¿Conducirá la provocación turca a una guerra?

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avion derribado siria

Esta mañana [24 de noviembre, NdT] el ejército turco derribó un avión militar ruso en la frontera con Siria. No está claro hasta el momento si el disparo que derribó al avión ruso fue realizado desde tierra o desde aviones turcos. Pero eso es un mero detalle. Lo que es evidente es que se trató de una provocación descarada de la camarilla gobernante en Turquía.

Funcionarios militares turcos manifestaron que un F-16 turco había derribado el avión después de “advertir reiteradamente” a sus pilotos que estaban “violando el espacio aéreo turco”. El Ministerio de Defensa de Rusia, dijo que un Su-24 se estrelló en territorio sirio después de ser impactado por un disparo desde tierra, y que sus pilotos habían logrado eyectarse. Rusia insiste en que su avión de combate no violó el espacio aéreo turco. El ministerio destacó que “a lo largo de su vuelo, la aeronave se mantuvo exclusivamente sobre territorio sirio”, y agregó: “Los datos de monitoreo del objetivo lo demuestran”. El hecho es que un video mostró al avión estrellándose en las montañas de la provincia de Latakia – es decir, dentro de Siria. Los pilotos también aterrizaron en territorio sirio. Incluso las imágenes del radar turco parece confirmar que el avión fue derribado en espacio aéreo sirio.

¿Fue un accidente?

¿Fue éste un caso de un error por parte del piloto ruso? ¿Estaba defectuoso el sistema de navegación? Tales explicaciones, por supuesto, pueden ser posibles. Pero la primera pregunta que debe hacerse es acerca de la disposición de los turcos para abrir fuego. Los cielos de Siria, últimamente, son un lugar concurrido, con el riesgo siempre presente  de colisiones u otros accidentes. Este es exactamente el tipo de incidente que muchos han temido desde que Rusia lanzó sus operaciones aéreas en Siria.

Los peligros de operar cerca de la frontera con Turquía han sido demasiado evidentes. Es bien sabido que se han realizado acuerdos para evitar incidentes entre aviones de guerra en Siria ¿Por qué fueron ineficaces en este caso? El derribo de un avión ruso fue un paso muy serio que no se podría tomar sin permiso expreso al más alto nivel –es decir, del propio Presidente de Turquía. Cabe destacar que los aviones turcos ya han derribado al menos un jet de la fuerza aérea siria y, posiblemente, un helicóptero en los primeros momentos de la guerra civil.

Las autoridades turcas pueden afirmar que los acuerdos para evitar enfrentamientos en el aire no cubren los accesos a su “propio espacio aéreo”. Pero, ¿qué constituye exactamente su “propio espacio aéreo”? El gobierno turco afirma que los turcomanos que habitan un área de Siria junto a la frontera con Turquía siempre han estado bajo su “protección”. Esta afirmación descubre el juego de inmediato.

Las ambiciones regionales de Erdogan son bien conocidas. Él desea restablecer algo parecido al viejo Imperio Otomano, retomando gran parte de Asia Central y de Oriente Medio bajo control turco. Con el fin de avanzar en esta ambición intenta utilizar los pueblos de habla turca, como los turcomanos, para sus propios fines cínicos; igual que el zarismo ruso en el pasado utilizó a los eslavos del sur como los peones de una política exterior expansionista.

También es un secreto a voces que Erdogan ha estado apoyando al ISIS y a otras bandas islamistas en un intento de derrocar al presidente Assad y arrebatar rebanadas de territorio sirio. Por eso ha permitido que un gran número de combatientes islamistas pudieran cruzar la frontera con Turquía y unirse al ISIS en Siria, mientras que bloquea el suministro de armas y voluntarios a las fuerzas anti-ISIS en Siria y aplasta brutalmente a los kurdos que luchan contra el ISIS.

