Con el argumento que “estamos frente a una injusticia heredada” desde el gobierno se analiza sacar por decreto, o a través de negociaciones con los bloques colaboracionistas, la derogación de la actual ley de movilidad jubilatoria. Dejando trascender que se buscaría diferenciar a las jubilaciones con 30 años de aportes sobre las jubilaciones a las amas de casa y de aquellos trabajadores que debieron acceder a distintas moratorias previsionales. El llamado “Pacto de Mayo” incluye una modificación del sistema de jubilaciones “que respete a los que aportaron”
Cabe destacar que los trabajadores y trabajadoras que dependen de las moratorias es por haber trabajado en negro por las imposiciones de las patronales que no quisieron pagar sus aportes.
La idea que hizo circular el propio Ejecutivo, y que después intento negar, es que aquellos jubilados por moratorias pasen a ser beneficiarios de planes sociales. Es decir buscan imponer una “pensión a la vejez”, desenganchada del salario en actividad, en la perspectiva de volver a las fraudulentas AFJP.
Según el gobierno todas esas personas que accedieron a una jubilación por las distintas moratorias desfinancian el sistema y lo consideran una injusticia que “resta recursos al estado”. Este argumento es una falacia debido a que el que accede a una moratoria debe pagar, ya que cada mes que cobra se le descuenta la cuota correspondiente a los años sin aportes. De igual forma que las amas de casa que en los años que cobra la jubilación le viene deducido la cuota mensual del pago de su jubilación. Entonces en el mejor de los casos el Estado solo financia con recursos de los trabajadores, o sea son los trabajadores en actividad los que financian a los trabajadores en situación de jubilarse.
Ahora bien, con el nuevo sistema, significaría que tendrían una tarjeta que solo les permitiría pagar lo que vayan necesitando y dejarían de acceder a manejar efectivo, además le suspenderían todos los beneficios de la obra social Pami y por lo tanto dejarían de tener acceso a medicamentos que actualmente son gratuitos para algunas enfermedades crónicas.
Está iniciativa debería pasar por el Congreso porque las moratorias jubilatorias fueron aprobadas por ley, pero ya sabemos de la utilización salvaje y criminal de los decretos de necesidad y urgencia (DNU).
Aprobar o impulsar una medida semejante sería un corolario del libre ejercicio del odio a los trabajadores y los más débiles, los jubilados.
Igualmente de nefasto es el intento de cambiar la fórmula de movilidad jubilatoria ignorando la inflación.
Debemos recordarles a los entreguistas que dónde deberían intervenir, porque “resta recursos al estado”, es en la fuga, en la evasión y creación de la deuda externa con los préstamos ilegales del FMI, que su Ministro de economía Caputo comanda, ahora, desde su cargo y antes desde “la mano invisible del mercado” del JP Morgan Chase o el Deutsche Bank. Dignos herederos del esquema de “valorización financiera” impuesto por la dictadura de Martínez de Hoz.
Por su lado los reformistas se encuentran en un silencio ensordecedor, ni siquiera plantean ideas como imponerles fuertes impuestos a todos los capitales financieros, especulativos y fortunas indiscutiblemente de origen criminal y fraudulento.
La hipocresía del gobierno queda expuesta cuando vemos que no caen con la misma furia a los dineros escondidos y fugados en el exterior, a los que benefician con “moratorias y blanqueos” y que son los que verdaderamente le “restan fondos al estado”. En cambio descargan su odio de clase sobre indefensos jubilados a los cuales junto a los trabajadores quieren hacerle pagar toda la crisis y la corrupción del capitalismo.
Estos plumíferos del gobierno de Milei no dudan en “rescatar” con dineros del estado a sus amigos del sector privado evidenciando la inexistencia de la mano invisible del mercado.
Por esto es necesario organizarnos y luchar por un aumento de emergencia para todos los jubilados y jubiladas. Impulsemos, desde abajo, una huelga general de los trabajadores ocupados para frenar esta ofensiva reaccionaria.
Por una salida de fondo
En un Estado Obrero, como mencionamos en otros artículos, el excedente que acapara el capitalista a través de la propiedad privada de los medios de producción, y el andamiaje legal que le da sustento, vuelve a la sociedad.
Los viejos que se retiran tendrán el lugar que les corresponde por su experiencia y conocimiento, no solo que le otorga la lucha de clases, sino su vivencia en el proceso de producción vivo. Se ha hablado mucho de lo que debe ganar un “retirado” del trabajo. Para los Comunistas no quedan dudas, los jubilados y pensionados deben cobrar el 100% del salario de un activo. Debemos desmitificar la idea que un jubilado o pensionada necesita menos para la vida.
Solo con la Revolución Socialista, que expropie a los capitalistas, el nuevo Estado Obrero basado en los organismos de poder obrero establecidos durante la revolución, puede a través de la democracia directa de la clase obrera, manejar los resortes de la economía y del propio Estado para poder dar plena satisfacción a unos de los sectores de la sociedad que ha sido, y es, castigado de manera cruel por el capitalismo, sus gobiernos y sus cínicos representantes políticos.
¡Aumento de emergencia para jubilados y pensionados que cubra lo que cuesta vivir!
¡Abajo Milei con su contra reforma jubilatoria!
¡Fuera las manos de nuestros aportes a las cajas de jubilaciones y pensiones!
¡Por el derrocamiento del gobierno del hambre y la entrega!
¡Por un gobierno de la clase trabajadora!