fue producto de las direcciones del movimiento obrero.
Por un lado, la conducta bochornosa de la dirección de los jefes sindicales de la CGT ya que hicieron miles de malabares para frenar las luchas, la cúpula cegetista además recibió del gobierno 33.000 millones de pesos, unos 717 millones de dólares. Llegando al absurdo de sentarse con el Fondo Monetario y que el 1ero de mayo de éste año se decretara un paro desconociendo la convocatoria del paro del 30 de abril y nuevamente traicionando a la clase obrera.
Por el otro, tenemos la variante del sindicalismo que tributa al kirchnerismo. Son los que han representado una vaya de contención enorme a los trabajadores, son los que contuvieron e hicieron lo imposible para llegar a las presidenciales de octubre.
Hemos señalado correctamente que estamos inmersos en una profunda crisis de dirección, pero esto no queda solo acá.
La psicología de las masas hace que asuman una clara conducta de conservar lo que les queda ante el avance del capitalismo. En ese camino, los trabajadores toman las herramientas que se van presentando y así como lo hacen, las dejan en la medida que esto no resulte beneficioso para sus propósitos.
Debemos destacar que un sector de la burguesía expresado en el peronismo y puntualmente en la actualidad en el kirchnerismo, se reciclan una y otra vez en la medida que las organizaciones de izquierda no aciertan en conectar correctamente con los trabajadores que se reivindican del kirchnerismo.
Podemos ubicarlo desde que Juan Domingo Perón echó de la Plaza de Mayo a Monteros tratándolos de imberbes, esto hizo que las organizaciones más radicalizadas del Peronismo pasaran a la clandestinidad junto a el ERP y otros grupos que se orientaron a la lucha armada.
La dictadura sangrienta del 1976 recibió la colaboración de cientos de miles de funcionarios del Radicalismo y del Peronismo, lesionando la relación con las bases. La huelga General de la CGT de 1982 hirió de muerte al régimen cívico militar, pero además hirió a la institucionalidad burguesa por la colaboración recibida por los políticos de ambos partidos mayoritarios a la dictadura.
Esto generaba un peligro enorme y la Multipartidaria encabezada por Raúl Alfonsín realizó un esfuerzo gigantesco para desviar la tendencia general de las masas a la movilización y enfrentamientos que repudiaban a todo lo que se oponía a su necesidad de libertad y el logro de nuevas conquistas. Poniendo en peligro las bases mismas del capitalismo.
El ’83 de Alfonsín quedó envuelto en el proceso de hiperinflación y con las bandas del aparato represivo enquistadas en el Estado de la dictadura militar, para luego pasar al obligado Pacto de Olivos que nuevamente encontró como un salvavidas al Peronismo de Menen en el timón del Estado, para luego pasar al gobierno de la Alianza.
Vino el 2001 con la sucesión de los cinco presidentes hasta llegar al 2003, producto del Argentinazo.
Destacamos en primer lugar la inestabilidad del régimen político en el país. Vemos además otra vez al Peronismo salvaguardar las instituciones burguesas, como en 2003 y hoy nuevamente lo vemos en manos del kirchnerismo.
Lo que describimos de manera reducida se vincula a que la burguesía en primer lugar sostuvo 36 años de democracia, sobre la base del fuerte rechazo de las masas a la dictadura cívico militar. Por supuesto, debemos señalar como un componente fuerte la lucha por las libertades democráticas y la lucha de los organismos de derechos humanos.
Pero de la mano del kirchnerismo se desarrolló un fuerte cuestionamiento a la lucha armada. No estamos reivindicando a la misma y no es intención de establecer un balance en este documento, pero sí nos interesa destacar que este cuestionamiento, lleva a un afianzamiento de la democracia Parlamentaria como finalidad última del desarrollo humano, y tienen como paladín a los sectores del peronismo kirchnerista. Salvar la institucionalidad, como también la gobernabilidad fue y es una prioridad de la cúpula del peronismo.
En esta misma perspectiva resultan las declaraciones que realizó el ex Ministro de Economía Kicillof, que en el pasado fue presentado por los medios masivos de comunicación como un “marxista” diciendo: “Algunos escuchan fin del capitalismo y piensan ¡qué lindo! Yo me imagino unos finales del capitalismo que son un horror. Déjalo al capitalismo donde está, tratemos de mejorarlo.”
