Crisis en la CGT: reelección y ruptura que responde a los negocios de los capitalistas

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El 8 de julio, Hugo Moyano fue reelegido por cuatro años para la jefatura cegetista, con el apoyo de los gremios más poderosos. Por su parte, Barrionuevo se erigió como jefe de la “opositora” CGT Azul y Blanca, no asistiendo al Congreso oficial y rompiendo con cuarenta gremios menores. Pero, ¿en qué contexto político se rompe la CGT? ¿quiénes son los que están por detrás? Y ¿cómo se ha constituido la CGT liderada por Moyano? Preguntas simples, tal vez en el contexto político actual, pero la fundamental está ausente en los discursos de ambos jefes: ¿Qué hay de los trabajadores y sus reclamos?

El 8 de julio se anunció por todos los medios de comunicación, con bombos y platillos, la reelección de Moyano por cuatro años en la jefatura cegetista, con el apoyo de los gremios más poderosos.

Por su parte, Barrionuevo se erigió como jefe de la "opositora" CGT Azul y Blanca, no asistiendo al Congreso oficial y rompiendo con cuarenta gremios menores; vociferando que no hace falta la billetera y el clientelismo para estar al frente de la Central.

Pero, ¿en qué contexto político se rompe la CGT? ¿quiénes son los que están por detrás? Y ¿cómo se ha constituido la CGT liderada por Moyano?

Preguntas simples tal vez en el contexto político actual, pero la fundamental está ausente en los discursos de ambos jefes: ¿Qué hay de los trabajadores y sus reclamos?

Marco político

Cabe destacar que el escenario de ruptura está precedido por el conflicto del campo que duró más de 100 días y que ha puesto blanco sobre negro la discusión de la renta agraria, entre otros problemas nacionales.

La discusión por más de tres meses acerca de las retensiones móviles puso al desnudo varias cosas:

Primero: que apenas un puñado de empresas multinacionales se llevan del 85% al 90% de la producción de soja, trigo, maíz y girasol.

Segundo: que la frontera sojera se ha ensanchado, expulsando de los campos y de las producciones tradicionales a miles de campesinos.

Tercero: que el monocultivo de la soja lleva inexorablemente al agotamiento de la tierra, así como a su envenenamiento sumado a los del aire y del agua.

Cuarto: que el lock-out patronal de los ruralistas, sumado al de los patrones del transporte, han propiciado el desabastecimiento, y profundizado el encarecimiento de los alimentos, perjudicando a los sectores populares.

Ligado a esto, el monocultivo sojero transgénico de uso animal quita objetivamente tierras; para ser más precisos: millones de hectáreas para la siembra y cosecha de granos para la elaboración de alimentos tradicionales, pasturas, cuenca lechera, hortalizas, frutales, etc. Son éstas algunas de las razones de mayor peso que ha facilitado el aumento de precios de los alimentos a nivel mundial.

Quinto: con la discusión de la renta agraria a partir de las retenciones móviles, un amplio espectro político y social se ha organizado en oposición al gobierno de Cristina Fernández, que va desde el PRO hasta sectores de izquierda, pasando por radicales tradicionales y del ARI.

Nadie desconoce que, tanto Duhalde como De La Sota, lideran el bloque opositor al gobierno dentro del peronismo, preparando una alternativa política por derecha a futuro del kirchnerismo.

Sectores de la burguesía se sienten incómodos con los K, siendo los mismos sectores de poder que no están dispuestos a otorgar más aumentos de salarios y a "regalarle" al Estado más dinero para el uso indiscriminado de la caja.

Es este el marco político donde se reelige a Moyano y se produce la ruptura de la Central Obrera.

La CGT y el Acuerdo del Bicentenario

El gobierno de Cristina Fernández  necesita mantener el Acuerdo del Bicentenario, lanzado el 25 de mayo desde las tribunas en Salta Capital. Este Acuerdo o Pacto no es más que perpetuar el piso y el techo salarial y los convenios colectivos a la baja, las precarias condiciones de trabajo, llámese costo laboral, flexibilización, etc.; que tan trabajosamente le han llevado sostener a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández, con la colaboración de los jefes sindicales y el compromiso de las grandes patronales.

Este Acuerdo, inspirado en el Pacto de La Moncloa, cuando España salía de la dictadura franquista, incluye como pata fundamental el techo salarial.

Con la aprobación de los jefes sindicales cegetistas pretenden imponer, a partir del año que viene, acuerdos salariales que duren tres años. Los salarios aumentarían según la inflación prevista y dibujada por el gobierno, y al final del año tendría un incremento automático si la inflación "real" superara la prevista.

Lógicamente, el Acuerdo del Bicentenario habla de otras cosas como la modernización del país, etc.

Pero la situación se fue de madres ya que las retenciones móviles jugaron como acicate para las clases poderosas del campo, preparando como dijimos más arriba una alternativa por derecha al gobierno de los K.

La división de la CGT

La división de la CGT de todas maneras no es tal ya que lo acordado para que Moyano triunfara fue la formación de un Directivo para las decisiones fundamentales de la Central Obrera, compuesto por los gordos e "independientes" como Cavallieri de Comercio en Acción Social, Juan Belén de la UOM de Avellaneda, Zanola de Bancarios en Finanzas, Oscar Lescano de Luz y Fuerza en Vivienda y Turismo, Pedraza de la Unión Ferrovaria en Cultura y Ciencia, Héctor Daer en Prensa, Andrés Rodríguez de UPCN en Relaciones Institucionales, Gerardo Martinez de la UOCRA en Relaciones Internacionales, José Rodríguez del SMATA en Industrias y Roberto Fernández en secretaría de Actas.

