Exijamos Huelga General inmediata a la CGT y la CTA

0
139

Declaración de la Corriente Socialista El Militante ante los secuestros de Luís Gerez y Julio López

El secuestro de Luís Gerez en la noche del pasado miércoles eleva a un grado máximo el desafío que las bandas de matones y fascistas, dentro y alrededor del aparato del Estado, han lanzado al movimiento popular y a la clase trabajadora en particular. Como hemos insistido desde la Corriente Socialista El Militante desde el primer día, la única manera de enfrentar y parar a estas hienas sedientas de sangre es con una respuesta que esté a la altura del desafío lanzado por ellas. Sólo la clase obrera cona con sus propios métodos de lucha, con el apoyo de los demás sectores populares, está en condiciones de hacerlo. La única respuesta realista, práctica y efectiva es la huelga general inmediata de 24 horas, como un primer paso.

Declaración de la Corriente Socialista El Militante ante los secuestros de Luís Gerez y Julio López

El secuestro de Luís Gerez en la noche del pasado miércoles eleva a un grado máximo el desafío que las bandas de matones y fascistas, dentro y alrededor del aparato del Estado, han lanzado al movimiento popular y a la clase trabajadora en particular.

Es altamente significativo que el gobierno de Kirchner haya tenido que salir inmediatamente a denunciar la desaparición del compañero Gerez, a diferencia de la actitud tibia mostrada durante meses ante el secuestro de Julio López. Esto indica que el gobierno es perfectamente conciente del desafío lanzado por estas ratas cobardes a su política en derechos humanos, que persigue además impedir a cualquier costo los juicios iniciados contra algunos de los genocidas y asesinos del proceso militar.

Este secuestro coincide además con la declaración de crímenes de lesa humanidad el accionar de la siniestra Triple A, que se cobró la vida de 1.500 luchadores y activistas obreros y populares en los años y meses inmediatamente anteriores al golpe militar de marzo de 1976, lo que abre la vía para la detención y juzgamiento de sus organizadores e integrantes, como Carlos Almirón, que fue detenido precisamente el día de hoy en España y que previsiblemente será extraditado a la Argentina.

Luís Gerez, militante del Movimiento Evita, es un obrero de la construcción que fue torturado por el ex-comisario Luis Patti, y es un testigo principal en la acusación contra este personaje al que le aguarda un juicio por torturas y asesinato durante la dictadura militar.

Además del secuestro de López y Gerez, otros activistas populares, de derechos humanos y familiares de testigos también fueron amenazados, e incluso golpeados, en los últimos meses. El propio compañero Gerez fue objeto hace semanas de este tipo de amenazas.

Tras la experiencia de la desaparición de Julio López y el secuestro ahora de Luís Gerez, la conclusión no puede ser más obvia: la debilidad invita a la agresión.
Todos aquellos que tenían en su mano la capacidad para obligar a estos chacales a dar marcha atrás y devolver con vida al compañero López se dedicaron todo el tiempo a enfriar y sofocar la indignación y la movilización popular desde el primer momento.

El gobierno de Kirchner demostró su total impotencia para controlar un aparato del Estado que no le responde y mucho menos para desentrañar las tramas negras que perviven en su interior, herencia de la dictadura, hasta el punto que al día de hoy no pudo mostrar ni una sola prueba o pista que condujera, ni siquiera remotamente, a dar con Julio López ni con sus captores.

Este aparato del Estado es el principal nido de conspiración contra la clase obrera y el movimiento popular, y contra sus luchas por una vida mejor. No es suficiente con que sea purgado parcialmente, debe ser desmantelado en su totalidad y todos sus integrantes implicados en casos de tortura y asesinato encerrados en la cárcel.

Por supuesto, los medios masivos de comunicación, en manos de los grandes empresarios, participaron de la conspiración silenciando todo lo que les fue posible el caso López hasta convertirlo en un asunto menor de rutina policial.

Lo que más temían todos estos sectores es que la conmoción social causada por la desaparición de López desatara la movilización popular y llenara las calles de cientos de miles de trabajadores, jóvenes y demás sectores populares exigiendo el fin de la impunidad y la depuración completa del aparato represor.

