Paro del sindicalismo opositor: El moyanismo y el michelismo profundizan su aislamiento

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El acto de campaña, que el candidato a diputado por la lista del empresario Francisco De Narváez y dirigente sindical, Hugo Moyano intentó hacer pasar como un paro sindical fue un fracaso. Como anticipamos en nuestra nota “Movilización para derrotar los ataques de burócratas, oligarcas y mafia judicial” de diciembre de 2012, el aislamiento del dirigente de camioneros va en aumento.

La escasa concurrencia a la movilización de Plaza de Mayo es prueba irrefutable que confirma que Moyano va camino a la marginalidad política cuanto más gira hacia la derecha. Un camino de aislamiento que recorre paralelamente de la mano de la dirigencia de la CTA-Micheli que respaldó la medida y aportó con algunos piquetes en el centro de la ciudad.

Sin duda lo más impactante fue el discurso que ofreció Moyano como único orador. El contenido profundamente liberal que le impuso a sus palabras parecía más propio de un dirigente de la Unión Industrial Argentina (UIA) que de un sindicalista. Su defensa férrea del empresariado y su ataque al estado quedó plasmado cuando mencionó, sin ponerse colorado, que “(los empresarios) hacen esfuerzos para pagar más (salarios)” pero que eso “se lo lleva el Gobierno”.

Aunque lo más llamativo y reaccionario fue su ataque a aquellas políticas sociales del gobierno que representaron un avance significativo para los sectores más empobrecidos, como los planes trabajar (a los que, tomando los argumentos de la derecha política y apoyándose en los prejuicios de las clases pudientes, mencionó como “planes descansar”) o la entrega de netbooks a la que también fustigó.

Si bien el acto se centraba en el reclamo contra el Impuesto a las Ganancias a los trabajadores, es claro que esto era pura demagogia. La CGT de Hugo Moyano manipula este reclamo para encontrar algún eco en los sectores obreros que padecen esos descuentos salariales en concepto de ¨ganancias”. Reivindicación que por supuesto acordamos, ya que el gobierno debe avanzar sobre las grandes fortunas y no sobre el salario obrero.

Si los dirigentes de la CGT Moyanista y la CTA Michelista quisieran pelear seriamente por eliminar este peso de los hombros de aquellos trabajadores que se ven afectados, deberían empezar por delimitar claramente con la derecha política, empresarial y mediática. Dirigiendo sus consignas no sólo al gobierno nacional o a los gobiernos provinciales y locales, sino apuntando fundamentalmente a las patronales que representan nuestro principal enemigo a la hora de mejorar nuestras condiciones salariales.

Ha quedado en evidencia que con estos dirigentes los trabajadores jamás podremos avanzar en la concreción de nuestras demandas. De una burocracia reaccionaria y mafiosa nada se puede esperar.  Por eso es de importancia central reflexionar acerca de cómo avanzar en la formación de una herramienta gremial que nos permita no sólo enfrentar decididamente a las grandes patronales y a la derecha, sino también luchar por mejorar nuestras condiciones de trabajo y salario rompiendo con cualquier tope paritario que se nos pretenda imponer a los trabajadores.