Este dirigente y diputado del kirchnerismo se suma al ataque a las ideas del Socialismo de manera directa. Defiende al capitalismo, un sistema económico y social que pretende mejorar Kicillof y que no es más que un sistema de explotación de los trabajadores por parte de una minoría.
La izquierda
En las próximas elecciones, el sector que salga ungido en las urnas, contará con pocas posibilidades y herramientas para satisfacer las demandas de las masas y calmar su humor.
De todas formas, hoy los dirigentes kirchneristas a sabiendas de la profundidad de la crisis, hablan el idioma de los de abajo y condicionan sus demandas con el argumento del difícil momento que vive el país.
Es el kirchnerismo en estas instancias de crisis, recrea todo un sistema simbólico de su bagaje litúrgico, la simbología viene a jugar o a reforzar los lazos con los de abajo, sobre todo en los momentos en que no puede satisfacer las demandas de obreros y de la juventud.
El natalicio de Evita, el silencio de meses de CFK y su irrupción pública con su libro “Sinceramente”, en momentos en que las masas no soportan más a los de arriba, que, junto al paro arrancado desde abajo del 30 de abril, configuran de manera contradictoria, la falta de independencia política de los explotados y revela que las masas van más rápido con los pies que con la cabeza.
Un enorme sector de la vanguardia, mujeres y hombres honestos que pertenecen a la flor y nata de estas generaciones, se encuentran atravesados por esta ideología.
Se ha puesto en funcionamiento la maquinaria de la liturgia peronista. Apuntalar una concepción mesiánica, la guía espiritual, la Jefa es quien dice lo que debemos hacer, sus silencios e irrupciones son tomados como de una extraordinaria estratega. Por lógica, esto se encuentra apuntalado por un andamiaje de políticos funcionales que tributan a la idea del control del Estado. No es menor este obstáculo de este segmento importante de la vanguardia.
Sabemos que nos encontramos en una crisis internacional del sistema capitalista. Señalamos en diferentes escritos que es una crisis que vaticinan por décadas. En nuestro documento de perspectivas mundiales decimos. “Todos los días, la prensa proclama una recuperación. En el mejor de los casos, hay un ligero repunte del PIB dentro de un contexto generalizado de estancamiento a largo plazo. Para los marxistas no hay sorpresa en esto; incluso en períodos de declive, el sistema continúa moviéndose en ciclos, y después de un largo período de declive o estancamiento, es esperable una pequeña recuperación. Sin embargo, es de una naturaleza tan débil que no supone una recuperación sustancial, y no durará.”
Debemos ser claros con los trabajadores y su vanguardia, la burguesía no puede dar concesiones, además resulta incapaz de permitir que se desarrollen las libertades democráticas. En el pasado era su bandera y así se consolidó como clase directriz de la sociedad en la época colonial. Hoy, el Estado aparece como lo que realmente es, “una banda de hombres armados” para defender la propiedad privada de los medios de producción. Qué mejor ejemplo del avasallamiento de la dama vendada con la balanza equilibrada, por arremeter contra los jueces laborales que bajaron el martillo a favor de los trabajadores, o el caso reciente de la Ministra Patricia Bullrich por la denuncia penal a los dirigentes Kirchneristas, Palazzo, Yasky, Plaini y los Moyano por el paro nacional del 30 de abril.
Vemos también en el plano internacional, los casos tanto de Catalunya contra sus dirigentes independentistas que son enjuiciados por sedición, o el caso en Río de Janeiro y la judicialización de los jóvenes condenados, o la remetida represiva en el plano callejero o judicial contra los chalecos amarillos. Todos ejemplos, que marcan una característica de la época de descomposición del capitalismo en su fase imperialista.
La construcción del Partido Revolucionario, supone paciencia, trabajo combinado de orientación, propaganda, agitación, teórico e ideológico y finalmente de organización. Debemos entender que, si la situación es favorable en el mundo, en estas latitudes debemos sortear el obstáculo del kirchnerismo, como ideología de conciliación de clases.
