Para las lágrimas del Señor Obispo de Roma

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papa francisco 3

papa francisco 3El pasado 22 de Marzo, David Moreira, un joven rosarino, murió tras recibir una golpiza por parte de “vecinos” que lo sindicaban como “delincuente”. Luego se sucedieron hechos de las mismas características en distintos lugares del país. El Diario La Nación publicó una carta del Papa Francisco a los argentinos.

En relación a estas palabras:

Señor Papa, JesuCristo no hubiera podido ser el “árbitro” de la golpiza a David, ni siquiera para defenderlo, porque JesuCristo es David muerto, golpeado hasta la muerte. El lugar que escandalosamente eligió es el de la víctima, no el del árbitro ni el de juez. Tal la fuerza de la Cruz que no precisa hablar desde ningún trono, incluso desde uno asumido con avisado disimulo, como el suyo. Luego, ciertamente es necesario llorar, es necesaria la vieja compunctio para llegar al fondo de ciertos dolores, pero muchos/as no lloraremos por un muchacho “delincuente”, ni por sus matadores. Lloraremos en el cuerpo de David, en sus heridas. No estamos incluidos en sus palabras, no tenemos que llorar por las faltas que ud. nos señala. No hemos querido ser matadores. No queremos estar en ese lugar. No nos ponga allí, para diluir culpas y endulzar conciencias. Ha muerto un joven, lo han matado, personas con nombre y apellido, formas concretas de existencia social y política, economías del poder…de las que ud. es parte, a las que ud. recibe y saluda. Señor obispo de Roma, “de la abundancia del corazón habla la boca”, enteramente. El lenguaje descubre.