Y mientras tanto, Occidente ha estado haciendo la vista gorda ante el hecho de que los turcos – junto con los gángsteres saudíes y de Qatar –han estado apoyando, armando y financiando a los yihadistas en Siria– incluyendo al ISIS. Pero últimamente todo esto ha cambiado.

Rusia interviene

La intervención rusa en Siria ha cambiado todo. Ha obligado a los estadounidenses a intensificar su ofensiva contra el ISIS. Ellos han forjado una alianza incómoda con el nombre de las Fuerzas Democráticas de Siria, compuesto principalmente por combatientes kurdos pero incluyendo todo tipo de llamados opositores sirios “moderados”, señores de la guerra tribales y otra gentuza.

Los kurdos han logrado avances significativos contra el ISIS en las últimas semanas. Anteriormente también habían tenido éxito en cerrar gran parte de la frontera entre Siria y Turquía, el principal conducto a través del cual el ISIS está recibiendo sus suministros y voluntarios. Esto no fue del agrado de Erdogan, el Padrino turco de facto del ISIS. Pero lo que sucedió después le agradó mucho menos.

Tras los atentados de París, se ha producido una intensa actividad en el frente diplomático. La ONU aprobó una resolución que pide a todo el mundo luchar no sólo contra el ISIS, sino también contra las otras bandas islamistas, yihadistas y al-Qaeda. París y Londres se han acercado a Washington en la cuestión siria, y los tres han tenido, con muchas lágrimas y suspiros, que moverse más cerca de Moscú. Putin, no ellos, es quien tiene ahora la llave de Siria.

Turquía, Rusia y Occidente

El acuerdo alcanzado entre Putin y los estadounidenses está en directa contradicción con los intereses de los dirigentes turcos y saudíes. Occidente ha tenido que aceptar la demanda de Rusia de que Assad debe quedarse –al menos por ahora– en espera de una “solución negociada” de la cuestión siria. También coinciden en que la lucha contra el terrorismo en Siria no se limita a la lucha contra el ISIS, sino que se ampliará para incluir a otras organizaciones pro-Al Qaeda.

La resolución de la ONU aprobada la semana pasada hace un llamamiento a los miembros de la ONU a “tomar todas las medidas necesarias, de conformidad con el derecho internacional” en contra del ISIS y pide la erradicación de “refugios seguros” en Siria e Irak. Así como el ISIS, también incluye a Jabhat al-Nusra, la filial de al-Qaeda en Siria”. Esto significa que Turquía y Arabia Saudita han quedado fuera del acuerdo celebrado entre Rusia y Occidente. Esto ya se puso de manifiesto en octubre, cuando se formaron las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), con el apoyo de Occidente, principalmente en las provincias del Norte y del Este que consisten en el YPG kurdo y grupos tribales y otras milicias conectadas con EEUU pero que excluyó a grupos apoyados por turcos y saudíes.

Desde hace algún tiempo, Turquía ha estado tratando de forzar a la OTAN a que inicie una campaña en contra de Assad en Siria. Ha hecho un llamamiento a la OTAN varias veces desde el comienzo de la guerra civil de Siria para ayudar a derrocar a Assad. No ha cambiado su posición. Desde que los rusos comenzaron su intervención, los saudíes han intensificado los envíos de armas a sus secuaces islamistas, conectados con Al Qaeda. En la última semana los enfrentamientos de las milicias promovidas por Turquía y Arabia han incrementado sus ataques contra los grupos apoyados por Estados Unidos. Jabhat al-Nusra ha amenazado con atacar el Cantón kurdo de Afrin y ayer el grupo Operación Mare –que está cerca de los islamistas– ha advertido de una ofensiva contra Jaish al Thuwur –apoyado por Estados Unidos-, que forma parte de las Fuerzas Democráticas de Siria.

Como los turcos, saudíes y qataríes han estado apoyando a estos grupos yihadistas durante años, vertiendo miles de millones de dólares en sus arcas, el acercamiento occidental a Rusia (y por implicación a Assad) representaba un golpe mortal. Esto es particularmente cierto en el caso de Erdogan. Aunque él cultiva asiduamente la imagen de un poderoso gobernante otomano, está sentado en un trono muy inestable.

