Correa, reelegido presidente de Ecuador con el 61% de apoyo

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“Este triunfo es el triunfo de la Patria Grande”

El 17 de Febrero Rafael Correa obtuvo un enorme triunfo en las elecciones ecuatorianas que lo habilitan a un tercer mandato en el Palacio de Carondelet consolidando el proceso de la llamada Revolución Ciudadana.

Los números revelan la contundencia de la victoria. El partido Alianza País (AP) triunfó en 23 de las 24 provincias del país y sumó más votos que los obtenidos en la elección del 2006. Y por último, pero no menos importante, obtuvo la mayoría de los diputados en la Asamblea Nacional.

Es para destacar el respaldo masivo, recibido por parte de la mayoría aplastante de los trabajadores y demás sectores populares, que permitió asestar un nuevo y duro golpe a la oligarquía ecuatoriana y a los intereses imperialistas en la región.

Por contrapartida, esta victoria es una bocanada de aire fresco para los procesos de cambio que hoy recorren nuestro continente y que más allá de las particularidades y los desarrollos de cada uno se han visto fortalecidos. No es casualidad que en varios países de Latinoamérica se haya festejado esta victoria como propia.

Entre los grandes logros que apuntalan la Revolución ciudadana se encuentran la reducción de la pobreza y la desigualdad social, la ampliación de derechos en salud y educación y la reducción drástica del desempleo. Grandes conquistas que se lograron solo a razón de tocar los intereses de las grandes corporaciones que representan el poder factico en Ecuador.

El triunfo de Correa muestra que la correlación de fuerzas sigue estando del lado del pueblo que busca el cambio y que se opone firmemente a que los capitales transnacionales, de la mano de la partidocracia, sigan saqueando Ecuador como lo han echo históricamente.

Esto habla de un pueblo ecuatoriano que, luego de haber puesto fin a la larga noche neoliberal, avanza en organización y conciencia, y cuenta entre sus grandes victorias el haber podido revertir el intento de golpe del 30 de septiembre de 2010 donde el presidente fue mantenido bajo secuestro en el edificio del Hospital de la Policía.

Ese avance de la conciencia también se ve reflejado en otro de los grandes derrotados: Los medios hegemónicos.

Desde hace años la mediocracia mantiene ataques constantes y virulentos contra Correa, al igual que lo hacen con Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia o Cristina Kirchner en Argentina, pero la experiencia nos viene demostrando que a pesar de que la maquinaria mediática encienda todos sus motores no pueden imponer sus candidatos tan fácilmente.

Eso habla de la importancia que tiene profundizar el debate acerca del papel de los medios de comunicación en nuestro continente y desenmascararlos como empresas al servicio de los intereses empresariales de una minoría.

 

Desafíos de la Revolución Ciudadana

 

Como mencionamos el triunfo electoral mantiene inclinada la balanza a favor del cambio en Ecuador. Es por eso que se debe utilizar esta potencia para consolidar y profundizar los cambios, ahora más que nunca es posible.

Se debe utilizar la legitimidad popular para derrotar la contrarrevolución y profundizar los avances en favor de la mayoría aplastante de la población y autentico sostén de Correa: Los trabajadores.

Cualquier intento de conciliar con la burguesía a la larga terminará fortaleciendo a esta última que no dudará en utilizar cualquier método legal o ilegal para hacerse nuevamente con el poder estatal.

No hay que dejarse confundir por estos lobos con piel de cordero que al verse derrotados electoralmente llaman ahora al diálogo y al entendimiento. Hay que ser claros: a los representantes del poder financiero no les interesa el diálogo, les interesa acumular extraordinarias ganancias a costa de explotar al pueblo ecuatoriano.

Es por eso que se han resistido, se resisten y se resistirán con uñas y dientes a cualquier intento de regulación y no se detendrán hasta derrotar a Correa en quien se personifican las aspiraciones revolucionarias de las masas.

El desafío ahora es avanzar y esto solo puede ser logrado nacionalizando las principales palancas de la economía bajo control obrero para ponerlas al servicio de la mayoría.

Solo superando al capitalismo, será posible mejorar las condiciones de vida de las masas de manera irreversible, a la vez que se derrota a la contrarrevolución.

Solo el Socialismo puede garantizar que la Revolución Ciudadana sea una Revolución permanente.