Entrevista al dirigente hondureño del FNRP Tomás Andino

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 ¨El ánimo en general, la simpatía de la población que ha venido resistiendo el golpe de estado y al gobierno sucesor, se mantienen latentes. Expresión de eso es el hecho de que se llegó a un millón doscientas mil firmas recientemente, en el último conteo que se tuvo, en pro de la Asamblea Constituyente. También expresión de eso han sido las movilizaciones sociales que se han dado en los últimos meses, incluso recientemente un paro, que contra todo pronóstico que muchos pensábamos que iba ser poco concurrido pero realmente tuvo una presencia importante en más de diez ciudades del país.¨

   

Tendencia Marxista Militante (TMM): El proceso en Honduras ha tenido un impacto muy fuerte en América. En México se han creado organizaciones que han apoyado la lucha, nosotros estamos en coordinación con muchas de ellas. Hay falta de conocimiento del movimiento porque los medios de comunicación no dan cobertura, ¿cuál es la situación en que se encuentra ahora el movimiento?

 Tomás Andino (TA): Nadie desconoce que la política represiva del gobierno, de alguna forma, ha contribuido a disminuir el ímpetu inicial que tenía el movimiento y ha hecho que algunos sectores se hayan visto obligados a replegarse, sobre todo en algunos lugares donde la represión ha sido más fuerte: en algunos barrios, comunidades. Llevamos más de 170 muertos selectivamente, son datos de organismos de derechos humanos.

Pero a pesar de eso el ánimo en general, la simpatía de la población que ha venido resistiendo el golpe de estado y al gobierno sucesor, se mantienen latentes. Expresión de eso es el hecho de que se llegó a un millón doscientas mil firmas recientemente, en el último conteo que se tuvo, en pro de la Asamblea Constituyente. También expresión de eso han sido las movilizaciones sociales que se han dado en los últimos meses, incluso recientemente un paro, que contra todo pronóstico que muchos pensábamos que iba ser poco concurrido pero realmente tuvo una presencia importante en más de diez ciudades del país.

La fuerza está ahí latente. Es cierto que no tenemos las mismas expresiones de masas tan grandes como las tuvimos antes en la calle pero es también porque la crisis afecta de muchas maneras a los miembros de la resistencia, muchos han tenido que trabajar, volver a sus actividades normales y eso ha disminuido su militancia en la misma. Por otro lado, de alguna manera también la crisis ha hecho que los que tengan más protagonismo en la actual situación sean los gremios que han venido siendo parte de la resistencia que la resistencia como actor político en sí mismo. Por ejemplo, el gremio magisterial recientemente tuvo una fuerte movilización que, es parte de la resistencia pero que se resalta su rol como gremio. Movilizó decenas de miles de personas en la capital, desarrolló una lucha heroica contra la represión. Finalmente logró un acuerdo, que si bien no era el mejor, tiene algunos vacíos, pero le permitió salir organizado, intacto de su organización y no sufrir una derrota física ni política. El gremio de los estudiantes salió a la lucha en el mes de julio en protesta por la eliminación del bono estudiantil. Desafortunadamente ese gremio sí fue golpeado porque se le impuso la eliminación y tenemos ahí mucha represión que se dio en ese caso. Sabemos también que los sindicatos se están movilizando por sus demandas propias, del salario mínimo, la no utilización de los fondos del INJUPEN (Instituto Nacional de Jubilados y Pensionados) para gastos que no tienen que ver con el instituto. Todas esas son demandas que los diferentes sectores han levantado. Y son los que han dominado el escenario social y político.

En ese aspecto, la resistencia como movimiento político se ha visto limitada en los últimos meses a un trabajo más de propaganda, de recolección de las declaraciones soberanas para ir acumulando créditos para otro momento.

TMM: Sabemos por experiencia que la crisis económica está golpeando tremendamente a los trabajadores. ¿Qué está sucediendo en el movimiento sindical en Honduras y cuál es la posición que el Frente como tal tiene al respecto?