En el caso de un asesinato, la primera pregunta que hace un abogado es: cui bono? (¿A quién beneficia?). En este caso, el derribo del avión ruso, la pregunta se responde sola. Ni los estadounidenses ni los rusos tienen ningún interés en llevar a cabo esta acción, y mucho menos en el momento actual cuando están tratando de llegar a un acuerdo. El hombre que tiene más que ganar con la realización de un acto de provocación destinado a insertar una cuña entre Rusia y la OTAN es Erdogan.

Al derribar el avión ruso se espera provocar a Rusia para que ejecute un ataque de represalia contra Turquía –miembro de la OTAN. Eso debería conducir entonces a la OTAN a tomar medidas para defender a Turquía, y así romper las relaciones con Moscú. Eso permitiría a Turquía continuar su injerencia en Siria y proporcionarle un respiro bienvenido a sus títeres yihadistas. Sin embargo, es poco probable que este desesperado jugador tenga éxito.

Turquía, que se supone que es un aliado de Estados Unidos, está llevando a cabo su propia agenda y sus propios intereses. Estos no se corresponden con los del imperialismo de Estados Unidos en este momento. En efecto, Erdogan está lanzando su peso alrededor, como si dijera: “Si creéis que podéis pasar por encima mía, estáis muy equivocados. Debo ser incluido en cualquier acuerdo negociado en Siria, y nuestros intereses deben mantenerse”. La situación en Siria se ha convertido de repente bastante más complicada. Esto no es algo a lo que los estadounidenses den la bienvenida.

¿Tercera Guerra Mundial?

Algunos observadores superficiales predicen que estos acontecimientos terminarán en una nueva guerra mundial. Apuntan a las similitudes con 1914, cuando las grandes potencias estaban enredadas en las contradicciones de los Balcanes. Ahora todas las grandes potencias están involucradas en Siria: Rusia, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, junto con sus aliados y agentes: Turquía, Arabia Saudita, Qatar, Jordania, Líbano e Irán.

Sí, hay similitudes con el mundo de 1914. Pero también hay diferencias importantes. Como cuestión de hecho, las contradicciones entre los imperialistas son ahora tan profundas que en el pasado ya hubieran llevado a la guerra. La pregunta que debe plantearse es: ¿por qué el mundo no está en guerra, una vez más? La respuesta está en el equilibrio cambiante de fuerzas a escala mundial.

Para comenzar con el paralelo de 1914, cuando estalló la guerra en Europa: no es una situación comparable con la de Alemania invadiendo la actual Bélgica, o apoderándose de Alsacia-Lorena, por la sencilla razón de que Alemania ya controla toda Europa a través de su poderío económico. Todas las decisiones importantes son tomadas por Merkel y el Bundesbank, sin haber disparado un sólo tiro ¿Quizás Francia puede iniciar una guerra de independencia nacional contra Alemania? Es suficiente plantear la cuestión para ver inmediatamente el absurdo.

El hecho es que los viejos estados pigmeos de Europa hace mucho tiempo que dejaron de desempeñar un papel independiente en el mundo. Por eso, la burguesía europea se vio obligada a formar la Unión Europea, en un esfuerzo por competir con los EE.UU., Rusia, y ahora también con China, a escala mundial. Pero una guerra entre Europa y cualquiera de los estados antes mencionados está descartada por completo. Aparte de cualquier otra cosa, a “Europa” le falta un ejército, marina y  aviación. Los ejércitos que existen se mantienen celosamente bajo el control de las diferentes clases dominantes, que, detrás de la fachada de la “unidad” de Europa, están luchando como gatos en un saco para defender sus “intereses nacionales”.

