Uno de los grandes ganadores de estas elecciones fue el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) que logro 1.154.657 de votos en todo el país, alzándose con el apoyo del 5.11% del padrón.
Los resultados más destacables se sitúan en Buenos Aires, Mendoza y Salta donde obtuvo diputados a la vez que en Córdoba peleó por un diputado más en medio de denuncias de fraude.
A nivel provincial, también ha sido ésta una elección relevante: La alianza PO + PTS + IS se alzó con legisladores en siete provincias y llegada a varios concejos deliberantes.
Las razones de tal ascenso podrían ser consideradas como una serie de diversos factores que terminaron confluyendo en un voto al FIT. Por un lado, la llamada izquierda tiene una serie de votantes tradicionales que la acompañan elección tras elección a pesar del cambio de coyunturas, también hay una serie de votantes que en elecciones legislativas se orientan a los partidos de izquierda pero que concentran su voto en otros partidos en las presidenciales.
En esta elección en particular a esos votantes, tradicionales de la izquierda, que configuran una especie de piso electoral se suman votantes que provienen del kirchnerismo como del anti kirchnerismo.
Por un lado, una serie de electores que venían votando al Frente Para la Victoria migró hacia el FIT. Esto se da en un contexto donde el gobierno decide ceder a las presiones ejercidas desde los medios opositores haciendo una lectura errónea de las PASO. En vez de profundizar y girar a la izquierda, tomando medidas que beneficien directamente a los trabajadores y clases medias, el Frente Para la Victoria adaptó su discurso intentando conectar con estos sectores en líneas más conservadoras, sobre todo en cuestiones relacionadas con los índices de delito. Además, hubo una experiencia en dos años, hubo una política desde el día siguiente de las elecciones de octubre de 2011 que frustró a un sector que tenía ilusiones reales en el kirchnerismo: Ley antiterrorista para contentar a EEUU, política cambiaria que ha exasperado a la pequeña burguesía y sectores obreros que se manejan con divisas (viajes al exterior, etc.), política medioambiental (Famatina en La Rioja, donde hubo represión, Vaca Muerta y Exxon), política desastrosa en ferrocarriles, no ruptura con la podrida burocracia sindical, etc., no subir los impuestos a sectores financieros para descomprimir la arremetida de Moyano impugnando el impuesto a las ganancias.
Esta actitud le hizo perder votos hacia sectores de derecha, pero también de izquierda que optaron por el FIT.
El otro caudal de votos importante obtenido por el Frente de Izquierda vino claramente del anti kirchnerismo, de la pequeña burguesía, que veía a los candidatos del FIT día a día mostrarse en los medios del Grupo Clarín, TN, compitiendo rabiosamente con la derecha en ver quien golpeaba más al gobierno. El multimedio habilidosamente le dio amplia cobertura al FIT sabiendo que de esta manera le comía votos al oficialismo al cual busca destituir. No se trata de impugnar el ocupar un espacio radial o televisivo para dar difusión al programa que se levanta, en todo caso ocupar este espacio, y más el de éstos medios, supone una delimitación pública, in situ, de qué representan, qué expresan políticamente programas como “A dos voces” que son lisa y llanamente voceros de la derecha recalcitrante. Es por esto que consideramos un error profundo, que raya luego de años de este tipo de práctica, en un oportunismo orgánico de estas organizaciones de izquierda.
También se debe considerar que los votos de las fuerzas de izquierda que no pudieron presentarse en esta elección, tras tropezar con las PASO, se concentraron en el Frente de Izquierda y los Trabajadores.
Cabe destacar que el FIT presentó para estas elecciones un programa donde hubo ausencia de consignas Socialistas, simplemente se orientó hacia un programa reformista, que aunque avanzado, no atacaban la propiedad de la oligarquía ni del imperialismo. Es decir, el FIT presentó un programa político que no rompe con el capitalismo y de un tenor similar al que critican con vehemencia en Venezuela y, en algunos aspectos, en Argentina. Toda una contradicción, con rasgos oportunistas.
Es ahora, que el FIT tiene la oportunidad de emendar años de errores políticos y revertir la desconfianza profunda de sectores muy importantes de las masas trabajadoras que se ganaron a fuerza de ser aliados en la práctica de la derecha más rancia.
Si el FIT continua insistentemente golpeando al kirchnerismo sin señalar como enemigo principal a la derecha corporativa correrá el peligro de cumplir un papel penoso en el Congreso al terminar votando “a lo Cobos” en una alianza no declarada con la oposición. Esta actitud lo arrastrará a dilapidar rápidamente el capital político acumulado en estas elecciones.
O señalan a la derecha como el enemigo a vencer y dirigen sus ataques más importantes contra ella, buscando incidir en la base kirchnerista, con una oposición constructiva apoyando críticamente los avances y criticando los retrocesos; o profundizan su política de estos años de agudizar el sectarismo antiK junto a la derecha lo que les va a llevar a un fracaso político nuevamente.
Sera la propia realidad la que ponga las cosas en su lugar, de los dirigentes del Frente de Izquierda depende. La responsabilidad está ahora en sus manos.