Aquellos que, desde el gobierno y quienes lo apoyan, reclamaban prudencia y confianza en las fuerzas policiales y judiciales, ahora están obligados a guardar un silencio comprometedor. No por casualidad, los medios policiales y judiciales de rutina demostraron un completo fracaso.

Como hemos insistido desde la Corriente Socialista El Militante desde el primer día, la única manera de enfrentar y parar a estas hienas sedientas de sangre es con una respuesta que esté a la altura del desafío lanzado por ellas.

Sólo la clase obrera con sus propios métodos de lucha, con el apoyo de los demás sectores populares, está en condiciones de hacerlo. La única respuesta realista, práctica y efectiva es la huelga general inmediata de 24 horas como un primer paso, y de ahí aumentar la escala de la movilización hasta que aparezcan con vida los compañeros Gerez y López.

¿Por qué debe ser la clase obrera quien deba ponerse al frente de esta lucha y la huelga general el instrumento a utilizar?

La clase obrera es la clase social más numerosa de la sociedad y tiene un poder colosal en sus manos. Sin su permiso no se mueve una rueda y no se prende una lámpara. Pero además, la clase obrera fue la principal víctima de la dictadura militar. Las luchas de la clase obrera en los años 70 por mejores condiciones de vida y una sociedad justa igualitaria fueron las que empujaron a los grandes empresarios, banqueros y terratenientes a organizar el golpe militar para aplastarla sangrientamente. El ejército y la policía fueron el instrumento que utilizó la clase dominante para ejecutar su obra sanguinaria. No es ninguna casualidad que el 80% de los 30.000 detenidos-desaparecidos fueran activistas obreros y delegados sindicales combativos. La dictadura militar inauguró una larga etapa de decadencia y desmantelamiento de las conquistas y de las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera, a favor de los empresarios, que dura hasta el día de hoy.

Por lo tanto, los vínculos entre la clase dominante y el imperialismo con el aparato del Estado son claras para todo el que los quiera ver.

De ahí que sólo un movimiento poderoso de los trabajadores, como siempre fue el caso en la historia de nuestro país en los últimos 100 años, a través de la huelga general y la movilización masiva en las calles, tiene la capacidad suficiente para conmover las estructuras y los cimientos del sistema capitalista argentino de manera que pueda provocar el pánico y el miedo a nuestros enemigos de clase y a sus agentes en las fuerzas represivas, hasta el punto de obligarlos a sacrificar a unos cuantos cientos de canallas y criminales para que sean sacados de sus guaridas, detenidos y juzgados como se merecen, y consigamos la liberación de nuestros compañeros ahora desaparecidos.

Los trabajadores debemos estar advertidos que hoy empezaron con los compañeros López y Gerez, y que si no paramos ya a estas mafias fascistas, mañana continuarán con otros compañeros, y no necesariamente con otros testigos en los juicios a los genocidas, sino también contra los luchadores obreros y populares que estamos en la primera línea de batalla por mejores condiciones de vida y por una sociedad sin explotadores ni explotados. De esta manera, a través del terror y el miedo, pretenderán ellos y sus amos (los grandes empresarios y el imperialismo) sofocar cualquier intento de los trabajadores por luchar por una vida mejor para ellos y para sus hijos.

Por esta razón la responsabilidad de los dirigentes de la CGT, principalmente, pero también de la CTA es enorme. En este sentido, es una verdadera vergüenza que hasta el día de hoy los dirigentes de la CGT no hayan emitido una sola declaración pública de condena por el secuestro del compañero López ni hayan tomado ninguna acción, por más simbólica que hubiese sido, para exigir su aparición con vida. A diferencia de ellos, hay que reconocer que la actitud de la dirección de la CTA fue muy diferente sumándose a diversas acciones y movilizaciones populares en ese sentido. Si bien, también hay que decir que el accionar de la CTA y la escala de sus movilizaciones en este tema estuvieron muy por debajo de la fuerza e influencia sindical de que dispone.
Los trabajadores, comenzando por su sector más consciente, debemos exigirles un cambio de actitud radical, particularmente a la dirección de la CGT.