TA: En Honduras existen tres corrientes sindicales. La CTH, Confederación de Trabajadores de Honduras que es más una central formada por norteamericanos, por el sindicalismo norteamericano de los años 50s. La Central General de Trabajadores (CGT), que ha tenido una tendencia demócrata cristiana pero que últimamente está muy vinculada al Partido Nacional, el partido de gobierno. Aunque ahí ha habido algunos sectores disidentes que creo han logrado puestos de importancia. Y la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH) conformada por los sindicatos que tienen más origen en los sectores de izquierda.

De estas tres Centrales, la que ha mostrado mayor consecuencia en la defensa de sus propios intereses como gremio por un lado, y por otro lado en incorporación a la resistencia ha sido la CUTH. La CGT en la época del golpe de estado estuvo activa, fue muy militante a la par de la CUTH pero en los últimos meses, con el nuevo gobierno de Porfirio Lobo Sosa, en el cual uno de sus viejos dirigentes sindicales Felicito Ávila ahora es Ministro de Trabajo… entonces en esta Central hemos visto una disminución en su militancia en pro de la resistencia, incluso en pro de sus mismos intereses gremiales. No digamos la CTH, que realmente varios de sus sindicatos incluso participaron, estuvieron de alguna manera, directa o indirectamente apoyando el golpe. Aunque otros de ellos no, en general, como Central no tuvieron actuación de importancia.

Recientemente, en el tema de la reciente ofensiva que ha lanzado el gobierno de Porfirio Lobo para generalizar el trabajo precario, la tercerización, algunas iniciativas de él que está planteando, las burocracias de estas Centrales se han tendido a unificar para dar formalmente una respuesta común frente a esto. Incluso han llegado a amenazar con Huelga General, pero quienes conocemos ya a las Centrales en su actuar tradicional, no pasan de las amenazas. Únicamente son, como decimos en Honduras, sombrerazos para justificarse ante sus bases para ganar algún protagonismo y ser objeto de alguna interlocución con el gobierno pero no pasan de ahí. La muestra está en que a pesar de que fue ya una decisión de las Centrales, solamente la CUTH es la única que ha organizado Comités de Huelga en todo el país y de la CGT solamente tres sindicatos, tengo noticia, hicieron lo mismo. La CTH ni siquiera se ha presentado a las reuniones. Entonces esto te indica que efectivamente hay diferencias a nivel del sindicalismo que afecta la unidad del movimiento obrero como tal. Pero esto no es nuevo en Honduras, ya lo hemos vivido.

En relación a la resistencia, de las tres Centrales, la CUTH ha sido más militante. Aunque la resistencia como frente social y político no tiene política de dirigirse a las bases de los gremios. No es algo que ha sido objeto de un debate interno. La política que hasta ahora ha predominado es que la conducción, las instancias de la resistencia, no se metan en la vida interna de los gremios que la componen y, como se supone que las Centrales son parte de él, ese es como un escudo que protege a las burocracias que actúan de esta forma. Yo creo que eso es un rol que debe corresponder a las organizaciones de izquierda social revolucionaria. Realmente tenemos un déficit fuerte en el sindicalismo. Una de las razones, para mí, por la cual la dictadura no cayó es porque no se implementó la Huelga General. Esta hubiera permitido debilitar mucho más al régimen e incorporar a la gente a la paralización de la economía. Pero los sindicatos a los quince días después del golpe de estado no habían organizado Comités de Huelga, a pesar de que era una decisión ya supuestamente tomada por la base y eso los hizo entrar en una vergüenza terrible en varias reuniones. Entonces este es el sindicalismo que tenemos en Honduras.

Diría que el proceso de restructuración del movimiento sindical tiene que venir desde abajo y esa no es una tarea que la voy a poder esperar de la conducción actual del Frente, tenemos que asumirla la izquierda revolucionaria.

TMM: Escuché que con el Paro Cívico de ayer era como la punta de lanza para volver a reorganizar el movimiento e ir a la Huelga General. ¿Está descalificada o fuera de lugar en estos momentos una Huelga General económica movida por los sindicatos, impulsada por el Frente?

TA: Hace algunos meses, antes del golpe te habría dicho que una Huelga General era imposible, incluso en los primeros días de este gobierno, conociendo el actuar de las dirigencias sindicales pero en la situación en que se encuentra el régimen, el cual no tiene mucho margen de maniobra económica para actuar… no es lo más probable aunque no descarto que sea un extremo al que pueda llevar la situación de crisis.

