La Comuna de Oaxaca ha llegado a su fin, es importante valorar justamente lo acontecido para aprender de ello y señalar los siguientes pasos en la lucha. Sólo de este modo podremos darle continuidad al heroico movimiento oaxaqueño en el conjunto delpaís. El siguiente artículo tiene ese propósito. La Comuna de Oaxaca ha llegado a su fin, es importante valorar justamente lo acontecido para aprender de ello y señalar los siguientes pasos en la lucha. Sólo de este modo podremos darle continuidad al heroico movimiento oaxaqueño en el conjunto del país. El siguiente artículo tiene ese propósito.
Debemos sacar conclusiones revolucionarias
Ante el aplastamiento de la insurrección en Oaxaca con todo el peso del aparato represivo del estado (desde militares, policías estatales, municipales y grupos de paramilitares) en lo que representa un experimento de dictadura militar con careta civil en la capital de Oaxaca, con más de 200 detenidos (con fianzas de 4 millones de pesos muchos de ellos torturados), otras 200 ordenes de aprensión, alrededor de 20 muertos, 150 lesionados y más de una treintena de desparecidos; es necesario que el movimiento saque las lecciones pertinentes ante la derrota de una insurrección popular que tenía todas las condiciones objetivas para triunfar pero al que le hizo falta una dirección consecuentemente revolucionaria armada con perspectivas, métodos y tácticas correctas; al heroico movimiento revolucionario en Oaxaca le hizo falta una dirección que luchara por el socialismo, único programa que está a la altura de las aspiraciones y anhelos de los trabajadores del campo y la ciudad; y sin embargo constituye una fuente de inspiración de la capacidad revolucionaria de las masas. En la próxima etapa de la lucha de clases en nuestro país habrá oportunidad de que el movimiento en Oaxaca se recupere y aprenda de las duras lecciones a las que se ha enfrentado; en este texto intentaremos extraer algunas desde el punto de vista del marxismo revolucionario.
A diferencia de lo que afirman los reformistas para los cuales las masas siempre son las culpables de las derrotas porque son demasiado incultas, las masas oaxaqueñas hicieron todo lo que estuvo en sus manos y lucharon heroicamente hasta el fin, cada una de las etapas más significativas del movimiento, desde la derrota de los militares vestidos de gris, que en junio pasado intentaron recuperar el zócalo de Oaxaca ante un plantón de maestros- represión que sirvió como el látigo de la contrarrevolución que llevó al movimiento a una nueva etapa revolucionaria-, la creación de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO)- en realidad embriones de soviets-, el comienzo de la toma de medios de comunicación por amas de casa, hasta la humillante derrota de los militares por retomar la Universidad Benito Juárez; estuvo marcada por la intervención y la movilización de decenas de miles de personas intentando tomar el destino en sus manos, esto último representa la característica principal de una revolución y la base para afirmar, junto con la situación de la lucha de clases a nivel nacional y continental, que la revolución oaxaqueña tenía todas las posibilidades de triunfar.
Sin embargo el 29 de noviembre cayó la última barricada del movimiento ubicada en "Cinco Señores" así como el último bastión del movimiento en radio Universidad, pero en esta ocasión las masas no acudieron a defender las últimas posiciones como sí lo habían hecho heróicamente unas pocas semanas antes. ¿Cómo es posible que esas mismas masas que habían derrotado a los militares unos cuantos días antes sin más armas que piedras, palos y cohetones en esta ocasión ni siquiera salieron de sus casas?; para los marxistas es claro que las masas en periodos revolucionarios no pueden estar indefinidamente en movilización de la misma forma que un corredor no puede mantener la marcha de manera indefinida sin divisar la meta en el horizonte; o el movimiento encuentra la salida por la vía de la revolución socialista o es finalmente derrotado, la situación se planteaba en términos de revolución o contrarrevolución, las masas no salieron en esta ocasión porque la dirección de la APPO ni la del PRD a nivel nacional no dieron ninguna alternativa organizativa ni logística para la defensa y más importante aún -la cuestión no fue un error logístico- la dirección no dio ninguna alternativa política que diera esperanzas de triunfo a las masas que se habían movilizado durante meses y que ya mostraban signos de agotamiento (y no podía ser de otra manera pues nadie se mantiene en tensión permanente sin ver la posibilidad de un triunfo); esta alternativa política no era otra que la alternativa revolucionaria, unificando el movimiento a nivel nacional, reproduciendo las Asambleas Populares en todos los estados e impulsando una huelga general insurreccional.
