INFORME DE LA ONU SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO

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Hay una única forma de empezar a resolver el drama del calentamiento global. Y es cambiando la forma de organización social y económica. Esto sólo se puede hacer en un sistema socialista de producción, con una economía planificada al servicio de losintereses de la mayoría, donde la lógica de las ganancias deje paso a la lógica de la cooperación y del desarrollo sustentable, acorde con las necesidades de los seres humanos y también de la tierra.

La irracionalidad del capitalismo destruye la Tierra

Recientemente fue presentado un informe en la ONU sobre el fenómeno del cambio climático, elaborado por 2.500 científicos de 130 países. Los resultados son lapidarios: para el 2030 la temperatura aumentará entre 1,8º y 4º, con lo que desaparecerán los glaciares árticos y los antárticos disminuirán fuertemente, elevándose el nivel del mar entre 28 y 43 centímetros.
Habrá muchas más inundaciones y vastas zonas se volverán inhabitables; habrá olas de calor nunca sentidas y proliferarán las tormentas tropicales. El agua se evaporará mucho más rápido, con lo que bajará el caudal de los ríos, y eso significa que la energía que producen las represas será bastante menor, problema que se sumará a la crisis energética que se vive actualmente.
La base empírica de esta situación es la concentración enorme de gas carbónico y de metano en la atmósfera, que son los agentes que provocan el calentamiento de la Tierra.
De manera clara y tajante los científicos atribuyen el calentamiento global a lo que ellos denominan "la acción del hombre", pero que realmente es causado por la emisión de gases de las fábricas, industrias, automóviles, medios de transporte en general, artefactos, etc. que son la propiedad privada de un puñado de monopolios internacionales.
Aun reduciendo inmediatamente la emisión de gases, el efecto acumulativo de las últimas décadas es tan grande que apenas se producirá un alivio en la situación.
Si bien este último informe representa un avance respecto de la indefinición anterior, adolece de una carencia básica. En él se responsabiliza a la emisión de gases producida por la infraestructura técnica que hay en el planeta. Pero no ataca el núcleo duro del problema, y esto significa decir que las causas del calentamiento global y de la devastación del planeta Tierra están en el sistema capitalista.
El capitalismo, con tal de producir ganancias para una minoría de parásitos, no tiene problema en contaminar lo que sea. El correlato lógico de la explotación de los trabajadores por los capitalistas es la destrucción del medio ambiente. El sistema capitalista tiene su lógica en producir al costo que sea y destruyendo lo que sea, seres humanos o el mismo planeta. Por lo tanto, es imposible que el "establishment" capitalista mundial, que disfruta de los beneficios de esta expoliación, se decida a cambiar drásticamente la situación. Con lo cual, el panorama pasa de sombrío a negro, y todas las fantasías apocalípticas de la ficción científica se convertirán en dura realidad. Además debemos remarcar la responsabilidad directa de los países capitalistas avanzados, y entre ellos EE.UU. en primer lugar, que emiten un altísimo porcentaje de los gases que contaminan el planeta.
Hay una única forma de empezar a resolver el drama del calentamiento global. Y es cambiando la forma de organización social y económica. Esto sólo se puede hacer en un sistema socialista de producción, con una economía planificada al servicio de los intereses de la mayoría, donde la lógica de las ganancias deje paso a la lógica de la cooperación y del desarrollo sustentable, acorde con las necesidades de los seres humanos y también de la tierra.
La humanidad necesita y depende del desarrollo tecnológico; los socialistas no somos tecnófobos, no tenemos una visión romántica de una naturaleza idílica intocable. No, al contrario; la emancipación del hombre significa pasar del reino de la necesidad al reino de la libertad, como dijo Marx, y esto se logra inventando nuevos recursos técnicos que reemplacen el trabajo humano. Pero el desarrollo técnico debe ser planificado y conducido de manera armónica y amigable con la naturaleza. Sólo en un sistema socialista la humanidad podrá virar el curso catastrófico de las cosas hacia un futuro de mancomunión entre la raza humana y su madre, la Tierra.