Grecia: el acuerdo del 26 de Octubre, el gobierno de coalición y la salida del euro I

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El hasta ahora vicepresidente del Banco Central Europeo, Lucas Papademos, fue nombrado primer ministro griego. Estará a la cabeza de un gobierno de unidad nacional cuya tarea es implementar severas medidas de austeridad y convocar elecciones en Febrero. Publicamos aquí un análisis de los Marxistas Griegos sobre lo que esto significa para los trabajadores griegos y europeos.

Los recientes acontecimientos en Grecia y Europa demuestran que continuamos en el filo de la navaja entre dos procesos: la conversión rápida de la crisis griega, europea y capitalista internacional en una bancarrota descontrolada, seguida del colapso del euro; y la transformación de la actual situación prerrevolucionaria en Grecia – como ya hemos señalado, no como un proceso suave y lineal, sino que inevitablemente verá también retrocesos, contradicciones y pausas- en una situación abiertamente revolucionaria.

Estos dos factores, es decir la profundización de la crisis y la emergencia de síntomas revolucionarios en la sociedad, determinan la rápida marcha de los acontecimientos políticos en la superestructura política burguesa. El particular camino en el que la Troika ha llegado a un compromiso con el saliente primer ministro y la dirección de Nueva Democracia sólo determina la forma de esos acontecimientos.

Sin embargo, hay otra causa determinante, la tercera, del desarrollo general de la sociedad griega. Y es la ausencia de una dirección revolucionaria decisiva en el movimiento obrero griego y la izquierda. Esto explica por qué la clase dominante en Grecia, al mismo tiempo que está inmersa en el mayor punto muerto de la historia reciente, todavía puede mantenerse firmemente en el poder, permitiéndose el lujo de negociar diversos esquemas y escenarios gubernamentales, en un desesperado intento de imponer estabilidad en el sistema.

El acuerdo del 26 de Octubre

El acuerdo del 26 de Octubre en la cumbre de la Unión Europea está en el centro de los actuales acontecimientos políticos. Por ello debemos mirar brevemente lo que constituye la esencia de dicho acuerdo y el impacto que tendrá su implementación.

1) El acuerdo prevé una bancarrota parcial controlada –es decir consensuada con los prestamistas privados, los poseedores de bonos (principalmente bancos)- de Grecia, en lo que es una cancelación parcial (o “corte de pelo”) impuesta por los recientes acontecimientos, tras deslizarse Grecia hacia una quiebra total donde los prestamistas privados no hubieran podido obtener nada de los bonos que poseen. Con semejante acuerdo aseguran que los prestamistas obtendrán el 50% del valor de los bonos que poseen.

2) Sin embargo, de esta cancelación parcial de la deuda están excluidos los préstamos de la Troika, los bonos en posesión del BCE y los bonos del Tesoro, quienes han hecho un préstamo a corto plazo al estado Griego. Esto es escandaloso porque, por ejemplo, el BCE con sus principales socios Francia y Alemania, había previamente comprado a Grecia bonos al 40 o 50% de su valor original, pero ahora tiene el derecho de cobrar su deuda con Grecia al 100% de su valor, haciendo grandes beneficios de esta diferencia. Así que este acuerdo no significa exactamente que va a haber una cancelación general del 50% de la deuda. Solo se aplicará al valor de algunos de los bonos que han sido emitidos. Esto significa que en total la cancelación será de en torno al 30% de la deuda. Lo que significa que la deuda griega que anda en torno a los 370.000 millones de euros, se recortará en 100.000 millones.

Sin embargo, debido a que el valor de los bonos en posesión de los bancos griegos y el Fondo Griego de Pensiones se desvalorizará, esto solo aumentará las pérdidas del Estado y, por tanto, la cancelación neta de la deuda en realidad va a ser de alrededor de 60.000 millones de euros, solo un  20% de la deuda actual.

La recesión este año en Grecia, con una reducción del PIB del 7%, profundizándose día tras día, hace que esta cancelación de la deuda del 20% sea cuanto menos anémica. Simplemente pospondrá por un breve periodo de tiempo la insolvencia general o una quiebra incontrolada de Grecia.

