La educación pública no se negocia

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defensa escuela publica-a0c42 658x400En estos días pasó inadvertido, para la gran mayoría de los docentes y estudiantes, la derogación definitiva de la Ley 1420 de 1884, que establecía la educación común, laica, obligatoria y gratuita, la Comisión Bicameral Permanente de Digesto Argentino se encarga de ordenar las leyes, descartando y derogando aquellas que se encuentran desactualizadas o fueron reemplazadas por nuevas leyes, este es el caso, ya que la Ley 1420 fue reemplazada por la Ley Nacional de Educación 26.206 del año 2006.

Lo significativo y progresista de la Ley 1420 es indiscutible, no sólo para ese momento histórico sino que fue sostenido y defendido por generaciones de educadores ya que sus principios siguen siendo de avanzada y son el fundamento de la educación pública en nuestro país.

El “artículo 8” que se deroga decía: “La enseñanza religiosa sólo podrá ser dada en las escuelas públicas por los ministros autorizados de los diferentes cultos, a los niños de su respectiva comunión y antes o después de las horas de clase”. La Ley 1420 planteaba la libertad de culto aunque no la laicidad, pero daba un marco regulatorio en el cual se podía dar religión en las escuelas pero fuera del horario escolar.

Es sabido que provincias como Tucumán y Salta permiten la enseñanza de la religión en las escuelas y esto está implícito en su ley, pero no respetan la implementación de la Ley de Educación sexual integral emanada del Ministerio de Educación de la Nación.

Los trabajadores de la educación nucleados en la Lista Multicolor están reclamando al respecto y rechazan la abolición del artículo 8 de la Ley 1420, y exigen la declaración inmediata de la educación laica en todo el país, defendiendo el carácter obligatorio, gratuito y laico de la educación pública.

Desde la Corriente Socialista Militante creemos que estos reclamos deberían hacerse extensivo y comunicados a toda la comunidad educativa, la cual tendría que estar en estado de alerta y movilización ya que la enseñanza laica favorece el derecho a la libertad de conciencia siendo condición para el desarrollo de una sociedad pluralista y democrática. A su vez, favorece el pensamiento científico que es verificable y resultado de la experiencia y se opone a las verdades absolutas que no son producto de la racionalidad sino emanadas de una supuesta autoridad, propias de los fundamentalismos de las religiones. El Estado y la escuela laica dan libertad para creer o no en doctrinas religiosas, pero eso se debe dar en el ámbito privado ya que ni la educación pública, ni el Estado deben promover ni financiar esas creencias por ser contrarias al principio de laicidad. A su vez llama la atención que tal modificación no fuera de conocimiento de la gran mayoría de los dirigentes de los distintos sindicatos los que podrían haber llamado a movilizar a los trabajadores de la educación para evitar tal retroceso en un artículo de ley que era sumamente progresista.

Llamamos a realizar una gran campaña contra este atropello sobre la educación, y sus consecuencias, un retroceso de más de 100 años.

Por un sistema único educativo, público, laico, gratuito y científico.
Por el derecho universal a la educación garantizado por el Estado.
Por la obligatoriedad de 0 a 18 años.
Contra todo tipo de descentralización, privatización e injerencia del capital o de las confesiones religiosas en la educación, recuperando así los cuantiosos subsidios.
Edificios habitables y dignos con infraestructura completa (agua, cloacas, electricidad, calefacción, etc.)
Aulas suficientes en todo el país y con no más de 20 alumnos.
Equipamiento adecuado a las necesidades: materiales didácticos, bibliotecas, laboratorios, informatización, etc.