El ataque de Berlín – cosechando tempestades

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El lunes 19 de diciembre, un camión que atravesó un mercado de navidad lleno de gente en la Breitscheidplatz de Berlín, puso de relieve una vez más el callejón sin salida que ha sido creado en Oriente Medio por la injerencia imperialista. Doce víctimas fueron asesinadas, mientras que 49 resultaron heridas. El autor de este delito había secuestrado el camión a un conductor polaco a quien posteriormente asesinó. Después del ataque, se dio a la fuga y días más tarde fue localizado, aparentemente, en Milán donde fue abatido por la policía.

Toda la atención se está centrando en los actos terroristas, pero lo que los medios de comunicación convenientemente omiten es quién fue el responsable en primer lugar de este desastre. El imperialismo estadounidense, respaldado por sus aliados europeos, se adentró en Afganistán e Irak y más tarde bombardeó Siria y Libia en la llamada “guerra contra el terrorismo”. En el proceso, cientos de miles de musulmanes comunes y corrientes han sido asesinados y millones han quedado sin hogar … y ahora no estamos ni siquiera más cerca de “derrotar al terrorismo” de lo que estábamos hace quince años. De hecho, la amenaza a las vidas de la gente común que disfruta de una noche fuera de sus casas, en un café o haciendo compras de Navidad, ha aumentado enormemente.

Ahora, una vez más, lo que claramente es una tragedia para las víctimas, está siendo utilizado cínicamente por los medios de comunicación y por los partidos establecidos para intensificar un creciente estado de ánimo anti-inmigración en Alemania y en el resto de Europa. Todo lo que esto va a lograr es que una capa de la juventud musulmana se radicalice, al observar el sufrimiento de la gente común cuando queda desamparada y es asesinada.

descargaLos marxistas no aprobamos estos métodos terroristas en lo más mínimo. Pero no hace falta mucho para entender cómo la situación actual está enfureciendo a capas de jóvenes marginados, que pueden ser empujados a “buscar venganza” según su criterio. Esto puede llevar a ataques ya sea como “lobos solitarios”, como son llamados, o ataques organizados. Las organizaciones como el ISIS (ejército del Estado Islámico) explotan esta situación para organizar directamente ataques terroristas, o para instigar a individuos a hacerlo. Grupos como el ISIS también promueven cínicamente tales actividades, ya que es su interés provocar una reacción anti-musulmana en Occidente, que a su vez se convierta en un campo de cultivo más fértil desde el cual reclutar voluntarios.

Cinismo

La ola de propaganda anti-inmigrante y anti-musulmana inmediatamente después del ataque ha sido nauseabunda por decir lo menos.

Un miembro del propio Partido Demócrata Cristiano (CDU) de Merkel y Ministro del Interior del Estado de Sarre, Klaus Bouillon, dijo que Alemania está en un “estado de guerra” contra el terrorismo islámico radical. Frauke Petry, líder de la alternativa populista derechista Alternativa para Alemania (AfD), dijo que “el ambiente en el cual tales actos pueden propagarse fue imprudentemente y sistemáticamente importado durante el último año y medio”, agregando que ” No fue un incidente aislado y no será el último”.

Los demagogos derechistas de toda Europa atacaron inmediatamente a Merkel y su política de inmigración “floja” como verdadera causa del ataque. El nacionalista derechista holandés, Geert Wilders, publicó una imagen en twitter mostrando a Angela Merkel con sangre en sus manos.

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En Twitter, Nigel Farage del partido racista británico UKIP declaró que estas “noticias terribles” habían llegado sin “ninguna sorpresa” porque “acontecimientos como éstos serán el legado de Merkel”. Agregó que “ya es hora de que la gente comience a asumir la responsabilidad de lo que ha sucedido. La señora Merkel ha causado directamente una serie de problemas sociales y terroristas en Alemania. Es hora de que nos enfrentemos a esa verdad”.

Como si tratara de evitar las críticas, la canciller alemana Angela Merkel dijo que “dada nuestra información actual, tenemos que suponer que estamos tratando con un ataque terrorista”, y añadió que “sé que sería particularmente difícil para todos nosotros soportar si se confirmara que la persona que cometió este delito haya pedido protección y asilo en Alemania”.

La totalidad de la derecha populista europea está tropezando una contra otra para incrementar la histeria anti-inmigración a otro nivel y usarla para sus propios estrechos propósitos.

Esto, sin embargo, está en agudo contraste con el asesinato de la diputada Laborista Jo Cox a principios de este año en Gran Bretaña. Ese asesinato, que fue llevado a cabo por un matón nazi, fue desvanecido rápidamente por los medios de comunicación como nada más que un acto desafortunado de un hombre perturbado y desposeído. Se decía que no tenía nada que ver con el ánimo general anti-inmigrante que había sido promovido por la clase dominante, en particular durante la campaña del referéndum británico por la salida de la Unión Europea, cuando en realidad se derivaba directamente de ella.

Hoy en día, los mismos medios de comunicación y la élite política no tienen ningún problema en utilizar este reciente ataque para difamar a los inmigrantes y musulmanes de toda Europa, a pesar de que en este momento no hay pruebas sólidas de quién fue el perpetrador y por qué el llevó a cabo el ataque.

