Oaxaca: Por un política revolucionaria para la APPO frente a la actual coyuntura

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La abstención de casi un 80% marcó las pasadas elecciones en Oaxaca, este documento, escrito unos días antes, señala las tareas que en el siguiente periodo se deberán cubrir para preparar la siguiente fase de lucha. La abstención de casi un 80% marcó las pasadas elecciones en Oaxaca, este documento, escrito unos días antes, señala las tareas que en el siguiente periodo se deberán cubrir para preparar la siguiente fase de lucha.

El 10 de junio de 1971 el gobierno orquestó una provocación que culminó con sumir en una profunda depresión al movimiento estudiantil que tuvo como punto culminante el movimiento del 68. El 16 de julio del 2007 el gobierno coludido con el tirano de Oaxaca, con el pretexto de la Gelaguezta, también realizó una provocación que tuvo como objetivo, al igual que en el 71, acabar con el poderoso movimiento de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca.
Por supuesto, pese a que las intenciones del estado en ambos casos puden ser similares, los resultados han sido distintos. En pleno agosto del 2007 resulta claro que el estado ha identificado a la Tendencia Marxista Militante como un objetivo dentro de esta coyuntura: el único activista detenido a partir del enfrentamiento del Cerro del Fortín es un militante de la Tendencia Marxista. Igualmente el activista masacrado, aún despues de haber sido detenido sin resistencia, es simpatizante de la misma. Igualmente los activistas estudiantiles que defienden en la misma ciudad de México el derecho de los jóvenes a estudiar una educación universitaria actúan bajo la permanente amenaza de una detención.
A diferencia del 71 el movimiento, lejos de caer en el letargo que le significó el 10 de junio se prepara para nuevas luchas, mientras que la organización a la que se dirige principalmente la represión del estado: la Tendencia Marxista, no sólo no se ha amedrentado sino que intensifica y profundiza su accionar sin caer en las provocaciones que la reacción, desde el Estado, promueve.
En este contexto nos vemos en la obligación de exponer cuál es nuestra alternativa en torno al conflicto de Oaxaca y en particular de cara al proceso electoral.

¿Participar o no en las elecciones?

Por supuesto que hoy más que nunca se ha demostrado que es la APPO y no el parlamentarismo burgués el que puede en un momento determinado dar pie a una alternativa para las masas. No obstante, a pesar de nuestros deseos, Ulises Ruiz sigue gobernando Oaxaca y hay elecciones, en esas circunstancias lo más fácil, y lo peor, sería hacer como si el proceso no existiera. Por el contrario, lo importante para el movimiento de los trabajadores en general y para los marxistas en particular es determinar la posición más correcta, dentro de la coyuntura, para fortalecer al movimiento de masas y para debilitar la posición de la burguesía.
Fuera de los periodos "normales", en los que el Estado (medios de comunicación, instituciones de la burguesía, ejército, policía, leyes, etc.) oculta su verdadera esencia de clase tras una careta democrática con elecciones y parlamento, cuando la lucha de clases se comienza a intensificar su esencia se muestra más clara y simplemente no puede continuar manteniendo la explotación por las buenas. El Estado "democrático" utiliza sus instrumentos de represión, manteniendo gobiernos no por el hecho de la costumbre, sino por el duro mazo de la policía y el ejército. Mantener a toda costa a URO, es una cuestión de primer orden para la burguesía. Sobre todo en una coyuntura el la cual el sostenimiento de Felipe Calderón está totalmente vinculado con un acuerdo con el PRI que, de romperse pondría a temblar al sistema en su conjunto.
En este contexto, un descalabro del PRI en el estado de Oaxaca significará un golpe para la coalición de derecha a nivel nacional. El proceso electoral puede jugar el papel de referéndum en el caso de que el proceso se desarrolle sin la intervención de la coacción priista-panista. Lamentablemente ello está descartado, lo que veremos será una intensa batalla de las huestes piístas-panistas a favor de las candidaturas de Ulises Ruiz de frente a un conglomerado de candidaturas de la mas diversa índole con el PRD como principal referente.
Por supuesto que los activistas más honestos del movimiento obrero y la juventud no tenemos esperanza alguna en los candidatos del Frente Amplio Progresista, no obstante es inobjetable que una victoria de esa coalición será vista como una derrota de Ulises Ruiz y de Calderón y coadyuvaría, junto con la movilización de las masas a la caída definitiva de Ulises Ruiz en un primer momento y de Calderón en segundo lugar. La burguesía contempla el proceso electoral de manera muy sería y ya tiene claro apoyar con todas sus fuerzas a Ulises Ruiz, los trabajadores debemos actuar de igual forma asumiendo una posición que vea por encima de las cuestiones particulares y tome en cuenta las necesidades del movimiento en su conjunto.
La APPO significó en la práctica un organismo de poder revolucionario y por supuesto fue muestra de la superioridad del poder obrero, o popular si se prefiere, frente al parlamentarismo, como dice León Trotsky

