La movilización y organización popular es el camino para derrotar a la contrarrevolución

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Durante los últimos días en Venezuela se están multiplicando las noticias sobre un posible nuevo golpe contra el gobierno democráticamente elegido -con el 60% de los votos- de Hugo Chávez. Varios diputados del partido gubernamental MVR han presentado pruebas bastante inequívocas de las actividades desestabilizadoras de la CIA en el país y de los planes golpistas de los dirigentes de la oposición contrarrevolucionaria.

Frente a la ofensiva de la oposición en Venezuela

Durante los últimos días en Venezuela se están multiplicando las noticias sobre un posible nuevo golpe contra el gobierno democráticamente elegido -con el 60% de los votos- de Hugo Chávez. Varios diputados del partido gubernamental MVR han presentado pruebas bastante inequívocas de las actividades desestabilizadoras de la CIA en el país y de los planes golpistas de los dirigentes de la oposición contrarrevolucionaria.

En varios videos, agentes de la CIA preparan con miembros de la oposición fascista venezolana posibles acciones de sabotaje. En una grabación telefónica dos dirigentes del "sindicato" mafioso y golpista CTV piden una dictadura de por lo menos 10 años para el país, en otra cinta dirigentes opositores planean un golpe coincidiendo con la recogida de firmas para solicitar un posible referendo revocatorio contra Chávez.

Los discursos y planes golpistas de la oposición son relativamente habituales en Venezuela pero, además, en este caso vienen acompañados por el descubrimiento de arsenales de armas secretos en Maracay y otros lugares del país, así como por una campaña nacional e internacional de ataques y calumnias contra el proceso revolucionario venezolano sólo comparable a las lanzadas periódicamente contra Cuba, o en los meses anteriores a la intervención imperialista contra Irak.
El gobierno ha llamado al ejército y al pueblo a estar vigilantes pero, en nuestra opinión, la mejor manera de derrotar cualquier posible tentativa desestabilizadora de la reacción es impulsando la movilización y organización permanente y masiva de los trabajadores y los sectores populares venezolanos -que fueron quienes derrotaron las anteriores intentonas golpistas- en la calle, en los barrios y las fábricas.

Calumnia, que algo queda

El primer movimiento de esta campaña de desprestigio fueron las (des)informaciones de una supuesta "periodista" norteamericana, Linda Robinson. Según la "informadora", en Venezuela hay campamentos de entrenamiento para "terroristas" (FARC, ELN y hasta terroristas islámicos). Luego, ante el escándalo ocasionado y la protesta de las autoridades venezolanas, la "periodista" tuvo que reconocer que no poseía ninguna prueba y que además ella no había visto los campamentos en cuestión personalmente pero seguro que existían. Como las armas de destrucción masiva iraquíes.

El secretario de estado americano, Colin Powell, y otros voceros del gobierno americano, que mienten descarada y cínicamente cada vez que hablan de Venezuela, tomaron el relevo. Powell, (el mismo que presentó a la ONU fotografías falsificadas sobre las instalaciones militares iraquíes) declaró que el gobierno americano se mantendrá "vigilante" ante cualquier incumplimiento del acuerdo entre el Gobierno venezolano y la oposición firmado en junio de este año. Según Powell en dicho acuerdo se pactaba convocar el referendo como salida a la tensión política que vive el país. Otra mentira: lo único que establece el acuerdo es que la oposición se compromete a respetar la legalidad vigente y al gobierno democráticamente elegido, quedando claro que los mecanismos para convocar cualquier referendo revocatorio -ya sea contra el presidente o contra cualquier otro cargo electo- son los legalmente estipulados por la Constitución.

El referendo revocatorio de cualquier cargo público electo democráticamente (desde concejales o alcaldes hasta el presidente de la nación pasando por gobernadores y diputados) es una figura introducida por Chávez en la Constitución Bolivariana que él mismo propuso y que fue ratificada por la inmensa mayoría del pueblo venezolano, en aquel momento contra la voluntad de muchos de los que hoy piden el revocatorio presidencial a gritos.

La oposición plantea para el 28 de noviembre lo que ha denominado como el "Firmazo", en el que espera recoger las firmas necesarias para convocar el revocatorio contra Chávez, pero antes -del 21 al 24 de noviembre- los partidos y colectivos que apoyan el proceso revolucionario van a recoger en distintas circunscripciones electorales las firmas necesarias para revocar a varias decenas de diputados de la oposición, entre ellos varios que fueron elegidos en las listas del chavismo y se han pasado a la oposición sin renunciar a los escaños que el pueblo les concedió para hacer una política totalmente opuesta a la que ahora defienden.

