El pasado 9 de agosto, cuando todavía no se habían terminado de digerir los debates de la Conferencia Ideológica Nacional, los militantes del Polo Democrático y Alternativo (PDA) nos enteramos de que la convocatoria al III Congreso Nacional, incluía la exclusión del Partido Comunista Colombiano (PCC) de sus filas. En una reunión del CEN (Comité Ejecutivo Nacional) a la que asistieron 22 de sus 38 miembros, 16 de ellos aprobaron la expulsión de una de las fuerzas políticas más importantes en la historia del movimiento obrero colombiano.
Siguiendo el debate promovido meses antes por Aurelio Suárez, se había resuelto que la participación del PCC en Marcha constituía una doble militancia, prohibida por la legislación colombiana. La noticia generó un gran debate al interior del partido que aún no concluye.
Sin necesidad de consultar las minutas de la mencionada reunión, está claro que el MOIR promovió esta moción con el apoyo de los sectores reformistas y socialdemócratas (Clara López, Jaime Dussán, Wilson Borja, ANAPO, etc.). Las motivaciones también están claras y, como ya lo habíamos previsto, tienen que ver con intereses electorales.
En un país donde la izquierda no ha llegado a consolidarse, situaciones como ésta dividen las filas del movimiento obrero, ya de por sí disperso. Mientras, el presidente Juan Manuel Santos aceita la maquinaria para promover su reelección apoyado en el actual proceso de paz y tácticas demagógicas, las divisiones de la izquierda sólo lo fortalecen.
De lo discutido en la Conferencia Ideológica Nacional deducimos que diferentes sectores del PDA han logrado identificar problemas concretos a superar. En un intento de sintetizar estas posiciones en un análisis coherente podemos proponer la siguiente lectura:
El capitalismo se encuentra en su momento más crítico. La oligarquía colombiana continúa colaborando con el imperialismo aplicando las políticas neoliberales de siempre, sin embargo, las contradicciones de clase subyacentes entre los regímenes de Uribe y Santos llevadas al escenario de la crisis económica, crean divisiones al interior de la oligarquía. Este es un escenario favorable para incrementar las movilizaciones y orientarlas hacia la toma del poder. Sin embargo, el Polo, como fuerza política llamada a liderar este proceso no puede responder de manera acertada ya que enfrenta una grave crisis interna. Ante esta situación, surgen como respuesta urgente la formación política de la militancia, la evolución del Ideario de Unidad a un programa socialista y la integración con el movimiento obrero colombiano y latinoamericano. Para fortalecer las bases se proponen vínculos con Marcha Patriótica. Pero todo esto se adelanta demasiado a las breves pretensiones de la socialdemocracia oportunista y las rígidas y lentas estrategias del MOIR.
El PCC ha sido expulsado del PDA de la manera más hipócrita y burocrática. La doble militancia debe ser perseguida en términos de traición y no como un acto de obediencia a la ley burguesa. Impedirle a una fuerza política de base proletaria que busque promover sus tesis en las diferentes organizaciones obreras y campesinas contradice todos los principios leninistas relacionados con los métodos, tácticas y estrategias. El apoyo de otras tendencias y compañeros fue una respuesta inesperada para el ala derecha. Esa solidaridad, que surge de la conciencia de clase, debe enfocarse hacia una posición revolucionaria en el III Congreso del PDA.
La expulsión del PCC ha de ser el motivo para insistir en las propuestas más revolucionarias defendidas en la Conferencia Ideológica, insistir en el avance hacia un programa socialista y la creación de un frente común con Marcha Patriótica. La opresión sufrida por el pueblo colombiano es tan grande como el poder de la clase que lo explota. Sólo un programa socialista, con propuestas transformadoras, impulsado por los trabajadores y apoyado por el campesinado puede llegar a destruir las aspiraciones reeleccionistas de Santos.
El proceso de paz con las FARC-EP es la mejor ficha de Santos en el juego de la reelección y las conversaciones que se llevan en medio del conflicto podrían llegar a extenderse hasta el 2014. Santos plantearía su reelección como necesaria para llevar los diálogos a buen término.
Esto, empero, no habría de ser una preocupación. Los procesos electorales son uno de los tantos medios por los cuales el proletariado puede llegar a la conquista del poder. Pero ésta no llegará hasta que la vanguardia del movimiento obrero logre constituirse bajo las banderas del socialismo y promueva entre los trabajadores un programa revolucionario basado en las ideas del marxismo clásico.
Contrario a las posiciones de algunos compañeros que han decidido no participar del III Congreso, la Corriente Marxista Internacional apoya en Bogotá al camarada Jonathan Fortich: No. 445, lista 103 (Territorial Bogotá). Con el apoyo de compañeros de Fuerza Común lucharemos por llevar al III Congreso del PDA las tesis del marxismo y defenderemos la necesidad de construir una dirección revolucionaria apoyada en bases obreras y socialistas. Defenderemos las tesis propuestas en la Conferencia Ideológica destinadas al fortalecimiento del PDA. Lucharemos por un PDA socialista que reintegre a los compañeros del PCC, se una a Marcha Patriótica y promueva un Frente Socialista y Patriótico contra la oligarquía y el imperialismo.
Aunque son correctos los cuestionamientos al III Congreso y al CEN en cuanto al número de delegados, de jornadas y de garantías democráticas, consideramos importante dar la pelea hasta el final. Ante un CEN que repudia el debate, hay que exigirlo. El sainete que han montado debe ser desmontado por la acción de la crítica marxista. Hay que ir al Congreso para promover el debate y evitar que se torne un cenáculo de reformistas que acuerden con toda tranquilidad cómo entregarse a los intereses de la “burguesía nacionalista”. Renunciar al Congreso es entregar el PDA en bandeja de plata a los nuevos títeres de la burguesía.
Los eventuales resultados negativos del III Congreso no deberían desanimarnos, no es un nombre lo que garantiza la emancipación de la clase obrera, sino su número y organización.
Reiteramos la invitación a nuestros lectores en Bogotá a votar este domingo 30 de septiembre por el No. 445 de la lista 103 (Territorial Bogotá) y unirse a las actividades de la CMI en la ciudad. Los interesados en apoyar o unirse a la Corriente Marxista Internacional pueden escribir a nuestro correo electrónico: colombiamarxista@gmail.com
¡Por una izquierda socialista al frente de los obreros y campesinos de Colombia! ¡Por una dirección obrera revolucionaria! ¡Por la emancipación del proletariado colombiano! ¡Únete a la Corriente Marxista Internacional!
28 de septiembre de 2012