David Alfaro Siqueiros

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  Pintor sanguíneo y pintor sanguinario

Ni todas sus facultades histriónicas, por pasionales que parezcan, ni sus habilidades estéticas alcanzan para olvidar el episodio en que Siqueiros, borracho, disfrazado de policía y en compañía de otros como él, armado descargo las balas de su pistola contra un hombre indefenso arrinconado con su esposa y su nieto. La borrachera, la impericia y la fortuna permitieron que fallara… el juicio de la historia no.

Pintor sanguíneo y pintor sanguinario

Ni todas sus facultades histriónicas, por pasionales que parezcan, ni sus habilidades estéticas alcanzan para olvidar el episodio en que Siqueiros, borracho, disfrazado de policía y en compañía de otros como él, armado descargo las balas de su pistola contra un hombre indefenso arrinconado con su esposa y su nieto. La borrachera, la impericia y la fortuna permitieron que fallara… el juicio de la historia no.

 

Todavía se escuchan, en algunas clases de Historia del Arte o de Estética, en universidades mexicanas, la voz de Siqueros que, desde una vieja grabación en disco de acetato, explica detenidamente su teoría del Realismo Socialista, implícitamente su fe al estalinismo y su obcecada concepción del partido como una maquinaria burocrática carente de capacidades auto- críticas. Hoy en Argentina una de sus obras ocupa lugares privilegiados y se le dedica una película apologética. Todo un símbolo.

 

En Argentina se ha restaurado el mural “Ejercicio Plástico” que David Alfaro Siqueiros pintó en este país en 1933 en la casa del periodista argentino Natalio Botana. Ahora fue inaugurado en el museo de la vieja Aduana, detrás de la presidencial en la Casa Rosada, por considerar la inauguración del restaurado mural de Siqueiros, en palabras de la Presidente Cristina Fernández, como una "recuperación del patrimonio latinoamericano, no ya mexicano ni argentino"… "es la síntesis de un hombre que sale de su patria exiliado y viene a la Argentina en un momento muy especial porque luego es deportado". Se decidió "rescatar" el mural “Ejercicio Plástico” porque "es parte de la historia de los argentinos”. El Mural estuvo casi 18 años encerrado en contenedores y estuvo a punto de ser sacado de Argentina. Néstor Kirchner, emitió un decreto en 2003 para declarar el mural como "bien nacional artístico e histórico e impidió definitivamente que el mural fuera sacado del país".

 

Con frecuencia “lo artístico”, y las mitologías diversas que suelen inventársele, sirven para tratar de eclipsar a lo ético donde ni el arte ni la farándula, por lindas que sean, alcanzan para esconder la verdad y los hechos. El poeta francés André Breton proponía que la ética fuera la estética del futuro. “El primero de mayo de 1940, un grupo armado de 20 hombres comandados por el también pintor mexicano David Alfaro Siqueiros irrumpió en la casa del ucraniano en la Ciudad de México para disparar más de 400 balas. Siqueiros disparó a la cama donde dormía Trotsky pero este logró esquivar el ataque. Finalmente los agresores fueron repelidos por la guardia presente.” [1]

 

Todo homenaje posee significados patentes y latentes. Nadie hace museos, restauraciones o películas, dedicadas a un autor, de manera inocente o por “amor al arte”. El significado es lo que interesa y en favor de ese significado se gastan fortunas, se moviliza lo impensable y se emprenden las tareas más ingentes… especialmente si, en la lucha de clases, se tiene a ese significado como territorio codiciado. Más allá de las intenciones didácticas, de los rituales diplomáticos, del amor por la pintura o por el muralismo el significado que se da a Siqueiros y a su mural en Argentina parece exagerado.

 

Como signo del exilio Siqueiros compite, desventajosamente, con otras figuras relevantes como la de Trotsky quien, en México, tiene una casa dedicada, precisamente, al problema del exilio. Como signo del arte libre Siqueiros tampoco es el mejor ejemplo, si nos atenemos a sus tesis y su muy personal interpretación del Realismo Socialista. Si se quisiera usar al muralista como símbolo del muralismo, aun con el problema de los gustos que en cada quien pesan de manera distinta, habría que definir por qué se lo elige por encima de Orozco o de Diego Rivera. Claro, queda el argumento de que pintó en Argentina, que una trama de intereses estuvo a punto de matarle al mural su valor de mercado y que, la restauración del mura, ofrezca alguna coartada más o menos jugosa para hacer visible cierto interés gubernamental por el arte. Pero incluso para eso, hay signos y significados que aguardan justicia, que claman por un lugar y que atesoran gran vitalidad revolucionaria. Trotsky habló extensamente sobre esos temas. 


[1] http://www.suite101.net/content/el-asesinato-de-leon-trotsky-a8606