Mientras tanto, el activismo obrero y popular debe tomar la iniciativa impulsando todo tipo de acciones que ayuden a este objetivo. Es necesario crear Comités por la aparición con vida de López y Gerez, abierto a la participación de toda persona y organización popular que quiera impulsar esta lucha, en cada barrio y localidad, y preparar la convocatoria de una primera gran jornada nacional de movilización por la aparición con vida de los compañeros. Los activistas obreros combativos y luchadores, particularmente allá donde tengan posiciones dirigentes, deberían propiciar la organización de asambleas de trabajadores en su lugar de trabajo para votar una resolución que exija la convocatoria inmediata de una huelga general a las direcciones de la CGT y la CTA por este tema. El Movimiento Intersindical Clasista, y sus integrantes, deberían tomar la iniciativa en este sentido, comenzando por la difusión de una declaración pública instando a los dirigentes de la CGT y la CTA a que convoquen de manera inmediata esta huelga general.

Hay que conformar el más amplio frente único de organizaciones obreras y populares para coordinar todo tipo de acciones y movilizaciones. Todas deben ser bienvenidas y no debe haber otra limitación para participar en él que acordar en las consignas de: Aparición con Vida de López y Gerez y el Juicio y Castigo para sus captores. Exigir condicionamientos mayores para participar en este frente único debe ser calificado como una maniobra sectaria que va contra los intereses de la lucha popular.
No podemos tolerar que la mezquindad y la insensatez política de ningún grupo provoque divisiones y la convocatoria de movilizaciones enfrentadas, como tristemente pudimos ver en algunas de las actividades convocadas por la aparición vida de Julio López. Por supuesto, cada organización debe tener la libertad para difundir su propia propaganda con las consignas y propuestas que considere conveniente.

Desde nuestro punto de vista, la consigna del desmantelamiento del aparato represivo mantiene todo su vigor, y es una condición necesaria para terminar con la impunidad y el accionar de las bandas fascistas en su seno. Pero no es suficiente. La “mano de obra desocupada” ha demostrado que es capaz de actuar allá donde se lo propone, como lo demuestra su responsabilidad en gran parte de los delitos comunes más destacados cometidos en las últimas semanas. Por eso es necesario organizar comités de control y vigilancia en los barrios para identificar, y denunciar a todos los represores y cómplices de la dictadura militar de cada lugar, sean activos o no en las fuerzas represivas. Se deben difundir públicamente los nombres y apellido y el domicilio de todos ellos y, donde sea posible, escracharlos frente a sus viviendas y lugares de trabajo. Estas ratas no deben sentirse seguras en ningún lugar.

Al mismo tiempo, estos comités de control y vigilancia deberían velar por la seguridad e integridad física de aquellos compañeros que están personados como testigos en los juicios contra los genocidas ¡No podemos permitir ni un secuestrado y ningún desaparecido más!

Hay que exigir el libre acceso a los archivos policiales y del ejército para identificar y depurar a cada uno de los implicados en prácticas de terrorismo de Estado.
No es ninguna casualidad que estos cobardes y canallas hayan elegido el final del año, en vísperas del período vacacional para la mayoría de los trabajadores y de unas semanas de desmovilización social general, para atacar y obstaculizar así una respuesta popular masiva y contundente contra su accionar. Pero debemos hacer todos los esfuerzos para superar estas dificultades. La mayor responsabilidad descansa por lo tanto, como ya hemos dicho, en las conducciones de la CGT y la CTA.

Hay que pasar ya a la acción. Cada día que pasa, cada minuto que pasa la vida del compañero Gerez corre peligro, como en el caso del compañero López cuando se cumplen más de tras tres meses de su secuestro y desaparición.

¡Por la huelga general inmediata de 24 horas!
¡Que la CGT y la CTA procedan a su convocatoria ya!
¡Por el más amplio frente único de organizaciones obreras y populares para coordinar la movilización popular por la aparición con vida de los compañeros Gerez y López!
¡Por la creación de comités de control y vigilancia en nuestros barrios para identificar y denunciar a los genocidas y torturadores y proteger la vida de los compañeros más expuestos!
¡Por el desmantelamiento del aparato represivo!
¡Por la detención, juicio y castigo para todos los genocidas, torturadores y represores!
¡Por la aparición con vida de Luís Gerez y Julio López!