Desde un punto de vista militar, ningún país puede enfrentarse a la fuerza militar colosal de los EE.UU.. Pero ese poder también tiene límites. Hay contradicciones evidentes entre los EE.UU., China y Japón en el Pacífico. En el pasado, eso habría llevado a la guerra. Pero China ya no es una nación débil, semicolonial que podría ser invadida y reducida a la servidumbre colonial fácilmente. Es un poder económico y militar cada vez mayor, que está flexionando sus músculos y haciendo valer sus intereses. ¿Cómo puede Norteamérica incluso considerar una guerra con un país como China, cuando ni siquiera puede responder a las continuas provocaciones de Corea del Norte? La pregunta es concreta.

¿Qué pasa con Oriente Medio? Como cuestión de hecho, es precisamente en esa región donde los límites del poder estadounidense se revelaron con mayor claridad. La invasión de Irak no resolvió nada para el imperialismo norteamericano y ha sumido a toda la región en un abismo de caos y guerra que ahora amenaza a los intereses del estado imperialista más poderoso que haya existido nunca. Los EE.UU. ya se han quemado los dedos en Irak y Afganistán. Fue incapaz de intervenir en Siria para bombardear a Assad porque la opinión pública estadounidense está enferma y cansada de aventuras militares extranjeras. Es precisamente por esta razón que Estados Unidos decidió llegar a un acuerdo con Rusia sobre Siria. Eso demuestra debilidad, no fuerza.

¿Cómo va a responder Rusia?

Si le metes el dedo en el ojo a alguien, es probable que esa persona se moleste un poco, pero si le metes los dos dedos en los ojos, se molestará sin duda alguna. Eso es precisamente lo que Erdogan ha hecho a Putin. Y Putin no es un hombre que perdone y olvide. Cuando un avión civil ruso fue derribado sobre el Sinaí por una bomba terrorista, los rusos inmediatamente se tomaron su venganza con la intensificación de su campaña de bombardeos contra el ISIS.

Eso está totalmente en línea con lo que sabemos del carácter y la psicología de Vladimir Putin. Hasta ahora ha sido bastante comedido en sus comentarios. Se nos pide ser pacientes. Sin duda, la demanda de paciencia es una cobertura conveniente para las conversaciones telefónicas frenéticas que deben estar teniendo lugar entre el Kremlin y la Casa Blanca.

Cuando se le preguntó si Rusia invocará su derecho a la legítima defensa como se prevé en la Carta de las Naciones Unidas, por la pérdida de su avión militar en la frontera sirio-turca, el secretario de prensa presidencial ruso Dmitriy Peskov contestó: “Hasta que no haya informes que lo aclaren, es imposible responder a esta pregunta”. Y agregó: “Hasta el momento, el Ministerio de Defensa aún no ha confirmado qué es lo que derribó a nuestro avión de guerra. Sabemos a ciencia cierta que el avión estaba en el espacio aéreo sirio, sobre territorio sirio”.

Estas palabras hablan por sí mismas. Si es cierto que los turcos derribaron un avión ruso en el espacio aéreo de Siria, no de Turquía, eso equivaldría a un acto de guerra. Hay rumores de que el presidente Vladimir Putin planeaba convocar una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de Rusia tras el incidente. Sería sorprendente si este no fuera el caso. Y sería aún más sorprendente si no se estuviera preparando algún tipo de represalia.

Públicamente, la respuesta de la OTAN ha sido cautelosa: Turquía es miembro de la alianza de la OTAN, que ha dicho que está dispuesta a defender a Turquía si Rusia viola su espacio aéreo. Pero ¿cómo se puede defender Turquía, cuando el ejército de Estados Unidos está a miles de millas de distancia? E incluso si pudiera hacerlo, no está en sus intereses participar en una guerra de fuego con Rusia – ni tampoco verse arrastrado a un conflicto de este tipo para defender a Erdogan, que es visto cada vez más como una molestia en Washington.

