En el periodo reciente después de 300 congresos distritales, 32 estatales y el nacional, la asociación civil Morena ha decidido convertirse en un partido político por amplia mayoría de los que votaron en los congresos distritales. No obstante se ha dicho que por luchar por un nuevo partido político no se va a dejar de movilizar ni de ser movimiento, esto es correcto y necesario porque el periodo al que nos enfrentaremos este año puede ser una estupenda oportunidad para afianzar el nuevo partido como una verdadera herramienta de lucha o sucumbir ante la dinámica electorera y perder vínculos con las demandas de nuestro pueblo.
Las perspectivas económicas y políticas
El contexto es complicado de por sí, estamos viviendo una de las crisis económicas del sistema capitalista a nivel mundial, economías que antes se vendían como modelo de libre mercado, como la europea, ahora se encuentran en medio de una abierta lucha de clases, la crisis causada por la avaricia de los banqueros, empresarios y especuladores ahora se quiere que la pague el pueblo, en casi todos los países hay ataques a los derechos sociales de los trabajadores y la juventud.
Esta crisis está empujando nuevamente a los EEUU a una nueva recesión y terminar con los brotes verdes que se estaban viviendo en meses pasados. No solo por contagio hay riesgo en EEUU, en realidad no se ha arreglado nada de lo que comenzó la recesión en 2008 que fue en términos generales la sobreproducción de viviendas que salió a la luz por el grave endeudamiento con los bancos y que estos no se podían sostener más.
Esto lo tenemos que comentar porque nuestra economía se encuentra ligada prácticamente a la de EEUU, como dice el dicho: si a los gringos les da un resfriado a nosotros nos da pulmonía, el 85% de las exportaciones mexicanas van a EEUU, la inversión extranjera directa es de este país, las remesas, que son la segunda fuente de ingresos nacionales solo después de exportación de petróleo, han caído de forma consecutiva pues los primeros despedidos en EEUU son los migrantes latinos, etc.
Además de este panorama internacional bastante turbulento y nada alentador las contradicciones internas están llegando a un límite. Desde hace 25 años, cuando se decidió iniciar con el proceso de privatizaciones de empresas paraestatales y que el Estado simplemente se convirtiera en fiel administrados de los negocios de la burguesía (lo que se conoce como neoliberalismo) se ha vivido una verdadera guerra contra los derechos de los trabajadores y la juventud, no ha quedado uno solo de los derechos sociales que no se haya trastocado.
Para comenzar, las privatizaciones significaron despidos masivos, destrucción de contratos de trabajo, precarización y salarios miserables. Al mismo tiempo se ha reducido de forma sistemática el gasto social y sus consecuencias han sido claras, la proliferación de escuelas privadas en contraparte de la precarización de la educación pública, lo mismo ha pasado con las pensiones y la sanidad.
En términos generales podemos decir que se terminó con la industria nacional y el llamado estado de bienestar para transferir la riqueza a manos privadas. Al mismo tiempo nuestro país fue el gran formador de multimillonarios.
A pesar de todo había derechos que se habían mantenido por la lucha de la clase obrera y la juventud, como los derechos laborales, los cuales se han modificado a finales del año pasado, esta contrarreforma significa el golpe más duro desde la revolución para la clase obrera de nuestro país. Otra de las cosas que se ha defendido es la gratuidad de la educación, sin embargo aun está en la mira y se ha ido avanzando en contra de este derecho de diferentes formas.
Pero si en un momento los potentados de este país han apostado por llevar a la presidencia a un títere más de la oligarquía, a costa de invertir miles de millones de pesos, es porque consideran que todo esto no les ha bastado, hace falta más y ya lo han manifestado claramente, van por los energéticos, la educación y todo lo que se pueda, no les importa dejarnos en la calles si sus intereses están en juego. Como parte integral de este plan se pretende aumentar el IVA del 16 a 22% y grabar a alimentos, libros y medicinas. Esto impactaría de forma grave a los ya de por si bajos niveles de vida.
Para esto están accionando tres estrategias para aminorar la resistencia que pueda haber contra sus medidas. En términos políticos han accionado su “Pacto México”, con él se implica como cómplices baratos al PRD en los planes de la oligarquía. En realidad es la unidad de los tres partidos mayoritarios para conseguir las reformas antes mencionadas. Bajo el aura de unidad se intenta convencer a nuestro pueblo que estas reformas son por el bien de México, pero ¿de qué México se está hablando? ¿El de la oligarquía y el imperialismo o el de los trabajadores, campesinos pobres, indígenas y la juventud?
