MÉXICO Y LA REVOLUCIÓN VENEZOLANA

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La burguesía y su partido más representativo, el PAN, están realizando una campaña reaccionaria con el objetivo de espantar a la población, sobre todo a las masas de la pequeña burguesía sobre la inestabilidad, violencia y todos los males que representaría un gobierno del PRD en México. Han dejado en claro sus posturas y saben que éste fenómeno no es nacional, sino que los trabajadores en México han entrado al proceso de lucha que vive América Latina. La burguesía le teme más que a López Obrador, a l, a los millones de trabajadores que lo siguen a nivel nacional y la revolución en Venezuela es una pesadilla que no quieren que se repita y menos en el vecino del sur del imperialismo estadounidense La burguesía teme a un nuevo Chávez

La burguesía y su partido más representativo, el PAN, están realizando una campaña reaccionaria con el objetivo de espantar a la población, sobre todo a las masas de la pequeña burguesía sobre la inestabilidad, violencia y todos los males que representaría un gobierno del PRD en México. Han dejado en claro sus posturas y saben que éste fenómeno no es nacional, sino que los trabajadores en México han entrado al proceso de lucha que vive América Latina. La burguesía le teme más que a López Obrador, a los millones de trabajadores que lo siguen a nivel nacional y la revolución en Venezuela es una pesadilla que no quieren que se repita y menos en el vecino del sur del imperialismo estadounidense.

¿Qué pasa en Venezuela?

Durante la campaña electoral el PAN habló de vínculos de AMLO con Chávez y lo comparó con él. La burguesía tiene una rabia y un odio hacia el mandatario venezolano, ya que es uno de los pocos mandatarios que después de haber llegado a la presidencia por un voto mayoritario de los pobres y no ha podido ser comprado por el imperialismo y la oligarquía. Chávez se ha mantenido firme en su programa democrático y su apoyo al pueblo Venezolano, pero llevar a la práctica estas medidas tan limitadas y que no atentan contra el capitalismo, implicaron la oposición de los capitalistas y terratenientes.
Los trabajadores por su parte se animaban por las leyes a favor de los campesinos, pequeños pescadores, leyes que ponían los recursos naturales como el petróleo a favor del pueblo. Las masas veían esto como un buen inicio, pero exigían más. La burguesía al atacar a Chávez provocaba un mayor apoyo de los trabajadores, la sociedad se polarizaba aún más y la burguesía llegó al extremo de realizar un golpe de Estado y posteriormente un paro patronal. Las masas derrotaron heroicamente a los golpistas, elevando su nivel de conciencia y llevando el proceso a un punto abiertamente revolucionario.
El gobierno de Chávez ha repartido más de 2 millones de hectáreas a los campesinos, ha construido 657 nuevas escuelas, más de 17 millones de personas han accedido a servicios sanitarios (cuando antes no lo podían hacer), ha elevado el salario mínimo de los trabajadores y les ha dado apoyo. Estas medidas aunque mínimas son algo que no ha tolerado la burguesía, tanto venezolana como internacional.

¿Es Chávez un dictador?

Se intenta dar la imagen de que Chávez es un dictador, con esto la burguesía intenta atraer a la pequeña burguesía y poner una cortina de humo a la clase trabajadora para que no veamos lo que en realidad ocurre en Venezuela.
Chávez no sólo no es un dictador, sino que es el presidente que ha sido más veces ratificado, ganando diez elecciones, la población lo apoya y lo ratifica en el gobierno. Hay un ambiente de amplia democracia, cosa que no se puede decir de la oposición, quienes mintiendo realizaron un golpe de Estado y utilizaron todos los medios de comunicación para propagar mil y un mentiras contra Chávez, de una manera muy similar a lo que hoy hacen los panistas en México con Obrador.
Durante mucho tiempo Chávez utilizó una política de no agresión contra la burguesía, después del golpe de Estado llamó a la conciliación. Esto fue un error, pues la burguesía por más síntomas amistosos que le muestres, tiene bien claro que debe atacar y reprimir al movimiento de masas. La defensa de los intereses de los capitalistas se opone a los intereses de los trabajadores y viceversa. Como Chávez reconocería posteriormente, no se puede estar a favor de Dios y del Diablo, o estás con los trabajadores o estás contra ellos, no puede servir a dos amos. Las políticas conciliatorias de Chávez fracasaron, pensaba con esto no hacer enojar a los capitalistas, a la oposición, pero los resultados fueron completamente adversos.

