Escribo esta carta para informaros de la continua paranoia en Polonia relacionada con la muerte de Juan Pablo II. Es absolutamente sorprendente y probablemente la mayoría lo encontraréis difícil de creer.
Carta desde Polonia
Escribo esta carta para informaros de la continua paranoia en Polonia relacionada con la muerte de Juan Pablo II. Es absolutamente sorprendente y probablemente la mayoría lo encontraréis difícil de creer.
Los medios de comunicación no están realizando una masiva campaña, sino una campaña de 24 horas y siete días para alabar al Papa y su santidad. Parece que aquí, literalmente, no existe nada de lo que está ocurriendo en el mundo, excepto un gran número de funcionarios estatales hablando o haciendo algo para homenajear a este gran Papa. Incluso los noticiarios meteorológicos aparecen de manera ocasional. Toda esta propaganda sigue los mecanismos probados del sistema capitalista. En primer lugar, los medios de comunicación utilizan los sentimientos favorables al Papa que existen entre los polacos y después los exageran hasta tal punto que crean una enorme demanda que hay que satisfacer.
Todo está de negro y en todas partes se ha decretado el luto, en la radio, televisión, prensa, supermercados, incluso en las páginas web de todas las instituciones públicas, bibliotecas, universidades, incluso en las redes de telefonía móvil… Se han organizado masivas marchas por todo el país. El domingo no abrió ninguna tienda. El presidente de la república ha decretado luto nacional llega hasta el día del funeral. Este viernes se han dado vacaciones a los estudiantes (es una recomendación oficial del Ministerio de Educación) y también para la mayoría de los trabajadores. Así pueden ver cómodamente las imágenes del funeral en la televisión o participar en las misas públicas.
Y aquí es donde empieza el verdadero negocio. Literalmente, miles de personas (¡algunos periódicos incluso hablan de dos millones!) van a viajar a Roma en cualquier medio de transporte que puedan encontrar. La iglesia ha organizado viajes especiales para el funeral. El martes hubo una misa nacional de luto en Varsovia en la que probablemente había 200.000 personas. Todas las universidades e institutos, la mayoría de los centros de trabajo cerraron horas antes para facilitar la asistencia de los estudiantes y trabajadores. En muchos colegios a los alumnos se los obligó a ponerse un traje y asistir a los acontecimientos conmemorativos o al menos ver la televisión durante la clase.
Todo esto requiere el gasto de millones de zlotys, los mismos millones que arrebatan a los trabajadores, pensionistas y capas empobrecidas de la sociedad. Todo esto está ocurriendo en un país donde 5 millones de personas tienen que luchar para sobrevivir con menos de dos euros al día. Por supuesto, la Iglesia no financia este gran espectáculo con sus propios e ingentes recursos. De este modo se ha acabado con el mito del estado polaco secular.
Inmediatamente después de la muerte del Papa, en la radio pública un locutor hizo el siguiente comentario: Hemos perdido a nuestro polaco más grande, así que nadie puede decirnos ahora cómo votar en las cuestiones tan cruciales que afectan a Polonia: la Constitución Europea, las elecciones, el referéndum… En realidad este comentario está basado en la experiencia de los últimos años, el Papa siempre ha apoyado pública y consistentemente a los partidos conservadores y de derecha en todas y cada una de las elecciones polacas celebradas desde 1989.
En las condiciones actuales no es una exageración hablar del desarrollo y extensión del culto a la personalidad. Si en Europa Occidental han creado las condiciones en las que es difícil expresar cualquier objeción contra el Papa, aquí es casi imposible. Se ha creado un escenario tan extremo que las personas te miran extrañadas si te atreves a escuchar música de rock en este momento.
Pero aquí no acaba todo. Polonia está cubierta con banderas negras ondeando junto a la del Vaticano. Esto se puede ver no sólo en los edificios oficiales, sino en todas partes, incluso en las ventanas y balcones de los apartamentos privados. Los vehículos policiales (y las ambulancias) llevan un crespón negro atado a su antena. Algunos coches privados también lo llevan junto a la bandera polaca ondeando en la ventanilla. Es difícil conducir por Varsovia y las ciudades más grandes porque hay muchas zonas cerradas al tráfico para que la gente tenga más fácil acceder a las misas e iglesias.
Desde el sábado la atmósfera en Varsovia recordaba a algunas personas a la guerra. Las sirenas sonaban todos los días a las 21,37 horas (la hora en que falleció el Papa) . Los presentadores de televisión visten de negro en medio de una atmósfera de llanto. En la radio se escucha constantemente una mezcla de homilías del Papa con otros discursos.
Los medios de comunicación dicen cosas tan grotescas que lo único que permite al turista distinguir de si está en Polonia o Corea del Norte es el alfabeto. La televisión, la radio y los periódicos describen en detalle qué comía Wojtyla cuando tenía 30 años, cómo le gustaba vestir en la escuela primaria, cuál era su color favorito, cuál era su fiesta favorita, en que bar de Polonia tomaba sopa de tomate cuando estudiaba y otras cosas similares.
Hay un gran debate sobre si el corazón de Wojtyla debería ser trasladado a Polonia, su madre patria. Los medios de comunicación no quieren que las personas sepan realmente que hacía o decía el Papa. En su lugar les llenan los cerebros con basura de este tipo. ¡Es una locura! No debemos olvidar que está ocurriendo esto en la mayor ciudad de Polonia, nos podemos imaginar que tipo de pesadilla están sufriendo los habitantes de las pequeñas aldeas, el bastión del catolicismo polaco.
Cuando uno se atreve a decir algo que se salga en lo más mínimo de la línea oficial (la que marcan los medios de comunicación y la Iglesia), lo llaman loco o idiota, incluso ¡agente de Satanás! A propósito, tenemos que informaros de que los periodistas del diario polaco más grande, Fakt (Hechos, versión local del popular periodicucho alemán Bild) hace unas semanas consiguió encontrar el lugar donde se ocultaba el propio Satanás. Lo encontraron en el bosque de Bory-Tucholskie, al norte de Polonia, e incluso publicaron una foto suya en el periódico. ¡Y no es un chiste!
Por eso es tan importante que la verdad sobre el Papa y sus inclinaciones políticas se publiquen y promuevan también en Polonia. Los compañeros de la Tendencia Marxista Internacional están haciendo un gran trabajo al decir abiertamente que este Papa no era un santo ni un campeón de la civilización del amor, como él pretendía ser.
Saludos socialistas
Varsovia, 6 de abril de 2005