Los requisitos que marca la Constitución Bolivariana para llegar al revocatorio son: que los solicitantes recojan como mínimo un 20% de firmas de los inscritos en el censo nacional -para el caso del revocatorio presidencial- o de los censados en una circunscrpción determinada para poder someter a consulta la revocación de los parlamentarios elegidos por dicha circunscripción. Esas firmas deben ser revisadas por el Consejo Nacional Electoral, instancia elegida por el parlamento, la Asamblea Nacional, cuyo nombramiento la oposición intentó paralizar buscando que fuese nombrado a dedo por el Tribunal Superior de Justicia (afín a ellos).

El CNE debe validar la planilla donde se recojan las firmas y posteriormente revisar que estas sean válidas. En agosto -cuando la oposición presentó varios millones de supuestas firmas pidiendo el revocatorio- se demostró que muchas de ellas pertenecían a personas ya fallecidas y otras habían sido conseguidas por procedimientos fraudulentos de todo tipo: coacciones a trabajadores por parte de empresarios para que firmasen bajo amenaza de ser despedidos, utilización de nombres falsos, engañar a la gente o directamente falsificar firmas de ciudadanos que no estaban de acuerdo con la petición de revocatorio. El CNE anuló entonces las firmas y la oposición tuvo que agachar la cabeza, mas allá del griterío de los sectores más fascistas y extremistas, aceptando que su única opción era intentar recogerlas de nuevo.

Por supuesto, nada de esto es explicado por Powell. Ni por los amigos de los golpistas y fascistas venezolanos en el seno de la intelectualidad exprogresista ahora metida a lavadora de cara del imperialismo estadounidense. Individuos como Vargas Llosa, Enrique Krauze y otros participaban este fin de semana en un foro titulado "Las amenazas a la democracia en América Latina: terrorismo, neopopulismo y debilidad del estado de derecho". Estos lacayos del imperialismo se mostraron muy preocupados por la "falta de democracia en Venezuela". Evidentemente no mencionaron ni una palabra sobre el asesinato de sindicalistas y campesinos en Colombia, ni formularon ninguna crítica a la represión de Sánchez de Lozada en Bolivia, no hablemos ya de criticar a sus amigos los golpistas venezolanos.

Claro que, si tenemos en cuenta que el foro se completaba con figuras de un talante tan progresista y democrático como Alvaro Uribe Vélez -el presidente que impuso en Colombia las zonas de consolidación y rehabilitación donde se suspenden todos los derechos y libertades personales y el poder queda en manos de un militar- o el dirigente del Partido Popular español en el País Vasco, Carlos Iturgáiz, conocido por sus tendencias extremistas de derecha, no hacen falta más explicaciones.

Dirigentes de la CIOSL apoyan a la CTV

(La CIOSL es la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres, organización internacional que agrupa a la mayoría de las organizaciones sindicales de todo el mundo)

Esta utilización de la intelectualidad a sueldo del imperialismo en la campaña contra Venezuela se ha visto complementada también este fin de semana con la de varios dirigentes sindicales europeos y latinoamericanos que acudieron a Caracas a ofrecer apoyo político a la mafia sindical corrupta y golpista de la CTV en su reciente Congreso celebrado en uno de los hoteles más lujosos de Caracas y donde, por cierto -por primera vez en la historia del sindicalismo venezolano- estuvieron presentes los representantes de los empresarios, los también golpistas de FEDECÁMARAS.

Alguien podría pensar que el acudir a un Congreso no tiene nada de malo pero, en este contexto polìtico que se vive en Venezuela, este acto representa un espaldarazo a los dirigentes golpistas de este sindicato. El acto fue una constante repetición de ataques al gobierno y fue profusamente utilizado por la prensa golpista para llamar al derrocamiento de Chávez y animar el "firmazo".

Representantes de la CIOSL y ,según la web de la CTV, de la AFL-CIO estadounidense, CC.OO. y UGT de España, la UGT portuguesa, la CTM mexicana, la CGT y CUT de Brasil o la CUT chilena y la colombiana, entre otros, estuvieron presentes en este congreso donde se suscribió, según el diario opositor El Universal, una declaración ("Declaración de Caracas") con las consabidas calumnias sobre la persecución sindical de la que teóricamente es objeto la CTV, algo falso ya que este sindicato tiene abiertos todos sus locales y desarrolla libremente sus actividades a pesar de la actitud golpista de sus dirigentes. De hecho pudo realizar con total normalidad este Congreso. La declaración también contiene denuncias con la ya conocida retórica sobre supuestos ataques a la libertad de expresión que nadie ha podido demostrar. Algunos de los "sindicalistas" invitados incluso declararon que acudirán como garantes del "firmazo" opositor, se lo permita el gobierno o no.

