En las últimas horas el ministro de economía Martín Guzmán renunció a su cargo, luego de una corrida del dólar que viene escalando y una arremetida contra los títulos públicos desde hace dos semanas que el gobierno tuvo que salir a rescatar. La lapicera del mercado no da tregua al gobierno del Frente de Todos.
La crisis económica mundial junto a una serie de factores, que va desde los dos años de pandemia, la expansión monetaria y la guerra Rusia Ucrania que cortó la línea de comercialización y suministros, dejó al gobierno del Frente de Todos sin una cobertura en dólares, expresión de una economía atrasada sin desarrollo industrial y sometida a los vaivenes del mercado mundial en época de crisis secular.
El dólar con liquidación escaló en los últimos días a $273- devaluando más los salarios y empujando a millones de mujeres y hombres a una miseria aún más profunda. Mientras la burguesía en sus diferentes expresiones junto a sus representantes en el Parlamento juega a dos puntas, ya que golpean al gobierno del FdT por las medidas llevadas adelante por el ministro Guzmán y el pedido de tranquilidad y previsibilidad en lo económico y hacia dónde se dirige el país.
Después de la renuncia de Martín Guzmán, y luego de horas de negociaciones salió el humo blanco de las chimeneas de la Casa Rosada hasta que el reemplazo llegó del riñón de Daniel Scioli, reemplazó consensuado entre CFK y Alberto Fernández por alguien que evidentemente no le responde. El recambio dificulta aún más la relativa independencia política del presidente que junto a sus seguidores, intentaban tener en relación al Kirchnerismo.
Silvina Batakis, la nueva ministra viene del gobierno de Daniel Scioli como ministra de economía, conocida por los docentes bonaerenses por la reducción de salario en la negociación paritaria en 2014.
La “relativa” paz luego del nombramiento de Batakis, no oculta la desesperación en el Frente de Todos y en el conjunto de la burguesía. La defensa que hace CFK ante los depredadores de la oposición, de reunirse con Carlos Melconian y otros, deja traslucir la necesidad de pergeñar un frente nacional lo más amplio posible ante posibles y ciertas explosiones sociales. Ya no solo es el objetivo de llegar al 2023, sino evitar una irrupción de las masas en el escenario político.
La base kirchnerista y los medios afines al Kirchnerismo reclaman un cambio de modelo, mientras que la vocera presidencial Gabriela Cerruti, comunicó que Batakis y el gobierno de Alberto Fernández no va a modificar el rumbo de lo hecho por Martín Guzmán y “que el plan económico está garantizado y seguirá su rumbo” “No hay ningún cambio en el programa con el Fondo Monetario Internacional”
Esta crisis no es solo el resultado del endeudamiento de los 4 años de macrismo con los u$s44.000 millones, sino que Argentina según datos publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, el “stock” de deuda externa bruta total con títulos de deuda a valor nominal de Argentina se situó a finales del primer trimestre en 274.355 millones de dólares, 6.488 millones de dólares más que en el cuarto trimestre de 2021. Sumándose la deuda interna pública, se llega a 500 mil millones de dólares algo totalmente impagable y superando el PBI del país.
Lo que sí hay un acuerdo del abanico de empresarios criollos e importados, de avanzar ante la crisis con una salida de shock, aplastar las conquistas laborales y avanzar en desmantelar las previsionales.
La primera información de que Massa jugaba como alternativa de recambio asumiendo como de jefe de gabinete, con la pretensión de concentrar y definir quién iba como ministerio de economía, dejaba a Alberto Fernández descolocado de la coalición, generando aún más crisis dentro del FdT con un fuerte drenaje de votantes hacia la oposición. Pero también de haber asumido Massa hubiera quedado fuera de juego hacia las presidenciales del 2023, por la simple razón de que, en esta coyuntura de crisis, se hubiera desperdiciado como alternativa.
Al cerrar esta nota ya se habla del dólar blue de $260- por lógica cualquier medida que asuma el gobierno y con una inflación que los bancos evalúan en un 100%, se enfrenta a una economía con dinamita en sus cimientos. Ya no podemos hablar de una crisis o de un delicado equilibrio inestable. Nos encontramos ante una situación sin salida, inviable dentro de los marcos capitalistas. Solo se podría “salir” de la misma, según todos los referentes capitalistas con una derrota de la clase obrera y los trabajadores.
Es la hora de los de abajo. Preparar y discutir la necesidad de superar a los jefes sindicales que juegan de freno y colaboran abiertamente con los capitalistas. Poner en pie un programa que lleve adelante la preparación de la huelga general política. Para esto debemos intervenir de manera decidida para preparar un congreso obrero, que bregue por la más amplia integración de todos y todas las trabajadoras y que los marxistas intervengan enérgicamente con el programa revolucionario hacia un gobierno propio.