El Salvador: 11 días de huelga en SELSA, una inspiración para los trabajadores

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La entrega y el nivel de conciencia revolucionaria de los trabajadores(as) del sindicato de la empresa Lido S.A. (SELSA) quedó de manifiesto al mantener durante once días una huelga, exigiendo decididamente un aumento salarial para poder enfrentar la situación crítica del alto costo de la vida. También exigían destituir a dos jefes de personal que abusan de los trabajadores para pagar favores a la empresa de los Molina Martinez. Estas reivindicaciones reflejan la necesidad de los trabajadores por emanciparse del asfixiante yugo esclavizador que los capitalistas y sus representantes imponen a nuestra clase.

La entrega y el nivel de conciencia revolucionaria de los trabajadores(as) del sindicato de la empresa Lido S.A. (SELSA) quedó de manifiesto al mantener durante once días una huelga, exigiendo decididamente un aumento salarial para poder enfrentar la situación crítica del alto costo de la vida. También exigían destituir a dos jefes de personal que abusan de los trabajadores para pagar favores a la empresa de los Molina Martinez. Estas reivindicaciones reflejan la necesidad de los trabajadores por emanciparse del asfixiante yugo esclavizador que los capitalistas y sus representantes imponen a nuestra clase.
Esta lucha demostró cómo, en el transcurso del proceso, los trabajadores toman conciencia de sus fuerzas controlando la producción, transporte de mercadería, etc. Fue sorprendente la concentración de principio a fin, pues los obreros/as se las arreglaron con los turnos de vigilancia por las noches, la comida durante el tiempo de la huelga e incluso la maniobra burguesa que dejó al secretario general de SELSA en las bartolinas durante tres días, lo que no consiguió dispersar la lucha y contrariamente impuso mas decisión en el objetivo. 
Los obreros de SELSA no se limitaron en su lucha y demostraron la unidad proletaria, denunciando durante la huelga el cierre y despido, sin recibir indemnización, de 400 trabajadores de DIGAPAN S.A. a principios del año, por el que hoy con dificultad llevan un proceso legal y del que esperan se haga justicia por el tiempo de trabajo.

Maniobras para acabar con la huelga
Desde el primer día la burguesía trató de frenar la lucha y en un intento de provocación Heriberto Pacas, subgerente de producción, encerró en un área de trabajo a un grupo de trabajadoras. Los sindicalistas, aprovechando la inspección del representaste del Ministerio de Trabajo, comunicaron la situación. Pacas al sentir la presencia de estos se sintió acorralado, recurriendo a la falsa acusación de que el Secretario General lo había agredido. Inmediatamente los representantes legales de LIDO pusieron la denuncia con la policía que se encontraba vigilando la actividad. Luego con la mentira de dar declaraciones e investigar la falsedad del hecho se le pidió a Atilio Jaimes  (Secretario General de SELSA) que los acompañara a una delegación, y ya en el lugar los representantes confabularon una calumnia y denunciaron a Atilio Jaimes por amenaza de muerte contra Heriberto Pacas, deteniéndosele inmediatamente y privándolo de libertad durante tres días.
La intención de la burguesía a través de sus representantes deja claro el intento de socavar la huelga desde el primer día. Creyeron que con el arresto del secretario general se desmoralizarían los trabajadores, pero no ocurrió como esperaban, la detención creó un ambiente de repudio sirviendo como combustible en los ánimos de los trabajadores impregnándole más decisión. Decía un obrero: “si nosotros con esto aflojamos ellos se fortalecen”. Los trabajadores mantuvieron contacto con el dirigente desde las bartolinas, incluso luego de esta situación, se incorporaron trabajadores que se habían quedado al margen de la lucha. La burguesía en su afán de frenar a los trabajadores es capaz de recurrir a los metodos mas reaccionarios, cuando no consiguen sobornar a los dirigentes revolucionarios utilizarán cualquier medio represivo para socavar cualquier anhelo de los obreros.
Paradójicamente Atilio Jaimes había sido invitado a la 41 Asamblea General de la OEA llevada acabo en nuestro país, del 3 al 5 de junio, donde se debatieron temas relacionados con la seguridad ciudadana. Irónicamente el 8 de junio, día del inicio de la huelga (tres días después de la asamblea de la OEA), se ponía en riesgo la integridad, seguridad y libertad de un representante de los trabajadores. La burguesía creyó que podía aleccionar a Atilio, quien por el contrario ha manifestado su deseo y fuerzas de seguir luchando. Atilio fue liberado el sábado 11 de junio con medidas sustitutivas, con un proceso de investigación que terminara el 22 de julio para posteriormente esperar una audiencia que definirá su libertad.

