Narcotráfico en Ezeiza: se destapó la olla

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En setiembre del año pasado llegaron a Madrid cuatro valijas sin identificar en un vuelo de Southern Winds (SW) procedente de Ezeiza. Contenían nada más ni nada menos que 60 kilos de cocaína valuada en unos cuantos millones de euros. Parece ser que estas valijas sin dueño viajan desde el 2002 sin que nadie lo notara. Por ahora hay tres detenidos.

No a la privatización de Lafsa

En setiembre del año pasado llegaron a Madrid cuatro valijas sin identificar en un vuelo de Southern Winds (SW) procedente de Ezeiza. Contenían nada más ni nada menos que 60 kilos de cocaína valuada en unos cuantos millones de euros. Parece ser que estas valijas sin dueño viajan desde el 2002 sin que nadie lo notara. La denuncia, inicialmente, provino de directivos de la empresa que bajo la forma de testigos de identidad reservada acusaron a empleados de la compañía de ser parte de una red de narcotráfico. Por ahora hay tres detenidos.
Recién ahora empiezan a aparecer los costos políticos vinculados a la falta de control en el aeropuerto de Ezeiza. Son 7 compañías privadas las que se encargan de esta labor, y ya vemos los resultados. A esto se añade que parte del personal está formado por ex­policías y ex­militares, algunos de ellos expulsados por represores de la dictadura o por acusaciones de narcotráfico (Clarín, 27/2/05).
Ahora, se anunció el descabezamiento de la cúpula de la Fuerza Aérea que, conociendo los hechos desde el mes de octubre, aparentemente no los comunicó al gobierno, como tampoco lo hicieron la Policía Federal o la SIDE. Se desmanteló la policía aeronáutica, pasando el control de las terminales aéreas al Ministerio del Interior. Las declaraciones de un detenido, hijo del responsable militar de la seguridad de Ezeiza ahora cesado, salpican a directivos de la empresa, militares y funcionarios. En la mira también está el secretario de Transporte Ricardo Jaime, un hombre del riñón de Kirchner y muy vinculado a SW.
El gobierno quiere despegarse de este hecho cancelando los casi $8 millones mensuales que el Estado aportaba a SW desde el 2003 por el convenio de colaboración con Lafsa (la aerolínea estatal surgida de la quiebra de dos pequeñas compañías privadas). Pero lo escandaloso es que ahora se sabe que SW estaba virtualmente quebrada en ese momento, con una deuda de $75 millones, en lo que fue una operación de salvataje utilizando dinero del Estado y la mano de obra y rutas aéreas de Lafsa. Luego, la preocpación del gobierno no fue salvar los 800 empleos de Lafsa, sino a SW.

No a la privatización de Lafsa

Un delegado de Lafsa, Carlos Platkowsky, afirmó en un comunicado que los únicos que tienen las manos limpias en este turbio asunto son los trabajadores. Ysostiene que con lo que el Estado ha pagado de subsidios a SW se podría haber comprado 15 aviones con los que se podrían transportar a millones de argentinos con tarifas económicas. Y en rutas no rentables para otras aerolíneas (Web PTS). Ahora el gobierno ha decidido que Lafsa se privatizará dentro de dos meses. No debemos aceptar que los trabajadores de SW y Lafsa paguen los platos rotos, enfrentando la amenaza de despidos, cierre o venta de las compañías. Por eso exigimos la expropiación sin indemnización de los activos de SW y la formación de una empresa única estatal SW-Lafsa con el mantenimiento del 100% del personal y bajo el control de los trabajadores. Los sindicatos de aeronáuticos deberían ser los primeros en tomar este reclamo con ambas manos.
La corrupción es inherente al sistema capitalista. La cosa cambiará el día que, los que no tenemos nada que perder, tengamos el control de los asuntos públicos. Mientras tanto, cada dos por tres aparecerán estas perlitas mostrando el olor nauseabundo que despide esta estructura social basada únicamente en el lucro.