Las elecciones presidenciales están a la vuelta de la esquina. Todo parece indicar que las perspectivas que teníamos desde que comenzó la jornada electoral no se moverán. La ventaja de Claudia Sheinbaum de Morena es abrumadora frente a sus dos contrincantes. Es más interesante lo que está sucediendo en el fondo de la tabla donde Maynez, candidato de Movimiento Ciudadano, está alcanzando a la candidata del PRI, PAN y PRD, Xóchitl Gálvez.
El aplastante apoyo a AMLO es el impulso de Claudia
Aunque no se requiere de mucho esfuerzo para sacarle ventaja a la candidata de los partidos de la derecha tradicional –pues parece que en cada oportunidad quiere restarse puntos, más que ganarles–, y Máynez parece un aliado de las políticas del gobierno y por tanto no busca una confrontación directa con la candidata oficial; la ventaja que tiene Claudia no la va a perder en los próximos 15 días.
Sheinbaum, durante su campaña se ha esforzado en plantear claramente su programa: “Voy a continuar la construcción de la 4T”, “vamos a construir el segundo piso”. Por un lado, se compromete a mantener los programas sociales que el gobierno actual ha hecho. Además está planteando la incorporación de nuevas tecnologías para mejorar la movilidad, cuidar el ambiente, mantener la inversión extranjera, etc. En suma, podemos decir que el programa de gobierno actual se va a mantener con algunos agregados. Esto nos permite decir que no se tocará a la gran burguesía y sus ganancias seguirán incrementándose, mientras que la pauperización y desgaste social azotado por la violencia se va a incrementar.
Además, como lo hemos planteado en otros espacios, no puede pasar desapercibido el turbio terreno internacional en que, seguramente, Claudia asumirá la presidencia de la República. La guerra en Ucrania, la crisis en Oriente Medio, la guerra comercial entre China y EEUU, el paulatino decrecimiento del poder imperialista de los EEUU, las elecciones en el vecino del norte y la posible llegada de Trump, etc. Todos estos aspectos no pueden ser olvidados, por el contrario, este será el escenario donde converja la futura presidencia.
Podemos decir, como algunas encuestas lo afirman, que el triunfo de Claudia es seguro; ni con acciones fraudulentas y provocación lograrán acercarse a la candidata oficial. Este triunfo no se debe a su carisma y ni siquiera a sus grandes resultados en la CDMX, donde gobernó sobrellevando los problemas fundamentales, invirtiendo en movilidad y cultura, pero sin cambiar de fondo la situación.
El triunfo es resultado directo del respaldo que tiene el gobierno de Andrés Manuel, que cierra su periodo con un apoyo por encima del 60% de aprobación, como fruto de los programas sociales, los aumentos salariales, los ataques sistemáticos de la derecha y la respuesta que ha dado a todos ellos, su trayectoria, etc. Se puede decir que todo ese capital político acumulado le permitió a AMLO sobrepasar crisis como la de la COVID-19 y ahora le va a alcanzar para impulsar a Claudia a la presidencia.
La campaña de Xóchitl, la expresión de la bancarrota latente
Xóchitl Gálvez y su campaña es un fiel reflejo de la derecha, su estado de ánimo y sus fuerzas “intelectuales”. Una mujer hecha en la escuela del compadrazgo y la corrupción clásica de los grupos que se encumbraron en el poder por más de 80 años. Esta señora poco hábil para el debate y la polémica, encontró la forma de hacer dinero a partir de la corrupción en los partidos políticos y órganos de gobierno donde ha estado presente. Los escándalos no le han faltado, pero tampoco tiene mucho sentido recordarlos aquí ya que son de dominio público.
Más nos interesa remarcar cómo toda su campaña, con errores, torpezas propias y en equipo, su falta de talento e iniciativa… una campaña mediocre y una mujer mediocre. Ambos son fiel reflejo de una clase que se acostumbró a que el Estado les apapachara, a gobernar para ellos arreglando las leyes para que no se agiten en su dura tarea de robar, tanto al Estado como a gente de escasos recursos, formando empresas que se volverían fuertes y triunfadoras a expensas de contratos que los gobiernos en turno les daba, entre muchos otros.
Hay un personaje que salta a la mente ahora que se describe a esta clase, el dueño de Banco Azteca. No es nada extraño ver que su banco esté apoyando la campaña de Xóchitl Gálvez. Podemos decir que son tal para cual, son del mismo clan, el de los parásitos que se han acostumbrado a robar, a no pagar impuestos, a sobornar, engañar y además presentarse como empresarios exitosos.