3) El acuerdo de la cancelación parcial revela una política consciente de fraude contra los trabajadores por parte del Gobierno, la Troika y en general los voceros del capitalismo en Grecia e internacionalmente. Demuestra claramente que la política de más impuestos, recortes drásticos en salarios y pensiones, despido de trabajadores públicos y recortes draconianos en el gasto social es una opción de clase. El Gobierno y la troika no se confunden respecto a esto. Están siguiendo un método seguro.

Deliberadamente han atacado a las masas para colocar el peso de la crisis del capitalismo sobre la clase obrera y la pequeña  burguesía  para mitigar las consecuencias de aquella para los bancos, grandes empresas y el capitalismo en su conjunto. Hace dos años, cuando aseguraban que cualquier cancelación de la deuda sería un desastre, deliberadamente mintieron.  Comprendían muy bien que la deuda griega no podría ser pagada. Lo que necesitaban era ganar tiempo para llevar a cabo cuantas medidas reaccionarias contra los trabajadores fueran posibles, antes de moverse hacia algún tipo de cancelación.

4) El acuerdo prevé otro préstamo de 130.000 millones de euros con la idea de que, para 2014, Grecia sea capaz de autofinanciarse, de obtener superávits y por tanto saldar su deuda hasta dejarla en el 120% del PIB para 2020. Sin embargo, ¡Esto significa recortes en gasto público estimados en 100.000 millones de euros hasta 2020! Teniendo en cuenta que las medidas de austeridad en los últimos 2 años han sido de en torno a 25.000 millones de euros, la implementación de estas medias literalmente provocará un desastre social sin precedentes.

La implementación del acuerdo del 26 de Octubre ahora se presenta como la “única salvación para la patria”, lo que significa que se están preparando nuevos recortes en salarios y pensiones, junto con muchas decenas de miles de despidos y la completa privatización, no de una o dos empresas estatales, sino de municipios enteros, la sanidad y la educación.

5) El acuerdo, que deja todo abierto a la negociación entre los acreedores y el Gobierno, es efímero por dos razones:

* La primera es que el acuerdo es “voluntario” y nadie puede decir si los bancos u otros prestamistas individuales lo aceptarán. El recorte del 50% conducirá a algunos bancos al límite de la bancarrota, especialmente aquellos que estuvieron expuestos en la anterior fase de la crisis internacional que estuvo centrada en el sistema bancario.

* La segunda razón es que muchos de estos bancos ya han comprado Bonos de Cambio por Bonos de Quiebra del Crédito, es decir, por bonos libres de riesgo, por lo que ellos ganarían más de una quiebra incontrolada de Grecia que de un recorte del 50%.

6) El acuerdo prevé un aumento de los fondos del Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera de 440.000 millones de euros a 1 billón de euros, que supuestamente aumentará las garantías para los países súper endeudados y los bancos, con la ayuda de China y otros países económicamente “emergentes” fuera del capitalismo occidental. Fuera del hecho de que dicha cantidad es insuficiente para asegurar el rescate de países con deudas gigantes como España, y especialmente Italia, este incremento también se muestra efímero. Esto se puso en evidencia con la impotencia del G20 el pasado viernes 11 de noviembre para llegar a un acuerdo sobre quién aportará y que cantidades.

7) El acuerdo también ha creado un precedente para la cancelación, que está elevando los intereses para los préstamos para los países fuertemente endeudados de la eurozona,  pues los “mercados” comprenden que, tras la cancelación parcial para Grecia, las campanas de alarma sonarán pronto para los otros. Inmediatamente tras el acuerdo, vimos como cedían Italia y España, aceptando la primera la ayuda del FMI.

Esto no es como a algunos le gustaría que creyéramos, una acción “inmoral” o “extrema” por parte de algunos especuladores en los mercados. Es una reacción normal de los capitalistas enfrentados con una creciente inseguridad generada por la recesión y las enormes deudas. Esto es el capitalismo y así es como funciona. Nadie puede convencer a los capitalistas de que se comporten de cualquier otra manera dándoles lecciones morales acerca de la necesidad de no especular. ¡Lo que se requiere es quitarles el poder económico y político de las manos! En esencia esta es la tarea política de la clase obrera en estos tiempos que corren en Grecia e internacionalmente.