La verdad es que si alguien persigue a los dirigentes de la CTV son los propios trabajadores de muchas empresas que han decidido romper con este sindicato amarillo y patronal y recuperar sus sindicatos o crear nuevos sindicatos clasistas y combativos. La mafia corrupta que dirige la CTV se dedicaba entre otras lucrativas actividades a vender empleos en la industria petrolera a desempleados, firmar convenios colectivos sin consultar a los trabajadores a cambio de un módico precio gentilmente pagado por los empresarios e incluso atacaba físicamente o pactaba con los empresarios el despido de cualquier luchador obrero que osase enfrentárseles.

No sabemos si estos dirigentes sindicales extranjeros conocen estas prácticas mafiosas. O si saben del apoyo de los dirigentes cetevistas al golpe fascista de abril o al paro patronal. Si no conocen esto les habría bastado con leer algo sobre la historia reciente del país para descubrirlo. O, mejor aún, con hablar con cualquier trabajador venezolano. Lo que sí no pueden desconocer, pues su veracidad ha sido reconocida incluso por uno de los participantes, es la conversación telefónica entre Manuel Cova -actual secretario general de la CTV- y Carlos Ortega -antiguo secretario general , huido a Miami tras apoyar el golpe de estado fascista de abril y el paro patronal de diciembre de 2002. En dicha conversación ambos clamaban por una dictadura para Venezuela de al menos 10 o 15 años. Como la de Pinochet. Con sindicalistas así ¿quien necesita fascistas?. Por supuesto ni el máximo dirigente de la CIOSL, Guy Ryder, cuyo discurso fue claramente de apoyo a los golpistas venezolanos, ni, que sepamos, ningún otro de los dirigentes sindicales invitados al congreso condenó estas declaraciones ni las actividades golpistas de la dirección de la CTV.

Según parece representantes de la UGT española intentaron puntualizar ante la prensa que respetaban al gobierno de Chávez y lo consideraban democrático, pero de esto no se enteró casi nadie porque obviamente la prensa lo minimizó (lo que interesaba era destacar el apoyo a la CTV que significaba la presencia de todos estos dirigentes sindicales en su Congreso).

Los trabajadores afiliados a cualquiera de los sindicatos antes citados deben movilizarse para exigir responsabilidades a sus dirigentes por este apoyo implícito o explícito a los golpistas de la CTV, así como un pronunciamiento público inequívoco en contra de la campaña de desestabilización emprendida contra el gobierno venezolano, que rechacen el contenido falso y proimperailista de la Declaración de Caracas. En nuestra opinión también debería exigirse la dimisión de cualquier dirigente sindical que haya firmado dicha Declaración.

La libertad de expresión en Venezuela

Las supuestas violaciones de la libertad de expresión en Venezuela de las que tanto habla el imperialismo -y que, por lo visto, incluso sectores que se denominan de izquierda parecen creer- merecen que nos detengamos un poco en ellas ya que es seguramente una de las mentiras que más se fomenta en el extranjero y de las más increíbles para alguien que haya pasado un poco de tiempo en este país.

Lo cierto es que en Venezuela no es que no haya libertad es que hay libertinaje. Debe ser el único país del mundo donde golpistas como el citado Cova, el alcalde mayor del Área Metropolitana de Caracas, Alfredo Peña, o el gobernador del Estado de Miranda, Enrique Mendoza, pueden pasearse libres y hablar en televisión siempre que quieren llamando más o menos abiertamente a derrocar al jefe de estado porque sus amigos los jueces -también golpistas en su inmensa mayoría- no actúan contra ellos. También debe ser el único país donde los medios de comunicación privados (todos ellos en manos de la oposición) pueden insultar en público al jefe de estado, proponer su destitución, debatir sobre cómo organizar golpes de estado o llamar reiteradamente a un pronunciamiento militar con plena impunidad.

El cinismo de imperialistas como Bush, Powell, Otto Reich (Tercer Reich, le dicen en Venezuela) o el embajador yanqui, Shapiro, y sus lacayos, especialmente en esta cuestión, no tiene límites. Recientemente otro representante de los EE.UU. declaraba que el gobierno venezolano era antidemocrático porque cerraba medios de comunicación y reprimía manifestaciones.

