La forma en que difunden este verdadero flagelo social, muestra el contenido de clase que encierra pues no sólo limitan el término "inseguridad" a atentados contra los bienes y las personas, sino que también esquivan analizar las causas de ese efecto. Y sin ese análisis necesario para intentar abordar soluciones, se lanzan propuestas más violentas que los hechos que las generaron: pena de muerte, baja de la edad de imputabilidad, ningún derecho humano a los que delinquen, cárcel, muerte, militarizar la sociedad.
Por hechos delictivos donde estuvieron involucrados famosos, los poderosos medios de difusión reinstalaron la "inseguridad" como uno de los principales temas de debate en la sociedad.
La forma en que difunden este verdadero flagelo social, muestra el contenido de clase que encierra pues no sólo limitan el término "inseguridad" a atentados contra los bienes y las personas, sino que también esquivan analizar las causas de ese efecto. Y sin ese análisis necesario para intentar abordar soluciones, se lanzan propuestas más violentas que los hechos que las generaron: pena de muerte, baja de la edad de imputabilidad, ningún derecho humano a los que delinquen, cárcel, muerte, militarizar la sociedad.
Como fieles exponentes de la clase a la que pertenecen, Susana Giménez, Marcelo Tinelli, Cacho Castaña, Sandro, y toda la manga de periodistas siervos que no son independientes, abordaron el problema con total falta de responsabilidad, de información, atacando conquistas que fueron muy costosas y dolorosas a la sociedad como la defensa de los Derechos Humanos, tendiendo sólo a lograr disfrutar de sus millones sin ser robados ni molestados por limpia vidrios o mendigos. Y hasta se atrevieron a convocar a una marcha a la que no asistieron, la que fue un verdadero fracaso, mayor aún ante la majestuosidad de la realizada el 24 de marzo contra los mayores delicuentes del país que aún están libres, y ni a Susana ni a Tinelli escuchamos pedir nunca la pena de muerte para ellos.
Nuestra inseguridad es mucho mayor que a la que ellos refieren. Además de ese flagelo que sufrimos más que ellos, soportamos también las inseguridades cotidianas de la falta de trabajo, de los sueldos que no alcanzan, la comida que falta, la vivienda que no tenemos o que no podemos nunca terminar, la salud a la que no accedemos ni a servicios esenciales como el agua y las cloacas. Además, nos chorean más que a ellos.
El gobierno ha respondido a este reclamo destinando más efectivos de gendarmería a cumplir labores de policía en las calles. Parches y más parches. Tanto las propuestas mortales de los famosos como lo dispuesto por el gobierno NO solucionarán nada y, con el correr de los meses, la inseguridad en su acepción completa, se irá agravando.
Lo cierto es que la "inseguridad" es intrínseca al sistema capitalista en el que vivimos. Mientras más persista este sistema, más inseguridad sufriremos todos los habitantes. Sólo destruirlo y construir sobre sus ruinas una sociedad socialista sin explotadores ni explotados, nos permitirá disfrutar de una verdadera seguridad.
Pero, mientras tanto, hay acciones que debemos empezar a realizar para garantizarnos nosotros mismos nuestra seguridad. Debemos empezar organizando grupos en las fábricas, en las escuelas y en los barrios que resguarden la seguridad de todos. Debemos, organizados y seguros, disuadir a los chorritos del barrio proponiéndoles sumarse a nosotros. Organizados y seguros debemos combatir las mafias de las drogas, el juego y la prostitución. Por último, dándole un sentido obrero a lo propuesto por Susana Giménez, debemos comenzar a organizar una verdadera autodefensa popular en las fábricas, en las escuelas y en los barrios para poder defendernos de veras de los verdaderos chorros, asesinos, violadores y mafiosos creadores de toda la inseguridad que hoy ya les moja los pies a ellos: la clase patronal parasitaria.