El régimen tiene como principal debilidad el hecho de que están comprimiendo todas las válvulas que le inyectan dólares a su economía. Los gringos son muy consientes de eso y recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha otorgado unos cuantos millones de dólares para fortalecer las finanzas públicas, sobre todo para pagar la deuda interna que es la que se ha elevado más, a niveles de veinte mil millones de lempiras, que es lo que más está afectando al gobierno. Pero no ha logrado, en la medida que no es reconocido como gobierno por la banca ni por diversos organismos internacionales, no ha logrado el desembolso de muchos empréstitos y esto lo mantiene en una situación precaria que no le da mucho margen de maniobra para resolver la demanda de los trabajadores.

No lo descarto pero, como te digo, no creo que sea lo más probable en este momento. Pienso que llegar a la Huelga General realmente es un trabajo que pasa primero por rescatar de algunas Centrales la conducción de los gremios y en otros casos de obligar a las conducciones a que realmente sean más consecuentes con su discurso. No les estamos pidiendo que hagan lo que no dicen, que hagan simplemente lo que dicen que van hacer, como organizar sus Comités de Huelga y que sean los trabajadores los que tomen las decisiones. Entonces eso es lo que pasa por ahí, de lo contrario va ser muy difícil que una consigna de estas logre tomar cuerpo en la actual situación.

TMM: En el sentido político he escuchado que el gobierno ha sacado un nuevo Plan de Nación, y este plan ha sido criticado por el Frente, correctamente. Por el otro lado, la consigna más política del Frente es la Asamblea Constituyente. ¿Además de la Asamblea Constituyente hay un programa reivindicativo que vincule la lucha actual por la lucha por el Socialismo? ¿Una constituyente socialista o revolucionaria?

TA: No. El Frente tiene un vacío político enorme en la construcción de un programa político. Todo se reduce, en este momento, a la aspiración por una constituyente, por el retorno del presidente o ex presidente Zelaya, por la salida de los golpistas, pero nos hemos quedado cortos en cuanto al programa político y esa es una debilidad que tenemos ahora que se supone que para la asamblea de diciembre de este año, esa debilidad debiera haber sido ya superada. Hay equipos de trabajo, de hecho yo estoy involucrado en uno de ellos, que estamos en proceso de construir un diagnóstico del país y trabajar en pro de una propuesta programática. Pero creo que eso no se logra con grupos de intelectuales, realmente tenemos que hacer participar a las bases del Frente de manera sistemática, pero todos estos procesos están funcionando con lentitud en la organización. Esto lleva a que tenemos que mejorar nuestros niveles organizativos, nuestro funcionamiento, hacer más participe a la base, abrir más el frente a la base para que ésta pueda expresar lo que quiere. Por ejemplo, cosas como las que se hicieron en la Primera Asamblea Por la Refundación de Honduras en la Esperanza, Intibucá, donde la gente hizo un ejercicio de propuestas muy interesantes pero que ha quedado ahí, engavetado. No está siendo objeto de un proceso, de un tratamiento para convertirlo en un programa político del Frente. Ese tipo de ejercicios deberían ser más frecuentes en la organización y creo que es una tarea, digamos, todavía es un déficit de parte de la conducción actual.

TMM: Es normal que después de un periodo de movilizaciones la gente de un paso atrás para pensar las cosas, para ver hacia donde se va movilizar nuevamente. Eso no quiere decir que la lucha esté acabada. ¿En el Frente ha surgido algún debate sobre qué orientación va tomar éste? ¿Convertirlo en un futuro partido político o mantenerlo como un Frente?

TA: El Frente no logró derrocar la dictadura y ésta logró hacer las elecciones, darse un gobierno de continuidad. Para el golpismo ese fue un logro táctico importante y significó un golpe político para la resistencia. Eso tenemos que reconocerlo. No podemos partir de falsos hechos. Tenemos ahí un paso que ellos dieron a su favor. Sin embargo lo que no lograron fue volver a la estabilidad política que tenían antes del golpe. En ese sentido, ellos no lograron consolidar el producto que parieron, tanto a nivel nacional como internacional. Tampoco lograron la derrota estratégica del Frente. Éste ha continuado y sigue vigente como fuerza social y política, en ese sentido el Frente no ha tenido ninguna derrota estratégica.

