ECUADOR tras la caída de Lucio Gutiérrez

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    Lucio Gutiérrez, que fue elegido con el 55,5% de los votos en noviembre del 2002, cayó frente al movimiento de las masas trabajadoras y campesinas.

    La alternativa es luchar por el socialismo

    Lucio Gutiérrez, que fue elegido con el 55,5% de los votos en noviembre del 2002, cayó frente al movimiento de las masas trabajadoras y campesinas.

    El coronel Lucio Gutiérrez, se dio a conocer entonces por su apoyo a la insurrección popular de enero del 2000 que depuso al entonces presidente Mahouad. Vuelta la calma, fue encarcelado y fruto de la presión de la movilización, fue liberado. Luego ganó las presidenciales del 2002 con el apoyo de organizaciones populares, campesinas e indígenas.

    Sin embargo, rápidamente, en 2003 pactó con el FMI un programa de ajuste brutal: congelación salarial, 120.000 despidos en el sector público, no reconocimiento del derecho de huelga en el sector público, aumento del precio del gas en un 375%, privatización del sector eléctrico, petrolero, teléfonos, agua, etc. Las huelgas en distintos sectores han estado presentes durante todo su mandato y en las elecciones municipales de octubre de 2004 sufrió un fuerte revés electoral consiguiendo un escaso 5% de los votos.

    Las maniobras de Lucio Gutiérrez

    Para evitar una moción de censura, se alió con dos de los partidos burgueses tradicionales, el partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN) y el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) del ex presidente Bucaram, expulsado del país por la movilización popular en 1997. A cambio, Gutiérrez cambia la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y anula los juicios penales contra los ex – presidentes Bucaram y Gustavo Noboa (del PRIAN), abriendo la puerta de su retorno al país.

    En enero y febrero se producen manifestaciones de 100.000 personas en Quito y Guayaquil, las dos principales ciudades del país, que muestran el tremendo malestar que se vive. Al frente de éstas se encuentran el intendente de Quito, Paco Moncayo, de la socialdemócrata Izquierda Democrática (ID) y el de Guayaquil, Jaime Nebot, del derechista Partido Social Cristiano. Su objetivo es bien distinto al de los manifestantes. En realidad, estos alcaldes tratan de apoyarse en un movimiento fuerte en la calle para defender su posición y sus privilegios.

    Pero la llegada al país de Bucaram, a principios de abril, cambia el ambiente de forma radical. Se forma la Asamblea Ciudadana de Quito, presidida por el intendente y autoridades de seis provincias, todos ellos de ID y del partido Pachakutik (brazo político de los indígenas de la CONAIE). A partir del 12 de abril se llama a la huelga general indefinida.

    Estos dirigentes, que quieren limitar la lucha a la cuestión de la Corte Suprema y volver a la tranquilidad lo antes posible, serán sobrepasados por el propio movimiento en los días posteriores. La CONAIE se suma a la movilización.

    "Que se vayan todos"

    El rechazo al gobierno de Lucio Gutiérrez no se explica sólo por su actuación con la CSJ, sino por su política de ataques sociales y alianza con el imperialismo. Los gritos de "Que se vayan todos", además de "Fuera Lucio", reflejan el rechazo a todos los políticos burgueses y la falta de confianza en un sistema, el capitalista, que es fuente de abusos, corrupción y miseria.

    La visita en marzo del director general del FMI, Rodrigo Rato, a Ecuador desató una movilización de decenas de miles de personas en Quito para rechazar sus planes de más ajuste y privatizaciones. Todo esto en un país en el que el 20% de la población más rica, absorbe el 60% del Producto Interior Bruto, mientras que el 25% más pobre recibe el 4% del PIB.

    El 13 de abril en Quito se paraliza el transporte público, los centros educativos y las oficinas municipales. A lo largo del día se van extendiendo las protestas por todo el país. Se decreta el estado de emergencia, dejando en suspenso los derechos democráticos . A la vez anuncia la disolución de la nueva Corte Suprema de Justicia para calmar a los sectores de la burguesía descontentos con su actuación.

    Alfredo Palacio es más de lo mismo

    En las protestas hay dos muertos y más de 180 heridos y decenas de detenidos. Finalmente, los manifestantes consiguen entrar en el interior del Congreso, que se ve obligado por la presión del movimiento popular a cesar a Lucio Gutiérrez. En un intento por controlar la situación, el congreso nombró como nuevo presidente al hasta entonces vicepresidente, Alfredo Palacio. Palacio no es más que otro representante de los capitalistas cuyos intereses nada tienen que ver con los de los trabajadores y campesinos pobres de Ecuador.

    Es necesaria una alternativa revolucionaria

    Las masas ecuatorianas han ganado el primer asalto de esta lucha. Sin embargo, el objetivo no era únicamente echar a Lucio Gutiérrez del gobierno sino terminar con el sistema que él encarnaba.

    Es necesario que el movimiento se enfrente a la burguesía con un programa independiente, por juicio y castigo a los corruptos y represores, contra las políticas de ajuste y por mejoras en las condiciones de vida de las masas, contra a la privatización de los recursos naturales y los despidos, etc., explicando que la única forma consecuente de defender y conseguir esto es rompiendo con el capitalismo y defendiendo una política socialista que culmine con la expropiación de los grandes capitalistas, latifundistas y los bancos para poner todos esos recursos bajo control democrático de los trabajadores y campesinos ecuatorianos y así resolver todas las necesidades sociales.

    En los barrios populares de Quito se planteó, durante el estado de emergencia, la formación de asambleas barriales para designar delegados que los representaran en una asamblea o cabildo general. Poner en marcha esas asambleas barriales y extenderlas a nivel local, provincial y nacional es clave para mantener la movilización y ampliarla a más capas, darle un carácter unificado y coordinado en todo el país. Éste tiene que ser el camino para construir una alternativa de poder obrero al poder de la burguesía.