No hace mucho tiempo, Washington y la OTAN estaban echando fuego sobre Ucrania, amenazando con dar armamento a Kiev, para darle una lección a Rusia, etc., etc. Pero en la práctica no era más que humo. La ayuda militar estadounidense al régimen de Kiev ha ascendido a casi nada, mientras que la “ayuda económica” del FMI controlado por Estados Unidos, además de ser totalmente insuficiente, está acompañada de las condiciones más crueles y dolorosas. La UE dio a Rusia un ultimátum de una semana para revertir el curso en Ucrania o se enfrentaría a más sanciones. El ultimátum llegó y se fue, igual que todos los demás ultimátums. Putin se mantuvo desafiante. Como de costumbre, los estadounidenses despotrican y luego –no hacen nada. Esta vez no será diferente.

En primer lugar, las relaciones entre Rusia y Occidente han cambiado drásticamente desde la crisis de Ucrania. Los estadounidenses necesitan a Rusia para ayudar a liquidar la amenaza yihadista en Siria. Ese es el punto principal de su política. De hecho, es casi el único punto. Comparado con esto, el derribo de un simple avión difícilmente cambiará este objetivo. Y aunque Putin eche fuego y azufre, en la práctica es lo mismo para Rusia. Eso, sin embargo, no significa que los rusos no harán nada.

En su primera declaración pública Putin dijo que Turquía había apuñalado a Rusia por la espalda por el derribo del avión de combate ruso y actuado como cómplice de los terroristas. Insistió en que el avión fue alcanzado, alejándose de la frontera con Turquía, no yendo hacia ella. Por tanto, el avión no representaba una amenaza para la seguridad nacional de Turquía. Putin dijo que el avión estaba apuntando a los terroristas en la provincia de Latakia de Siria, muchos de los cuales provenían de Rusia. Putin también dijo que Rusia había observado el flujo de petróleo a Turquía proveniente desde territorio sirio bajo el control de los terroristas.

Es un hecho que el ISIS no sólo recibe ingresos del contrabando de petróleo, sino también tienen la protección de las fuerzas armadas de una nación, dijo Putin (en referencia a Turquía). Esto puede explicar por qué la banda terrorista es tan audaz en la adopción de actos de terrorismo en todo el mundo, agregó, advirtiendo que el incidente tendrá graves consecuencias para las relaciones de Rusia con Turquía. El hecho de que Turquía no tratara de ponerse en contacto con Rusia a raíz del incidente, y que se apresurara a convocar una reunión de la OTAN en su lugar, muestra que Turquía quiere que la OTAN sirva a los intereses del ISIS, añadió.

La reputación de Putin en Rusia depende de su imagen de hombre duro que permanece firme contra los enemigos de Rusia, en particular de Norteamérica. Él no puede permitir que un insulto como el pronunciado por Erdogan quede impune. La forma que tendrá el castigo no está clara. Pero una cosa está muy clara: cualquier acción que decida tomar será comunicada oportunamente a los estadounidenses. Esto último puede no gustarles, pero no tendrán más remedio que tragárselo.

Las demandas constantes de paciencia y moderación mientras que “los hechos” son estudiados indican que el estado de ánimo en Bruselas y Washington no es beligerante pero sí extremadamente nervioso. El hecho es que tanto los norteamericanos como los europeos quieren que Moscú sea parte de la solución en Siria. Ellos van a hacer todo lo posible para pacificar a los rusos y poner freno a los turcos.

Según algunos informes los dos pilotos rusos fueron asesinados por las fuerzas de Turkmenistán [Al final, sólo uno de los pilotos resultó muerto, y el otro liberado. Nota de LdC]. Si esto es cierto, provocará una ola de furia en Rusia. Uno puede esperar confiadamente fuegos artificiales diplomáticos y muy probablemente algunos reales también. Pero la Tercera Guerra Mundial no está a punto de comenzar en ningún momento de inmediato.

24 de noviembre

Artículo original: http://www.marxist.com/the-turkish-provocation-will-it-lead-to-war.htm