"El Soviet es el primer poder democrático de la historia moderna de Rusia. El Soviet es el poder organizado de las masas mismas sobre sus partes constituyentes. Esta es una verdadera democracia pura, sin un sistema de dos cámaras, sin una burocracia profesional, con el derecho de los votantes para revocar a su diputado en cualquier momento y sustituirlo por otro. A través de sus miembros, a través de los diputados electos por los trabajadores, el Soviet dirige todas las actividades sociales del proletariado en conjunto y de sus diversas partes: bosqueja los pasos a seguir por el proletariado, le confiere un lema y una bandera. Este arte de dirigir las actividades de las masas sobre la base de un autogobierno organizado."(La era de la revolución permanente, El Soviet de 1905 y la revolución. Pág. 55)

La APPO asumiendo tareas concretas de la organización de la lucha y mecanismos de extensión como el transporte desde las zonas mas alejadas, el hecho mismo de crear una policía popular, el boicot a los comercios que se oponían a la lucha y financiaban a los sicarios, la misma organización de los medios comunitarios, establecer gobiernos "populares" en las zonas donde el PRI mantenía el control, la búsqueda y la administración de recursos económicos necesarios para la resistencia de nuestro movimiento, así como la búsqueda de los alimentos y la distribución para los diferentes sectores en lucha, funcionó como un Soviet.
Si bien la APPO no fue una representación oficial de la totalidad de los trabajadores, su organización sí abarcó a gran cantidad de la población y su influencia política directa e indirecta tuvo un alcance sumamente amplio. No hay duda alguna de que la APPO reflejó las aspiraciones de cambio de todas esas masas trabajadoras, los estudiantes reconocieron la dirección política de la APPO y apoyaron vehementemente sus decisiones y participaron activamente, solo un ejemplo de ello es el relevante papel que jugó Radio Universidad en toda la lucha.
La debilidad de la APPO como Soviet no fue en tanto tal, sino la debilidad de su dirección y la política de la misma, que llevó al movimiento revolucionario a un plano puramente local, además de frenarlo una y otra vez en lugar de llevar adelante tareas primordiales como la expropiación de los medios de producción, es decir con ello, que debemos subrayar las limitaciones de la política de la dirección, o la falta de claridad a lo interno para enfocar las tareas necesarias y fundamentales que empujaran la lucha más allá; una de ellas la falta de vinculación con un movimiento que se estaba dando a nivel nacional en torno al fraude electoral, y que concentró millones en la ciudad de México, en un plantón y movilizaciones multitudinarias.
La lucha contra el fraude inauguró un abierto proceso revolucionario a nivel nacional, y ese era precisamente el momento de plantear una vinculación seria con las bases del PRD, con las bases del movimiento contra el fraude, para impregnarlas de la política revolucionaria de la APPO y ganarlas a esta lucha, planteando un frente único contra el gobierno de URO y de Calderón y convocando a una huelga nacional por la caída de URO y contra el fraude electoral en las condiciones de lucha que se vivían en esos momentos en Oaxaca y en todo el país, una huelga Nacional se podría haber transformado en una huelga insurreccional que le habría dado un vuelco a la situación de 180° a favor de los trabajadores de todo México y de la insurrección revolucionaria de Oaxaca. Sin embargo la dirección de la APPO se opuso a ello, no participó en este movimiento nacional, desperdicio la oportunidad y con ello desvinculó la lucha en Oaxaca, la cual se vio aislada, facilitándole de este modo el camino a URO y a Fox para preparar la reacción contra el movimiento.
