La lucha de clases en Venezuela

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Documento de Perspectivas de Venezuela. Aprobado en la conferencia de lanzamiento de nuestro periódico Lucha de clases.

Documento de Perspectivas de Venezuela. Aprobado en la conferencia de lanzamiento de nuestro periódico Lucha de clases.

venezuela-mayday_caracas2.jpgEstamos viviendo momentos de profundas agudizaciones sociales, políticas y militares. La revolución bolivariana ha significado un despertar de las masas no sólo de Venezuela sino de Latinoamérica y el mundo. Desde la llegada del camarada Chávez al poder, millones de personas en varios países de nuestro continente han despertado activamente a la vida política y social tratando de tomar su destino en sus propias manos. Desde la derrota del golpe de Estado del 2002, el pueblo venezolano ha participado una y otra vez en la vida política para transformar la sociedad.

La burocracia del aparato de Estado burgués y la propiedad privada de los medios de producción siguen siendo los principales obstáculos para el libre desenvolvimiento de la revolución y el desarrollo de las fuerzas productivas. Hoy en día, la burguesía es incapaz de resolver los problemas acuciantes de las masas. Si la burguesía de los Estados Unidos es incapaz de resolver sus problemas mínimos, ¿qué podemos pedirle a la burguesía venezolana?

Revolución y contrarrevolución en Venezuela

Antes de la toma del poder por parte de los bolcheviques, Lenin escribió un folleto sencillo, de fácil lectura y compresión para la mayoría de la masa trabajadora titulado: La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla (1). En él describe la crisis económica por la que atravesaba Rusia, las calamidades que dejaba la I Guerra Mundial y el peligro de la vuelta al poder de la monarquía zarista. Criticaba con dureza al gobierno por no tomar las medidas necesarias contra el hambre y la ruina. Lo citamos por la vigencia que aún mantiene, sobre todo en la Revolución Bolivariana:

"El hambre se acerca

Una catástrofe inevitable se cierne sobre Rusia. El transporte ferroviario se halla en un estado de increíble desorganización, que crece sin cesar. Los ferrocarriles quedarán parados. Cesará la afluencia de materias primas y de carbón a las fábricas. Cesará el suministro de cereales. Los capitalistas sabotean (dañan, interrumpen, minan, frenan) deliberada y tenazmente la producción, confiando en que una catástrofe inaudita originará la bancarrota de la república y la democracia, de los Soviets y, en general, de las asociaciones proletarias y campesinas, facilitando así el retorno de la monarquía y la restauración de la omnipotencia de la burguesía y de los terratenientes.

Nos amenaza inexorable una catástrofe de proporciones sin precedentes y el hambre. Todos los periódicos han hablado ya de ellos infinidad de veces. Los partidos y los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos han votado multitud de resoluciones en las que se reconoce que la catástrofe es inminente, que está ya muy cerca, que es preciso mantener contra ella una lucha desesperada, que el pueblo debe hacer "esfuerzos heroicos" para conjurar el desastre, etc.

Todo el mundo lo dice. Todo el mundo lo reconoce. Todo el mundo lo hace constar.

Pero no se toma ninguna medida".

La revolución bolivariana atraviesa en la actualidad por una dura encrucijada: o radicaliza la revolución, o corre un serio peligro. Como hemos dicho los marxistas en varios de nuestros documentos, la burguesía no juega ningún papel progresista en ningún lugar del mundo. Los capitalistas hace mucho tiempo que dejaron de desarrollar las fuerzas productivas en Venezuela. Desde la llegada al gobierno del presidente Chávez lo único que han desarrollado los empresarios venezolanos ha sido caos, desabastecimiento, conspiraciones y golpes de Estado. La burguesía ha llegado tarde para cumplir sus tareas históricas: desarrollo de las fuerzas productivas y reforma agraria. Los capitalistas están íntimamente ligados al capital imperialista y, por tanto, es imposible que puedan desarrollar la industria nacional. Lo vemos con la burguesía venezolana, cada vez más dependiente de materias primas y productos manufacturados de otros países para poder comerciar internamente.

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El carácter parásito de la burguesía lo vimos con las leyes habilitantes del 2001. Estas leyes eran tímidas reformas al sistema capitalista, como la ley de reforma agraria. Sin embargo, los capitalistas y terratenientes venezolanos se encargaron de sabotear al gobierno hasta dar el golpe militar de abril del 2002. El capitalismo en la actualidad es irreformable. Sólo la clase obrera en el poder es capaz de desarrollar las fuerzas productivas y hacer una ley de reforma agraria acorde con los planes de abastecimiento nacional. Sin embargo, estas tareas no son suficientes, la clase obrera en el poder debe nacionalizar la banca, la industria, y abolir el aparato de Estado actual para crear un Estado de los trabajadores.

Cuadro de El Mundo/Caída en la inversión 2008

 

Los reformistas se dejaron influenciar por el crecimiento económico que ha experimentado el país entre el 2004 y 2007. El incremento de consumo de petróleo por parte de los países industrializados, la guerra de Irak, las bajas de producción y la crisis capitalista han hecho que los precios del barril lleguen a altos precios como lo vimos en el 2008 (145 dólares por barril). Sin embargo, Venezuela y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se enfrentaron a una dura realidad. Después de los altos precios, la crisis capitalista mundial provocó una caída drástica del precio del barril, lo que hizo que la OPEP bajara la producción en varias ocasiones para aumentar el precio. A esto se le suma la subida de producción que han tenido algunos países productores de petróleo como Brasil, México y Rusia, que se han convertido en una verdadera amenaza para los precios de la OPEP.

