México: Toma de posesión de Felipe Calderón

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La lucha de clases penetró a la Cámara de diputados ¡y de qué forma! Obligando a los perredistas a hacer cosas que ellos nunca se imaginaron, sin embargo, en el último momento cedieron, según el noticiario de Loret de Mola. El Estado mayor presidencial tuvo que tomar la tribuna abriendo paso tanto a Fox como a Calderón. El acto completo duró escasamente tres minutos. Tomó posesión y se fue. Tres minutos que representan la intensidad de la lucha de clases.

Tres minutos que representan la intensidad de la lucha de clases

Hace unos minutos Felipe Calderón tomó protesta como presidente en la Cámara de diputados.

La lucha de clases penetró a la Cámara de diputados ¡y de qué forma! Obligando a los perredistas a hacer cosas que ellos nunca se imaginaron, sin embargo, en el último momento cedieron, según el noticiario de Loret de Mola. El Estado mayor presidencial tuvo que tomar la tribuna abriendo paso tanto a Fox como a Calderón. El acto completo duró escasamente tres minutos. Tomó posesión y se fue. Tres minutos que representan la intensidad de la lucha de clases.

Las televisoras cuidadosamente evitaron mostrar la trifulca en medio de la cuál se desarrolló el acto.

Con la toma de la cámara cerrada, sorpresivamente apareció Calderón y juró; Fox a su lado, le puso la banda y se tocó el himno, el acto no duró más de tres minutos. La transmisión de esta parte corrió a cargo de la cadena nacional con las cámaras de la presidencia. La locutora en cuanto terminó el himno dijo: "Calderón empieza con el pie derecho, como debe ser…". Seguramente con la toma cerrada se evitó que se viera el operativo del Estado mayor presidencial, ellos junto con los panistas le abrieron el paso a Fox y a Calderón.

La forma en que Calderón asume el gobierno, es un indicador muy claro de la profunda y espinosa crisis política del régimen panista, que a su vez es reflejo de la crisis orgánica del capitalismo mexicano. En un evento inédito Vicente Fox entregó los poderes a Felipe Calderón, con la lucha de clases en las calles y con una trifulca en la cámara de diputados. ¡Qué lejos están los tiempos en que la burguesía festinaba sus traspasos del poder! El gobierno de Calderón ha nacido muerto. Será un gobierno débil que usará la violencia de Estado como una muestra de su debilidad.

A media noche en Los Pinos, como un ladrón, rodeado exclusivamente de su gabinete y de elementos del Estado mayor, aislado, débil, escondido, con una ceremonia lúgubre, de miradas perdidas, rostros desencajados y nerviosismo ostensible, con Fox como estiércol despreciable por todos, pronunciando discursos frígidos, sin entregar la simbólica banda tricolor presidencial, sin abrazos, sin saludos, sin aplausos, sin algarabía, con un discurso inicial más con tinte de candidato que de nuevo presidente, Fecal asumió informalmente y lo primero que hizo fue dar nombramiento y toma de protesta a los secretarios de Estado de las instituciones militares y de Gobernación.

Calderón está suspendido en el aire, pues no tiene base social, sus votantes jamás saldrán a la calle a apoyarlo. En cambio el movimiento obrero está cada vez más despierto, cada vez más harto, cada vez más iracundo y más decidido a dar grandes batallas.

La Convención Nacional Democrática tiene todo para vencer; es la hora de la unidad de todos los sectores del movimiento obrero, del campesinado pobre y de los pobres urbanos, a través de una huelga general, que rápidamente adquiriría tintes insurreccionales, el Gobierno Legítimo de AMLO debe convocar, ¡ya! a una huelga general, no hay tiempo que perder. La lucha por el programa de los 20 puntos que trazó AMLO el 20 de noviembre es un buen inicio, pero hay que ir más allá, a la nacionalización de las principales palancas de la economía. Existe sobradamente la energía revolucionaria en las masas mexicanas para lograrlo.

¡A formar brigadas de autodefensa!

¡Todos a derribar a Fecal!

¡Huelga general, ya!