Oaxaca bajo el fuego “periodístico”

Hay micrófonos, lápices y teclados que salen al mundo a contar lo que pasa minuto a minuto, tal cual lo exigen las circunstancias y tal como lo exige el relato revolucionario mundial que florece generoso y promisorio en todo el planeta. Pero hacen falta más fuerzas y más esfuerzos. ¿Dónde andarán esos profes, estudiantes y trabajadores de la comunicación de todo el mundo que aun no se suman a luchar contra la payasada terrorista y asesina de los mass media traidores de los pueblos? Hace falta un Prog Programa Socialista de la Comunicación.

Ha comenzado el “viejo truco” burgués de la represión informativa

Desde México. Dicen algunos funcionarios que no habrá represión en Oaxaca, ponen a Dios [1] mismo como garantía y se santiguan con demagogia mass media a mañana, tarde y noche. Pero la represión mass media ha comenzado hace tiempo y para eso cuenta la burguesía con los "grandes periodistas" que comercian su mansedumbre mercenaria a precio de leyes expedidas al vapor y a contrapelo de la historia. La "ley Televisa", maquinaria alienante para arropar fraudes electorales. Dicen que la represión es una posibilidad y que los gobernantes "se ven orillados" a imponer "la ley" y "el orden" por culpa de esos "revoltosos", de esos "huevones que no quieren trabajar", de esos "inadaptados" que sólo quieren desestabilizar a México.

Dicen que la represión es una "alternativa" lejana, remota, última… pero la represión ha comenzado hace tiempo. Se trata de violencia mass media armada con calumnias, des-información y mentiras para criminalizar la lucha de los trabajadores, maestros, estudiantes, obreros y campesinos en Oaxaca. Se trata de crear un escenario subjetivo para asesinar a los luchadores y a sus luchas nuestras… como en Atenco. Los monopolios mediáticos, nacionales o internacionales, se barnizan con prestigio de "lideres de opinión" y propagan, a diestra y siniestra, su odio de clase y su sed de sangre proletaria. Violencia enmascarada y cinismo impune.

Esa palabrería de "periodistas" distrae mientras golpea. Pretende que creamos el engaño, hace pasar por "advertencia" lo que en realidad es un golpiza ideológica criminal que exhibe como "violentas" las asambleas, el diálogo y los acuerdos de las bases sociales. Esa palabrería es agresión a mansalva camuflada de "noticia", es terrorismo burgués legitimado con la complicidad de los "políticos" amaestrados para defender al capitalismo. Nadie se engañe: mientras lo voceros burgueses (camuflados de "periodistas" cordero de Dios) dicen que "ahí viene el lobo", golpean a discreción y pavimentan con sangre de trabajadores el camino al patíbulo con que se profundizará el saqueo y la explotación.

Tratan de subir el rating mientras aumentan el tono de las agresiones verbales e ideológicas. Represión contra los imaginarios, golpes bajos, acusaciones y tortura psicológica transmitida en horarios preferenciales y tarifas jugosas. Los empresarios cómplices se anuncian con orgullo entre "noticias" que pintan las luchas sociales con el color del fracaso, la desolación, el escarmiento y la derrota anímica. Pagan fortunas con tal de mandarnos a la cama abatidos y convencidos de que contra el poder hegemónico de las oligarquías nada se puede y nadie puede. La realidad dice cosas muy distintas.

En Oaxaca se libra también una lucha informativa que se defiende de la represión mediática burguesa. Cada día y a todas horas entre reuniones, volantes y comunicados de todo tipo, los trabajadores en lucha enarbolan su poder comunicante revolucionario y urgente. Hay cámaras rebeldes en "vigilia de Imágenes [2]". Hay micrófonos, lápices y teclados que salen al mundo a contar lo que pasa minuto a minuto, tal cual lo exigen las circunstancias y tal como lo exige el relato revolucionario mundial que florece generoso y promisorio en todo el planeta. Pero hacen falta más fuerzas y más esfuerzos. ¿Dónde andarán esos profes, estudiantes y trabajadores de la comunicación de todo el mundo que aun no se suman a luchar contra la payasada terrorista y asesina de los mass media traidores de los pueblos? Hace falta un Programa Socialista de la Comunicación.

Oaxaca somos todos y es nuestra, palmo a palmo. Es convocatoria y es examen. Oaxaca espera nuestra solidaridad mientras avanza fraternalmente con su lucha ejemplar y su regalo magnífico que marca pautas y certezas. Y hay que estar a la altura de las exigencias políticas y poéticas. Hacen falta más comunicadores sociales, más analistas solidarios, críticos hermanos, periodistas honestos, fotógrafos, documentalistas, músicos y poetas de todo género capaces de ponerse en la piel la piel de Oaxaca con sus ofrendas y sus peligros, sus riesgos y sus triunfos. ¿Dónde estarán los intelectuales y académicos que no se bajan los pantalones para subirse a los presupuestos gubernamentales, dónde están que los que aun no están al lado de los obreros y los campesinos?

Oaxaca no tiene salidas ni huidas para propios ni para extraños, no hay escapatorias, o estamos ahí (desde donde estemos), o estaremos fuera de lugar ahí donde nos encontremos. Oaxaca no permite timoratos ni aventureros, no admite indiferencias ni exageraciones, no admite vacilaciones ni vaciladas. Oaxaca vive bajo el fuego periodístico más inclemente y traicionero, nadie se engañe, la represión ha comenzado. La resistencia también. Ahora mismo la lucha desde abajo arrecia su madurez y construye mientas los oligarcas destruyen y degeneran los imaginarios y contra eso contamos con la autodefensa, la contraofensiva y la construcción socialista… en simultaneo, cara a cara, decididamente, dignamente… inteligentemente. Nadie crea que la lucha en Oaxaca es débil, ingenua ni indefensa. Nadie se engañe la razón esta del lado del pueblo. Nadie se engañe a los trabajadores sólo los salvan los trabajadores. La represión mass media será combatida, denunciada y superada. Entrémosle todos… es urgente. Urge una Corriente Mundial de la Comunicación hacia el Socialismo.

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[1] http://www.jornada.unam.mx/2006/10/04/004o1pol.php

[2] Como las define Jorge Falcone a la hora de producir imágenes e imaginarios revolucionarios.