La firme correlación de fuerzas a favor de nuestra clase a nivel nacional, hubiese permitido una expropiación revolucionaria de los bancos, por ejemplo, que se hubiese utilizado para el financiamiento de la lucha y el armamento del pueblo.
Hemos hablado de la existencia en la práctica de un doble poder, en la formalidad, el de la burguesía por un lado y en los hechos, el de los trabajadores por el otro, y de ello surge una interrogante fundamental de exponer:
Si en el momento álgido de la lucha, cuando existía este doble poder, se hubiesen planteado elecciones por parte de la burguesía, ¿cuál habría sido la postura y nuestras tareas? Definitivamente nos hubiésemos opuesto a las elecciones, hubiésemos planteado el boicot a éstas, ¿por qué? Porque las masas en su amplitud tenían el poder en sus manos, ¿para qué entonces, serían necesarias las elecciones? simplemente lo serían para distraer de las verdaderas tareas fundamentales de las masas trabajadoras; el plantear una postura de orientación hacia el plano electoral hubiese sido lo que Lenin llamaba "cretinismo parlamentario": desviar la lucha de las calles por una lucha puramente parlamentaria. En un contexto como el que se vivía en esos momentos en Oaxaca, el llamado a elecciones anticipadas habría sido un anzuelo tendido por la burguesía para descarrilar la revolución.
Cuando señalamos ¨doble poder¨ nos referimos al proceso de construcción de organismos representativos de las masas en los cuales se comienza por organizar la lucha por una serie de demandas determinadas y se tiene que avanzar mediante el cuestionamiento del poder de la burguesía y creando los gérmenes de un poder alternativo, estas experiencias se han repetido en el marco de todas las revoluciones, especialmente las proletarias, debido a que éstas no emplean las instituciones creadas por la burguesía, sino que tienden a cuestionar su aparato de dominio de clase con un nuevo aparato que lucha por establecer su propia hegemonía en la sociedad. Así sucedió con la Comuna de París en 1871, con la revolución Rusa de 1905, la de 1917, con la alemana de 1918, la húngara de 1919, con la mexicana en 1914, la española en 1936, por citar sólo algunas. En todos los casos, este nuevo poder se construye mientras aún existe el viejo régimen y lo destruye, o la contrarrevolución termina por barrer el nuevo poder en ciernes (se puede consultar en el artículo México en la Orbita de la Revolución Latinoamericana, en www.militante.org).
Si tienes el poder en tus manos, ¿por qué limitarte a mantenerte en los estrechos limites de las instituciones y democracia burguesas?, simplemente, rompes con él y das marcha a construir un poder obrero, donde el parlamento burgués de ninguna manera forma parte de él, pues es una vieja estructura del Estado capitalista, obsoleta de utilizarse cuando la clase obrera logra tener el poder en sus manos; en este punto lo que hace nuestra clase es precisamente sentar las bases de una nueva sociedad, este semi-estado del que hablamos.
Ahora el momento no es el mismo, tenemos que luchar por incorporar a las más amplias capas y ayudar a que saquen conclusiones. Por ello es necesario adaptar las tácticas de la vanguardia a las condiciones existentes si no queremos vernos reducidos a una secta impotente alejada de las masas, no podemos abandonar a las masas y dejarlas en las manos asquerosa de los representantes de la burguesía, que lo único que buscan es retornar a la situación de explotación en la que las masas no protestan, buscaran borrar las maravillosas lecciones que nuestro pueblo dejó en esta lucha: hemos demostrado que el poder puede ser tomado y ejercido auténticamente por pueblo trabajador y no tiene razón de existencia el capitalismo.

