Luchas obreras en Costa Rica

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En las últimas tres semanas Costa Rica se ha convertido en un punto caliente de la lucha de clases. Conocida como la suiza centroamericana, este pequeño país de América Central se empieza a despertar de un largo letargo. Estas batallas son un paso más en el proceso que empezó con las luchas contra la privatización del ICE en abril y mayo del 2000. En las últimas tres semanas Costa Rica se ha convertido en un punto caliente de la lucha de clases. Conocida como la suiza centroamericana, este pequeño país de América Central se empieza a despertar de un largo letargo. Estas batallas son un paso más en el proceso que empezó con las luchas contra la privatización del ICE en abril y mayo del 2000.

La huelga empezó el 16 de mayo y se ha desarrollado durante 21 días en los que la clase obrera tica ha tomado a la calle en miles. Los 15.000 trabajadores del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) han protagonizado manifestaciones de masas, 50.000 personas en la capital el 4 de junio, y juntos a los profesores han conseguido que tres ministros hayan dimitido. La crisis de Gobierno es una muestra de la fortaleza del movimiento.

Los salarios impagados, algunos más de cuatro meses, han sido la gota que ha colmado el vaso y han puesto a los electricistas y al movimiento sindical en pie de guerra con manifestaciones que marcan un importante punto de inflexión.
El principio de acuerdo, al que se ha llegado hoy, apoyado por todos los entes sociales se basa en la promesa de que las demandas de los trabajadores serán cumplidas. En cualquier caso la lucha ha significado un despertar y una inicial victoria. Los sindicatos no deben dormirse en los laureles y deben basar las siguientes luchas en este primer paso. La amenaza que se hizo algunos días atrás de huelga general no debe de caer en saco roto y debe ser un objetivo del movimiento si se quieren conseguir las demandas sin letra pequeña. Es necesario demostrar la verdadera fuerza de la clase y para ello organizarla seriamente.

El acuerdo estipula que no habrá “sanciones de carácter disciplinario, económico, legal o de cualquier otra índole”. Es decir, pese a los días no laborados se les reconocerá salario.

La Nación, influyente periódico de San José comenta: “Aunque en el documento no consta ninguna garantía de que el Banco Central –que es una entidad autónoma– va a autorizar la emisión de los bonos, sí hubo entre los participantes optimismo en que ocurrirá.”

En realidad esto significa que el acuerdo es papel mojado siempre que el Banco Central no “pueda” permitírselo. Los intereses de los trabajadores no pueden dejarse en manos de los “intereses” del Banco Central. Las masas ticas tendrán que volver a salir a la calle para defender este acuerdo. Los dirigentes sindicales deben aprender de sus propios errores y asegurar la victoria en las tradiciones democráticas de lucha e involucrando a las bases de los sindicatos.

Otro paso en América Latina

Si esto pasa en Costa Rica, puede pasar en cualquier país. Lo que muchos consideraban reducto de la estabilidad, la paz y la democracia ha demostrado que era solo una fachada que no se sostenía. No existe ni un solo régimen estable desde tierra del fuego a Río Grande. Los marxistas llevamos explicando esta idea durante años que ha sido reivindicada por las masas argentinas, venezolanas, ecuatorianas… y ahora las masas de Costa Rica.

Estas últimas semanas parece que la situación se está moviendo a favor de los millones de jóvenes y obreros en América Latina.

Hace unos días informábamos del estado de emergencia en Perú. Inmediatamente después las masas han salido a la calle contra las medidas del Gobierno. Entre los cánticos mas escuchados había: “Ya llega el Argentinazo”.

Otro sector se involucra en la lucha

Por otro lado los educadores del país también han mostrado su disposición a la lucha por una mejora de sus condiciones laborales.

La negociación entre el Gobierno y los sindicatos de educadores, para poner fin a la huelga que afecta a escuelas y colegios, se mantenía anoche y no se vislumbraba una solución lo suficientemente buena para los huelguistas. La dimisión de la ministra, Ástrid Fischel, es la tercera víctima política de la lucha que se está dando en Costa Rica.

Los salarios impagados y el futuro de las pensiones son los motivos que subyacen en la lucha de los maestros y profesores. Ésta lucha tiene el mismo carácter que la que los trabajadores están llevando a cabo en otros lugares del globo: Francia o Austria, por ejemplo. La autodenominada globalización económica ha globalizado también las luchas obreras. La ofensiva de las diversas clases dominantes contra la clase obrera esta teniendo una respuesta a escala internacional.

La huelga comenzó el 23 de mayo, convocada por APSE y el Sindicato de Trabajadores de la Educación Costarricense (SEC). El 2 de junio se sumó la Asociación Nacional de Educadores (ANDE).

Aparte de exigir una solución al problema con los salarios y discrepar con el Gobierno sobre la forma de calcular su pensión, los educadores también piden que se garantice los ingresos para los comedores escolares y el transporte para los estudiantes.

Anoche también trascendió que los representantes de los docentes solicitaban que el Gobierno se comprometiera a no aplicar sanciones a los huelguistas. Esto demuestra la favorable situación para una victoria del movimiento sindical. En lo que abriría una nueva etapa en la lucha de clases en Costa Rica.

06 de Junio 2003. (San José de Costa Rica)