La caída de Italia por tanto no sucedió por la propuesta de Papandreou de convocar un referéndum que supuestamente amenazó la implementación del acuerdo; ¡Sucedió por el “recorte” generado por el mismo acuerdo del 26  de Octubre!

Ningún analista burgués se atreve a decirlo, pero la conclusión general de los últimos acontecimientos económicos en la eurozona, y especialmente los dramáticos acontecimientos en Italia, son que el acuerdo del 26 de Octubre ya ha sido sobrepasado por los acontecimientos. Incluso si se aplicara, en la práctica no significaría nada substancial en términos del efecto que pudiera tener sobre la crisis. ¡Mientras la burguesía europea no tiene todavía cerrado el pequeño agujero de Grecia, ya están enfrentándose al inicio de un enorme cráter en Italia! Todo indica que el escenario de bancarrotas y colapso de la eurozona ha comenzado a desencadenarse y la burguesía no puede hacer nada para evitar el desastre.

Movimiento hacia la quiebra completa y la salida del euro

Hace dos años respondimos a aquellos que argumentaban que Grecia estaba supuestamente anclada a la eurozona, que la salida de Grecia de la eurozona probablemente sería el primer paso hacia el inevitable desmantelamiento del euro, en base a la profunda crisis del capitalismo.

La perspectiva de la posible salida de Grecia del euro fue planteada por primera vez oficialmente en la mesa la semana pasada por Merkel y Sarkozy. Es el deseo de gran parte de la clase dominante en Alemania. Es también propuesto abiertamente por la burguesía austríaca y holandesa.

¿Por qué está la burguesía del norte de Europa descendiendo por este camino? La razón es que, dada la profundidad de la recesión en Grecia y sus niveles de deuda, y empeñados en la medida desesperada de dejar al país fuera de los mercados por al menos una década en un intento de evitar una quiebra incontrolada en los próximos años, el segundo préstamo concedido por el pacto del 26 de Octubre no será suficiente e indudablemente requerirá un tercer o cuarto préstamo. También está el hecho de que en condiciones de recesión global creciente que está amenazando más y más a las enormemente endeudadas Italia y España, pero también a Francia,  la burguesía europea y especialmente la alemana sacará la conclusión de que no tiene sentido continuar dando préstamos a Grecia, un país que representa el eslabón más débil y que no va a recuperarse.

También buscarán la manera de recuperar las pérdidas directas de sus bancos, e intentarán “atar” a Grecia tan fuerte como sea posible a las garantías de pago de los préstamos ya dados, no habrán nuevos paquetes de préstamos y empujarán a Grecia fuera del euro, aceptando el mal menor de una inevitable quiebra griega antes de cierta inestabilidad para el euro. El argumento que usarían en este escenario sería que quieren “proteger la moneda única” y al mismo tiempo enviar un mensaje claro a los otros países súper endeudados de que a menos que adopten  las más estrictas medidas de austeridad no habrá piedad para ellos.Ya hay signos de que Alemania está moviéndose en esta dirección, debido a que sus bancos están particularmente expuestos a la deuda griega y también debido a que si las cosas continúan moviéndose como hasta ahora, Francia, que está incluso más expuesta a la deuda griega, no resistiría por más tiempo.

La salida de Grecia de la eurozona confirmará la posición de los marxistas, de que en tiempos de crisis no se puede mantener unidos en una moneda única a economías que se mueven a velocidades totalmente diferentes. Esta perspectiva ya ha causado enorme conmoción en la burguesía griega, que correctamente reconoce que en esa situación habrá una abrupta caída del capitalismo griego. Pero no importa cuánto puedan criticar a los políticos o a la “dureza de Bruselas” por esta crisis, la salida del euro no es producto de “los malos griegos o de los asuntos europeos”. Emerge lógicamente de la realidad misma de la crisis capitalista.

