La burguesía y el imperialismo norteamericano están recurriendo a cualquier maniobra para impedir al PRD ganar las elecciones presidenciales del 2006 en la persona del intendente de México D.F. y candidato presidencial, López Obrador, que encabeza todas las encuestas.
Por un PRD de los trabajadores con un programa socialista
La burguesía y el imperialismo norteamericano están recurriendo a cualquier maniobra para impedir al PRD ganar las elecciones presidenciales del 2006 en la persona del intendente de México D.F. y candidato presidencial, López Obrador, que encabeza todas las encuestas.
Excusándose en una disputa judicial menor, como fue desoír una sentencia judicial que lo obligaba a suspender una obra vial en un terreno expropiado a un particular, el Congreso mexicano aprobó el desafuero de López Obrador para que pueda ser juzgado. Las leyes mexicanas impiden ejercer cargo público o presentarse de candidato a toda persona procesada.
La clase obrera mexicana ha protagonizado grandes luchas en el último período contra las privatizaciones y la reforma de las leyes laborales. Todos estos años de ataques y derrotas han destilado un hartazgo de las masas que está esperando un cauce y ahora se expresa en la defensa de López Obrador. El PRD tiene el apoyo masivo de los trabajadores de las ciudades y de los campesinos pobres del interior, a pesar de la política reformista y de conciliación de clases que practican sus dirigentes.
Lo que temen la clase dominante y el imperialismo es que, en el contexto de luchas revolucionarias que se están dando por toda Latinoamérica, una victoria del PRD provoque un movimiento masivo y una radicalización de las luchas de los trabajadores y campesinos pobres mexicanos que pondrían una enorme presión sobre la dirección del PRD para, eventualmente, empujarla más allá de sus intenciones actuales.
Esta embestida del Gobierno burgués de Fox contra las aspiraciones populares está produciendo una polarización y una politización en la sociedad mexicana desconocida en décadas. Son innumerables las marchas y manifestaciones en las que participan cientos de miles de trabajadores, jóvenes, mujeres, campesinos y desocupados.
Aunque López Obrador fue desaforado en la cámara de diputados está por verse si deja de ser candidato por el PRD. Si el PRD optase por boicotear las elecciones sería una bomba para el régimen que surgiese de la elección. En adelante lo que tendremos estos días, semanas y meses será a la burguesía atacando, la dirección del PRD conteniendo y las masas perdiendo la paciencia. Llegará un punto límite en el que el sello de las masas actuando en las calles será lo que definirá las cosas y no la capacidad de la dirección para mediatizar y contener la lucha.
El PRD de los trabajadores NO es la burocracia que lo usufructúa en beneficio individual, y en la que se apoya López Obrador. Millones de trabajadores aún tienen ilusiones en la dirección del PRD buscando una salida real a sus problemas en el marco del capitalismo. Una política correcta es defender al PRD, pues el ataque al PRD proviene de la gran burguesía y el imperialismo, pero a la vez, dar un apoyo crítico al PRD estableciendo claramente la necesidad de transformarlo en un instrumento de lucha, es decir, rescatarlo para la lucha por la transformación social y el socialismo.