Lo cierto es que el único medio de comunicación que se ha cerrado en Venezuela ha sido la televisión comunitaria Catia TV y lo fue por parte del dirigente de la oposición Alfredo Peña porque era una televisión al servicio de los sectores populares y comprometida con sus aspiraciones revolucionarias. Peña envió a la Policía Metropolitana a tomar las instalaciones y requisar los equipos sin que ninguno de estos luchadores por la libertad de expresión a sueldo del imperialismo tan preocupados por la libertad de expresión, por supuesto, levantase la voz. Esa misma Policía Metropolitana es la que ha reprimido varias manifestaciones populares asesinando a varios luchadores y la que el 11 de abril de 2002 disparó contra las masas y contra el palacio presidencial de Miraflores para provocar un enfrentamiento civil.

Toda esta basura tiene un objetivo bien definido: tejer una telaraña de mentiras, confusión y manipulación ante los ojos de los trabajadores de todo el mundo y que no puedan conocer lo que ocurre realmente en Venezuela. Recientemente se ha completado esta campaña con la caza de brujas puesta en marcha para que se retirase el video sobre el golpe fascista de abril y la resistencia popular al mismo titulado "La revolución no será transmitida" de una exhibición de documentales organizada en Canadá por…¡Amnistía Internacional! Los representantes de AI que organizaban el evento cedieron ante la presión del imperialismo y los fascistas venezolanos pero ello ha desencadenado una ola de condenas internacionales y de elogios al video, que recomendamos a todo el que quiera conocer lo que ocurrió realmente esos días en este país.

¿Es posible un nuevo golpe?

El objetivo de todas estas mentiras es intentar aislar internacionalmente a la revolución venezolana y crear las condiciones para poder intervenir contra ella en cuanto puedan. En estos momentos la verdad es que la oposición contrarrevolucionaria venezolana está más débil que en abril o diciembre, todas sus tentativas de movilizar a su base social de clase media en la calle han resultado un estrepitoso fracaso.

La última fue cuando anunciaron en un canal de televisión privado, Globovisión ("Golpevisión" lo llama el pueblo) que efectivos de la Guardia Nacional, cumpliendo órdenes del gobierno, iban a cerrar el canal. Solamente consiguieron movilizar a unas decenas de histéricos y buena parte de la base social de la oposición pudo comprobar como los engañan y desprecian sus dirigentes ya que la programación no fue interrumpida ni siquiera mientras proclamaban estas mentiras y el canal sigue emitiendo, siéndole retirados únicamente unos equipos ilegales. Ello no impidió al presidente de la OEA, el ex presidente colombiano Gaviria, mostrar su preocupación por la violación de los derechos democráticos que podía representar la retirada de estos equipos mientras apoyaba el asesinato de mineros y campesinos en Bolivia por parte de Lozada.

La oposición tiene muchísimo menos apoyo social que en las anteriores ocasiones que intentaron pasar al ataque, y desde luego mucho menos que el gobierno, pero los trabajadores venezolanos y de todo el mundo debemos tener en claro que, antes o después, el imperialismo y la clase dominante intentarán otra vez esa nueva ofensiva. Y puede que lo hagan más pronto que tarde ya que -en un contexto de auge de la lucha de clases como el que se vive en toda Latinoamérica- el proceso venezolano se convierte cada vez más en un peligro. Hay que movilizarse porque el llamado "Firmazo" del 28 de noviembre puede ser un momento en el que lo intenten.

En realidad el "firmazo" tiene desde el principio esa función para los dirigentes contrarrevolucionarios. Se trata de una excusa para intentar mantener agrupada a su base social e intentar volver a movilizarla con engaños y mentiras con el objetivo de poder apoyarse en un sector de la oficialidad del ejército que permanece agazapado esperando su momento para volver a intentar deponer al gobierno y, efectivamente, como pedían Cova y Ortega, implantar una dictadura. O bien -si no lo logran- crear enfrentamientos civiles, sabotajes, etc. y proporcionar una excusa al imperialismo para poder intervenir más o menos directamente.

El hecho de que estos planes se hayan desvelado, y la debilidad en la que se encuentran actualmente, podría hacer que finalmente tengan que posponerlos y optar por seguir con el sabotaje económico y seguramente intensificar algo la guerra de baja intensidad que sostienen contra el proceso revolucionario en todos los terrenos. Al menos un sector de ellos podría comprender que un golpe ahora podría suponer una nueva derrota y un paso adelante para la revolución. En todo caso los trabajadores y el pueblo venezolano deben estar preparados y todos los que apoyan este proceso de cambio en todo el mundo mantenerse más vigilantes que nunca y activos en su solidaridad.

