La crisis por el secuestro de un soldado israelí lleva a Israel y Palestina al borde de la guerra

0
128

El domingo 25 de junio combatientes de Gaza cavaron bajo una valla, mataron a dos soldados y secuestraron a Gilad Shalit, un artillero de tanque de 19 años de edad. Los grupos de resistencia, que utilizaron una táctica guerrillera más que un acto deterrorismo contra la población civil de Israel -muchos israelíes entienden la diferencia- dijeron que el ataque era la respuesta al asesinato de 14 civiles palestinos durante los ataques aéreos israelíes en Gaza. El domingo 25 de junio combatientes de Gaza cavaron bajo una valla, mataron a dos soldados y secuestraron a Gilad Shalit, un artillero de tanque de 19 años de edad. Los grupos de resistencia, que utilizaron una táctica guerrillera más que un acto de terrorismo contra la población civil de Israel -muchos israelíes entienden la diferencia- dijeron que el ataque era la respuesta al asesinato de 14 civiles palestinos durante los ataques aéreos israelíes en Gaza.

Según se ha ido intensificando la crisis por el secuestro, la Fuerza de Defensa Israelí ha acumulado tanques y tropas en la frontera con Gaza. Desde hace algún tiempo cualquiera que comprenda la mecánica lógica del gobierno israelí y sus planes para reocupar Gaza, sabía que el gobierno israelí simplemente buscaba una excusa para regresar a la ocupación.

La excusa llegó con el ataque del domingo por la mañana, cometido por un grupo que pertenece a los Comités de Resistencia Popular (CRP) y ala militar de Hamás. El ataque se produjo cerca del kibbutz Kerem Shalom, en el desierto de Negev, cerca del cruce fronterizo de Rafah. El asalto llegó en forma de un misil que golpeó a un tanque. Era la venganza por el asesinato israelí del fundador del grupo, Jamal Abu Samhadana, a principios de este mes.

Hamás acabó con 16 meses de alto el fuego el pasado 9 de junio, después de que siete miembros de una familia palestina fueran asesinados en la plaza de Gaza. Hamás culpó a Israel de estas muertes, pero las autoridades israelíes -como era de prever- negó cualquier responsabilidad. Sin embargo, incluso el periódico liberal Haaretz y el canal 10 de televisión, no creyeron al ejército israelí.

En el ataque murieron dos combatientes palestinos y tres soldados israelíes, aparte del soldado secuestrado que ahora está en territorio palestino. Este era el primer ataque cometido dentro de Israel desde Gaza, desde que Israel se retiró del territorio ocupado a finales de septiembre.

Después del ataque, la Fuerza de Defensa Israelí (FDI), montó una operación de búsqueda en el sur de Gaza, cerca del escenario del incidente para encontrar al soldado desaparecido. El Jefe del Estado Mayor del ejército israelí dijo que creía que el soldado todavía estaba vivo. Sólo es la excusa necesaria para justificar su incursión. Incluso antes del ataque, el ejército israelí ya había cerrado el cruce fronterizo de Rafah, la única puerta de Gaza al mundo exterior.

Funcionarios palestinos dijeron que los observadores europeos que vigilan el cruce fronterizo internacional de Rafah les habían dicho que no lo pudieron abrir el domingo porque no pudieron entrar en Gaza desde Kerem Shalom, el lugar de cruce utilizado por los observadores para entrar desde Israel a Gaza.

Esta información podría indicar que el ejército israelí era consciente del ataque. Según Haaretz, el Shin Bet dice que advirtió a la FDI de los planes de atacar los cruces de Gaza (Haaretz, 25/6/06). En otras palabras, parece que el gobierno israelí decidió a sangre fría sacrificar a algunos de sus propios soldados para tener una excusa para reocupar Gaza.

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, ha rechazado las peticiones de los grupos palestinos de liberar a las mujeres y niños encarcelados a cambio de información sobre el soldado israelí secuestrado. El hecho es que 95 mujeres y 313 niños y jóvenes menores de 18 años están actualmente en cárceles de seguridad israelíes.