La APPO y las elecciones

Ahora que nos encontramos dentro de un repliegue del movimiento, y con un escenario de próximas elecciones estatales, ¿Debemos participar o no? Definitivamente sí, pero con una política revolucionaria como la adoptada por los Bolcheviques.
La coyuntura electoral ha confrontado a la APPO a sus mismas contradicciones. Muchos grupos han intentado de manera oportunista aprovecharse de este proceso para negociar candidaturas y amarres con las cúpulas y corrientes del PRD nacional. La mayoría que se reúne está por entrar al proceso electoral, desechando la teoría de llamar al abstencionismo. El problema surge en la forma en la que la APPO debe entrarle a la cuestión electoral.
Debido a la heterogeneidad de la asamblea de la APPO hay muchas formas de ver el asunto, desde los que quieren que solo se impulse el voto de castigo dejando abierto el camino para que la gente del PRD estatal (muchos de ellos desacreditados y bajo un programa reformista totalmente limitado) se vaya con su gente y se lleve carro completo hasta los que dicen que los concejales deben negociar con la cúpula del PRD nacional los espacios que este debe ceder a la APPO, y los que no quieren participar.
Cabe señalar en este punto la política ultraizquierdista que fue la que no permitió la vinculación con las bases del PRD y es la misma que plantearía un boicot a las elecciones en este momento. Vemos lo gracioso y trágico de la postura de la gente de la Otra campaña, los cuales en la lucha de calle no plantean una alternativa seria frente al capitalismo pero también agitan que no se participe dentro de él, utilizan la política de la avestruz o la filosofía idealista, para ellos el problema no es que se tenga que organizar a las más amplias capas de trabajadores utilizando todos los métodos disponibles, incluido el parlamentarismo, para dirigirlas hacia su emancipación. En realidad el fondo del problema es una cuestión moral, no participan el las elecciones porque es un método de la clase dominante y es utilizado para maniatar al pueblo, pero cuando el pueblo está en las calles no son capaces tampoco de dar una orientación correcta para extender la lucha, su misma política sectaria les impide hacer compañeros de lucha a las bases del PRD o a las de los sindicatos.
La lucha revolucionaria no es una cuestión de moral, es una cuestión de necesidad, o nos organizamos y luchamos contra el capitalismo o nos siguen explotando, con esconder la cabeza no solucionamos nada, si cerramos los ojos y nos paramos enfrente de un camión, esto no evitará que este nos pase por encima. Las masas, ante las condiciones que se encuentra el movimiento y dada la falta de una alternativa distinta y seria ven en las elecciones una oportunidad importante para echar a URO y en ello se pondrán a trabajar.

La APPO, el PRD y la CND

El movimiento obrero no existe de forma ideal sino en la forma de los partidos y sindicatos. Lamentablemente por las circunstancias históricas estos partidos y sindicatos se han adaptado a la burguesía y sus dirigentes han sido cooptados ideológicamente, no tienen perspectivas revolucionarías y se aferran a este sistema como si fuera lo único posible. Las masas se expresan directa o indirectamente por medio de esas organizaciones y antes de formar nuevas, intentarán trasformarlas una y otra vez.
En este contexto de lucha a nivel internacional y nacional, nos encontramos con un movimiento de oposición a este gobierno de derecha que ha dejado sentir sus ataques a los trabajadores desde el primer minuto, desde el ataque a los bolsillos con el aumento disparado en los productos de consumo básico, hasta la represión focalizada de los elementos más avanzados del movimiento en Oaxaca.
Somos testigos de cómo nuestro pueblo ha logrado organizar la lucha de los explotados en su propio poder organizando incluso a capas más atrasadas y menos organizadas que se ubicaban en las bases del priismo, este amplio poder representado en la APPO que fue mas allá de lo que implica un partido.
Ahora bien, en el terreno nacional no podemos negar la existencia este movimiento de oposición de millones de personas con López Obrador al frente, muchas de ellas agrupadas en diversos sindicatos y/o en torno al PRD.

¿Qué postura debemos adoptar ante ellos?