La izquierda debe no solo conocer al enemigo de clase, para entender mejor las herramientas que debe utilizar para conectar con los explotados.
Debe debatir, además, con quien habla en nombre de los explotados: el Kirchnerismo.
La táctica del frente único, la lucha por la independencia de clase, la táctica de los tribunos revolucionario ante el parlamento burgués, todos debates que debemos sostener ante la dirigencia de una izquierda que lleva adelante una tactica que se muestra equivocada arrastrándolos a posiciones que que oscilan entre el sectarismo y el oportunismo.
Lo señalamos en los cuatro últimos textos que publicamos y enviamos a la dirección del PTS ante su convocatoria de la puesta en pie de un Partido de Izquierda Unificado, donde señalamos el papel de los tribunos revolucionarios en el parlamento, la crítica a la interpretación de la lucha por la independencia política de la clase, etc.
No se trata de volver a repetir los artículos ya producidos y publicados sobre los debates que tenemos con los dirigentes de la izquierda. Pero sí debemos mantener nuestra orientación a la misma, con debate leal y fraterno.
Construir el factor subjetivo, construir el Partido Mundial de la Revolución Socialista
Construir el Partido de los Trabajadores. Construir el Partido Revolucionario
Como dice un apartado del documento de PPMM, en el pasado reciente hablábamos de tal país o de otro en crisis, hoy miremos por donde miremos se ha profundizado la crisis, a pesar de todas las medidas adoptadas por los capitalistas y sus gobiernos.
Como respuesta lo que se nos presenta es la resistencia de las masas contra los planes de austeridad del capital y sus gobiernos.
La resultante de esta situación es un aumento de la polarización social, de los choques entre proletariado y burguesía y una creciente desesperación y radicalización a la izquierda y a la derecha de la pequeña burguesía proletarizada y desesperanzada.
La inexistencia de partidos obreros independientes de masas, capaces de resolver la cuestión en favor de los trabajadores, vemos el ascenso de gobiernos de partidos de extrema derecha.
En general observamos que diferentes intelectuales, organizaciones socialistas pequeñas burguesas, reformistas y la mayoría de los grupos “revolucionarios”, intentan explicar la situación como siendo un “giro conservador” de las masas.
Cristina Fernández de Kirchner en su libro “Sinceramente” relata que Macri no quiso recibir la banda Presidencial. Lo que relata, es que imaginaba dejarla sobre una mesa, porque entregársela significaba la entrega del país. Elípticamente plantea, que el sector de masas que no eligió a su candidato en 2015, fueron los responsables de entregar al país con el voto, a un gobierno de derecha.
Es el argumento que esgrimieron durante los 40 meses de gobierno, que la responsabilidad de que cayera el proyecto Nacional & Popular fue de este sector del electorado.
Nada más lejos. Las masas buscan las herramientas necesarias para luchar por sus reivindicaciones, muestran una energía y una disposición revolucionaria en todo el planeta, y en Argentina también.
Si tomamos el ejemplo de la revolución venezolana desde el Caracazo hasta el gobierno de Maduro, es una prueba de este vigor revolucionario de la clase obrera.
No se construyen partidos revolucionarios de un día para otro. Ellos no pueden nacer listos, como sueñan la izquierda autoproclamada. Un largo, tortuoso y difícil camino es lo que estamos forjando hoy.
El aprendizaje de las masas no se hará en los libros, sino en la lucha de clases, impuesta por la existencia de las clases sociales antagónicas y la dominación de una minoría sobre la mayoría.
La responsabilidad central de los marxistas es formar a los militantes y cuadros que preparen la organización para intervenir de forma consciente en este movimiento inconsciente de las masas. La conciencia de clase se forma, se fija y se desarrolla en la organización. Las masas sin organización están destinadas a terminar en un callejón sin salida y caer en frustración tras frustración. En las actuales circunstancias nuestra tarea central es construir la CSM, peleando por un partido de clase, por un verdadero partido de trabajadores independiente de la tutela de cualquier sector de la burguesía y su Estado, donde los marxistas seremos el ala más decidida, más revolucionaria, con método, con orientación y claridad política que exprese los intereses históricos del proletariado.
Rosario, 25 de mayo de 2019