Los imperialistas y la reacción venezolana saben que si hoy hubiese un referendo lo perderían, pero además es probable que ni siquiera logren las firmas necesarias para convocarlo. Pero no pueden reconocer que son minoría. Esto acabaría de desmovilizar a su base social y animaría a la de la revolución. Esta encrucijada en la que se han metido podría empujarlos, aunque hoy estén más débiles que en otros momentos, a intentar una nueva ofensiva para salir del atolladero. Los fascistas del autodenominado "Bloque Democrático" ya han hecho un llamamiento a tomar las calles tanto si consiguen las firmas como si no. Si no las consiguen las inventarán y ante cualquier anulación o rechazo del gobierno denunciarían una violación de los derechos democráticos e intentarían pasar al ataque. Si las consiguen -algo improbable- proclamarían la revocación de Chávez saltando por encima de la Constitución y el CNE.

Por un plan de lucha contra la posible ofensiva golpista

Y si la reacción intenta otro golpe será mucho más violento que los anteriores, la experiencia de entonces les demostró que si quieren triunfar tienen que eliminar a toda la vanguardia de los luchadores obreros, sociales y populares que ha ido creciendo con este proceso y que está sacando cada vez conclusiones más avanzadas, así como al propio Chávez. Como plantea la declaración conjunta de los colectivos revolucionarios El Militante de Venezuela y el El Topo Obrero sobre el posible golpe disfrazado de "firmazo":

"La mejor forma de impedir los planes contrarrevolucionarios de los dirigentes de la oposición es preparándose para derrotarlos y movilizándose, tomando las calles y los barrios y demostrando una vez más quien es más fuerte.

No podemos dejar que nos sorprendan como el 11 de abril o en diciembre. Entonces fue la movilización de todo el pueblo la que los derrotó. Si el pueblo venezolano -con el apoyo y la solidaridad de los trabajadores y campesinos del resto de América latina y los luchadores obreros y populares de todo el mundo, se pone en marcha desde ya minará estos planes, debilitará aun más la base social de la reacción y será más difícil que consigan agruparla.

Junto al aspecto técnico y militar -planes de contingencia, etc- (que obviamente son claves) debe haber un plan económico que enfrente el sabotaje y solucione los principales problemas sociales del país en las líneas antes expuestas y un plan de lucha que garantice la movilización permanente del pueblo revolucionario durante los días del "firmazo" y mientras sea necesario para demostrar en la calle el apoyo al proceso revolucionario y disuadir a los enemigos de este proceso de intentar ejecutar sus planes o ,si lo intentan, poder derrotarlos.

Para ello proponemos al gobierno, a los dirigentes de los partidos que actualmente lideran el proceso, a la dirección de la UNT y en general a todas las organizaciones revolucionarias y todo el pueblo abrir el debate sobre un plan de contingencia económico, político y militar para enfrentar en las mejores condiciones posibles cualquier posible ofensiva contrarrevolucionaria.

Nuestra propuesta para el debate es que este plan de contingencia contenga al menos los siguientes aspectos:

1. Movilización permanente del pueblo y en particular de la clase obrera contra el golpismo. Para ello es imprescindible convocar asambleas en todos los barrios, fabricas y pueblos para agrupar en ellas a todas las organizaciones y colectivos (círculos bolivarianos, comités de tierras, sindicatos clasistas, cooperativas, partidos y colectivos que apoyan el proceso, etc), discutir la situación y unificar la respuesta. Cada colectivo y cada ciudadano debe tener plena libertad para presentar todas sus propuestas y estas deben ser debatidas.

2. Estas asambleas deberían elegir Comités en defensa de la Revolución que se encarguen de preparar planes de contingencia en estrecho contacto con los sectores militares y revolucionarios del ejército y con el gobierno. Estos Comités deberían estar formados por delegados elegidos y revocables por cada asamblea y coordinados a nivel nacional, estatal y local.

3. Una de las primeras tareas de esos Comités, junto con el gobierno, debería ser la organización de actos y concentraciones en cada zona para que las fuerzas revolucionarias estén presentes permanentemente en la calle y que se unifiquen posteriormente en una gran marcha nacional en defensa del proceso revolucionario, contra los planes golpistas de la oposición y contra la injerencia del imperialismo en los asuntos internos del país (Fuera Shapiro y Fuera la CIA). Si la oposición intentase la vía golpista estos comités y asambleas deberían asumir tareas de vigilancia en los barrios, organización de la autodefensa, distribución de los bienes más necesarios y organización de la vida social.

4.Esta marcha debería ser en nuestra opinión antes del 28 para dejar clara la fuerza del pueblo, disuadir a los sectores más dubitativos de la clase media que en otros momentos consiguió movilizar la reacción y aislar así a los fascistas. Además hay que organizar la ampliación de la movilización y adiestramiento de reservistas, organizándola por barrios y empresas, así como tareas como la vigilancia, el desarme de posibles bandas fascistas o patotas financiados por la reacción para atacar a los activistas revolucionarios.