Es tradicional entre la burguesía y sus gobiernos títeres utilizar fraseologías nacionalistas como “salvemos México” o “un pacto por el bien de nuestra patria” para esconder los verdaderos intereses de la oligarquía, el problema no es de mexicanos, es de clases, la burguesía oligárquica o los trabajadores y aliados naturales.
El segundo punto del plan es la inversión de cierta cantidad de recursos del erario en la secretaría de Desarrollo Social e implementar programas que tienen la intención de quitar cierta base social a los partidos de izquierda, particularmente al Morena. Con Rosario Robles al frente (ex militante del PRD y organizaciones maoístas) se intentará comprar a dirigentes locales y mermar el trabajo organizativo y ganar adherentes corporativos para el PRI.
Por último, pero no menos importante, es el recurso de la violencia para hacer valer su monopolio de la violencia. El primer ensayo de esta política ya la vimos el primero de diciembre. Ese es el modus operandi del priismo: provocan, infiltran y reprimen. Aquí lo que tenemos que observar es que no solo es el PRI quien va a utilizar estos métodos represivos sino también el supuesto gobierno de “izquierda” de la Ciudad de México de Miguel Ángel Mancera, quien actuará como fiel esbirro de la oligarquía.
Para llevar adelante la represión están concentrando poderes políticos, administrativos y policiaco-militares en la Secretaría de Gobernación. Al mismo tiempo utilizarán la violencia ya desatada desde años atrás para amedrentar activistas, no va a ser raro ver cómo cárteles asesinos se ponen de acuerdo con el gobierno de EPN para reprimir en conjunto al movimiento social y particularmente a activistas destacados, el primer ejemplo de esto último lo tenemos ya en Guerrero donde se ha asesinado a uno de los organizadores estatales de nuestro nuevo partido Morena.
Nuestras tareas como Morena
Este va a ser el campo de batalla donde tendremos que organizar un nuevo partido político que tiene que reforzar su trabajo entre los sectores más afectados por la política de la burguesía oligárquica: el pueblo de a pie, los trabajadores, los jóvenes desempleados, los estudiantes, las amas de casa, los campesinos pobres y los indígenas.
El compañero presidente del Consejo Nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, ha propuesto un plan en todo lo correspondiente a las cuestiones electorales, por ejemplo la realización de las 33 asambleas estatales donde, en cada una de ellas, tienen que estar presentes por lo menos 3 mil personas. Ese objetivo para algunos estados y el DF tiene que ser superado ampliamente. A la par ha insistido mucho sobre la campaña de afiliación que pretende tener 1 millón 500 mil afiliados para comienzos del 2014.
Para fortalecer las estructuras internas se van a realizar congresos municipales y delegacionales en todo el país para escoger a esas direcciones que se encargarán del trabajo político en el territorio correspondiente, en ese mismo sentido se comenzará con la formación de comités en cada barrio, fábrica, centro de trabajo, escuelas, rancherías, etc.
Este último trabajo es el más importante puesto que los comités son los encargados de poder formar política e ideológicamente a los cuadros del Morena. Esto va a ser uno de los grandes retos internos, tenemos que luchar porque cada compañera y compañero que se acerque a nuestro partido tenga formación política y esto le ayude a comprender que es necesario no solo llegar a la presidencia, sino transformar de fondo este sistema capitalista que tanto nos ha condenado. Desde nuestra postura marxista contribuiremos a dar el punto de vista del materialismo histórico y dialéctico, participaremos en la formación de comités y consolidación política de nuestros compañeros.
El segundo reto o tarea que tenemos que afrontar de forma intransigente es no olvidarnos de las luchas que se desarrollarán, desde un nivel local por ejemplo por el agua en algunas delegaciones, por alumbrado público, contra la delincuencia, por mejores salarios y la democracia sindical en las fábricas, por la educación laica, gratuita y de calidad. A nivel general nos tenemos que comprometer a no aceptar más ataques como el aumento a los impuestos o la privatización de PEMEX y contra todo tipo de represión al movimiento social.
Esto no sólo se puede reducir a emitir comunicados, desde las bases organizadas tenemos que ofrecer una lucha en las calles al mismo tiempo que desde las direcciones estatales y la nacional organiza de forma general la lucha. Para esto es necesario que exista un diálogo democrático a lo interno de Morena el cual se podrá ejercer de forma más definida por medios de cada comité.
Será complicado arar en este terreno pero de nuestro lado está lo más vivo de la sociedad y una verdad histórica nos acompaña, la de trascender este sistema de miseria y explotación. Como decía un gran revolucionario, León Trotsky:
“Hay revolucionarios sabios y otros ignorantes, los hay inteligentes y los hay mediocres. Pero no es revolucionario el que no está dispuesto a destruir obstáculos, el que carece de abnegación y espíritu de sacrificio.”