Los parásitos son aquellos que, a costa de un hospedero, aprovechan los recursos que este último tiene para vivir sin hacer prácticamente nada. Viven a expensas de lo que el gobierno les da –contratos, protección, préstamos, cobertura– para hacerse de fortunas y aprovecharse de la gente.
La candidata Xóchitl también es un buen reflejo de las “capacidades” intelectuales de esta clase de parásitos. Incapaz de hacer una intervención brillante sin la ayuda de auriculares, telepronter y guiones, etc. No puede formular una idea audaz que atraiga a una persona mínimamente entendida. Este es el estado real de esta clase, que tiene mucho dinero pero en su cabeza sólo hay sonido de moscas sobrevolando el bacilo.
Su campaña está vacía de contenido, sus discursos son flojos y mediocres. Lo más audaz que proponen es que van a mantener los programas de AMLO, cuando durante todo su sexenio les combatieron y cortaron contra ellos. Prometer no empobrece, el problema para ellos es que ahora muy pocos les creen, particularmente los jóvenes; así lo refleja el simulacro electoral en más de 400 universidades con esta candidata cayendo estrepitosamente hasta el tercer sitio.
MC y Maynez temen una estrategia para convertirse en una fuerza
Movimiento Ciudadano es el partido, o mejor dicho, es el negocio de Dante Delgado, el cual tiene un método para mantenerse en la batalla política aunque carezca de un programa político claro y definido. Presentándose como un partido de gente joven y exitosa, reclutando tránsfugas priistas, panista, morenistas y asesinos ligados al crimen organizado, trata de mostrar su “pluralidad política”, que en realidad es oportunismo puro y duro. Trata de integrar a ciertos personajes que puedan atraer algunos votos o dinero, sin importar de dónde vengan, su afinidad política y sus nexos con el crimen.
Su candidato Máynez no ha entrado en batalla directa con el gobierno de AMLO ni con la candidata de Morena. Su estrategia es golpear a Xóchitl porque de ahí puede obtener un número importante de votos y hacer algunas propuestas a la “izquierda” de Claudia, para parecer más radical. Por lo menos esto ha hecho en los espacios estudiantiles donde se ha parado y en los debates televisivos.
Máynez no tiene ninguna oportunidad de vencer en la carrera presidencial. Todo su partido lo sabe, por eso mismo no le interesa mucho el proceso general, sino los pequeños triunfos que los pueda posicionar en las cámara de senadores y diputados. Aspira a tener una buena votación y que eso se transforme en una buena cantidad de “representantes” que le permita ofertar sus votos parlamentarios a Morena a cambio de concesiones.
Perspectivas
Lo que tendremos el 2 de junio es una ratificación de todo este sexenio:
1.- Una izquierda electoral dominante y dispuesta a arrebatar todo lo que pueda con su “plan C”.
2.- Una derrota importante de la derecha clásica.
3.- Un reposicionamiento de Movimiento Ciudadano, no al grado de ser una segunda fuerza, pero sí teniendo una fuerza mayor que la actual, teniendo la posibilidad de negociar ciertas cosas con Morena. La campaña que ha dado la derecha no es de reposicionamiento sino para desgastar desde ahora al futuro gobierno, algo que predecimos que continuará intentando.
Por otra parte, hemos sostenido que en esta época de decadencia capitalista las reformas se tendrán que transformar en contrarreformas. Tarde o temprano la situación económica pondrá contra la pared al gobierno de Sheinbaum y esta tendrá que atacar lo que AMLO ha logrado. Esto no es por voluntad propia, sino resultado directo de la crisis, y como hemos dicho antes, los reformistas, como la candidata, asumen que la única posibilidad de mejora está dentro del capitalismo, por lo que tienen que aceptar las reglas que este imponga.
Los comunistas debemos estar atentos a este proceso que no será lineal, sino lleno de contradicciones. La gran mayoría de los que hoy piensan que Morena es la alternativa para transformar a este país, sacará duras conclusiones: una parte se irá desmoralizada a casa, otra sacará conclusiones radicales y buscará alternativas a la izquierda.
Mientras esto sucede, los comunistas debemos seguir avanzando en la construcción de un partido revolucionario, para que cuando la situación cambie, estemos a la altura de ser una alternativa para miles que lucharán contra el capitalismo.