La responsabilidad de señalar una alternativa al movimiento recae en momentos como este en la dirección del movimiento -de la misma forma que en el momento crucial de una guerra el "estado mayor" puede jugar un papel decisivo- dirección que a ojos de las masas tiene "más experiencias" y autoridad moral y "sabe mejor" lo que se tiene que hacer, la tarea de crear una dirección revolucionaria no puede hacerse en el momento es necesario preparar los cuadros forjados en las ideas del marxismo con anticipación, esa tarea sigue pendiente; el argumento de que en la APPO no había dirección individual sino colectiva (como lo señala Julio Hernández López en su "Astillero" de La Jornada) no comprende el hecho de que aún con estructuras democráticas y realmente representativas de las masas, como son las Asambleas Populares embriones de soviets, es natural, producto del desarrollo desigual en la toma de conciencia por parte de los trabajadores, que exista una dirección política basada en la experiencia (real o ficticia), historia, autoridad moral que poseen ciertos individuos y que los impulsan a la dirección de un movimiento democrático; de la misma forma en la revolución rusa de 1917 vimos un ascenso y caída vertiginosos de diversos dirigentes en los Soviets (que también representaban órganos de pode obrero), desplazamiento que abarcó todos los colores políticos del arcoíris desde simples reformistas mencheviques hasta verdaderos comunistas revolucionarios -bolcheviques-; estos dirigentes jugaron un papel importante en el proceso revolucionario, hasta que finalmente los soviets (y los comités de fábrica) fueron dirigidos por los bolcheviques (en septiembre de 1917) producto del desplazamiento progresivo de las masas hacia la izquierda y del fracaso de los dirigentes reformistas para solucionar ninguna de las demandas populares; Lenin Y Trotsky fueron los dirigentes que a la cabeza de millones de masas revolucionarias garantizaron la victoria de la revolución rusa que contó tanto con las condiciones objetivas como subjetivas.
En realidad el negar el papel de la dirección sirve en muchas ocasiones a los dirigentes anarquistas y reformistas (como el subdelegado Zero) para diluir su responsabilidad política en las derrotas que por falta de un programa correcto y una dirección revolucionaria se provocan. Lamentablemente en Oaxaca no existió ningún partido bolchevique y la "selección natural" de la dirección no encontró sino a personajes como Rueda Pacheco (que traicionó al movimiento al convertirse en vocero del régimen y un vulgar esquirol) y a compañeros como Flavio Sosa quienes a pesar de su sinceridad no supieron que hacer más que dejarse impulsar por las masas sin más programa que el empirismo. El compañero Flavio Sosa (quien desde ahora es el primer preso político del régimen) es una muestra clara de cómo la presión de las masas empuja a la izquierda a sus dirigentes y los transforma, Flavio Sosa siendo un burócrata conservador del PRD (vocero de la directiva estatal) renunció al PRD en el 2000 para ¡apoyar la campaña de Vicente Fox a la presidencia¡ y de nuevo en el 2005 pidió su reingreso al PRD; se transformó en dirigente de la APPO pero lamentablemente no estuvo a la altura de sus tareas.
La dirección de la APPO, los sindicatos y sobre todo en AMLO tuvieron la posibilidad de evitar esta ola represiva. Tan sólo unos pocos días antes de la ofensiva final del régimen (el 20 de Noviembre) AMLO encabezó un mitin de masas que no sólo podía haber evitado la represión sino haber evitado la toma de protesta de Calderón si hubiera habido una convocatoria sería a una huelga general; ésta por la inflamable situación se habría convertido en una huelga insurreccional incontenible que podría haber derrocado al gobierno y abierto las puertas a una revolución socialista; sin embargo AMLO ha mantenido la lucha dentro de los estrechos límites de mítines y marchas de masas que resultan, en esta etapa, por demás insuficientes y que dilapidan su potencial revolucionario.
Ni la dirección de la APPO ni AMLO dieron pasos serios a la formación de un frente único a pesar de que el impulso de las masas ante la represión iba de manera muy clara en ese sentido y cuando las demandas que se han enarbolado en torno al Presidente Legítimo abarcan a todos los sectores explotados por el capital; fueron las masas las que de manera semiespontánea transformaron un ridículo desfile de autos convocado por la burocracia del PRD (poco antes del 20 de noviembre) en una manifestación de unidad en contra de la represión y obligaron a AMLO a convocar manifestaciones y marchas en favor de la APPO, el sentimiento de unidad era más que claro y sin embargo ni la dirección de la APPO ni AMLO dieron pasos serios para traducir esa realidad en organización; en lugar de ello AMLO propuso una ¡red de firmas comprometiéndose a luchar¡, ¡como si la voluntad de lucha no haya quedado más que patente en las manifestaciones enormes de los últimos meses¡, cuando el camino era formar una red de Asambleas Populares a nivel nacional, vinculadas, regional y nacionalmente enarbolando las demandas más sentidas de la población llenando el cascaron burocrático de la Convención Nacional Democrática (dirigida por burócratas y algunos exsalinistas) convirtiéndolo en un instrumento de las masas para la toma del poder. Un frente único de los sindicatos, el PRD la APPO y el EZLN consolidado con la consiga de una huelga general hubiera frenado sin ninguna duda al régimen obligándolo, por lo menos, a convocar nuevas elecciones en las que AMLO hubiera podido ganar dando confianza a las masas y preparándolas para la toma del poder y la expropiación de la burguesía. En este sentido las posiciones sectarias de parte de la APPO con respecto a AMLO, por no hablar de la política de esquiroles adoptada por la dirección del EZLN, jugaron un papel especialmente nocivo.