Esta composición de la nueva directiva entre gordos e "independientes" y la puja entre éstos, no es más que la lucha que se expresa dentro del movimiento obrero de las diferentes facciones de la burguesía y que nada reflejan de las necesidades que padecemos los trabajadores.

Este nuevo directivo está tan lejos de los sentimientos de rabia, dolor, orfandad, que anidan en nuestros pechos de obreros, que solamente pueden perpetuarse con una clara política de abandono de la democracia sindical ¡¡No hemos participado de una sola asamblea de bases para definir quién debía ser electo a este directivo, por supuesto mucho menos definir qué levantar como reivindicaciones!! ¡¡No conocemos de asambleas de base convocada por alguna Seccional para que elijamos a nuestros dirigentes!!

Esta es la democracia de la birome. Es la "democracia sindical" que da la espalda a millones de trabajadores sindicalizados o no, ocupados y desocupados. Es la consecuencia de una política ajena a nuestros intereses de clase que desmembra las filas obreras.

Son estos jefes sindicales los que se ubican como los adláteres de la gran burguesía argentina, tenga el color que tenga. Los mismos que fueron saludados por la patronal de Techint (Caló, Secretario General de la UOM Nacional) por la colaboración y el cuestionamiento a la nacionalización que implementó el Gobierno del Presidente Hugo Chávez en Sidor, Venezuela. Los mismos que se enriquecen como dirigentes sindical/empresarios a costa de nuestros sufrimientos. Son estos jefes sindicales que debemos remover.

El desafío de la CTA

Nos parece que la CTA, que convoca y aglutina a valiosas y valiosos compañeros, merece una atención especial ya que desde hace tiempo -y a pesar de las tendencias a su interior- lucha por ser una alternativa válida a la CGT. Creemos que debe asumir una política más osada, ya que tiene todas las posibilidades para que miles de trabajadores escuchen sus planteos.

Pero nos permitimos de manera respetuosa disentir con algunos de los métodos aplicados por los dirigentes de la CTA. Cualquier obrero con cierta conciencia de clase podrá decir a los jefes de la CTA:

"Compañeros, vemos lo valioso de su política, pero soy parte, como miles y miles de trabajadores de una organización obrera como es la CGT. Sabemos de la conducta y política de los que manejan nuestros sindicatos. Sabemos que estos jefes sindicales no quieren fomentar la democracia sindical ya que la misma se liga invariablemente a otro programa del que levantan.

Pero los obreros han demostrado más de una vez la disciplina a las estructuras de primer y segundo grado: los cuerpos de delegados y las juntas internas. No es una casualidad que son las mismas estructuras donde los gordos y los "independientes" se apoyan para introducir la política enemiga a nuestra clase. Utilizando a estas herramientas de bases y quienes las integran para mantener atado al conjunto de los trabajadores.

Compañeros de la CTA, como obrero conciente debo decirles que la masa de trabajadores no se va a pasar a las filas de la CTA si no es de a miles.

Como obrero conciente debo decirles -y con la simpatía y el respeto que merecen- que para que esto suceda debemos reconocer lo que es obvio: que ellos siguen siendo los dirigentes de la CGT – a pesar de su enorme desprestigio-; por lo tanto deben abandonar la política de ningunearlos y convocar públicamente a la lucha en unidad por la base. Y para que este proceso de maduración de miles de trabajadoras y trabajadores sea posible, para que la incertidumbre ante la orfandad política sea erradicada, es necesario que los dirigentes de la CTA convoquen públicamente a esta unidad, interpelando a la misma dirección de la CGT, siendo críticos, al mismo tiempo, de las políticas que han llevado adelante.

Los compañeros como De Genaro, Micheli, etc. deben liderar este llamamiento para que miles de trabajadores y trabajadoras ocupados y desocupados puedan ver en esta Central una alternativa válida al viejo refrito de un sindicalismo de conciliación de clase"

La Corriente Socialista El Militante no es partidaria de la política de escindir los sindicatos, sino de luchar desde dentro para transformarlos. En relación a la CGT, la tarea de la CTA debería ser ayudar a desarrollar los sectores clasistas de la CGT que entran en oposición a la burocracia, en la perspectiva de recuperar la CGT o sus sindicatos principales para un sindicalismo de clase y democrático. Es a partir de ahí que podría abordarse la tarea de la unificación del movimiento sindical, por medio de la fusión del ala clasista y democrática de la CGT con la CTA

Las tareas del activismo clasista 

Por último, muchas organizaciones del campo popular, de la izquierda plantean como salida la elección de Delegados de base hacia un Congreso Nacional de Delegados con mandato, ante la división de las Centrales Obreras. Tal consigna resulta correcta en términos generales, pero abstracta ya que no conecta con el ambiente de los trabajadores.

Debemos contrastar la realidad de cada empresa y fábrica y la ausencia de asambleas democráticas para levantar esta bandera tan sentida por todos.

La reconstrucción de Cuerpos de Delegados y Juntas Internas, elegidas democráticamente debe ser, -como es de hace tiempo- un proceso permanente de concientización y lucha reivindicativa, ligado inevitablemente a la unidad y reagrupamiento del activismo combativo, antiburocrático y clasista.

Este reagrupamiento del activismo con una política clara enemiga a la conciliación de clases, debe ser una de las tareas impostergable para toda y todo activista con conciencia de tal. La fragmentación que padecen miles y miles de trabajadoras y trabajadores no debe, ni puede ser apuntalado por la fragmentación del activismo.

Por el contrario, debemos apartar los sectarismos y los epítetos que tan mal hacen a cualquier movimiento o reagrupamiento que intenta erigirse como una alternativa válida a la crisis que vivimos.

Compañeros, tomemos la tarea.