JUJUY: XXI ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES

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Como sucede desde 1985, el mes pasado se celebró en Jujuy el Encuentro Nacional de Mujeres. Si bien desde la Corriente Socialista El Militante celebramos la continuidad de este espacio de discusión, creemos que es tiempo de pasar del debate a la organización y planificación conjunta de medidas concretas de lucha para mejorar las condiciones de vida y laborales de las mujeres proletarias.

Pasar del debate a la acción

Como sucede desde 1985, el mes pasado se celebró en Jujuy el Encuentro Nacional de Mujeres. Allí, miles de mujeres de distintos sectores y tendencias se dieron cita para debatir y exigir que se cumplan derechos que hoy nos son conculcados. Los puntos salientes del debate tuvieron estrecha relación con las problemáticas de actualidad, como la nueva ley de educación sexual, el derecho al aborto o la anticoncepción gratuita. La libertad de Romina Tejerina fue otro de los reclamos candentes, sin duda el caso Tejerina resulta emblemático para poner de manifiesto la opresión de género de las mujeres pobres.
Si bien desde la Corriente Socialista El Militante celebramos la continuidad de este espacio de discusión, creemos que es tiempo de pasar del debate a la organización y planificación conjunta de medidas concretas de lucha para mejorar las condiciones de vida y laborales de las mujeres proletarias.
Desde siempre, la cuestión de la mujer ocupó un lugar central en la teoría y la práctica marxistas. Marx, Engels y Lenin destacaron la necesidad del movimiento femenino como parte esencial del movimiento de masas, definiendo que para un comunista la igualdad social de las mujeres es un principio indiscutible, alentando a trabajar con seriedad al interior del movimiento revolucionario de las mujeres obreras que, hoy como ayer, resulta ser el sector más explotado por la burguesía.
Con la revolución rusa, se sentaron las bases para una verdadera emancipación social de las mujeres, la legislación sufrió cambios rotundos, se suprimió la obligación de seguir al esposo, se estableció igualdad de derechos para ser cabeza de familia, igualdad salarial, derechos por maternidad, se instituyeron comedores, lavanderías y jardines maternales, públicos y gratuitos, para terminar con el embrutecimiento de la mujer en las tareas domésticas, y se aprobó la despenalización del aborto. Lenin dijo en 1920: "no hemos dejado un solo ladrillo de las despreciables leyes que colocaron a las mujeres en una situación de inferioridad comparada con los hombres".
Si bien con la degeneración estalinista en Rusia muchas de estas conquistas sufrieron un retroceso, no es menos cierto que el programa marxista sigue abogando por ellas.
El activismo socialista debe vincular la lucha contra la opresión de la mujer con la de los trabajadores, en un programa para la liberación de la clase en su conjunto.
Como dijera Marx: "la emancipación de la clase productora implica a todos los seres humanos sin distinción de sexo o raza".
Concluyendo, exhortamos a todas las mujeres obreras a que estos encuentros superen de una vez y para siempre la instancia del debate (tan conveniente a la clase dominante en tanto sólo debate) y se transformen en una herramienta donde se decida un plan de lucha concreto y las tácticas para llevarlo adelante. Sólo así las mujeres proletarias podremos contribuir activamente a la emancipación de género y de clase, ambas indisolublemente unidas en el programa marxista, único que propicia una verdadera transformación socialista de la sociedad.