Sabemos que no son organizaciones que están dirigidas por revolucionarios sino, en el mejor de los casos, por reformistas (por no hablar de burócratas que están ahí para descarrilar el movimiento) que "arrastran los pies" frente al empuje de las bases revolucionarias y sus dirigentes inmediatos (los representantes naturales de la clase obrera, sus delegados y oradores), sin embargo es claro que las masas no abandonan a sus viejas organizaciones antes de haber intentado transformarlas y utilizarlas; por tanto es un error aislarnos del movimiento de masas confundiéndolo con la dirección para crear "partidos obreros" y "otras campañas", es decir, que debemos erradicar la idea que podría llegar a construir un nuevo partido local que sería un suicidio de nuestro movimiento aislando a la vanguardia que se organizará en torno a él, de las amplias masas en lucha, orientadas al PRD nacional, renunciando a la tarea de arrancarlas de la influencia del reformismo para ganarlas a la lucha auténticamente revolucionaria. Un partido, nacional o estatal, que no logre verdaderamente atraer a las masas tras de sí, aunque lo integren algunos miles, dará como resultado el dividir al movimiento, favoreciendo con ello a la burguesía.
El PRD nació durante el movimiento de masas que luchó en 1988 por derribar al régimen priísta, como producto de esta serie de vicisitudes históricas dentro del campo de las luchas de los trabajadores en contra de la burguesía y su régimen de dominación política, fue resultado de un movimiento en el que participaban sindicalistas, estudiantes, movimientos urbanos y campesinos pobres, en su mayoría profundamente combativos, (tan sólo entre 1989 y 1994 hubo más de 500 asesinatos de militantes perredistas), sin embargo la otra cara es la aspiración de sus dirigentes a no romper con el sistema sino el insertarse en él, incluso los sectores mas honestos, a falta principios y de un movimiento de masas, se orientan a esta conciliación y adaptación . Hoy somos testigos de cómo las distintas direcciones del PRD parecen estar más preocupadas en no espantar a la burguesía que en entusiasmar a las masas. No orientan sus esfuerzos hacia cuestionar y derrocar al régimen.
Lo ocurrido en Oaxaca es un retrato de lo que México vivirá en el corto o mediano plazo a un nivel general, y exportar a todos los trabajadores mexicanos las lecciones extraídas de nuestra lucha. Como la formación de órganos de poder rompiendo con los limites de la democracia burguesa es una de nuestras principales tareas, el movimiento en torno a la CND no debe quedar en un plano abstracto, un nombre sin organización que lo respalde, para la consecución de los objetivos de derrocar al gobierno de Calderón. Creemos que nuestra participación en ella debe existir y debe ser con el fin de llenarla de contenido revolucionario, que se desarrolle en los marcos que lo hizo la APPO, a través de la organización de asambleas y participación activa de las masas en la toma de decisiones.
Participar conjuntamente al PRD en Oaxaca solo puede ser planteando la lucha unificada a través de un Frente único y pugnado por un programa socialista. En ese sentido es importante dejar claro que de lo que se trata es de impulsar una política de ruptura con el programa de la burguesía y de las alianzas con las fuerzas políticas pro burguesas en el seno de las organizaciones en donde participan los trabajadores.
El único modo de lograr dicha política es por medio del frente único, es decir unidad de acción en torno a iniciativas de lucha revolucionaria de masas. Por medio del frente único queda claro ante las masas quénes son los auténticos revolucionarios y quénes emplean la verborrea sólo para vender al movimiento.
Debemos dejar claro que en Oaxaca y en todo México rechazamos toda propuesta política que contemple una alianza con la "burguesía progresista" o cualquier otra formula que trate de someter al movimiento, su táctica y estrategia a favor de acuerdos con el orden establecido.
Existen grupos y organizaciones que, suponiendo la posibilidad de un posible acuerdo con sectores del estado o de la burguesía, llegan incluso a denunciar a sus antiguos compañeros de lucha con tal de que la represión no los alcance.
En esa lógica, por más que se titulen revolucionarios no resultan ser mejores que cualquier otro soplón y provocador. No hay nada más indigno que el protegerse de la represión condenando a la misma a aquellos combatientes con los que se tienen diferencias políticas.