Fuentes palestinas dijeron a Haaretz que según información del servicio de inteligencia procedente de Egipto, los dirigentes del ala militar de Hamás que retienen a Shalit están considerando pasarlo a la parte egipcia de Rafah a través de los túneles de la región.

En lugar de aceptar la oferta de negociación, Olmert y Peretz, el ministro de defensa laborista, han culpado a Hamás y a la Autoridad Palestina presidida por Mahmoud Abbas, y amenazado con comenzar un ataque a gran escala en Gaza.

En el norte de Gaza, la población ha comenzado ha bloquear las carreteras a la espera de que comiencen los ataques militares israelíes. Olmert ha dicho lo siguiente en un discurso en televisión: “La cuestión de liberar a los prisioneros no está en absoluto en el orden del día del gobierno israelí… Se acerca el momento de una operación global, profunda y severa. No esperaremos para siempre. No nos convertiremos en objeto del chantaje terrorista de Hamás”.

El presidente palestino, Mahmoud Abbas y el primer ministro Haniyeh, se reunieron para discutir la posible liberación del soldado. Mahmoud Abbas avisó a Ismael Haniyeh de que Israel atacaría si le hacían algo al soldado israelí, esta información apareció en el periódico Al-Hayat.

Sin embargo, a la luz de la demanda de intercambio de prisioneros palestinos por el soldado secuestrado, popular entre las familias de los prisioneros detenidos en Israel, ninguno de estos dos líderes palestinos puede permitirse ser responsable de la liberación de Shalit sin un intercambio de prisioneros.

El lunes 26 de junio miles de familiares de los palestinos encarcelados en Israel se manifestaron en Gaza exigiendo este intercambio. “Un soldado israelí secuestrado, cien prisioneros liberados”, esto es lo que gritaban los padres, amigos y parientes de los prisioneros.

Estas familias reflejan la posición del jefe del buró político de Hamás, residente en Siria, Khaled Mescal, que no está dispuesto a liberar a Shalit a cualquier precio. Esto es lo que dijeron a Haaretz los mediadores implicados en los intentos de garantizar la liberación del soldado.

Varios equipos, incluidos negociadores de Egipto y Francia, están intentando mediar entre los secuestradores y el gobierno israelí. Egipto y Arabia Saudí están presionando a Hamás y a la dirección de la Yihad islámica para garantizar la liberación de Shalit. Pero por ahora han fracasado.

El conflicto entre la dirección de Hamás en el exilio fuera de los territorios ocupados, bajo la dirección de Meshal, y la dirección dentro de los territorios ocupados, dirigida por Haniyeh, también se ha reflejado en un conflicto entre una fracción dentro del ala militar de Hamás, Iz al-Din al-Qassam, y el órgano central de la fuerza, que continúa obedeciendo las directrices de la dirección política dentro de los territorios ocupados.

Parece que seguidores de Haniyeh y parte de Iz-al-Din al Qassam, han unido fuerzas con los Comités de Resistencia Popular. Estas fuerzas fueron responsables del túnel construido para el ataque del domingo. A juzgar por las reacciones de Haniyeh, toda la operación pudo ser realizada sin su conocimiento, y no sabe donde está Shalit.

Esto en absoluto es sorprendente, cuando el gobierno de Hamás buscaba unirse a la “Pax Americana” y debido a su pérdida de popularidad, parece que a muchos palestinos les empezaban a parecer iguales que el anterior gobierno corrupto del grupo de Abu Mazen.

Durante 18 meses Hamás mantuvo el alto el fuego en los territorios ocupados, mientras que el ejército israelí acorralaba Gaza con tanques y desde el mar y el aire. La negativa del gobierno israelí a reconocer al gobierno de Hamás elegido el pasado mes de enero, ha sido muy útil para alentar la posición de Mescal y otros dirigentes en el exilio.