Aunque el Estado Islámico se apresuró a reclamar la autoría del ataque, los funcionarios estadounidenses y alemanes no pudieron confirmarlo. El portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos, John Kirby, dijo que “no hay evidencia directa de una unión o un vínculo con una organización terrorista, aunque esto tiene las características de ataques terroristas previos”. Así que, aparte de los “sellos de los ataques anteriores” – lo que sea que eso signifique – no hay pruebas. Esto no impide que nuestros queridos políticos usen estos “sellos” para atacar a millones de trabajadores y jóvenes corrientes que son musulmanes.

Como indicación de lo que está por venir, un solicitante de asilo paquistaní de 23 años que entró en el país en diciembre pasado fue detenido durante la noche por sospecha de ser responsable del ataque, pero luego fue puesto en libertad después de que la policía determinara que no tenía nada que ver con el ataque. Antes de que él fuera dejado en libertad, por supuesto su nombre ya había sido manchado en medios nacionales alemanes.

“Los que siembran vientos, cosechan tempestades”

Por supuesto, el ataque pudo perfectamente haber sido llevado a cabo por un islamista. ¿Pero de dónde vienen estos islamistas? Sobre esta cuestión estas damas y caballeros mantienen un silencio ensordecedor.

Hay otro problema aquí, sin embargo. Estos “terroristas islámicos radicales” son de hecho las mismas fuerzas que son descritas como “rebeldes moderados” cuando luchan en Siria y que han sido apoyados con miles de millones de dólares y montañas de armas por Occidente durante los últimos cinco años. El ISIS surgió de fuerzas que habían sido promovidas y respaldadas por Estados Unidos. Hoy, por supuesto, mantienen una distancia segura del ISIS -al menos en público-, pero su engendro Jabhat Fatah al-Sham (Al Qaeda en Siria) se ha convertido en el grupo rebelde más fuerte de Siria, posición que sólo ha podido asegurar con el apoyo del imperialismo occidental junto con Turquía, Arabia Saudita y los Estados del Golfo.

Osama bin laden freedom fighterDe hecho, el fundamentalismo islámico, nunca habría sido capaz de sobrevivir como una fuerza significativa sin el apoyo del imperialismo occidental. Ya sea desde sus primeros días en Arabia Saudí y Egipto, donde el movimiento fue construido como una oposición a la influencia socialista y comunista en el Oriente Medio, o por medio de la guerra civil afgana que vio a las bandas de Osama Bin Laden arrastrar a Afganistán a la barbarie,  Occidente ha apoyado sistemáticamente a estos grupos.

Se suponía que el 11 de septiembre había sido una advertencia y un punto de inflexión para Occidente, pero ¿cuál es ahora el balance de esa llamada “guerra contra el terrorismo”? En Afganistán, Occidente está abiertamente discutiendo un acuerdo con los Talibanes, la fuerza que al principio llegaron a destruir, y en Irak la desastrosa ocupación ha convertido al país en un nido de serpientes de bandas yihadistas. En Siria, Occidente, habiéndose quemado los dedos en Afganistán e Irak, intervino a través de agentes yihadistas y ahora vemos el caos bárbaro que esto ha traído. Quince años después del 11 de septiembre, Al Qaeda nunca ha conocido días mejores. Nunca ha tenido una red más grande, más dinero ni más armas. Su propaganda está llegando a más gente, e incluso tiene un emirato semi-reconocido en el norte de Siria Occidental – todo justificado en Occidente bajo el pretexto de apoyar a los rebeldes “moderados”.

Racismo

Son las clases dominantes de Occidente las que tienen la culpa de la ola de terrorismo y del yihadismo a través de sus guerras e intervenciones en Oriente Medio y más allá. Tanto en el plano nacional como internacional sus palabras están en clara contradicción con sus acciones. Afirman estar en contra del terrorismo islamista, pero al azotar el sentimiento racista anti-musulmán y, por lo tanto, marginar a grandes capas de la juventud musulmana europea, crean el terreno más fértil para que operen los demagogos yihadistas.

El verdadero problema al que se enfrentan las clases dominantes en Europa es que el Establishment y el viejo “orden” han quedado expuestos como una farsa. Los partidos largamente establecidos están en serio declive a medida que la sociedad se polariza. Millones de personas se enfrentan a un futuro de dificultades cada vez mayores, mientras que la élite disfruta de estilos de vida cada vez más extravagantes. En este contexto, un sector de la clase dominante ve el populismo nacionalista como una distracción efectiva para la clase obrera irritada.

Desafortunadamente, los líderes del movimiento obrero no ofrecen una alternativa de clase. En lugar de presentar un programa de clase socialista para desacreditar y derrotar a la clase dominante, a menudo adoptan la misma retórica anti-musulmana, presentada como la necesidad de “hacer algo con respecto a la inmigración” y en muchos casos han apoyado directamente las guerras imperialistas. Efectivamente, han estado ayudando a la clase dominante a dividir a la clase obrera en líneas nacionales y religiosas.

El terrorismo y la inestabilidad generalizada que estamos viendo en toda Europa son reflejos de la crisis del capitalismo. La clase dominante ha sembrado un viento y está cosechando una tempestad. Cuanto más profunda sea la crisis, más veremos dichos acontecimientos. Pero la solución, no es denigrar o criminalizar a otras víctimas de este sistema. La solución es ofrecer a las masas trabajadoras de todos los países una explicación de por qué todo esto está ocurriendo, colocando la culpa donde pertenece, no sobre los hombros de los inmigrantes pobres sino sobre los de las clases dominantes imperialistas de Occidente, Al mismo tiempo plantear el programa socialista que puede resolver todos los problemas de desempleo, bajos salarios, altos alquileres y falta de vivienda que afectan a los trabajadores de todo el mundo.