Perspectivas

En la represión en torno a la Guelaguezta el gobierno de URO, en acuerdo con Calderón, ha combinado la represión en contra de los sectores más revolucionarios con la "transa" con los más vacilantes. El golpe aunque duro ha puesto a prueba tanto a organizaciones como a programas políticos, si bien ahora puede parecer que las fuerzas revolucionarias han quedado diezmadas en el mediano plazo no queda más que un reagrupamiento, los oportunistas han quedado al descubierto y el acuerdo para quedar inmunes a la represión es la mejor prueba de su traición. Su autoridad política está por los suelo y su único destino será y es el desprestigio ante las masas, por el contrario las fuerzas revolucionarias dentro de la APPO, quedarán como a única alternativa digna en torno a la cual agruparse, luchar y vencer
En la coyuntura electoral que se avecina promovemos el voto en contra del PRI y el PAN, es obvio que ello significará en los hechos la orientación del voto hacia las organizaciones del Frente Amplio Progresista, esto por supuesto no supone el brindar confianza alguna en los candidatos de dicha coalición, sino simplemente emplear el arma del voto como un instrumento más en contra de URO y el usurpador.
De forma paralela a esto necesitamos un reagrupamiento de las fuerzas revolucionarias, es decir, construir un frente de organizaciones e individuos en pos de llevar a la APPO rumbo a una táctica revolucionaria, ello implica por supuesto la necesidad de impulsar un programa revolucionario, es decir socialista.
La burguesía mantiene a muchos de los activistas más abnegados en diversas cárceles como una forma de chantaje contra el movimiento, debemos evitar, caer en una lógica puramente defensiva, por el contrario debemos sumar la demanda de la libertad de los presos políticos con las del conjunto del movimiento.
Debemos recordar que uno de los movimientos más importantes, el del 68, mantuvo como bandera de unidad la libertad de los presos políticos, hoy en día no hay organizaciones revolucionarias que no hayan sufrido algún golpe represivo, de hecho podríamos decir que es un signo distintivo, ello debe ser un elemento aglutinador.

En esta lógica los ejes de la lucha deben orientarse en torno a:
1.- La construcción de un frente de unidad de acción contra los ataques económicos y políticos de los trabajadores.
2.- la creación de un organismo unificado de lucha por la libertad de los presos políticos
3.- El impulso de iniciativas de movilización unificada como los paros cívicos nacionales y huelgas generales.
4.- la creación de grupos de autodefensa para enfrentar la represión, si bien no vamos a caer en las provocaciones no podemos dejar que sigan deteniendo, torturando e incluso desapareciendo camaradas como si no pasara nada.
5.- La unificación de los revolucionarios en torno a un programa de clase, es decir socialista.

La necesidad de la lucha por el socialismo

Para nosotros los marxistas las condiciones para la revolución socialista están bastante desarrolladas, las argumentaciones acerca de una burguesía progresista que empuje el nivel de vida junto a las consignas democráticas en un país ex colonial, está totalmente fuera de lugar.
Los únicos que pueden llevar adelante cualquier reforma seria y perdurable son los trabajadores bajo un programa revolucionario. De ninguna manera nos oponemos a luchar por reformas, simplemente es que los marxistas no vemos una panacea en éstas, no vemos las reformas como un fin en si mismo, sino simplemente un medio para que los trabajadores desarrollen confianza en sus propias fuerzas, afinen sus organizaciones y alivien un poco este sufrimiento tan tremendo al que los somete el capitalismo. En última instancia, la única garantía de que estas reformas perduren, es que los trabajadores tomen el poder e instauren un gobierno de los trabajadores, un nuevo estado basado en una democracia obrera.
En realidad, los que nos mantienen hoy oprimidos son un pequeño puñado de parásitos que gozan, se enriquecen y ríen a costa del sufrimiento de nuestras familias, somos una mayoría aplastante y sin embargo nos siguen manteniendo a raya, las tareas para nosotros son grandes, tenemos que hacer florecer la humanidad luchando por un sistema en donde la riqueza se produzca bajo un plan racional basado en la propiedad socialista de los medios de producción, y del que se derive un reparto de la riqueza en cada vez mayor magnitud, a cada cual según su capacidad y necesidad, en donde el fruto de nuestro trabajo lo podamos disfrutar, en donde los comedores públicos, guarderías públicas y el pleno empleo, sean la base para una nueva vida. Esta sociedad es la socialista y a diferencia del capitalismo, sólo se podrá construir bajo la participación consciente de nosotros los trabajadores.