El tema de: qué viene de ahora en adelante, es objeto, no tanto de un debate organizado, sino de preocupación en la base, la dirigencia intermedia, la de base, incluso a nivel de altos círculos, todos estamos en la expectativa de cuáles deberían ser los siguientes pasos, qué tipo de Frente u organización deberíamos ir construyendo y qué programa político debería tener. Eso sí está en la preocupación de todos, pero pienso que la conducción tiene pendiente la organización de un debate sistemático de esta preocupación. Hay un círculo de compañeros que estábamos trabajando en algunas propuestas, pero ya un debate organizado, abierto, nacional, donde las estructuras participen, no está planteado.

Hay algunas opiniones, la predominante es que el Frente no se convierta en un partido político. Esto viene desde los Liberales en Resistencia, varios sectores de dirigentes de base-intermedio. Es una opinión que se fundamenta en el hecho de que convertirse en un partido político en esta coyuntura implicaría someterse a las leyes electorales del régimen y someternos al escrutinio del régimen que no reconocemos y todo eso. Tiene su lógica pero creo que detrás de esa lógica hay la intención de algunos sectores, sobre todo liberales y de UD (Unificación Democrática) que es que, al no convertirse en un partido político en las próximas elecciones, dependemos para poder participar en las elecciones de los partidos existentes, y eso implica lo que quisieron hacer en las elecciones de noviembre del año pasado (2009): que la resistencia no se presente como tal sino que canalice, a través de la representación de los liberales y los udeístas. Si esa es la lógica, es para llevarnos al matadero al Frente, es hacer que nos enajenemos como representación política en manos de instituciones que no nos representan.

Hay otro sector que tiene otra lectura de esto y es el de no constituirse en partido porque aspiran a poder organizar una candidatura independiente a futuro. Esto me parece un poco menos claudicante frente al orden de cosas político actual. Es una propuesta que está ahí, para mí lo importante no es tanto en sí eso, sino en el marco de qué estrategia se está planteando. Mi opinión es que nosotros, en este momento, en el debate político no debe estar tan presente cómo nos vamos a organizar para participar en elecciones sino desde qué estrategia debemos emprenderla para debilitar a la dictadura, porque esto es una dictadura. No es ningún régimen democrático. Aquí los que mandan son los militantes y frente a eso estamos en una guerra fría con la resistencia, en la cual ésta necesita pulir mejor su estrategia. La muestra de eso es que ha habido alguna coyuntura favorable para una Huelga General pero que la resistencia no ha logrado articularla para llevarla a cabo. La huelga de los maestros se prestó para que las Centrales sindicales pudieran haber articulado un movimiento de Huelga General. Se desperdició esa oportunidad pero van a venir otras y estoy seguro que van a venir. De hecho el régimen mismo está dando motivos para eso, como por ejemplo la aprobación de las concesiones que permitan a la oligarquía apropiarse de las cuencas que agua. Todo eso son motivos para volver a la carga con la lucha unificadamente.

De hecho la lucha por la defensa del agua fue lo que unificó el movimiento popular en el 2003, alrededor de la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular y lo hizo dar un salto cualitativo. Eso puede suceder, está también la intención de cambiar la ley de minería. Todos esos aspectos de la realidad nos dan a nosotros pauta para poder decir, “bueno, habrán oportunidades”. Pero tenemos que tener una estrategia revolucionaria para eso. No podemos estar aquí sentados de brazos cruzados pensando cómo vamos hacer, organizarnos para presentar candidaturas porque eso nos va a dividir. No es el momento para eso, cuando venga la coyuntura electoral y no hayamos podido, con una estrategia de lucha de masas y lucha política debilitar lo suficiente este régimen, pensaremos entonces en una estrategia. Pero creo que ese debate es el que los revolucionarios necesitamos desarrollar y concluir en el caso de Honduras.

Fuente: Militante (México)