5. Al mismo tiempo estos comités en defensa de la revolución deben ser formados en el ejército. En Abril vimos como sectores en los que el gobierno confiaba, como Vásquez Velasco o Rosendo, se cruzaron de vereda en el momento decisivo. A pesar de que existen sectores patrióticos y revolucionarios incluso entre la alta oficialidad y que una parte de los contrarrevolucionarios ya se quitaron la careta, tanto el ejército como la policía son maquinarias creadas por los capitalistas y edificadas cuidadosamente durante décadas, seguro que si se llega a una situación límite aparecerán nuevos "traidores". Sólo podemos confiar en nuestras propias fuerzas con trabajadores y en las de los soldados que son trabajadores con uniforme.

6. Hay que acabar con la impunidad. Los que prepararon los golpes de abril o diciembre, que derramaron la sangre de compatriotas y ordenaron disparar a las policías golpistas contra el pueblo, que casi asfixian económicamente al país con un paro patronal cuyos efectos aun seguimos pagando, son los mismos que ahora preparan una nueva ofensiva bajo el disfraz del revocatorio. No a la impunidad, no puede haber revocatorio mientras estos asesinos sigan sin pagar por sus crímenes y dirijan a la oposición. Castigo a todos los golpistas, así como a los asesinos de luchadores campesinos y a los autores de crímenes y represión bajo la IV República. En muchos casos son los mismos, en todos los casos…¡deben pagar!

Profundizar la revolución

Este programa de lucha -unido a toda una serie de medidas económicas de profundización de la revolución que también se proponen y que resumimos más adelante en este mismo artículo- permitiría aislar a los fascistas y derrotar a la reacción. Un sector de la clase media ha visto como son engañados y utilizados una y otra vez, como los dirigentes opositores los desprecian y desprecian al país, paralizando la principal riqueza del mismo (la extracción, transformación y venta de petróleo) durante dos meses en diciembre del año pasado y enero de este año, condenando a millones e personas a la pobreza y a todo tipo de penalidades.

Estos sectores serían en estos momentos neutralizables para la contrarrevolución e incluso ganables para el proceso. Pero para ello la revolución tiene que actuar con audacia, no se trata de moderar su ritmo y objetivos sino de todo lo contrario, de profundizarla, resolviendo problemas económicos acuciantes que genera la crisis económica mundial del capitalismo combinada con el sabotaje consciente de los empresarios golpistas como el desempleo, la pérdida de poder adquisitivo, el acaparamiento de productos que provoca desabastecimiento y especulación.

El recurso a acciones golpistas o conspiratorias es sólo una parte de la estrategia de la contrarrevolución, la otra es cotidiana y lleva mucho tiempo en funcionamiento, se trata de otro golpe sostenido en el tiempo que busca minar la confianza, la moral y las ilusiones de las masas, es el sabotaje económico y actúa cerrando empresas, despidiendo trabajadores, acaparando y haciendo desaparecer productos de los mercados. Intentan desmoralizar a las masas y minar la confianza de éstas en el proceso para encontrar así más posibilidades para cuando intenten el golpe.

El flanco económico es el punto más débil de la actuación del gobierno. Este ha propuesto planes en el terreno de la educación: Misión Robinson, para erradicar el millón y medio de analfabetos existente en el país, que ya lleva más de 300.000 personas alfabetizadas y 1.100.000 inscritos y será continuado con el Robinson II que ofrecerá primaria a los alfabetizados; el Misión Sucre -que busca acabar con los no admitidos en la universidad- y el más reciente Misión Ribas, destinado a que todos los venezolanos que tuvieron que abandonar el bachillerato puedan finalizarlo- y en el cual se ha inscrito más de 1 millón de personas. Además, en el terreno sanitario continúa el plan Barrio Adentro, que traslada médicos cubanos a las zonas más pobres e inaccesibles de los barrios venezolanos e incluso ha empezado a instalar centros de atención médica en ellos.

Estos planes han hecho aumentar de forma importante el apoyo al gobierno y sirven para fortalecer el proceso revolucionario. Según una reciente encuesta de la Universidad central de Venezuela (UCV), en estos momentos un 51% de la población de la capital, Caracas, ratificaría a Chávez y sólo un 31% le revocaría. Más significativo aún: más de un 70% de la población apoya la Misión Robinson y algo menos el plan Barrio Adentro. Sin embargo lo que decide siempre ,en última instancia, la suerte de un proceso revolucionario es que este consiga resolver en el más breve plazo posible los problemas más acuciantes de la población y elevar su nivel de vida de forma significativa.