“Deben entender que en general, la dirección política no tiene conocimiento de cada operación realizada por los miembros del ala militar, de la misma forma que Yasser Arafat no sabía exactamente que estaba haciendo cada una de sus organizaciones militares”, esto es lo que explicó una fuente de Hamás. Irónicamente, parece un proceso similar al que está ocurriendo en Israel, donde el gobierno civil no controla totalmente al ejército.

Ro’i Amitai, el conductor del tanque y único superviviente del ataque del domingo, dijo que su unidad había recibido un aviso de inteligencia justo el día antes, indicando que los palestinos estaban cavando un túnel para llevar a cabo el ataque. Este testimonio confirma la declaración inicial del Shin Bet de que avisó a los generales -un aviso específico- de que los militantes palestinos estaban intentando secuestrar a soldados de la FDI en la frontera de Gaza-Israel mediante un túnel. Esto también fue confirmado por el ministro de defensa israelí, Amir Peretz, que en una reunión de gabinete el domingo dijo que era consciente de las advertencias de infiltraciones militantes.

El servicio de seguridad Shin Bet le dijo a Haaretz que el ministro de defensa tenía más detalles que los reconocidos por los oficiales de la FDI en la rueda de prensa del domingo. Las fuentes dijeron que todo el establishment de defensa había recibido un aviso específico, tanto escrito como verbal, de que algunos combatientes tenían la intención de utilizar un túnel para secuestrar a soldados fronterizos situados en la parte sur de la frontera de Gaza-Israel. Añadieron que no podían explicar por qué el ejército minimizó la seriedad del aviso.

Fuentes del Shin Bet también dijeron que la gravedad del aviso era la razón de que una fuerza especial de la FDI entrara en Gaza el sábado por la mañana y arrestara a militantes de Hamás al este de Rafah.

Parece que los generales, muchos de ellos en oposición a los planes de Olmert, querían desbaratar los planes del gobierno de evacuar parte de los territorios ocupados. En los últimos años muchos derechistas han entrado en el ejército y ahora están en puestos de alto mando. El plan de Olmert no es muy popular entre estos elementos. Además de sus simpatías políticas está la cuestión de recortes serios en el presupuesto militar.

Así, la llamada coalición de “centro-izquierda” ha hecho todo lo posible para cavar el terreno bajo sus pies. Ha fortalecido al ala más radical de Hamás y la tendencia a una mayor implicación del ejército en los asuntos políticos de Israel.

La “retirada” israelí de Gaza fue presentada como un paso hacia la “paz”. Nosotros siempre hemos explicado que esto no era así. Mientras se retiraba de Gaza, Israel estaba apretando su grillete sobre Cisjordania y continuaba construyendo su muro. Mientras se retiraba de Gaza, mantenía una fuerte presencia militar en toda la zona, dispuesto a regresar en cualquier momento.

Desde el principio, los marxistas del Partido Laborista en Israel hemos dicho que el peor error de Peretz fue entrar en un gobierno de coalición con un partido capitalista israelí, en este caso el Kadima, y que esto sólo serviría a los intereses del ala más reaccionaria de la clase dominante.

Hoy, la única oposición a este gobierno procede de la derecha, que sólo puede ganar gracias a la senilidad de la actual dirección derechista del Partido Laborista. Los intereses de las bases del PL son acabar con este gobierno y luchar por un gobierno obrero con el Hadash y el Partido Balad, y con un programa socialista.

La situación refleja una cosa. El sistema capitalista de Israel está en crisis. La clase dominante no tiene ninguna solución para la población, incluidos los soldados de la tropa, que está pagando un duro precio y que está destinado a ser aún mayor.

La única salida a esta trampa mortal tanto para los trabajadores palestinos como israelíes es la transformación de este sistema podrido. Sólo una lucha victoriosa por un sistema socialista en toda la región puede evitar una conflagración general en la que sufran todos los trabajadores.

Sólo la clase obrera puede evitar este barbarie, tomando el poder y creando un estado obrero donde las dos naciones tengan autonomía territorial dentro de una federación socialista de Oriente Medio.