El socialismo en Venezuela

Todas las medidas a favor de los trabajadores no significaron una solución definitiva a los problemas de las masas. La burguesía sigue boicoteando económicamente al gobierno de Chávez, y la economía al basarse en el libre mercado, mantiene todos los vicios del sistema capitalista como el alto desempleo. Es precisamente por el cierre de empresas que los obreros se empezaron a organizar tomando las fábricas; desde el inicio exigieron a Chávez la expropiación de sus fábricas. No fue sino hasta el cierre de VENEPAL, la principal industria papelera de Venezuela, que el movimiento consiguió que el gobierno expropiara la empresa. Esto trajo una reacción en cadena y otras muchas empresas exigieron el mismo trato para ellas y muchas fueron también nacionalizadas.
No hablamos de cualquier tipo de expropiación, los trabajadores exigen que la industria funcione bajo control obrero. La conciencia avanza y los trabajadores se dan cuenta que pueden manejar ellos solos la economía y se preguntan por qué nacionalizar sólo las fábricas en crisis y no hacerlo con el resto de la industria. El tema del socialismo sale a flote y Chávez al verse impregnado de éste ambiente plantea que el objetivo de la revolución en Venezuela es llegar al socialismo.

El tema de la violencia

“En Venezuela hay un dictador, el socialismo significa opresión y violencia, el triunfo de AMLO significará inestabilidad y muertes”. Con estos argumentos han hecho una campaña de miedo en México. Las cámaras empresariales han sacado spots completamente mentirosos e histéricos, sacando a Chávez hablando de que armará al pueblo con rifles Kalashnikov.
Mientras exista el capitalismo habrá diferencias entre las clases sociales, los trabajadores lucharán contra la bota que el capitalista nos pone en el cuello. No se puede vivir por siempre de rodillas y las erupciones sociales son inevitables como inevitables son las erupciones volcánicas. En México se vive una polarización y gane Obrador o se imponga Calderón veremos un enfrentamiento entre clases.
Se podrá vivir en fraternidad cuando haya igualdad social, y esto sólo es posible distribuyendo equitativamente las riquezas de la sociedad entre toda la población. Esto significa expropiar los bienes de la gran burguesía, los bancos y las industrias fundamentales. Un gobierno que aplique estas medidas tendrá que apoyar a los pequeños propietarios; con una banca nacionalizada, se les podrá dar créditos baratos y empleo a quienes lo necesiten, por lo que no debería haber ningún temor a tener una sociedad más justa, donde los únicos perjudicados son los que hoy nos perjudican, oprimen y explotan a los obreros y pequeño propietarios.
La violencia en Venezuela es provocada por quienes temen perder todos sus privilegios y han asesinado a dirigentes obreros y campesinos; los muertos que aparecen en las imágenes transmitidas por los empresarios en las televisoras en México son en muchos casos chavistas asesinados por los escuálidos (que es como se les llama a los panistas en Venezuela). El gobierno de Venezuela está en su legitimo derecho de defenderse ante las agresiones de los escuálidos venezolanos e internacionales. El imperialismo arma hasta los dientes al gobierno de Uribe en Colombia y amenaza con invadir Venezuela. No puede el pueblo quedar desarmado y dejarse asesinar, hay que recordar lo que ocurrió en Chile con Allende. Las medidas del pueblo de Venezuela son medidas defensivas equiparables a la defensa de los trabajadores de SICARTSA que se enfrentaron a la policía con balines de acero y no los podemos culpar por ello.
La revolución en Venezuela es bastante poderosa y los escuálidos están desesperados; el arma de la revolución no está en las armas sino en la fuerza de los trabajadores. Si se completa la revolución en Venezuela entraremos a un mundo de prosperidad y paz, el imperialismo seguirá atacando a la revolución y podría amenazar con la intervención militar; los obreros de América Latina nos tendríamos que movilizar para evitar la agresión y seguir el ejemplo de nuestros hermanos, si la revolución se exporta a Bolivia, que vive un proceso similar al de Venezuela, México y el resto de los países latinoamericanos y los propios EEUU, podríamos construir la federación socialista de América. Ninguna bala podría contra la fuerza de los trabajadores.
Las indecisiones de los dirigentes provocan la agresión de los asesinos capitalistas. La ultraderecha ya mostró lo que es capaz de hacer, el ejemplo más claro lo tenemos en Atenco. Un gobierno impuesto con Calderón al frente es el que provocaría la verdadera inestabilidad y violencia, por eso debemos derrotar el fraude y cuando llegue Obrador no debemos hacer ninguna concesión a los capitalistas y sus partidos, actuar con firmeza que los trabajadores estamos dispuestos a construir una sociedad mejor.