Las contradicciones de la polìtica económica

El desempleo, cuya responsabilidad la oposición achaca al gobierno es, en realidad, un producto de la crisis del sistema capitalista (en todos los países capitalistas vemos como esta lacra aumenta sin cesar) agravada por el sabotaje económico de los empresarios golpistas. El problema es que la orientación predominante en el gobierno, que plantea la idea de que no se puede superar el marco del capitalismo y que el objetivo es construir un capitalismo humanista y nacional y no ir hacia otro sistema, mantiene atado al gobierno a políticas que no son capaces de resolver este problema, u otros como el de las empresas cerradas o en crisis, de un modo satisfactorio para los trabajadores.

La política económica actual es la de recurrir al endeudamiento público esperando una recuperación fuerte y sostenida de la economía mundial y apoyándose en que los ingresos del petróleo permiten a Venezuela un margen mayor que a otros países latinoamericanos. Pero esta política tiene enormes limitaciones, no consigue resolver los problemas económicos y sociales y en el futuro puede llevar a la economía a una situación peor.

La escasez de productos, debida al sabotaje de los empresarios y a las carencias históricas de la burguesía venezolana, se intenta paliar con compras del estado al exterior para luego permitir su distribución nuevamente por el sector privado. Chávez ha pedido públicamente en su programa "Aló, Presidente" al director del banco central, que según la Constitución tiene autonomía (un recurso de los capitalistas en todos los países para impedir un control democrático de los recursos), un "millardito" de las reservas internacionales del país para destinarlo a un plan de potenciación de la producción agraria. Es completamente antidemocrático que un presidente elegido democráticamente por su pueblo tenga que pedir el dinero y esperar a que sea el presidente del banco central el que decida.

La creación de cooperativas ha movilizado a centenares de miles de venezolanos pero la concepción del Ministro de Producción es la de que esas cooperativas deben ser el embrión de los nuevos empresarios bolivarianos (Entrevista en Últimas Noticias) Sin embargo, si finalmente se lanza a unas cooperativas a competir con otras y con las empresas privadas en un mercado capitalista será un grave error ya que muchas de las ilusiones que estas han generado podrían verse defraudadas.

Las cooperativas pueden ser un paso adelante muy importante si se enmarcan en una transformación revolucionaria de la economía y la sociedad, si el control de las mismas permanece en manos de los trabajadores a través de asambleas, si se las apoya con recursos suficientes y capacitación técnica y se elabora un plan económico nacional que las integre en una economía nacional planificada democráticamente. Pero bajo el capitalismo unas -las menos- podrán subsistir y convertirse en empresas capitalistas exitosas (perdiendo así de paso su carácter solidario y colectivista) pero las más se verán asfixiadas económicamente. Ya estamos viendo como muchas empresas, incluidas empresas estatales como PDVSA, están sacando actividades antes realizadas por trabajadores de esta para que las realicen cooperativas a un precio más bajo. Esta "tercerización" constituye un peligro porque debilita objetivamente a la revolución.

¿Mantener la revolución dentro del capitalismo o profundizarla hacia el socialismo?

Un aspecto clave es el control obrero y popular de la principal empresa del país, la petrolera PDVSA, que genera más de la mitad de los ingresos estatales. En diciembre los trabajadores y las comunidades tomaron las instalaciones y las pusieron a funcionar bajo su control , impidiendo así el éxito del golpe y recuperando una industria clave para el país. Entonces se demostró que el control obrero y popular de PDVSA es el mejor modo de que esta funcione con transparencia, de evitar la corrupción, el quintacolumnismo y las peleas de grupos y clanes de gerentes por el control de este gigante económico.

Pero el control obrero y popular no se refleja en la nueva estructura de la empresa, en la que si bien hay algunos representantes de los trabajadores y ha habido algunos avances, estos no están sometidos al control y revocabilidad de asambleas, son minoría y se integran dentro de una estructura general empresarial capitalista que impide un control democrático por parte de la población. La idea de los responsables de PDVSA es gestionar ésta como una empresa capitalista y simplemente intentar generar más beneficios para que el estado tenga más ingresos pero desde amplios sectores de los trabajadores petroleros y de las comunidades se defiende una gestión social que además de generar más ingresos, como hizo la participación de los trabajadores durante y después del golpe, permita utilizar la empresa como un motor para el desarrollo del país en todos los sentidos, integrando a las cooperativas pero no para abaratar costos sino para crear más empleo y diversificar y mejorar la industria nacional, etc.

