Inundaciones y crisis pecuaria: otra arista de la crisis ambiental en la Argentina

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Inundacion-658x439Las recientes inundaciones en vastas áreas del litoral marítimo argentino –y zonas de influencia- son muestra álgida del complejo de la crisis ambiental del país. Con una pérdida de masa boscosa y calidad del suelo-impermeabilización y desertificación-, que se cuenta entre las más altas del mundo.

La Ley de Bosques, y los intentos de protección del germoplasma de especies de plantas nativas, con otros intentos de legislación y conservación de la biodiversidad del país han quedado en letra muerta. Los “lobbys” de la Sociedad Rural, las Asociaciones de Granos y las transnacionales de los agronegocios han penetrado fuertemente al Estado argentino; así mismo a los Estados provinciales convirtiéndolos en meros gerenciadores de los intereses gananciales de estos actores y en puja constante por la apertura de nuevas tierras para actividades pecuarias.

La Ley de Bosques, como también los intentos de conservación de las semillas nativas ha ido sucumbiendo ante los promotores de los organismos genéticamente modificados (OGM). En el actual contexto de sudestada en el litoral marítimo, y la pérdida de capacidad de carga de los suelos ante los milímetros de agua caídos (como así también los niveles pluviométricos alcanzados en periodos tan cortos de tiempo, comparados con años anteriores) no es posible intentar desvincular este fenómeno climático –como lo ha pretendido el Gobierno Nacional y la Sociedad Rural-, de la pérdida de calidad de los suelos y la falta de políticas de conservación de los bosques nativos. La pérdida de cobertura boscosa, aún en áreas aparentemente alejadas de los puntos de “conflicto climático” impacta directa o indirectamente en el ciclo del agua a nivel macro-regional y la capacidad de absorción de los suelos.

Dentro de este proceso, no es menor la cuestión, de que muchas áreas boscosas están vacías de fauna (por sobre-cacería, o por efecto de la fragmentación del hábitat). Que en la dinámica del bosque también impacta marcadamente afectando la recuperación ecosistémica del mismo. Debido a que muchas especies de animales dispersan semillas de especies arbóreas nativas a través de sus heces, en sus recorridos territoriales. Siendo funcionales así, al dinamismo natural de los bosques y manteniendo la biodiversidad de éstos.

Lejos de la vanguardia biocéntrica
Como hemos señalado en otro artículo (véase Crisis ecológica y desastres naturales: Argentina a trasmano de la vanguardia biocéntrica, 14 de Abril de 2015), las políticas liberales y la libertad de mercado promovida por los capitalistas terratenientes han inferido negativamente para que la conservación del ambiente les sea redituable a sus bienes gananciales. En tanto que la conservación no les sea funcional a los capitalistas, y afecte sus ganancias, el Estado debiera socializar sus pérdidas económicas (subsidiándolos). Asegurando así, sus ganancias ante una libertad de mercado que se les muestre hostil o un ambiente disturbado-por su extractivismo- que no les sea “amigable”.

Bien señalamos en aquel artículo que en el largo plazo, la restauración de los bosques y el ecosistema como un todo, con la reintroducción de fauna silvestre que disperse semillas de leñosas formando parte intrínseca de la dinámica forestal, debe ser tenida en cuenta como una solución efectiva para que el sistema no pierda funcionalidad ecológica de captación y regulación del ciclo del agua. Una mirada hacia los beneficios de la conservación y la restauración, desde una mirada socialista, no deja de ser un camino vanguardista del que la Argentina aún está lejos de alcanzar. Con una dinámica de conquista del territorio promovida por el Gobierno, con álgida pérdida de biodiversidad, desplazados sin tierras-comunidades campesinas y aborígenes con la erosión de sus conocimientos en agricultura orgánica tradicional- que distan grávidamente del discurso oficialista de derechos adquiridos en estos importantes tópicos.