La alta dependencia del petróleo se reflejó sobre todo en el cambio del presupuesto en marzo del 2009. Inicialmente éste se había elaborado sobre la base de 60 dólares el barril, pero la caída de los precios del petróleo hicieron que el presupuesto se cambiara de 167 mil 474 millones de bolívares fuertes a 156 mil 388 millones, es decir 11 mil millones de bolívares fuertes menos. Las medidas que se tomaron fueron: aumentar el precio del IVA de un 9% a un 12%, disminución del presupuesto en 7% para el 2009; a la vez el gobierno a pesar de que bajó el presupuesto, incrementó el salario mínimo. Ninguna de estas medidas retrasó la llegada de la recesión. Sin embargo, a partir de julio de 2009 los precios de barril empiezan a recuperarse lentamente. Según el Banco Central de Venezuela, la Cesta Petrolera Venezolana llegó a un mínimo en diciembre del 2008 a 31,55 dólares por barril, mientras en noviembre del 2009 llegó a 73,46 dólares. A pesar de estos precios de noviembre, el precio promedio fue de 57,02 dólares por barril, inferior en 34,1% al registrado en 2008 (USD/b 86,49), lo que hizo que dejara de entrar más dinero y recursos. La teoría del "Socialismo Petrolero" se ha convertido en polvo cósmico por los acontecimientos. En el cambio del presupuesto y las medidas que implementaron, sólo se tomó en cuenta el precio del barril de petróleo, pero para nada se tomó en cuenta la capacidad de inversión de la burguesía.

Vemos la incapacidad de la burguesía para desarrollar las fuerzas productivas hasta en sus propios informes. Según datos de Conindustria, los capitalistas cerraron más de 4.000 empresas de mediano y gran tamaño en solo una década, es decir, durante el período de gobierno del Presidente Chávez (ver cuadro del 2008 de El Mundo). La misma encuesta de Conindustria dice que menos del 15% de los capitalistas incrementó su nomina el año pasado, además sólo un 60% de las inversiones de capital al sector manufacturero fueron inversiones operativas. A la vez, las importaciones no han logrado bajar los precios según el Banco Central.

La conclusión que han sacado algunos ministros ha sido que si los empresarios no desarrollan la industria nacional y ésta, a su vez, la demanda entonces hay que importar. El problema está en que las importaciones dependen fuertemente del precio del petróleo. La economía ha tenido grandes niveles de crecimiento, como vimos a finales del 2004 con un 18,3% (una de las más altas del mundo). Pero lo que hemos visto ha sido una caída estrepitosa del PIB a un -3,3% el año pasado. Sólo en el cuarto trimestre del 2009 el PIB cayó 5,8% en comparación al mismo trimestre del 2008. Sin embargo (como nos trata de decir el Banco Central), el sector público creció 0,9%. Estas cifras en sí demuestran la imposibilidad de convivencia de dos modelos de propiedad completamente excluyentes. El mal llamado modelo de economía mixta ha demostrado ser un total fracaso. Según las teorías de los reformistas, la economía debería mantenerse a flote producto del crecimiento del sector público, pero lo que vemos es exactamente lo contrario.

Para el II semestre del 2009 el precio del barril se había recuperado y pasó la barrera de los 60 dólares, pero esta situación no surtió gran efecto sobre la economía. Lo que hemos visto desde el 2004 ha sido una caída pronunciada del Producto Interno Bruto, hasta llevarnos a las cifras que acabamos de mencionar. Los pronósticos de crecimiento del Gobierno para este año fueron de 0,5%, mientras el Ministro de “Planificación” Jorge Giordani espera llegar a 3% ó 4%. Cifras sumamente difíciles de alcanzar con la actual desinversión y el saboteo de la burguesía venezolana, por una parte, y la incapacidad de la burocracia con respecto a la crisis eléctrica, por otra.

La crisis capitalista mundial destruyó no sólo la tesis del “socialismo petrolero”, sino también la de que la “economía nacional estaba blindada”. La burguesía venezolana no juega absolutamente ningún papel que no sea contrarrevolucionario. Si el gobierno hubiese nacionalizado los puntos clave de la economía sin indemnización alguna, probablemente no estuviéramos inmersos en la recesión actual. En la nota de prensa del Banco Central de Venezuela, el balance del año pasado ha sido sumamente negativo. Para el cuarto trimestre del 2009, la caída en la actividad petrolera (-10,2%) como en la no petrolera (-4,0%) marcó prácticamente todo el año.

Según el BCV, los sectores que tuvieron una fuerte disminución son: servicios de transporte (-16,9%), el comercio (-13,9%), la industria manufacturera (-6,9%), la minería (-4,8%) y los servicios inmobiliarios (-2,8%).

En el caso de la industria manufacturera se evidenció una fuerte contracción, con grandes caídas en los niveles de producción del sector privado: fábrica de muebles (-46,2%), metales comunes (-45,0%), minerales no metálicos (-26,8%), vehículos (-17,8%), productos de madera (-12,8%), fabricación de maquinaria y equipos (-12,0%), edición e impresión (-9,2%) y la industria de alimentos (-0,2%). El sector de la construcción (importante sector para el conjunto de la clase obrera por la construcción de viviendas) disminuyó un 3,5% en el cuarto trimestre, según el BCV, como resultado de los cambios en el presupuesto que ya citábamos: “La caída en la demanda por parte del sector público, se asoció a una menor ejecución de obras de las empresas públicas (-3,1%) y del sector gobierno (-14,4%)”. (2)

Otro elemento que nos cita el BCV es la disminución de cuatro factores:

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