Otro aspecto que el gobierno debe afrontar urgentemente es el de las empresas en crisis, en estos momentos hay varias empresas venezolanas ocupadas por sus trabajadores porque sus empresarios, en su mayoría golpistas, las abandonaron o intentaron chantajear a los trabajadores para que renunciaran a sus derechos y al no aceptarlo intentaron despedirlos. El gobierno ha actuado en algún caso para impedir el desalojo pero no ha resuelto el problema de estos trabajadores. Si quiere responderle a su base social y defender el proceso revolucionario el gobierno no puede permitir que haya trabajadores con la empresa tomada, sin poder ponerla a producir porque no les envía materias primas y sin cobrar sus salarios (hay casos en que desde hace más de un año y otros, desde hace al menos cinco meses). Tampoco puede plantearse que no se pueden estatizar las empresas bajo control de los trabajadores como piden estos porque no existe una Ley de Expropiación que permita esto. Una de las reivindicaciones de los trabajadores es precisamente la elaboración de esa ley.

El gobierno ha tomado algunas medidas en defensa de la economía nacional y del empleo, algunas de las cuales son impensables en cualquier otro país hoy, como el decreto de inamovilidad laboral que impide los despidos arbitrarios y encarece los permitidos por la ley. También decretó el control de cambios para intentar frenar la salida de capitales del país. Estas medidas reflejan que se trata de un gobierno sometido a la influencia y presión del pueblo y con estrechos vínculos con el movimiento popular. Pero si no se rompe con el capitalismo estas medidas son burladas por los empresarios que siguen atacando las condiciones de vida del pueblo o por burócratas del estado, como muchos inspectores de trabajo, jueces, etc que son contrarrevolucionarios y patronales.

La única salida para combatir el golpe económico es en nuestra opinión que el gobierno profundice la revolución tomando medidas urgentes como la estatización de las empresas en crisis y cerradas bajo control obrero, haciendo realidad el control obrero y popular en PDVSA, nacionalizando la banca bajo control de los trabajadores para impedir que esos capitales puedan ser paralizados o sacados del país y negándose a pagar la deuda externa y dedicando este dinero a gastos sociales y a la industrialización del país. La deuda ya ha sido pagada de sobra con los intereses y con todo lo que se han llevado las multinacionales y potencias extranjeras del país durante décadas.

Estas medidas, que supondrían el inicio de la transición hacia un modelo de democracia obrera y popular, de socialismo, son el único modo de mejorar las condiciones de vida de toda la población y demostrar a los sectores menos conscientes que la revolución resuelve sus problemas y eleva su nivel de vida. Son, en definitiva, la mejor garantía para derrotar una nueva ofensiva de la contrarrevolución.

Tal y como concluye la declaración conjunta de El Topo Obrero y El Militante: "Si el gobierno bolivariano, como expresión de la voluntad popular que es, no convoca asambleas para organizar la movilización del pueblo y no toma estas medidas económicas, políticas y sociales, los colectivos revolucionarios debemos exigírselo, y allí donde sea posible tomar la iniciativa de convocar estas asambleas para debatir la situación y empezar a organizar la defensa y profundización de la revolución. En particular los dirigentes de la UNT tienen una responsabilidad decisiva, en el congreso de esta nueva central se acordó declararse en movilización permanente contra el golpismo e impulsar la lucha de los trabajadores por profundizar la revolución. Los sindicatos afiliados a la UNT deben convocar asambleas en todas las fábricas para discutir un plan de lucha en estas líneas, proponer la creación de comités en defensa de la revolución y exigir al gobierno la aplicación de estas medidas urgentes de defensa y profundización del proceso revolucionario. Los sectores más a la izquierda de la dirección de la UNT deben lanzar esta propuesta y luchar por ella."

El camino para derrotar a la reacción, como demuestra la experiencia de abril y de diciembre en Venezuela, el "argentinazo" o la reciente experiencia boliviana, es la organización y movilización masiva de los trabajadores al frente de todos los sectores populares, primero para defenderse pero inmediatamente para avanzar al establecimiento de una democracia obrera y popular que inicie el camino hacia la transformación socialista de la sociedad. En ese camino es fundamental también la solidaridad del resto de los trabajadores del mundo, denunciando y combatiendo el acoso del imperialismo a la revolución latinoamericana y organizando la solidaridad internacional con este proceso revolucionario. Las masas de toda América Latina están dando una demostración ejemplar de fuerza y heroísmo, desde Venezuela a Argentina, desde Colombia hasta Bolivia. Armados con el programa y una dirección revolucionaria estamos seguros de que el triunfo llegará. Esta es la tarea de los revolucionarios en Venezuela, en Bolivia y en todo el continente.