Para terminar con la opresión imperialista en Irak y Latinoamérica

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Luchemos por el Socialismo

Nuevamente, millones de trabajadores y jóvenes de todo el mundo salimos hoy a la calle para decir NO a la intervención imperialista en Irak y exigir la retirada de las tropas de ocupación. También mostramos nuestro repudio al creciente acoso de EEUUcontra Cuba y Venezuela, y al envío de tropas imperialistas a Haití, cuya función es garantizar la "seguridad" interna; es decir, reprimir las protestas sociales del pueblo haitiano contra el nuevo gobierno títere instalado por EEUU tras el derrocamientomiento de Aristide. La decisión del gobierno de Kirchner de enviar tropas argentinas a Haití es una muestra más del sometimiento del gobierno argentino a los dictados del imperialismo norteamericano.

Luchemos por el Socialismo

Nuevamente, millones de trabajadores y jóvenes de todo el mundo salimos hoy a la calle para decir NO a la intervención imperialista en Irak y exigir la retirada de las tropas de ocupación. También mostramos nuestro repudio al creciente acoso de EEUU contra Cuba y Venezuela, y al envío de tropas imperialistas a Haití, cuya función es garantizar la "seguridad" interna; es decir, reprimir las protestas sociales del pueblo haitiano contra el nuevo gobierno títere instalado por EEUU tras el derrocamiento de Aristide. La decisión del gobierno de Kirchner de enviar tropas argentinas a Haití es una muestra más del sometimiento del gobierno argentino a los dictados del imperialismo norteamericano.
La guerra de Irak fue una guerra imperialista de ocupación comandada por los Estados Unidos para apropiarse del petróleo y para afirmar la hegemonía del imperialismo norteamericano en una zona estratégica para sus intereses como es el Medio Oriente.
Un año después, las secuelas reaccionarias de la guerra son evidentes. Unos 20.000 civiles irakíes asesinados por las tropas de EEUU y Gran Bretaña, y decenas de miles de heridos, mutilados y huérfanos; la infraestructura del país arrasada, y la mayor parte del legado artístico y cultural de la civilización más antigua de la tierra diezmada y saqueada. Esta es la herencia de los criminales Bush, Blair, Aznar y Berlusconi.
Las torturas salvajes y despreciables a los presos irakíes que salieron a la luz es una muestra de la "civilización" que el capitalismo, en su actual fase de dominio imperialista, puede ofrecer a los trabajadores y pueblos de todo el mundo.
La ONU demostró lo que vale. Después de verse despreciada por el imperialismo norteamericano cuando éste lanzó unilateralmente su guerra contra Irak, ahora se dispone a avalar la ocupación imperialista reconociendo al gobierno títere irakí que el gobierno de EEUU ha colocado en Bagdad.
A pesar de la victoria de EEUU y la detención de Saddam Husein, la guerra de Irak no solucionó nada. Después del fin de la guerra vimos el surgimiento de la Resistencia del pueblo irakí que está llevando a cabo una lucha valiente contra los ocupantes imperialistas.
Lejos de traer la estabilidad y la paz al Medio Oriente la guerra de Irak aumentó la inestabilidad general en la zona y ha estimulado las acciones terroristas indiscriminadas de los grupos de fanáticos fundamentalistas islámicos, sádicos y reaccionarios de Al-Qaeda en el propio Irak y otras partes del mundo, como fue el caso de España. En ese sentido, la reacción de los trabajadores y la juventud española fue inspiradora. Con un certero instinto de clase, millones en las calles señalaron con el dedo acusador al imperialismo y al gobierno de Aznar que fue arrojado del poder en las elecciones, forzando al nuevo gobierno a que retirara de las tropas españolas de Irak.
La lucha del pueblo irakí contra la ocupación imperialista, la de los pueblos cubano y venezolano contra el acoso de EEUU, y la verdadera liberación del pueblo haitiano debe vincularse a la lucha contra el capitalismo, contra este sistema explotador y masacrador que dispone a su antojo de la vida y la muerte de millones de oprimidos de todo el mundo para la satisfacción de los intereses de las multinacionales y de los capitalistas de todos los países sin excepción, sean pobres o ricos. Debe vincularse a la lucha por el socialismo y a su extensión por todo el mundo. Esta será la única manera de acabar con la explotación imperialista, con las guerras, la pobreza y la miseria con que el capitalismo condena a las masas trabajadoras de todo el planeta.