EEUU: victoria sindical en Amazon – ¡Bezos, tus trabajadores van a por ti!

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Amazon, el segundo mayor empleador de Estados Unidos, y bastión de la resistencia antisindical de la patronal, ha recibido un duro golpe. El centro de distribución JFK8 en Staten Island, Nueva York, se ha convertido en la primera instalación de Amazon en Estados Unidos en estar oficialmente sindicalizada, tras una elección interna donde la mayoría de los trabajadores votaron a favor de establecer el Sindicato de Trabajadores de Amazon.

A primera hora de la mañana del 1 de abril, se consiguió una victoria histórica para la clase trabajadora estadounidense. Amazon, el segundo mayor empleador de Estados Unidos, propiedad de la segunda persona más rica, y bastión de la resistencia antisindical de la patronal, ha recibido un duro golpe. El centro de distribución JFK8 en Staten Island, Nueva York, se ha convertido en la primera instalación de Amazon en Estados Unidos en estar oficialmente sindicalizada, después de que una mayoría de 2.654 contra 2.131 votara a favor de la sindicalización con el recientemente lanzado Sindicato de Trabajadores de Amazon (ALU). En Bessemer, Alabama, se está llevando a cabo una votación simultánea. Esto tiene lugar al mismo tiempo que una ola nacional de organización sucede en Starbucks, un gran avance para la industria de servicios.

La victoria del sindicato en Nueva York tiene el potencial de abrir una nueva era para los trabajadores, desencadenando una ofensiva contra la patronal. Sin embargo, este potencial debe hacerse realidad mediante una actividad consciente. La lucha por un convenio potente no ha hecho más que empezar, y Amazon hará todo lo que esté en su mano para alargar este proceso y desgastar la determinación de los trabajadores pro-sindicato.

Cabe destacar el margen relativamente estrecho de la victoria en la votación de Staten Island, y los resultados inciertos en Bessemer. Décadas de derrota y propaganda antisindical han hecho mella, y los trabajadores temen por sus empleos y su supervivencia. Los líderes sindicales aún tienen que defender la lucha conjunta, no con palabras vacías y apelaciones al pasado, sino con logros concretos. El JFK8 puede iluminar el camino a seguir para toda nuestra clase con el ejemplo de una victoria muy reñida en materia de salarios, condiciones y prestaciones sociales.

Sin embargo, en esta era de crisis capitalista, las victorias sólo pueden lograrse a través de tácticas combativas de lucha de clases, en lugar de continuar con los métodos actuales de la dirección obrera de colaboración de clases y desviar la lucha hacia los estrechos canales de los tribunales y del arbitraje. Estos métodos han sido desarrollados por los empresarios durante décadas para mantener las luchas de los trabajadores dentro de unos límites aceptables para ellos, y eso significa la derrota de los trabajadores. Históricamente, los principales avances para los trabajadores se han conseguido no siguiendo las leyes capitalistas, sino a través de la solidaridad de clase y la acción militante para golpear a los empresarios donde más les duele: su rentabilidad.

Los propios sindicatos, junto con todo tipo de actividad huelguística, fueron en su día ilegales. La clase obrera hacía lo que tenía que hacer para sobrevivir. Lo mismo ocurre hoy con las huelgas de solidaridad, las huelgas políticas, las huelgas de brazos caídos y cualquier tipo de huelga que realmente funcione, es decir, una huelga que cierre la producción y bloquee el paso de los esquiroles. En los próximos años, los trabajadores de Amazon y Starbucks deben liderar el camino, siguiendo los pasos de nuestros heroicos predecesores que consiguieron la jornada de ocho horas y establecieron la central sindical CIO en los años 30 del siglo pasado. El sustento y el futuro de todos los trabajadores estadounidenses está en juego. Debemos tomar nuestro destino en nuestras manos, con o sin la actual dirección sindical.

Los dirigentes de la AFL-CIO y de otros sindicatos importantes están en condiciones de cambiar el rumbo del mundo del trabajo. Deberían estar preparando el terreno para una acción solidaria masiva con campañas en Amazon y Starbucks, y una campaña nacional para organizar a los no organizados en cada industria. En última instancia, los trabajadores deben actuar de forma independiente en su propio interés, no sólo en el frente económico, contra los capitalistas individuales y las industrias, sino también en la política. Esta es la única manera de enfrentarse y de derrotar al poder concentrado de los capitalistas, de romper todas las leyes antisindicales y de aplicar políticas en interés de todos los trabajadores, contra todo el sistema capitalista.