El fallo que condenó la huelga
El centro de la lucha fue la cláusula numero 43 del contrato colectivo que permite negociar año tras año un aumento salarial. Luego de haber agotado los recursos del diálogo, los trabajadores deciden recurrir a la acción obrera de la huelga. Aunque las leyes del estado permiten bajo ciertas condiciones la huelga legal (de manera muy limitada) los obreros no desaprovecharon esta oportunidad de legalizar la huelga de LIDO y esperaron la resolución de ley. Aunque esta lucha fue legitima a los ojos de todo obrero conciente, al juez Carlos Roberto Urbina no le pareció así y el 15 de junio declaraba ilegal la huelga. Las leyes y el juez favorecieron a los burgueses Molina Martines.  Esto exigía a los trabajadores analizar las acciones a tomar, ya que las condiciones habían cambiado. Los burgueses podían acumular demandas contra los trabajadores y, con luz verde de las leyes, utilizar los cuerpos represivos (policías) para desalojar violentamente la lucha.
Pero lo que definió la decisión es el bajo nivel que por el momento atraviesa la lucha de clases salvadoreña que aun no puede romper la legalidad burguesa. Por ahora es mejor retirarse con las fuerzas acumuladas decía Jaimes y prepararse para la siguiente batalla.
En los diversos casos que los sindicatos han denunciado sus exigencias, la benevolencia burguesa del juez Carlos Urbina Aviles del juzgado Quinto de lo laboral ha sentenciado contra los trabajadores, demostrando su clara inclinación de clase y la total desnudez de unas leyes totalmente manipulables para favorecer a los capitalistas. Además, según la investigación de los sindicatos, el hijo de este juez parece seguir muy bien los pasos de su progenitor, siendo actualmente miembro de un buffet de abogados, que representan a un grupo de transnacionales, como la Atunera Española Calvo. Con serviles especialistas en leyes de este tipo no es difícil saber los resultados que terminan en contra de los intereses de la clase trabajadora.

A rescatar las tradiciones sindicales
Las luchas en nuestro país han sido asfixiadas y se han mantenido con un bajo nivel, pero los trabajadores de SELSA hicieron sonar la campana de una lucha que para el sector de la empresa privada representa una gran amenaza en lo extremo y cada rompimiento de años de relativa tranquilidad es ejemplarizante para los trabajadores en su conjunto. Mantener una huelga durante once días en el país no es cualquier cosa, sobretodo en la empresa privada y solo en la práctica revolucionaria los trabajadores adquieren conciencia de sus fuerzas. Desde el punto de vista marxista, la importancia de la huelga va más allá de la lucha por reivindicaciones inmediatas sobre horas, salarios, o condiciones. El significado real de las huelgas incluso si se pierde, es que los obreros aprenden y dejan de pensar y actuar como esclavos y empiezan a ponerse a la altura de los seres humanos, con mente y voluntad propia.
El sindicato SELSA demostró que no estamos demasiado alejados de la lucha de los trabajadores y esta vez se pusieron en primera fila para estimular los músculos de ese gigante dormido que es la clase trabajadora. Las organizaciones sindicales, políticas y sociales que defienden la causa del proletariado deben ver las proporciones que ha tenido la huelga en LIDO y participar decididamente en su lucha. El apoyo fue muy bueno pero no lo suficiente para sostener por mucho tiempo la lucha. Por hoy los Molina Martínez pueden estar relativamente tranquilos lamiéndose las heridas de la huelga, tratando de conciliar el sueño pero con la pesadilla de que los obreros de SELSA se levanten nuevamente.

¡Viva la lucha de los trabajadores de LIDO!