Plantear la cuestión como si se tratara de “o dentro o fuera de la eurozona” es falsa porque en realidad sería plantear la cuestión como si hubiesen dos alternativas, cuando en realidad de lo que se trata es simplemente de diferentes etapas de desarrollo de la crisis, la presente y la siguiente. Una salida del euro es la consecuencia inevitable de la siguiente etapa de la crisis y no su causa. No es un dracma devaluado y súper inflado lo que producirá miseria a las masas en la Grecia capitalista; es simplemente la forma en la cual esta miseria se representa.

La vuelta de Grecia al dracma sobre la base de la crisis del capitalismo europeo no será un caso aislado. Objetivamente, marcará el tono para una aceleración del movimiento hacia monedas nacionales en Europa. Sobre la base de la incapacidad histórica del capitalismo para desarrollar las fuerzas productivas en la misma manera que lo hizo en la segunda mitad del siglo pasado, inevitablemente se conducirá de forma explosiva al proteccionismo. Y el proteccionismo no puede ser llevado a cabo sin que las diferentes burguesías europeas controlen sus propias monedas. En conclusión, podemos decir que la burguesía europea – incluyendo la alemana y por supuesto la griega – está ahora comenzando a prepararse para las turbulencias de un periodo de vuelta a las monedas nacionales.

Las huelgas y los acontecimientos del 28 de Octubre, “Día del no”, llevaron a la propuesta de un referéndum

La propuesta de Papandreu de un referéndum fue presentada por la prensa burguesa como la causa de la inestabilidad económica y política en Grecia. Sin embargo, esta propuesta no cayó del cielo. El anuncio fue el resultado de la tremenda presión ejercida sobre el gobierno por la gran oleada de huelgas del otoño que culminó en la huelga de 48 horas y la emergencia inmediata tras esto de síntomas revolucionarios desarrollándose en la sociedad, hablamos de la espontánea transformación del Día del No del 28 de Octubre en una manifestación nacional contra el gobierno. (Ver artículo en esta sección: Grecia: ¡la ira revolucionaria transforma desfiles en protestas!).

Este acontecimiento no tiene precedentes en los anales del capitalismo occidental. Tesalónica y otras grandes ciudades Griegas ofrecieron una viva imagen de la revolución futura: oficiales y representantes de las instituciones públicas obligados por el pueblo revolucionario a bajarse de los palcos que tradicionalmente ocupaban.

Tras estos dramáticos hechos, la burguesía en Grecia y Europa comenzó a estar seriamente preocupada. Papandreu, su hombre en el poder, sin embargo tenía razones para sentirse más incómodo que nadie. En la noche de nuevas e incluso más severas medidas de austeridad para cumplir con el acuerdo del 26 de Octubre, tenía razones para empezar a tener pesadillas revolucionarias. En un estado de pánico salió con la idea de convocar un referéndum, y como sabemos, el pánico no es nunca un buen consejero.

La convocatoria un referéndum era una arriesgada maniobra, desde un punto de vista burgués. Fue un intento de salvar la imagen de Papandreu  ante la población y de encontrar una manera de calmar la ira revolucionaria de las masas. Sin embargo el truco resultó ser inflamatorio, precisamente debido al “inflamable” estado en el que el capitalismo se encuentra en Grecia y Europa. Sembró la desconfianza en los “mercados” y aceleró la preparación para la salida de Grecia del euro.

La élite griega y los oficiales del capital europeo no perdonan el intento de Papandreu de “jugar” con la estabilidad del sistema y rápidamente presionaron para que fuera sustituido, provocando la rebelión entre su grupo parlamentario. El resultado fue una caída “coordinada” del gobierno con el voto de confianza pasando en el Parlamento solo para evitar elecciones.

Este giro particular de los acontecimientos no debe engañarnos. La caída del gobierno de Papandreu era el resultado final de un año y medio de luchas por parte de los trabajadores y la juventud. Fue el resultado de la presión de la rabia revolucionaria de las masas enfrentada a la clase dominante. [Continuará…]