La muestra más clara e inspiradora de que en momentos revolucionarios las masas se encuentran cien veces más a la izquierda que su dirección la dieron las amas de casa que marcharon una buena tarde por las calles de Oaxaca golpeando cacerolas hacia una televisora y ante la negativa y de hacer escuchar su voz por parte de esta empresa de idiotización masiva tomaron la audaz medida de tomar bajo su control la televisora, abriendo una oleada de tomas (13 radiodifusoras) por parte del pueblo; esta maravillosa lección se debió impulsar por la dirección no solo a los medios de comunicación que en manos de la burguesía son un instrumento para controlar las mentes de los sectores explotados, sino de la tierra que en manos de los terratenientes sirve para esclavizar a los campesinos, de la industria que sirve para explotar a los obreros y de los bancos que han hipotecado el futuro de millones de mexicanos; en manos del pueblo estos instrumentos servirían para satisfacer la necesidades sociales. Una medida como esta en los marcos de un estado como Oaxaca sería sólo el primer paso para su extensión a nivel nacional, siempre y cuando hubiera existido una dirección que tuviera como política central extender la revolución con llamados serios y decididos (como la que impulsaron las bases de la APPO al DF pero que no contó con una política en ese sentido) y unificar el movimiento en un frente único.
La dirección de la APPO no entendió que esta organización popular no era una más entre las más de 300 que la habían conformado sino que representaba el embrión de la "dictadura del proletariado" o de un nuevo estado que debía tomar el poder en sus manos destruyendo las podridas instituciones de la burguesía, de hecho, hasta principios de noviembre, -antes de que el movimiento producto del desgaste y la falta de dirección empezara a entregar todas sus posiciones (entregando medios de comunicación y edificios públicos así como levantando parcialmente la huelga que constituía una posición de fuerza para el movimiento)- los trabajadores conformados en la APPO tenían el poder en sus manos y en la práctica estaban sustituyendo al esto burgués en toda una serie de tareas desde la seguridad hasta el transporte; la decisión de conformar a la APPO la tarea de la dirección consistía en llevar ese instinto revolucionario de las masas hasta el final, pero por su posición reformista no pudieron encontrar la salida y lamentablemente en periodos revolucionarios lo errores pueden costar muy caros.
Es necesario decir la verdad por dura que esta sea para que los trabajadores seamos capaces de aprender de las derrotas y sacar conclusiones para las luchas que están por venir, los acontecimiento en Oaxaca representan la derrota para el movimiento en el frente de batalla que se encontraba más avanzado, esta derrota ha provocado desmoralización en las masas Oaxaqueñas (no hubo una respuesta de masas masiva porque existía agotamiento y desmoralización ante la falta de dirección) pero a nivel nacional el movimiento esta muy lejos a sufrir una derrota definitiva y una oleada de huelgas sectoriales y movimientos sindicales están en puerta ante los ataques del gobierno de Calderón que; éste es un gobierno que sólo se sostiene ante la falta de una dirección revolucionaria pero que tiene todos los síntomas de una decadencia senil sin precedentes y que no tiene otro remedio que atacar las conquistas de las masas y, al mismo tiempo ser el régimen más débil del que se tenga memoria; en esta perspectiva el movimiento en Oaxaca se podrá reactivar, liberar a todos sus presos (a los presos de Oaxaca como a los de Atenco sólo los puede liberar el movimiento organizado a nivel nacional con métodos de lucha que sobrepasen ya los mítines y las marchas) y curar sus heridas con la energía del movimiento obrero a nivel nacional, movimiento que impulsará al movimiento en torno a AMLO más a la izquierda y abrirá muchas posibilidades para construir una dirección con influencia de masas capaz de llevar el movimiento a la revolución socialista; en el periodo que esta en puerta las tareas seguirán pendientes conformar un frente único, llevar adelante una huelga general nacional y luchar por una alternativa socialista para el movimiento; mientras tanto debemos convertir desde abajo la gira de AMLO en una gira para impulsar las asambleas populares a nivel nacional ente las próximas batallas y luchar por la inmediata liberación de nuestros presos.