La ofensiva de los trabajadores exige coordinación

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Las teorías difundidas por algunos sectores de izquierda y el campo popular que afirmaban la decadencia de la clase obrera, de las luchas económicas y de las organizaciones sindicales como herramientas elementales de los trabajadores en sus luchas por mejoras inmediatas están recibiendo un rotundo mentís en el preciso momento que los sectores más combativos y conscientes de los trabajadores comienzan a estirar sus músculos tras años de retrocesos.

Por una corriente sindical unificada de los luchadores y la izquierda en todos los sindicatos

Como decíamos ayer, el paro de los trabajadores telefónicos para arrancarle un 25% de aumento salarial a TELEFONICA y TELECOM, contra la precariedad del empleo y contra la tercerización de los trabajos ya es histórico.

Una vez más queda planteada la cuestión de que sin el permiso de los trabajadores no se produce energía, no funciona una máquina, no se prende una computadora, no se realizan transacciones, etc. El paro de telefónicos demuestra la colosal fuerza de los trabajadores, que somos la mayoría de la sociedad.

Las teorías difundidas por algunos sectores de izquierda y el campo popular que afirmaban la decadencia de la clase obrera, de las luchas económicas y de las organizaciones sindicales como herramientas elementales de los trabajadores en sus luchas por mejoras inmediatas están recibiendo un rotundo mentís en el preciso momento que los sectores más combativos y conscientes de los trabajadores comienzan a estirar sus músculos tras años de retrocesos.

A diferencia de lo que opinaban otros compañeros y corrientes dentro de la izquierda hasta el día de ayer, no es verdad que el ambiente en los trabajadores sea de reflujo o desmoralización.

Todo lo contrario. Así lo demuestran la lucha ejemplar de los telefónicos, la vigorosa y extraordinaria lucha de los estatales y docentes en los últimos meses, los conflictos en ferroviarios, en el Subte, petroleros, camioneros y recolectores de residuos y en decenas de sectores y ramas en todo el país, y que está directamente vinculado al auge temporal en la actividad económica que está llevando beneficios multimillonarios a las patronales y condiciones de sobreexplotación inhumana a millones de trabajadores.

Claves para el triunfo: extensión de la lucha y control desde abajo

Los trabajadores telefónicos están dando un ejemplo extraordinario al conjunto de la clase obrera de cómo se debe luchar para arrancarle un importante aumento a estas patronales hábiles en recaudar cifras millonarias a costa de la superexplotación de los trabajadores y la aplicación de constantes “tarifazos”, como el que negocian estas empresas con el gobierno para el año que viene.

Como han denunciado los trabajadores, lo que se esconde detrás de esta actitud patronal es utilizar a los trabajadores y usuarios como rehenes para obligar al gobierno a aceptar aumentos de tarifas, como ya hicieron las petroleras y gasíferas en la primera mitad del año y también pretende hacerlo METROVÍAS, en el caso del Subte.

Después de años de retrocesos, los trabajadores queremos recuperar lo que es nuestro. De ahí la importancia de este conflicto que, como efecto complementario, podría y debe actuar como ejemplo motorizador para cientos de miles de trabajadores que no se animan a luchar pese a la precariedad laboral y los magros salarios que tienen que soportar.

Pero los telefónicos no están solos en su lucha. Estamos viendo las luchas de estatales y docentes que llevan meses, a los trabajadores del subte que entraron en conflicto por un aumento salarial del 50%, y los ferroviarios que fueron al paro contra los despidos de los compañeros.

De ahí la necesidad actual, como está planteando el Cuerpo de Delegados del Subte, de una coordinación de todas estas luchas para poder unificar y presionar fuertemente a las patronales, llevando adelante una lucha unificada por aumento de salarios, pase a planta permanente y fin de las tercerizaciones, y contra posibles tarifazos.

La fuerza multiplicadora de estas ramas: las telecomunicaciones, el transporte y la administración estatal, doblegaría más fácilmente a las patronales y al gobierno que se niegan a atender nuestros reclamos.

No es una casualidad que hoy se hayan anulado los despidos en TBA y se liberara a algunos presos sociales. Es un fruto directo de esta lucha, que las patronales y el gobierno ven con enorme temor que se extienda.

En estos momentos está habiendo febriles negociaciones entre los dirigentes de FOETRA, el Ministerio de Trabajo y representantes de la patronal sobre los reclamos de los trabajadores que mantienen tomados dos edificios de las compañías, entre ellos el principal centro de telecomunicaciones del país, junto con el anuncio de un paro total de 48 horas para los próximos días Lunes y Martes. Mientras tanto, en el resto de los edificios y lugares de trabajo los trabajadores se encuentran en asamblea permanente tras una semana de paro.

Esta lucha se puede y se debe ganar. Pero los trabajadores debemos mantenernos vigilantes. Todo paso en la lucha debe decidirse por medio de las asambleas de trabajadores y delegados, y no por arriba, a sus espaldas. Y en ningún caso debemos aceptar rebajar ninguno de nuestros reclamos, con la excusa de alcanzar un acuerdo a cualquier costo.

La jornada de lucha convocada por la CGT y la CTA

El anuncio de la CGT y la CTA de organizar una jornada nacional de lucha el próximo lunes 6 de diciembre en solidaridad con los telefónicos sería un paso adelante muy positivo y debemos exigir a los dirigentes que no se echen para atrás. De llevarse a cabo, se demostrarían los intereses comunes de todos los trabajadores que están peleándola hoy en todo el país por el salario y el empleo digno, y coloca en el horizonte la necesidad de un paro general para que se atiendan los reclamos obreros de todos los sectores y ramas.

Toda esta situación revela que estamos en un momento extraordinario en el devenir del movimiento obrero argentino que, por primera vez en años, está encarando de manera cada vez más masiva luchas ofensivas después de años de retrocesos, como desde El Militante hemos explicado en los últimos meses.

Por esta razón, hasta los dirigentes más burocráticos de las cúpulas sindicales se ven obligados a ponerse a la cabeza de algunas de estas luchas por miedo a verse sobrepasados por los trabajadores. Por supuesto siempre intentarán limitar el alcance de las luchas y desviarlas de sus objetivos. Por eso tiene más urgencia que nunca el reagrupamiento de todos los activistas gremiales combativos y de la izquierda en una corriente sindical de oposición dentro de la CGT y la CTA para ofrecer una alternativa de dirección a los trabajadores y reconquistar la mayoría de los sindicatos para una genuina política a favor de los trabajadores.

¡TODO EL APOYO A LAS LUCHAS DE LOS TELEFÓNICOS!
¡AUMENTO YA DE LOS SALARIOS!
¡NO A LA TERCERIZACIÓN, PASE A PLANTA PERMANENTE!
¡COORDINACIÓN Y UNIFICACIÓN DE TODAS LAS LUCHAS OBRERAS!
¡NO A LOS TARIFAZOS!
¡FIN DE LOS SUBSIDIOS ESTATALES A LAS EMPRESAS PRIVATIZADAS!
¡NACIONALIZACIÓN SIN INDEMNIZACIÓN Y BAJO EL CONTROL DE LOS TRABAJADORES DE LAS EMPRESAS TELEFÓNICAS!